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❀❘ 021

EL INICIO DE UNA AMISTAD.

Comenzó a mover el brazo de arriba para abajo en círculos, le dolía por hacer tanta fuerza, no debió cargar tres costales a la vez para terminar más rápido el trabajo. Se olvidó de eso y caminó por los pasillos para ir a los baños. Al doblar por los pasillos, sintió un pequeño golpe en el hombro que le hizo perder el equilibrio.

— Ten cuidado. — sintió una mano agarrar su cintura y apegarla a su cuerpo, la castaña aferró sus dedos a sus hombros por instinto. — ¿Te encuentras bien?

La castaña abrió ambos ojos y lo vió, era un chico de cabellos castaños, casi rubios, esa expresión de total preocupación que le dedicó, sus ojos eran de un miel castaño tan lindos y encantadores. Lily se alejó unos pasos del rubio al separarse.

— Gracias... — dijo sin terminar al no saber su nombre, hizo una reverencia como agradecimiento, comenzó a retirarse.

— Bruno. — la chica se detuvo. — Soy Bruno Becker, ¿cómo te llamas? Si es que puedo saberlo...

— Lily Weigel. Gracias por la ayuda. — la chica se retiró nuevamente por los pasillos hasta dejar al chico solo,  ahí parado.

El joven de cabellos claros sonrió con dulzura, era una chica muy linda y parecía de su edad, quizá podría hacerse su amigo. Después de todo, no tenía muchos amigos... O bueno, los que tenía sólo lo dejaban de lado. Bruno buscó el pan que estaba comiendo hace rato, antes de chocar con Lily. Fijó su vista en el piso con un suspiro saliendo de sus labios.

— Ay no, ha pasado más de tres segundos en el piso, ya no puedo comerlo. — dijo recogiendo el pan y retirando el polvo. — Pero qué gran desperdicio de harina...

Lily vió por todas partes, ahí estaba Jean levantando su mano para hacer saber que estaban ahí reunidos. Al acercarse sintió que alguien chocó con ella, otra vez, y su bandeja de comida cayó encima de la chaqueta de esta persona, la chica llevó ambas manos a su boca por la impresión. Tanto Jean y Armin se habían levantado de su asiento apenas la vieron chocar. La castaña levantó la mirada al mismo tiempo que él, se reconocieron de inmediato.

— ¿Tú? — preguntaron al mismo tiempo. El muchacho la miró con una sonrisa.

— Lily, ¿no es así? — ella lo observó. — Deberíamos dejar de estar topándonos así.

— Lo siento mucho. Por favor, déjame ayudarte con tu chaqueta, lo lavaré. — dijo, ambos se agacharon para limpiar lo que dejaron el piso.

— Oye, ¿acaso no ves por dónde caminas? — preguntó Jean, causando que Bruno recaiga su vista en el, el castaño lo agarró del cuello de su camisa para levantarlo del piso. La castaña se levantó también.

— ¡Jean! — regañó, tomando las manos de Jean para que lo suelte.

— Oye, tranquilo, amigo. Fue sólo un accidente. — dijo él calmado, ignorando lo que le decía, se soltó él solo sin ayuda.

— Lily, ¿estás bien? — preguntó el rubio que también se acercó a ella muy preocupado, la chica asintió y el rubio se calmó un poco.

— Jean, cálmate. — dijo la castaña mirándolo. — Fui yo la que chocó con Bruno, no es su culpa. — dijo recogiendo la bandeja con toda la comida desperdiciada... Esta noche ya no podría cenar. — Por favor, suéltalo.

— ¿Ya se conocían? — preguntó el rubio, evidentemente molesto, pero no lo hizo notar.

— Fue obra del destino... — suspiró.

— Hace unas horas choqué con él. — confesó la castaña. — Evitó que me lastime con la caída. — Lil miró al castaño claro y extendió su mano. — Lavaré tu chaqueta.

— N-No te preocupes, está bien. Yo debería darte de mi comida ya que la tuya cayó al piso. — dijo. — Por favor, acéptalo.

— No hará falta. — dijo Armin de tomando la muñeca de Lily, dejando a Bruno con una expresión seria. — Yo aún no toqué mi comida, puedo notar que la mitad tu bandeja está incompleta, con eso no se llenará.

— Pero entonces, ¿qué piensas comer tú? — preguntó Bruno. — Dijiste que no tocaste tu comida, ¿crees que ella se sentirá feliz de comer, sabiendo que tú no comiste?

— Esto es muy diferente. — agregó Jean, el chico frunció el ceño al verlo. — Deberías comer de lo que te queda, yo tampoco tengo hambre.

— Además, nosotros podemos colaborar para darle a Lily lo suficiente. Ustedes apenas se conocen. — volvió a hablar el rubio.

Lily empezó a sentir su ojo saltar por la molestia que le causaba verlos discutir sobre quién debía de darle su comida. De repente sintió que alguien la agarró del brazo y la entrelazó para llevársela de ahí. Al ver su cabellera roja y esa estatura tan pequeña, sonrió internamente.

— Son un trío de idiotas. — dijo la chica, se detuvo para mirarlos con una expresión seria. — Ella tiene hambre y ustedes se comportan como unos bebés.

La castaña agarró un pedazo de pan y comenzó a comer junto a Soojin que también comía junto a ella. La castaña levantó la vista para ver a la pelirroja que comía sin ganas.

— Te agradezco mucho que me hayas sacado de esa situación. — dijo la castaña. — Si no venías, en verdad les daría un buen golpe.

— Esos idiotas... — dijo la menor chasqueando la lengua. — Puedes venir a comer aquí si así lo deseas, nunca tuve gran apetito y siempre sobra comida en mi plato.

— Gracias, Soojin. — agradeció. — Me alegra que ya seas parte de la Legión de Exploración... ¿Estuviste entrenando durante este tiempo?

— ¡Sí! — rió. — Hmp... Hasta hace dos meses peleábamos a muerte, y ahora compartimos la cena juntas, pero qué ironía...

— ¿Quién lo diría, no? Ambas éramos enemigas en diferentes bandos, y ahora formamos parte de la misma unidad. — mencionó ella llevando una papa cocida a la boca, sin pelar. — Esta vida está llena de sorpresas.

Ambas chicas ya no sabían de qué hablar para despejar este ambiente, esperaban que alguna abra la boca y diga cualquier tontería. Comer junto a la persona que casi te mata aún era algo raro, a pesar de que ambas querían caerse bien, la una a la otra. Lil buscó algún tema del cuál hablar y dijo lo primero que se le vino a la mente.

— ¿Q-Qué te llevó a unirte a Kenny Ackerman? — preguntó mirándola fijamente para esperar su respuesta.

— Él era... el único que no me trató con desprecio... — mencionó. — Yo nací en la ciudad subterránea, es el peor lugar para nacer, créeme, te lo digo por experiencia propia.

Lily la miró atentamente esperando a que continúe hablando...

— Era hija única, estuve unos años viviendo con mis padres a los que les iba mal en el trabajo. Muy pronto no tardaron en discutir sobre eso, ya ni siquiera teníamos para comer un pan duro. Yo sólo me quedé ahí, viéndolos discutir, muriéndome de hambre y sed... Y cuando me veían, decían que era mi culpa por haber nacido. — suspiró. — Muy pronto me vendieron a unos hombres que abusaron de mí, todo por un par de botellas. Me faltaron piernas para escapar, y logré salir de ese infierno. Ya no tenía a dónde ir. Tuve que ganarme la comida yendo a los basureros a ver si encontraba algo que pueda calmar mi hambre, pero cuando las personas veían mi aspecto andrajoso, me lanzaban aguas puercas o me golpeaban. Era algo normal, realmente me veía fatal. Pero un día todo cambió de alguna manera. — la pelirroja bajó la vista. — Entré al primer bar que vi para pedir algo de comida, lo que sea, pero sin tener gesto de perro muerto de hambre. Extendí mi mano a la persona que se sentaba en el fondo, y ahí lo conocí... "Sólo eres piel y huesos, mocosa".

Lily sintió un nudo en su garganta, podía sentir su dolor.

— Kenny me llevó a comer esa misma noche, todos me miraban con asco al verme tragar como un cerdo. — agarró un trozo de papa y comió. — Luego de eso, lo perseguí al darme cuenta que ya no estaba conmigo. No quería cuidar de alguien como yo, pero aún seguía insistiendo... Y me crió, lo primero que me enseñó fue cortarle el cuello a las personas para conseguir lo que quería, destaqué en el arrebato... Él era un hombre reservado, nunca te decía algo de lo que valga la pena hablar. A pesar de saber que era un asesino, lo quería con todo el corazón, es por él que tuve una razón para vivir. Muchas veces pensé en quitarme la vida, pero nunca tuve los santos ovarios como para dejar de vivir, tenía mucho miedo.

La pelirroja dejó de hablar al escuchar el llanto de la castaña, se le hizo raro que ella esté llorando.

— ¿Qué te ocurre? — preguntó.

— Realmente eres... una mujer muy fuerte como para haber soportado... todo esto... — sollozó limpiando sus lágrimas. — Has sufrido bastante... Pero aún estás aquí, luchando en este mundo lleno de injusticias...

— Hey, no se supone que lloraras. — habló ella, la pelirroja no sentía nada más que confusión. — ¡Ya, Lily, no llores! Deja de llorar o te sacaré de mi habitación.

— Eso está difícil... — mencionó la castaña. La pelirroja acercó su mano a la cabeza de Lil y comenzó a darle algunas palmadas. En serio, ¿qué otra forma de consolarla había? — Kang Soo.

La pelirroja dejó su acción de lado.

— Así es como él te llamaba, ¿no? — ella asintió. — Realmente te tenía un gran cariño... — levantó la mirada. — Pues ahora yo también te llamaré así, Kang Soo.

La pelirroja desvío la mirada algo sonrojada y con el ceño fruncido levemente.

— Llámame como quieras, no tengo ningún problema.

Ambas se quedaron juntas, la más baja tratando de calmar a Lily para que deje de llorar; y la castaña diciendo que ella era alguien fuerte. Era como si el destino quisiera que ambas fueran amigas, a pesar del daño que causaron ambas por el bien de sus seres queridos... Todo eso quedó en el pasado esa misma noche.

Ya han pasado dos días, se anunció que mañana mismo iban a iniciar la operación para recuperar la muralla María. Todos estaban emocionados y nerviosos para sacar a la luz sus nuevos trucos, y también una nueva arma que los ayudaría a vencer a Reiner. Todos estaban en la sala, la Sargento Hange explicaba su uso.

— ¿La barra de hierro es la nueva arma? — preguntó Eren.

— Llámala lanza, al menos. — dijo Hange sujetando el arma entre sus manos. — El equipo de ingeniería hizo lo que le pedí usando la tecnología nueva que escondía la policía interior. — explicó. — Lo que les pedí fue un arma capaz de dañar al titán Acorazado.

— ¿Al titán Acorazado? — preguntó Armin sorprendido, ella afirmó.

— Nuestras hojas no le hacían nada. Si no deshacía su endurecimiento, lo único que podíamos hacer era observar cómo Eren lo enfrentaba. — dijo. — Por ahora, el método efectivo que tenemos contra el acorazado son las llaves de Eren transformado en titán. También preveo que los puños endurecido serán eficaces. Pero completar la operación solo con esas armas será difícil. Tapar los agujeros de la muralla es clave, pero lo principal es matar a Reiner y Bertholdt para que no lo destruyan más.

— ¿Le clavaremos esas armas al titán Acorazado? — preguntó Lily. — ¿Qué tanto daño producen?

— Esa es un excelente pregunta. Deja que les explique con acciones y no con palabras. — dijo. — Vayamos afuera.

Hange y todos los soldados de la Legión de Exploración se juntaron en el campo con algunos protectores de madera para la castaña mayor. La Sargento sugirió que mantengan la distancia y se tapen los oídos. Pensaron: ¿en verdad era necesario taparse los oídos por una pequeña lanza? Pero de inmediato tuvieron que hacerlo al sentir el arma sonar fuertemente al impactar con ese árbol, todas las aves que estaban en los árboles se fueron volando. Estaban más que sorprendidos. El árbol de tronco grueso fue partido a la mitad y cayó al piso, dejando un rastro de fuego en el.

— ¿Ya ven lo potentes que son? — preguntó con una sonrisa. — Es como si cayera un rayo. De ahí que las llame Lanzas Relámpago. Pero no sabremos si pueden matar al acorazado hasta usarlas contra él. — nadie decía algo, aún estaba muy sorprendidos. — Son efectivas contra los normales, pero habrá que preparar el campo para usarlas contra él.

Sí, ya habían pasado dos días desde eso. Hoy en la noche iban a darle una sorpresa especial a la Legión.

— ¡Hoy es una noche especial, pero evitemos que los civiles se enteren! ¡Demuestren que un soldado sabe cómo comportarse! — dijo el mayor. Lily... No. Todos estaban sin poder creérselo. — ¡Celebremos que mañana retomaremos la muralla María! ¡Salud...–! — de inmediato se quedó callado al ver que todos aquí, excepto los más normales, discutían por cómo repartían los filetes.

Sasha había agarrado la enorme porción y se la llevó a la boca sin pensarlo, esto pasaba cuando la chica patata veía carne después de tantos años. Bueno, al menos un año y medio desde el concurso de cocina con Jean. Jean se levantó de su asiento al ver que Sasha se comía la carne como saco sin fondo.

Connie entrelazó sus brazos al cuello de Sasha para que se ahogue y suelte la carne, pero ella no cedía.

— ¡¿Qué crees que haces, chica patata?! ¡¿Estás consciente de las locuras que estás cometiendo?! — le gritó Jean.

— ¡Deja eso, Sasha! ¡Por lo que más quieras, no me obligues a matarte! — dijo Connie sollozando.

Jean le arrebató la comida de la boca y le dijo que no podía comerse la carne ella sola. Ella, al no sentir ese sabor en la boca, mordió la primera carne que encontró, excepto que esta era carne de caballo.

— ¡Ahhh! ¡Me está mordiendo, me está mordiendo, me está mordiendo! — gritó Jean adolorido.

— ¡Sasha, esa es carne de caballo! ¿Acaso ya no la distingues? — gritó Connie sin poder controlarla.

— ¿Acaso nunca le dan de comer a la bestia? — preguntó Marlo. — Qué miserables son–

Marlo calló al sentir el puño de Sasha darle en la nariz, causándole una hemorragia al champiñón. Lily abrió los ojos muy sorprendida de lo que veía.

— Oye, Connie, déjala inconsciente. — dijo Mikasa. Sasha le dió un puñetazo en el pecho izquierdo, pero ella no sintió nada de dolor.

— ¡Eso intento, pero se sigue moviendo aunque esté inconsciente! — dijo Connie.

— Traigan cuerdas, es peligroso dejarla suelta. — dijo Lily.

Todos sujetaron a Sasha y la dejaron amordazada en un poste, así ya no se enloquecería por la carne.

— Con eso bastará. — dijo ella volviendo a su lugar. — Al fin se quedó sin fuerzas...

— Por eso mismo te lo digo. — habló Jean, la de ojos castaños lo vió. — Al ser un novato sin experiencia, deberías quedarte en la retaguardia.

— Entiendo que somos débiles, ¿pero no es mejor la primera línea para conocer los movimientos del enemigo? — preguntó Marlo.

— ¿Qué dices? — preguntó. — ¿Nunca has estado en batalla y actúas como un héroe?

— Bueno, es que sin ese espíritu, no creo que sea posible manejarse en batalla. — excusó.

— Pon atención. Al principio, todos somos reclutas, si los ponemos al frente como si fueran peones, toda esa generación se iría a la basura. Su trabajo como reclutas es quedarse atrás, aprender de los que tienen experiencia en combate. — Marlo frunció el ceño. — ¡Y por otro lado están los soldados más inútiles del batallón! ¡Son los que se quieren suicidar y lanzarse al combate sin pensar! — habló Jean refiriéndose a Eren. El de ojos verdes dejó su bebida de lado y lo miró molesto.

— Oye, Jean, ¿de qué estás hablando? — el castaño con cara de caballo abrió lo ojos.

— ¿Acaso hay otro suicida aparte de ti, idiota? — preguntó con una sonrisa burlona.

— Hace muy poco me enteré de algo. Me dijeron que soy bastante normal. Desde mi punto de vista, tú eres demasiado cobarde como para aceptarlo, Jean.

«Aquí vamos de nuevo...» – 🌺&🌊.

— ¡Te crees muy listo, estúpido infeliz! — gritó Jean.

— ¡¿Por qué todo lo malinterpretas?! ¡Me las vas a pagar, cara de caballo! — gritó Eren.

Y así comenzaron sus peleas... Ellos dos siempre iban discutiendo por donde sea que iban. Se daban en puñetazos y patadas. La castaña sintió que alguien la agarró del hombro, era Soojin quien la saludó.

— ¿Deberíamos detenerlos? — le preguntó la castaña a Armin y a Mikasa, la pelirroja se sentó al lado de Lily.

— No, esta pelea se ve mucho más interesante que la vida diaria. — dijo Soojin sonriendo. — Veamos qué pasará si los dejamos pelear.

Ya habían pasado varios minutos, tanto como Jean y Eren estaban muy cansados y se preguntaban por qué nadie los detenía. Sí seguían así, iban a vomitar toda la carne. De repente vino el capitán Levi y los golpeó a ambos, mandándolos a diferentes direcciones. Este fue el golpe final.

— ¡El mejor desenlace de la vida! — dijo Soojin muy contenta. Levi ordenó que limpien todo este gran desastre, al igual que el vómito de los dos boxeadores que se dieron de alma. Levi miró a la pelirroja.

— Soojin, tú no deberías estar aquí. — dijo. — Regresa de inmediato.

Soojin se levantó de su asiento siendo la atención de casi todos, agarró el brazo de Lily y la obligó a levantarse de su asiento para poder llevarse a su primera amiga lejos de las órdenes de Levi.

— Sólo tengo dos palabras para decirle... — dijo la pelirroja con los ojos cerrados, parecía "arrepentida". Qué gran actriz es. — Piérdete, Levi.

Lily se sentó a un costado de Soojin en las gradas, viendo las estrellas. Ella suspiró para poder calmar su pobre corazón. Tenía tanto miedo de tan sólo imaginar cómo pudo haber reaccionado Levi ante tal insulto que le mandó Soojin hace rato. Esos ovarios no se los quitaba nadie.

— ¿Crees poder lidiar con él cuando regresemos? — preguntó ella.

— Puedo dominar a enanos como él... — dijo confiada.

— Kang Soo, tú mides 1.58, el capitán es más alto que tú... — dijo la chica con una pequeña sonrisa muy nerviosa.

— ¡Oye, es estatura promedio! — dijo la pelirroja dándole un leve golpe a Lily en la cabeza. — Grrr.

— ¡Oye! — escucharon una voz a sus espaldas. — El capitán quiere verte de inmediato, me mandó a buscarte y se ve muy furioso. Apenas pude salir vivo del comedor.

— Bruno... — susurró Lily para luego mirar a Soo. — Te lo dije, pero no me hiciste caso. El capitán Levi te matará.

— Sí, ¿qué fue lo que te hizo? — se sentó al lado de Lily, quedando ella en medio de ambos. — ¿Cómo es que una chica tan pequeña como tú tiene una lengua tan grosera?

— Tsk, cállate. — dijo. — Será un simple castigo, eso no es nada. — suspiró. — Así que... mañana retomaremos la muralla María. — sus dos compañeros se quedaron mirando a la pelirroja. — Cuando ésta lucha contra los titanes termine, ¿qué piensan hacer?

— No tengo idea... — confesó Lil. — Desde que la muralla cayó, siempre quise vivir más apartada y sometida, era muy cobarde como para salir al mundo exterior. Pero gracias a mis compañeros, aún estoy aquí. Es lo que me motiva. Pero realmente no estoy segura de lo que quiero, sólo que todo esto termine... — la castaña volteó a ver a Soojin. — ¿Qué hay de ti, Kang Soo? ¿Qué te gustaría hacer?

— Viajar a todos lados. No me gusta estar encerrada. — dijo Soojin. — Cuando los titanes desaparezcan, me iré contenta de éstas rejas. ¿Y tú, chico? ¿Qué harás?

— Me llamo Bruno. — dijo él con el ceño fruncido, mirando de mal a la pelirroja. — Y pues... Me gustaría abrir una gran panadería en la capital para vender mis delicias y satisfacer sus estómagos.

— ¿Te gusta la repostería? — preguntó Lily mirándolo.

— Sí, somos una orgullosa familia de panaderos. — sonrió. — Mi papá pasó toda su vida trabajando y ahora está muy enfermo, mis hermanos no pueden cuidarlos por su cuenta. Por eso me uní a las líneas militares, para ser Policía Militar, pero mi idea cambió luego de ver lo geniales que eran todos aquí. Luchar por el bien de la humanidad me parece un acto muy noble.

— ¿Y qué hay de tu mamá? — preguntó Soojin intrigada.

— Ella murió hace unos años... — susurró, Lily se tapó la boca y lamentó haberlo mencionado, por parte de Soojin. — No te disculpes, eso ya pasó hace mucho...

Los tres miraron al cielo siendo iluminado por las estrellas, de repente bajó una estrella fugaz frente a sus rostros.

— ¿Sabían que si le pides un deseo a una estrella, se hace realidad? — preguntó Bruno.

— No creo en esas supersticiones. — dijo Soojin en un bostezo.

— Deberíamos pedir un deseo, para tener éxito en la misión. — dijo la castaña volviendo a mirar al cielo. — Yo... Deseo que todo nos salga bien a partir de mañana, y podamos vencer a Reiner y Bertholdt de una vez por todas.

— Deseo una enorme bendición para mi familia y para toda la humanidad, que la victoria sea nuestro destino. — dijo Bruno. Ambos miraron a Soojin que estaba suspirando, al sentir las miradas de ambos, volteó a verlos dejando el bostezo a medias.

— ¿Es en serio? — preguntó la pelirroja viéndolos a ambos, suspiró para luego ver al cielo. — Yo deseo... Yo deseo... ¡un aumento!

— Pff–, ¿Qué clase de deseo es ese? — ambos comenzaron a reír por el deseo de Soojin. Muy pronto, la pelirroja también se les unió a las risas y así permanecieron hasta que tuvieron que retirarse porque el capitán Levi realmente iba castigar a Soojin por su comportamiento.

En este poco tiempo disfrutaron y rieron, al menos sonrieron... Pero tal vez todo eso cambie a la mañana siguiente, tendrían que dejar esos sentimientos de lado... Y enfocarse en una sola cosa.

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