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❀❘ 022

DONDE TODO EMPEZÓ.

¿Qué demonios era este maldito infierno? Todo lo que veía era tan real, sólo rogaba porque no fuera así. Una y otra vez ese sueño tan horrible... Las imágenes venían muy rápido a su mente. ¿Quién diablos le estaba advirtiendo de esta horrible pesadilla? Empezaba a sudar frío mientras se movía en la cama constantemente.

Sangre, miedo, destrucción, el titán Colosal y el Acorazado juntos, el Comandante Erwin, Eren, Historia, sus amigos y camaradas, un cuerpo horriblemente quemado a tal grado de no saber quién es... Lo último que pudo ver en ese sueño fue a Marco con un rostro de preocupación a un lado de ese cuerpo en llamas. ¿Qué intentaba decirle Marco con eso?

Vamos, Lily... Despierta, despierta, despierta, despierta, despierta, despierta, despierta, despierta... ¡Despierta, despierta! ¡DESPIERTA!

— Despierta. — Lil se levantó de su cama soltando un grito ahogado con la respiración agitada, ahí estaba Mikasa tratando de calmarla. — Otra vez tuviste una pesadilla... ¿Está todo bien, Lily? Toma un poco de agua, vamos.

— Sí, gracias. — recibió el vaso y tomó de ésta, se le escapó un poco de la boca. — ¿Qué hora es...?

— Temprano, aún no amaneció. — dijo. — Debemos prepararnos para salir, debemos estar listos antes de la puesta del sol.

La azabache se levantó de la cama de Lily y la vió nuevamente, se sorprendió un poco al verla.

— Lil, ¿por qué estás llorando? — la castaña se sorprendió, llevó una mano a su mejilla y la sintió húmeda por sus lágrimas.

— ¿Qué me ocurre...? Siento que algo muy malo está por pasar, pero espero que sea producto de mis pesadillas... — dijo ella.

— Todo irá bien, tenemos dos armas muy fuertes que nos ayudarán a matar a Reiner y Bertholdt. Vamos, levántate. — le extendió la mano. — Tenemos una misión que cumplir.

— Sí. — la castaña limpió sus lágrimas y agarró su mano para levantarse.

El viento comenzó a soplar, jugaba con el cabello de la castaña y ella únicamente se concentraba en mirar el piso que cada vez se hacía más lejano. Estaban subiendo por la muralla para ir de una vez al distrito Shinganshina, el lugar que alguna vez fue hogar de Eren, Mikasa y Armin. La castaña miró a Soojin que se encontraba al lado del capitán Levi, hablando. Miró para otro lado, ahí estaba Bruno, con una pequeña sonrisa nostálgica mirando a los civiles. Se sintió aliviada de que su alegría la contagie, por lo que también sonrió.

Y de repente su corazón saltó en el momento en que los gritos de los civiles se escuchaban, esto era algo que no ocurría todos los días. No, de hecho, nunca había pasado algo así.

— ¿Alguna vez aclamaron así a Legión de Exploración? — preguntó Bruno a su costado.

— No que yo recuerde... — dijo la castaña con un dedo en el labio. — Esta es una misión muy especial e importante para la humanidad, es una batalla definitiva... Confían un poco más en la Legión y nos mandan sus ánimos por esa misma razón.

— Ya veo... — dijo en un susurro para volver a sonreír. — Así que es la primera vez que ocurre algo así... Me alegra que mi primera misión sea así de importante.

— Esperemos que nuestros deseos se hagan realidad. — dijo ella.

Lily sintió una ligera mirada sobre ella, volteó para ver. Ahí estaba Armin con una cara de pocos amigos, pero al ver a Lily, suavizó su expresión. Otra vez ese golpe fuerte en el corazón... Sentía que se le partía cada vez que lo miraba. El comandante de la Legión, Erwin Smith, comenzó a gritar de igual forma con el puño arriba, su único brazo. Toda la población le seguía en sus gritos. Esos gritos estremecían el corazón de Lily y le ponían los pelos de punta. Recordó la vez en que toda la Legión fue regañada por Levi después de la batalla para recuperar a Eren. ¿Razón? El brazo de Erwin.

— ¡Inicia la reconquista de la muralla María, avancen! — ordenó Erwin.

Los ascensores los transportaron al otro lado de la muralla, en donde por fin se inició la operación. Todos aquí eran conscientes del peligro y había soldados por donde sea que miraras... Pero para eso mismo existía la Legión de Exploración. El comandante ordenó avanzar de una vez realizando la formación.

La noche llegó muy rápido al igual que la madrugada, era cuestión de tiempo para toparse con algún rincón de Shinganshina. Escuchó a Eren disculparse con Mikasa desde su posición que estaba más atrás. El frío invadió su cuerpo... No. Eran los nervios que no la dejaban tranquila, desde hace rato estaba así. No podía evitarlo, tenía tanto miedo... Pero tampoco quería decirlo a todo mundo.

Paró al oír gritar a Jean, diciendo que un titán estaba cerca. Al llevar su farol al lugar apuntado, pudo ver a un titán sentado, estaba recostado en una gran roca.

— Tranquilos, sólo está dormido. — afirmó Hange. — Éste pequeño no es uno de esos nuevos que se mueven por la noche. Ay, qué lástima... Ya dejénlo en paz.

Continuaron avanzando, Lily trató de recuperar la respiración. Sasha, que estaba a su lado, la miró.

— ¿Estás bien? Pareces nerviosa. — dijo ella.

— Tengo un poco de miedo, no puedo evitarlo. — dijo la chica con una pequeña sonrisa nerviosa. — Mis manos no me dejan de temblar por el miedo...

— Es normal tenerles miedo a esos titanes. A todos nos asusta. — dijo ella. — Pero verás que triunfaremos. Hemos estado preparándonos mucho para esta fecha. Cada noche, cada día, experimentando... Hemos avanzado con armas nuevas. No podemos fallar tan fácilmente después de todo lo que pasamos.

Lily sonrió y se sintió un poco más calmada. Sasha tenía razón, no iba a dejar que el miedo se interponga cuando ya habían llegado hasta aquí. Pero su memoria no quiso que su sonrisa dure por mucho tiempo, volvió a recordar esas escenas tan tenebrosas que vió en sus sueños... O más bien, en esa horrible pesadilla.

Más adelante, sintió que sus amigos en el frente se detuvieron de un momento para otro. Lily apuntó con su linterna hacia adelante.

— Siento que conozco este lugar. — mencionó la azabache. — Es aquí donde íbamos a recoger leña.

— ¡Estamos al pie de la montaña! — informaron. — ¡Encontramos un sendero!

— ¡Todos estén alerta, puede haber titanes cerca! — ordenó Erwin. — ¡Soldados, cambien al equipo de maniobras!

Lily se levantó de su caballo y sus ganchos se impregnaron en la muralla, dejando su cuerpo en el aire mientras que le distancia entre ella y el piso se hacía cada vez más grande. Apenas tocó la cima de la muralla, comenzó a correr hacia donde le indicaron. Ya estaba en la posición donde se requería su presencia para vigilar a los alrededores. Sólo unos minutos más y las señales de humo verde se dejaron ver desde la puerta exterior de Shinganshina.

No había titanes cerca, era muy extraño. Pero tampoco era razón para que abandonen el lugar. La castaña permaneció ahí con la capucha bien puesta, notando que unos segundos más tarde, una gran luz se encendió en la gran puerta. Eren se transformó en titán.

Su cuerpo se hizo de cristal, ya no supo nada más hasta unos momentos más tarde en que las señales de humo confirmaron el éxito de esto. Pero algo no marchaba bien... Por alguna razón, no vió a ningún titán cerca del perímetro por más que estuvo vigilando junto a ese escuadrón, esto era realmente muy extraño... De hecho, ni siquiera hubieran permitido que sellen la puerta en primer lugar. Algo tramaban, era evidente...

Lily dejó el catalejo de lado, levantó la mano y se dirigió a su superior.

— Señor, no hay nada por ésta zona. — mencionó ella. — Ya revisé bien. No parece que ellos estén de este lado de la muralla.

— Es extraño... — dijo él. — ¿Qué estará pasando?

Lily escuchó una bengala sonora y miró a esa dirección de donde provenía el ruido, ahí es en donde estaba Armin. Dejó de lado sus pensamientos, su superior ordenó que siga revisando hasta que detecte otro movimiento sospechoso. Ella tomó otra vez su catalejo y observó atentamente sin hacer ruido.

Su tranquilidad se fue cuando una bengala roja apareció al este, era una señal del Comandante Erwin. Debían abortar la misión y reunirse de inmediato.

La castaña apareció junto a los demás, ahí estaba Soojin al lado del capitán Levi. Ésta al verla, habló desde su posición sin apartar la vista. Lily hizo lo mismo.

— ¿Por qué revisar dentro de la muralla? — le preguntó Soojin. — ¿De verdad no encontramos nada en las casas interiores y exteriores?

— Armin debe tener sus razones, confía un poco más en él, es muy ingenioso. — dijo. — Incluso el Comandante Erwin aprobó que se revisen las murallas.

— Pues ya se han tardado mucho. A este ritmo perderemos el factor sorpresa. — dijo la pelirroja.

Lily asintió ante su comentario, estaba de acuerdo en eso, pero no podía dudar así de él. Unos segundos más tarde, una bengala sonora dejó oírse, algo estaba ocurriendo ahí abajo y no sabía qué decir. Parece que ya han encontrado algo.

— ¡Aquí! ¡Encontré un espacio...–! — escuchó la oración sin completar. Lily por asomo volteó para revisar desde su lado, una cuchilla se enterró en el abdomen del hombre, dejándolo caer.

Ahí se escondía alguien... Era Reiner. De repente algo hizo que su capucha caiga por esa pequeña, pero fuerte corriente de viento. La pelirroja estaba ahí, pero el capitán no.

— ¡Capitán Levi! — gritó Soojin.

El Ackerman incrustó su cuchilla en el cuello de Reiner apenas se dejó ver, Lily estaba sorprendida. Levi llevó su otra cuchilla al abdomen del muchacho y ambos comenzaron a caer. Pero antes de tocar el piso, el capitán se colgó en medio del muro y dejó a Reiner caer.

Se retorció en el piso y su cuerpo brilló intensamente junto a un enorme rayo. Era él... El titán Acorazado estaba ahí.

— Así que ese es el famoso titán Acorazado... — susurró Soojin para ella misma.

— ¡Soldados, todos en guardia! — ordenó el comandante Erwin. — ¡Busquen a los demás enemigos y...–!

Hubo muchos destellos amarillos desde sus espaldas, demasiados. Lily estaba con la boca casi abierta del asombro, habían titanes por todas partes rodeándolos. Pero entre todos ellos, destacaba más el mono gigante. El desgraciado agarró una enorme roca y la lanzó. Lily cerró los ojos y escuchó el impacto, viendo mucho polvo al volver a abrirlos.

— ¿Falló? — preguntó un superior.

— ¡Comandante, bloquearon la entrada! — informó Soojin, el rubio y todos los demás vieron al piso. — Ese mono gigante tiene una puntería muy buena...

— Obstruyó la entrada para que no entren los caballos. — dijo Lily, la pelirroja asintió. — Nos tienen totalmente rodeados...

— Ahora, ¿qué planea hacer?

El capitán Levi se acercó a Erwin, informando que el titán Acorazado quería subir a la muralla. Lily se le acercó a Armin para preguntarle si no se lastimó, él respondió que estaba en perfecto estado. Erwin ordenó inmediatamente que eviten el enfrentamiento con el Acorazado. Lily miró al exterior, había un titán muy extraño entre ellos que se paraba en cuatro patas. Tenía algo en la espalda, parecía ser pólvora.

— El cuadrúpedo junto al titán Bestia es el otro titán inteligente. — afirmó Erwin. — No. Debe haber más como ellos.

— Miren eso. — señaló Lil. Todos voltearon ver. El titán Bestia levantó su brazo y lo estrelló contra el piso, soltando un enorme rugido.

Los titanes más pequeños entre ellos habían empezado a avanzar, se iban acercando los de dos a tres metros. Era lo mismo que cuando atacaron al castillo Utgard... Pero su objetivo principal, es capturar a Eren. Aunque para lograrlo, primero necesitaban cortar sus vías de escape. Cierto... La muralla María todavía es territorio titán, así que no podrían volver sí matan a los caballos. Si ellos logran eliminarlos, ya no tendrían ruta de suministros y quedarían totalmente incomunicados. Ya sea en una semanas o en un mes, el enemigo esperaría a que no puedan moverse, así evitarían un enfrentamiento con ellos. Podrían capturar a Eren sin que él pueda hacer nada.

Lily dejó de pensar cuando escuchó como el titán se acercaba más a la muralla. Armin informó esto y que aún no encontraban a Bertholdt.

— Estoy consciente. — dijo. Erwin cerró los ojos y respiró profundamente. — ¡Atención! ¡Los primeros dos escuadrones, deberán proteger los caballos junto al escuadrón de Klaus! ¡Escuadrón de Levi, ustedes pelearan contra el Acorazado junto a Hange! — ordenó. — ¡Si lo consideran necesario, usen las Lanzas Relámpago! ¡Cumplan con su misión cueste lo que cueste! ¡En este momento, toda la humanidad dependerá del resultado de esta batalla! ¡Se los pido una vez más... Consagren sus corazones!

— ¡Entendido! — dijeron.

— Esperen. Armin, Levi, Soojin. — llamó Erwin. — A diferencia de tu escuadrón, debes quedarte aquí, y tú también, Soojin.

— ¿Está diciendo que debemos proteger a los caballos en lugar de Jaeger? — preguntó Soojin.

— Así es. — el rubio señaló al titán Bestia con su cuchilla. — Y si tienen la oportunidad, quiero que maten al titán Bestia. Sus fuerzas serán suficientes para matarlo.

— Bien, Comandante. — dijo Levi. — Ya que no pude traer al titán Acorazado, te traeré la cabeza de ese maldito mono. Vámonos, Soojin.

— Sí, señor. — dijo ella. Los dos ya se habían ido, quedando el rubio mayor y menor.

Erwin le explicó a Armin el plan que tenía para poder derrotar al titán Acorazado. Su plan consistía en usar a Eren como carnada, tenía que distraerlo para que pueda olvidarse de los caballos. Pero si esto no funcionaba y decidía quedarse, Eren podría dar la vuelta entera e ir a la espalda del titán Bestia, así podrían acabarlo de una vez. Todo dependía de qué decisión tomaba Reiner. Había una cosa más, era Bertholdt. Por eso Armin sugirió que luche contra Reiner lejos de las murallas.

Ahora sólo quedaba ver qué es lo que haría Reiner. ¿Perseguir a Eren o quedarse a matar a los caballos?

Bruno continuó avanzando, estaba junto a su escuadrón con dos caballos bajo su cargo, igual que sus camaradas. Todos sus compañeros morían del miedo, únicamente debían proteger a los caballos, pero con tantos titanes cerca y las pocas fuerzas de los novatos, era difícil.

— ¿Qué hacemos? — preguntó Floch. — O-Oye, Bruno.

— ¿Eh? Perdón, ¿dijiste algo? — le preguntó el chico.

— ¿Qué debemos hacer con los caballos? — volvió a preguntar.

— No lo sé. Dijeron que no los dejemos en un solo lugar. — habló. — Tranquilo, sigamos caminando.

Se acercaban a ellos titanes de 3 y 4 metros de altura, el escuadrón a cargo de matarlos se ocupaba de la situación. Al ser la primera misión de Bruno fuera de las murallas, se sentía muy nervioso y tenía miedo. Nunca antes había visto titanes tan cerca de él. Intentó no distraerse, pero de repente la cabellera roja de Kang Soojin apareció. Ese rojo tan brillante también recalcó también en sus mejillas. Había matado a esos dos titanes como si fuera lo más fácil del mundo. En tan sólo 2 meses se había vuelta muy buena usando el equipo de maniobras.

— ¡No se distraigan! — ordenó el capitán Levi, él también estaba junto a Soojin. — ¡Encárguense de los más pequeños! ¡Y ustedes, avancen! ¡No quiero bajas! ¡No se atrevan a morir!

— ¡Entendido! — gritaron.

Sus compañeros morían muy rápido, ni siquiera podían enfrentarse a los titanes más pequeños. La legión ya no tenía la misma fuerza de antes al tener a tantos novatos.

Bruno y todos los de su escuadrón avanzaron junto a los caballos, Floch no dejaba de temblar y quejarse, ya se estaba cansando de él. Inconscientemente buscó un rastro de cabellera rojiza por el cielo, Kang Soojin era alguien increíble. Sintió que mientras aún la veía desde el cielo, iba a estar bien. Sus mejillas se tornaron rojas a pesar de la situación crítica en la que estaban. ¿Qué era lo que estaba sintiendo Bruno...?

La Sargento Hange dió la señal de disparar con las Lanza Relámpago, su nueva arma iba a estallar en los ojos y boca de Reiner. Lily se impulsó mientras iba al lado de Mikasa y Hange. El titán Acorazado pensó que usarían sus cuchillas con él, es por eso que ni se molestó en apartarse del camino. Lily sonrió internamente, se enganchó al cuerpo de Eren como titán y volvió a tomar impulso, acercó su lanza un poco más y disparó en el interior de su boca entreabierta. Rápidamente jaló del hilo al estar lo suficientemente apartada, estos estallaron en los ojos de Reiner y en el interior de su boca. El rubio se tomó una gran sorpresa con eso.

— ¡ARGHHH! — gritó.

Lily miró de reojo, sus demás compañeros venían desde la dirección opuesta, apuntando ésta vez en la nuca. Se alivió al ver que el daño fue efectivo en la armadura de su nuca, esta arma de verdad le hacía daño. Cambió de dirección y se colocó sobre un tejado de una casa vieja. Hange ordenó que lo hagan otra vez, quería que lo maten aquí y ahora. La mayoría se tomó mal la orden de acabar con la vida de Reiner porque aún le tenían algo de cariño, pero sus sentimientos no podían interferir en la misión.

La castaña y toda la Legión volaron en el aire y apuntaron a Reiner en la nuca para acabarlo de una vez. Todas esas lanzas se apegaron a la nuca casi destrozada de Reiner y finalmente estallaron.

— ¡Arghhhhhh!

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