➤ UN VERDADERO HÉROE.

Todos los soldados cabalgaron a una gran velocidad, pero muy en el fondo, preferían no seguir con esto. Sabían que iban a morir, pero no querían. Bruno estaba llorando mientras gritaba, tal y como su Comandante lo quería. El titán Bestia agarró una roca y la hizo polvo en sus manos, y finalmente la lanzó como millones de proyectiles de roca gigantes. En ese momento, Bruno sabía lo que le esperaría el futuro. No iba a lograrlo... Moriría ahí mismo.

— ¡Soldados, avancen! ¡Soldados, no dejen de gritar! ¡Soldados, al ataque! — apenas pudo terminar su frase, y probablemente eran sus últimas palabras, porque una roca aterrizó por su costilla y lo hizo caer. El primer soldado caído.

Bruno se desesperó al sentir su cuerpo caer también, tenía una roca cerca del brazo y que también lastimó a su caballo. Ambos rodaron por el piso, todo se iba calmando a su alrededor, o eso era lo que creía. Ya no sentía dolor, estaba muriendo lentamente. Ya no podía hacer nada más que esperar a que la muerte se lo lleve, se dejó tumbado ahí y cerró los ojos por el cansancio.

Por otro lado, Kang Soojin secó la única lágrima que bajó por su mejilla derecha, y con esa gota extinta, murió el primer titán entre la fila. Su expresión cambió a una de rabia y se acercó más al siguiente, sus cortes eran tan profundos que los titanes ni parecían verla a esa velocidad, más que por el olfato y el poco tiempo que tenían para ver a la pelirroja volar por los cielos.

Desde su punto de vista, sabía que aquí iban a morir todos, incluído el Comandante Erwin. Bueno, le tuvo respeto durante este poco tiempo en la que hablaron de temas como su entrenamiento o futuras misiones. Después de todo, era un requisito para salir de prisión por sus crímenes y hacer "algo bueno por la vida". Escuchó los primeros gritos de sus compañeros y su corazón se mantuvo más fuerte que nunca, estaban haciendo un muy buen trabajo al seguir de pie. Su admiración por esta Legión de maniáticos alcanzó su corazón de fuego.

El titán Bestia volvió a lanzar sus proyectiles, pero la Legión no se detenía y continuaban disparando señales de humo. El titán ya se estaba cansando de tan sólo verlos intentar seguir de pie.

— ¿Qué conseguirán disparando eso? — preguntó. Esta vez su siguiente lanzamiento lo hizo con más brutalidad. — ¿Qué sentido tienen sus gritos?

Y por fin se había acabado... Ya no habían más personas, ni gritos, ni humo... Pero tampoco estaban sus pilares de titanes. Para su mala suerte, se percató muy tarde de esto.

Un gancho atravesó su hombro y vió por primera vez a esta persona, al hombre más fuerte de la humanidad, Levi Ackerman quien le hizo frente. El titán extendió su brazo para matarlo, pero en un giro de trompo logró picar su brazo y dejarlo ciego.

— ¡Soojin, el tendón de Aquiles! — ordenó Levi. — ¡Que no se levante!

— ¡Entendido! — obedeció de una vez acabado su trabajo. Soojin se agarró de sus piernas y cortó sus tendones rápidamente.

El titán cayó y Levi se acercó a su nuca a máxima velocidad, al portador ni siquiera le dió tiempo de endurecer su nuca. Soojin se elevó mientras veía a Levi arrancarle ese cuerpo de su nuca titánica. La pelirroja cayó encima del hombre con fuerza, tanto que le hizo escupir sangre. La joven clavó su cuchilla en el interior de su abdomen para evitar que se levante, el titán Bestia gritó de dolor. Levi lo apuntó con una cuchilla en el interior de la boca.

— Después de transformarse, su cuerpo queda lastimado, y mientras sanan, no pueden transformarse de nuevo, ¿no? — preguntó el azabache mayor.

— ¡Argh! — se quejó más al sentir su propia sangre bajar por su garganta. Levi no tenía compasión, ni mucho menos la "niña" que lo acompañaba.

— Contesta. No seas maleducado.

Soojin sintió que alguien se acercaba desde lejos, rápidamente él y Levi se apartaron del camino para evitar morir. Se habían olvidado de ese titán en cuatro patas. Se había llevado al rubio que poseía al titán Bestia. Soojin aterrizó a un lado de Levi, pisoteó y maldijo.

— ¡Mierda, se lo está llevando! — maldijo la pelirroja. — Capitán, vamos a por esos. Deje que yo me encargue del titán cuadrúpedo. — no respondió. — ¿Capitán?

— Espera... Se lo juré. Le juré que te mataría... — Levi soltó sus cuchillas.

— ¡Capitán, no hay tiempo! — Soojin sacó nuevas hojas ya que ejerció mucha fuerza en ellas.

— ¡Espera! — dijo él mientras la tomaba de la muñeca, Soojin lo miró mientras él pensaba, volvió a levantar la mirada y le ordenó: — Escucha, busca a alguien aquí que siga con vida, de preferencia el Comandante. Yo me encargaré del bastardo.

Soojin asintió, divisó al mayor, ya no tenía cuchillas.

— Capitán. — llamó. — Tenga las mías. — le tendió de sus cuchillas. — Usted las gastó demasiado.

— Gracias. ¡Ahora ve! — Soojin asintió y vió a Levi alejarse. La pelirroja se levantó y comenzó a correr.

Lily no expresó nada, estaba quieta sin poder creerlo. El desgraciado de Reiner resucitó como si nada... Lily se levantó como pudo y se acercó a Armin quien no paraba de pensar y temblar. El rubio volteó y vió a la castaña, tan lastimada y débil. Era una tortura... Armin se acercó a Lily y la abrazó con delicadeza por sus heridas. Lily sintió algo en su corazón y sus mejillas se volvían de un color carmesí, no era momento para esto, pensó.

— Perdón... No se me ocurre nada para contraatacar a Bertholdt o Reiner. — sollozó. — Soy un inútil.

— Armin... — susurró. — No. No eres un inútil. Ya te lo había dicho, debes confiar más en ti y en tu capacidad. — el rubio abrió los ojos y volteó ligeramente para ver a Bertholdt que caminaba en dirección a Eren. — Sé que algo se te ocurrirá, sólo es cuestión de ver mejor a tu enemigo, ¿no?

— ... Está más delgado. — la castaña se asombró por el repentino cambio de voz en el rubio. — El titán Colosal es más delgado que antes.

Todos lo observaron, el rubio soltó a la castaña con cuidado y miró a todos, y únicos, compañeros.

— ¡Hange tenía razón! — dijo. — El titán Colosal no aguanta batallas largas. Recuerden los experimentos de Eren. Él sólo podía transformarse tres veces seguidas. Si es así para un titán de 15 metros, para uno de 60 será más complicado. Estoy seguro que cuando ataca con ese vapor, se desgastan sus músculos y no los huesos.

— ¿Qué quieres decir? — preguntó Jean. — Armin...

— Tengo un plan. — dijo. — Ustedes distraigan a Reiner. Eren y yo derrotaremos a Bertholdt. Lo venceremos solos.

Mikasa lo observó, sonrió al ver que Armin ya lo tenía todo planeado. La castaña también sonrió con más confianza que antes.

— Entendido. Nosotros nos encargaremos de Reiner. — dijo Mikasa.

— ¿Lo ves? Lo lograste, tomó tiempo, pero lo hiciste. — felicitó Lil, causando un rubor notorio en las mejillas de Armin. — Ve. Nosotros acabaremos con Reiner, puedes darlo por hecho.

Armin asintió y se alejó.

Los cinco se alejaron de Bertholdt y fueron tras Reiner.

— ¡Confiemos en Armin y Eren! ¡Nosotros debemos distraer a Reiner mientras tanto! — dijo Jean.

Reiner los vió y aceleró. Pasó por un lado, los ignoró. Al parecer sólo se iba a concentrar en Eren. Mikasa cambió de dirección y se acercó al rubio a gran velocidad.

— ¡Mikasa! — gritaron Jean y Lil.

La Ackerman se acercó a su pierna por detrás y disparó su lanza relámpago. Reiner se agarró de las casas mientras las destruía y por fin cayó al piso.

— Si no podemos distraerlo, tendremos que matarlo aquí. — explicó Mikasa. — Protegeremos a Eren y Armin desde aquí.

— Bien. — dijo Jean.

Nadie más parecía oponerse a esa decisión, ya habían tenido muchos problemas al dudar, pero ese ya no era el caso.

— ¡Hay que hacerlo! ¡No podemos ganar sin pelear! — gritó Sasha. — ¡Aún tenemos tres lanzas!

Los cinco se mantuvieron en un tejado para rodear a Reiner, pero él aún parecía un poco confundido.

El cuerpo de Eren cayó desde la muralla, por lo cual Armin se preocupó. Podía regenerarse las veces que pueda, pero eso no impedía que le doliera. Bertholdt pensaba que ya había ganado esta batalla con sólo ver a Eren desde lo más alto. El titán extendió su mano para aplastar a Armin desde ahí, pero él se apartó en un grito.

Armin se sujetó de su brazo y cayó sobre él para correr, volvió a impulsar su cuerpo. Se acercaba cada vez más a él. Ahora estaban los dos solos, frente a frente... Bertholdt expulsó vapor con una gran intensidad, el infierno se hizo presente para este joven tan puro. Era injusto, tan injusto...

Lily notó la luz amarillenta que generaba Bertholdt con su cuerpo, estaba muy preocupada por Armin y también por Eren. La castaña llevó una mano a su corazón y trató de respirar adecuadamente. Levantó la mirada y cerró los ojos.

«Debes confiar en él. Debemos protegerlos de Reiner mientras ellos se hacen cargo de Bertholdt» – 🌺

La expresión de Lil era muy oscura y llena de rencor, Reiner les estaba dando la invitación para atacar con todo lo que tenían, no les tenía miedo, aún. Jean y Lily iban a distraer a Reiner desde adelante y atrás mientras Connie y Sasha le volaban la mandíbula para que Mikasa pueda matarlo. Pero algo salió mal, Reiner había conseguido hacerle daño a la chica patata, ella se desmayó en medio del aire.

— ¡Sasha! — Connie fue más rápido y la atrapó. Lily también se acercó a los dos para ver a su amiga en brazos de Connie. — ¡Jean!

— Una lanza no le dió... — susurró Lily. — Maldición, sólo nos queda una lanza. Mikasa debe conseguir destruirle la mandíbula y llegar a su nuca al mismo tiempo.

— Lily, ¿qué debemos hacer? — ver a Sasha en ese estado le afectaba demasiado. No quería, pero había vuelto a abrir su corazón desde hace mucho tiempo.

— No. No podemos desperdiciar la última Lanza que nos queda. Si falla, se acabó para nosotros y para toda la humanidad. Todos nuestros esfuerzos se irán... — Lily hablaba muy rápido y se ponía cada vez más nerviosa que antes. Llevó sus uñas a la boca y comenzó a morder de ellas frenéticamente.

— Lily, ¿me estás escuchando?

— Si destruimos su mandíbula, ya no tendremos otra lanza con la cual podamos llegar a su nuca. Le prometimos a Armin que nos íbamos a encargar de él.

Mikasa se levantó para atacar nuevamente, pero Lily se percató de sus movimientos y la detuvo gritando que no lo haga.

— ¡Buen trabajo, chicos! — escuchó una voz a la distancia. Reconoció esa silueta y abrió la boca de sorpresa.

¡Hange estaba viva! Llevó una Lanza Relámpago al otro extremo de la mandíbula de Reiner y esta explotó con éxito. La boca de Reiner estaba abierta al fin.

— ¡Ahora, Mikasa! — gritó.

La azabache no tardó ni un segundo en ir al ataque. Esquivó los ataques de Reiner y cayó sobre la lengua y dientes del acorazado.

— Reiner, ¡sal! — enterró la lanza en el interior, esta explotó y junto a el, salió su cuerpo del interior de la nuca. Lo habían vencido.

Mientras tanto, las cosas con Armin seguían ardiendo. Su cuerpo se estaba quemando, era como arrojarse él mismo a la olla con agua caliente. Dolía, dolía mucho... Pero tenía que hacerlo. El rubio miró con la vista borrosa los dientes del titán Colosal, estos no se quemaban. Lo sabía. Mientras soltaba este valor, no podía moverse.

Sólo debía ser más fuerte y aguantar un poco, pero... ¿Hasta cuándo? Armin sufría, moría lentamente en esta ola de calor insoportable que lo mataba. Poco a poco su cuerpo se iba encendiendo en fuego de verdad, ya no podía aguantar la respiración, su piel se cocinaba y le ardía demasiado. Estaba perdiendo piel, cabello, todo...

Bertholdt no sabía cómo podía seguir soportando todo esto, vió al piso, Eren "aún" seguía ahí tumbado y sin fuerzas. Los demás se encargaban de Reiner. ¿En verdad no escondía nada? Si en verdad este sería el final, le daría el gusto de acabar con él... con una mayor intensidad que antes.

Bertholdt intensificó la calentura, el equipo de Armin retrocedió, estaba en las finales, ya estaba muerto ante los ojos de cualquiera. Su ropa se quemó, mantenía sus dientes juntos para no gritar de dolor.

«Aguanta. No te sueltes... Lily, de saber que acabaría así, te habría dicho lo que siento por ti en ese mismo instante... ¿Crees que pude ser correspondido? Quiero saber si alguna vez invadí tu mente. Sé que entregaste tu amor a Marco, pero... ¡Estaba celoso de él! Ahora también te estoy perdiendo a ti. Mis sueños, mi vida, mi amor, todo se desvanece junto a mí, es lo único que tengo para sacrificar... Lil, estoy seguro que Eren y Mikasa podrán hacerte ver las cosas tan maravillosas que hay en el exterior, mis sueños enteros. Afuera no sólo están los titanes... Tierras de fuego, llanuras de arena, un continente helado, el mar... ¡Todo eso deben verlo, chicos! ¡Quiero que cumplan ese sueño por mí y vean el mar! Lily, gracias por ser mi primer amor...» – 🌊

Esa chispa se apagó finalmente, Armin se soltó y comenzó a caer desde una gran altura. Ya había dado todo de él, y fue un gran sacrificio que le costó su propia vida. Su cuerpo cayó en un tejado con la misma posición en que la que se sujetaba de Bertholdt, ahora estaba irreconocible.

El vapor se detuvo. Bertholdt vió por los alrededores, el cuerpo de Eren ya no estaba en donde cayó. Sólo estaba su cuerpo... ¡Cristalizado!

Ya no le dió tiempo de reaccionar y predecir el siguiente movimiento. Eren había conseguido sacarlo de su nuca. Por fin pudo armar el rompecabezas. El sacrificio de Armin fue para esto... El cuerpo del titán Colosal comenzó a caer lentamente... Su cuerpo se iba deshaciendo y tornaba un color muy oscuro.

Eren caminó por los tejados, tenía a Bertholdt con un brazo mientras lo arrastraba. No tenía expresión en su rostro, sólo quería ver a su mejor amigo... “¿Te mentí alguna vez?” recordó lo que le dijo el rubio.

— Maldita sea, ya lo sabía. — dijo. Más adelante pudo ver un cuerpo emitiendo calor, él era a quien estaba buscando. Se detuvo sin poder controlar sus lágrimas. — Ya sabía que eras... más valiente que nadie.

Eren se arrodilló frente al cuerpo de su amigo, dejando a Bertholdt en un costado. El dolor era enorme, ver a tu mejor amigo "muerto"...

— Ya sabía que esto pasaría. Por eso tuve que depender de ti. — al cerrar sus ojos, pequeñas lágrimas amenazaban con salir. — Armin... ¿Por qué nunca huyes?