❀❘ 015
➤ RESCATE.
Lily estaba de pie junto a sus demás compañeros. Todos, incluyendo a Lily, tenían el equipo de maniobras y el informe bien puesto. Dentro de un rato iban a trasladar sus caballos, así comenzaría la operación para rescatar a Eren e Ymir. El Comandante Erwin y sus demás soldados iban en caballos sobre la muralla, los acompañaba también la Policía Militar.
— Vinieron en caballos sobre la muralla. — habló Lily.
— Sí, es la ruta más rápida. — le respondió Armin, el rubio vio a su doble femenina y le advirtió lo siguiente: — Christa, será mejor que no formes parte de esta operación.
Lily miró curiosa a la rubia de ojos azules, ella simplemente negó antes las palabras de Armin.
— Gracias por preocuparte, pero debo ir. — dijo ella. — Ellos se llevaron a Ymir, yo no podría abandonarla. Tú deberías entender esto, Armin. Ustedes van por Eren, ¿por qué yo no puedo ir por Ymir?
— Christa está en lo correcto, Armin. — habló Connie. — Todos nosotros tenemos fuertes motivos para ir por ellos. Quiero confirmar por mí mismo que Reiner y Bertholdt son unos traidores. Necesito que me lo digan ellos mismos. — frunció el ceño.
Casi de inmediato se desplegaron los ascensores y los caballos bajaron de la muralla al piso, mientras tanto, la sargento Hange explicaba desde el piso la ruta por la que debían ir y en las que supuestamente se encontraban.
Antes del anochecer, sólo hasta antes del anochecer... Sí llegaban a ese bosque de árboles gigantes, lograrían rescatar a Eren e Ymir.
La operación inició de inmediato con el Comandante Erwin a cargo del escuadrón de rescate. El Comandante Erwin desplegó su brazo y entraron en formación. Así fue durante más de media hora cabalgando, habían titanes por casi todas partes, pero de no ser por el escuadrón de apoyo, ya serían su distracción y eso los retrasaría.
Lily se percató de repente que alguien se estaba adelantando, lo supo porque estaba viendo las sombras en el piso mientras avanzaba. Era Mikasa que se estaba adelantando demasiado.
— ¡Mikasa! — llamó Hannes. — ¡Oye, Mikasa! ¡Mikasa! — la joven salió del trance y lo miró. — ¡No te adelantes mucho, romperás la formación! ¡Sé cómo te sientes, pero como te dije, Eren no se dejará secuestrar sin dar pelea! ¿No crees? — ella asintió. — Él no se rendirá tan fácilmente. — sonrió. — Por eso no hay que perder la calma, debemos ayudarlo lo más pronto que sea posible, como cuando eran niños...
Otra vez esa conversación, parecía que Eren, Mikasa y Armin tuvieron una infancia llena de aventuras y risas juntos. Parecía ser mucho más interesante que vender leña...
La formación continuó a pie, ya habían pasado algunas horas a caballo, por suerte no hubo muchas complicaciones. El cielo comenzó a tornarse de un color más naranja y amarillento, comenzaba la hermosa tarde. Las bengalas verdes fueron lanzadas de diferentes colores, continuaban avanzando tras esto. Desde ya muy lejos podía verse el bosque de árboles gigantes.
Otra señal de humo roja, un titán se les aproximaba. El Comandante Erwin lanzó otra bengala para cambiar de dirección y evitar luchar contra los titanes, pero casi al mismo tiempo se lanzó dos señales de humo rojo. Los tenían rodeados... Por ahora, lo único que podían hacer era rodear y cambiar de ruta. Pero más bengalas iban en dirección... Y lo peor era que si rodeaban la zona, llegarían tarde a rescatar a Eren e Ymir. Debían seguir adelante...
— ¡Soldados, sigan adelante! — gritó el Comandante.
A unos metros estaban oficialmente en el bosque de árboles gigantes, y hablando de gigantes, los titanes se presentaron en la entrada para darles la cálida bienvenida en sus estómagos, ya casi era hora de la cena. El comandante Erwin pidió que siguiesen avanzado. Un enorme rayo amarillo se mostró en el interior.
— ¡Hay una luz en frente, está dentro del bosque! ¡Asumo que es la luz que se emite en la transformación de un titán! — dedujo Armin.
— ¡Llegamos a tiempo! ¡Soldados, dispérsense! — ordenó Erwin.
La formación se dividió en dos filas que rodearía en el bosque, mientras que los otros soldados seguirían desde adentro. Estaba lista, era hora de usar el equipo de maniobras tridimensionales. Se levantó de su caballo en movimiento y se movió a gran velocidad junto a sus demás compañeros.
— ¡Lo primero es encontrar al enemigo y avisarles a los otros! ¡Deben estar oyendo del bosque, adelante! — ordenó.
De repente se oyó el ruido de un titán, provenía de más adelante. Entre los árboles estaba el titán de Ymir, era ella.
— ¡Ymir! — gritó Lily.
— ¡Acabaré con ella! — gritó uno de sus superiores.
— ¡No, señor, espere! ¡Ella es Ymir, es la chica que secuestraron en su forma de titán! — la castaña aceleró el paso y se colocó con algo de temor frente a ella. — ¡Ymir, ¿qué pasó?!
La chica no contestaba, sólo se dedicaba a mirar a cualquier dirección, parecía estar buscando algo.
— Ymir, ¿qué pasó con Eren? ¿Dónde están Reiner y Bertholdt? — la chica no hablaba. — ¡Vamos, sé que puedes hablar en esta forma, contesta de una vez!
— ¡Oye, fea! ¡¿Dónde está Eren?! — preguntó Connie acercándose y parándose sobre su cabeza.
Armin, Mikasa y los demás también se juntaron con ellos, colgados en distintos árboles, únicamente Lily y Connie estaban más cerca.
— ¡Abre la boca! — Connie saltó en su cabeza y cayó encima de su hombro para darles más de sus pataditas. — ¡Fea, tenemos prisa!
— ¿Estará vigilando por si Reiner vuelve? — se preguntó Armin. — Algo no está bien, ¿qué hace? ¿Por qué nos observa uno a uno?
— ¡Ymir! — se oyó la voz de Christa desde la lejanía, se aproximaba a una gran velocidad. — ¡Qué alivio! ¡Me alegra ver que estás bien!
La titán de Ymir apartó a Lily y a Connie y brincó de un salto para... ¡Tragarse a Christa como su cena! Lily abrió la boca sorprendida y asustada, inmediatamente fueron tras de ella.
— ¡Es muy veloz! ¡No podremos perseguirla a esa velocidad! — dijo el joven Kirschtein.
— ¿Por qué Ymir haría algo como eso? — preguntó Mikasa.
— ¡Lo sabía, esa maldita mujer nunca estuvo de nuestro lado!
Lily lo asesinaba con su mirada, pero Jean no dijo nada ante eso a pesar de sentir su vista de alcón sobre sus hombros.
— ¡Es cierto, claramente está en nuestra contra! — Lily volteó a ver a Armin, le parecía increíble que él piense lo mismo. Quería negarlo, que Ymir sea una traidora. — ¡Parece que ahora está colaborando con Reiner! ¡Todos fuimos engañados por ella!
Lily sintió su corazón achicarse por sus palabras, la lastimaban mucho, Ymir era su amiga, su corazón se lo decía. Por más traidora que sea, la quería como su amiga.
Poco a poco se acercaban al fin de su recorrido por el bosque de árboles gigantes, estaban muy cerca. Más adelante se emitió una luz amarilla desde el piso, el titán Acorazado se presentó ante ellos. La titán de Ymir se colocó en su espalda y estos siguieron avanzado. Los demás se detuvieron en la rama de los árboles ya que no tenían de dónde más sostenerse con su equipo.
Lily estaba sorprendida, ¿de verdad estaba colaborando con las personas que arruinaron este mundo? Lily quería volver a ocultar su corazón de las amistades antes de que se pueda encariñar más...
— ¡No se detengan! ¡Usen sus caballos y persíganlos! — ordenó Hannes.
Sus caballos llegaron y cada uno lo montó y al mismo tiempo aceleraron para alcanzarlos, Lily parecía fastidiarse más con esto. No podía creer que Ymir les hiciera eso, sobre todo a Christa.
— ¡Los vamos a recuperar, aunque tenga que pagar con mi vida! — gritó Hannes.
Mikasa desprendía oscuridad de su aura, estaba más que molesta con la situación. Estaban pisándoles los talones a Reiner y Bertholdt, pero también tenían a los titanes detrás de ellos desde una larga distancia.
— Esta vez no voy a titubear, mataré a los dos... Y si Ymir se interpone, acabaré con ella también. — Mikasa no medía sus palabras, no se daba cuenta de que Lily también sacaba toda su furia mientras cabalgaba, su rostro inexpresivo lo decía todo.
Armin divisó a ambas chicas, se sentía mal por ellas, esas dos eran las mujeres más importantes de su vida. Mikasa quería recuperar a Eren como de lugar, y Lily se sentía traicionada por la pecosa.
Al estar más cerca, sus superiores se acercaron para atacar a los desgraciados de Reiner y Bertholdt, los que conseguían acercarse de más a ellos eran atacados cruelmente por el Titán de Ymir.Esto era el colmo.
Esta vez se acercó Mikasa, le hirió un ojo a Ymir sin darle tiempo de reaccionar, ella sólo gritó por el dolor, Mikasa es muy rápida. Estaba por matar a Bertholdt, pero el muy cobarde se acercó a Reiner y este los cubrió con su mano. Mikasa lo mataba con la mirada desde las partes abiertas entre sus dedos, esos ojos tan poderosos que asesinaban al mundo entero. Ymir atacó, pero Mikasa se apartó antes de recibir su manotazo.
Mikasa estaba por matar a Ymir al interponerse en su camino, Christa se lo impidió, la azabache se colgó de la cabeza del titán Acorazado.
— ¡No mates a Ymir!
— Eso va a depender de ella. ¿Qué harás? Mataré a quien se interponga en mi camino. — gritó. — ¡Elije!
— ¡No, espera! ¡Ymir está amenazada de muerte por Reiner y Bertholdt! ¡La pobre no tiene otra opción!
— Aún así... Hay un límite de vidas por las que me preocupo. Y decidí poner a la más importante hace más de 6 años. Así que cometes un error al rogarme por su vida... Porque en este momento ya no tengo tiempo ni serenidad. Christa, ¿estás con Eren o con Ymir? ¡Contesta! ¡Te mataré si te interpones en mi camino!
Ymir la quiso atacar, pero Christa le dijo que se detuviera.
— ¡Morirás si te resistes! ¡Espera! — le gritó. — ¡Mikasa puede matarte!
Lily se adelantó a colocarse cerca de Eren y Bertholdt, al igual que sus compañeros. Mikasa también se le acercó para pedirle de una vez que le devuelvan a Eren.
— ¡Ya basta, Eren! ¡No te resistas! — gritó Bertholdt desde el otro lado.
— Sabes que eso es imposible, Bertholdt. — dijo Jean. — A todos nos consta que ese idiota es un terco. Ese tipo es el más irritante de todos... Lo digo por experiencia. Yo también lo odio tanto como tú. Hay que darle una paliza juntos. Vamos, salgan de ahí.
— ¡Bertholdt, devuélvelo! — gritó Mikasa.
— Bertholdt, Reiner... ¿Nos han estado engañando durante todo este tiempo? ¡Eso es algo muy cruel! — exclamó Connie entre lágrimas.
— ¡Por favor, chicos, dígannos que todo es una mentira! — habló Sasha.
Lily por su parte no dijo nada.
— Oigan, un momento, ¿en serio piensa seguir oyendo? No hagan eso, chicos. Por tres años, ¿no dormimos todos juntos bajo el mismo techo como buenos camaradas? Oye Bertholdt, cuando dormías siempre hacías poses muy artísticas. — Jean rió y prosiguió. — Todo el tiempo esperábamos ansiosos por saber que pose harías cada noche. Hasta predecíamos el clima con ellas. Pero ustedes dos, ¿podían dormir tranquilamente al lado de sus víctimas como si nada hubiera pasado?
— ¿Todo fue mentira? ¿Recuerdan de que hablamos de sobrevivir todos juntos, que nos haríamos viejos y veríamos los lagos todo el tiempo? ¿Todo eso fue una mentira? ¡Respondan, chicos! ¿Qué han estado pensando durante todo este tiempo?
— No necesitamos saber sus razones. — dijo Mikasa. — Sólo debemos concentrarnos en cortarle el cuello. Si dudamos un segundo, no recuperaremos a Eren. Ellos son enemigos de la humanidad, eso es todo.
— ¡¿Díganme quién... Quién querría matar gente por elección propia?! — gritó Bertholdt. — ¡¿Quién demonios querría algo así?! ¡¿En serio creen que queremos hacer esto?! La gente nos desprecia, somos asesinos, entiendo porqué nos odian. Hicimos muchas cosas terribles, pero nosotros nunca esperamos ser perdonados. Mientras fingimos ser soldados, fuimos felices, aunque fuera un poco. ¡Nada de eso fue mentira, Connie, Jean! — gritó. — ¡Es verdad que los engañamos, pero no todo fue mentira! ¡En verdad los consideramos camaradas! Sabemos bien que no tenemos el derecho de pedir perdón, pero... Alguien... Se lo suplico... No importa quién sea... ¡Que alguien nos encuentre! — lloró.
— Bertholdt... Devuélveme a Eren. — volvió a decir Mikasa, inexpresiva.
— No lo haré... no puedo. Lo siento, pero alguien tiene que hacer esto. Siempre hay alguien que debe manchar sus manos de sangre.
— ¡Oigan! ¡Aléjense inmediatamente de ahí! ¡No puedo creerlo! ¿En qué estás pensando, Erwin?
Todos los temas soldados miraron al frente, ahora los titanes venían desde el frente. Todo saltaron y se alejaron de inmediato de esos dos. Lily por poco cae mal sobre su caballo, Erwin dio la señal de alejarse de los titanes. Reiner se las arregló para esquivar a esos titanes, con la responsabilidad de cuidar las vidas de estas cuatro personas sobre su espalda, literalmente.
Comenzó a rugir.
— ¿Qué sucede? Es el infierno... — la castaña veía desde su posición la pelea que se hacían entre ellos, era difícil luchar y proteger al mismo tiempo.
— ¡Aún no, pero lo será! ¡Todos los soldados, a la carga! — ordenó el Comandante Erwin, siendo el primero en ir al frente.
Miró de reojo a sus soldados.
— ¡Definiremos el destino de la humanidad en este instante! ¡Escuchen, la humanidad jamás va a poder sobrevivir en este mundo sin la presencia de Eren! ¡Por lo tanto, los recuperaremos y nos retiraremos! ¡Consagren sus corazones!
— ¡Mikasa! — fue la primera de todos en obedecer. Todos los demás también avanzaron, de verdad estaban locos de remate.
El titán Acorazado quitó sus manos, dejando libre a Bertholdt y a Eren. Esta era su oportunidad de recuperarlo.
— ¡Ataquemos! — sugirió Mikasa.
— ¡Mikasa, ¿acaso no ves a todos esos titanes?! ¡Es imposible, nadie de nosotros podría acercarse hasta ahí! ¿Quién pasaría entre tantos titanes?
— ¡Soldados, avancen! — contradijo el Comandante Erwin a lo que Jean dijo hace un momento.
El Comandante Erwin retrocedió inesperadamente, un titán lo agarró del brazo y se lo llevó con él.
— ¡¡Comandante Erwin!! — los gritos de sus soldados se oyeron.
— ¡¡Sigan adelante!! — gritó. — ¡¡Eren está en frente!! ¡¡Avancen!!
La Legión avanzó sin su jefe al mando, pero eso no les impedía continuar y atacar. Los que estaban más al frente fueron los más propensos a morir.
Lily se sujetó fuertemente de su caballo y pasó en medio de todos esos titanes, esquivando sus manos y logrando estar a la velocidad de Mikasa que fácilmente los esquivó.
Mikasa dio un mal golpe, eso causó que Bertholdt se tambalee. Mikasa no se fijó en el peligro que corría hasta que Eren se lo dijo gritando. Un titán estaba por recibirla entre sus manos mientras caía.
— ¡Ahhh! — gritó de dolor, el titán la estaba aplastando.
Jean fue de inmediato a rescatarla. Lily se adherió al titán de Reiner a punto de perder el equilibrio. Ahí estaba el otro chico de instintos suicidas, Armin Arlert, manipulando a Bertholdt y Reiner con la captura de Annie, pero Lily no entendía el porqué. Era muy obvio, Lily aún no sabía que Annie era la titán femenina. Lily al ver que no había nada más que hacer ahí, se soltó y cayó sobre su caballo.
El comandante Erwin sin un brazo atacó a Bertholdt, logrando soltar a Eren. Mikasa lo atrapó como pudo y por fin se dio la orden.
— ¡¡Soldados, retirada!! — ordenó Erwin.
Lily cabalgó con los pelos de punta, ahora debían concentrarse en vivir hasta llegar a las murallas. Pero con todos los titanes cerca era difícil pensar en sobrevivir...
La luz fue opacada por un instante, algo pasó por encima de ellos. Era un titán que fue lanzado por Reiner, esto se volvía una lluvia de titanes.
— ¡Desgraciado, está arrojando a los titanes hacia nosotros! — maldijo la castaña enfadada.
Lil vio desde atrás que un titán se les acercó, este estaba por caer encima de Mikasa y de Eren. La Ackerman reaccionó muy tarde, el titán cayó encima de ellos y los arrojó fuera de su caballo. Eren aún estaba amordazado y sin sus brazos regenerados, Mikasa fue herida hace poco. No podían defenderse de esta forma. Lily era la única que podía ayudarlos, pero al ver a ese titán, se puso nerviosa como nunca antes...
— A-Ah... — Lily detuvo su avance, sus lágrimas bajaban sin darse cuenta de eso, su boca estaba entreabierta y ya ni siquiera oía o sentía a los titanes caer desde el cielo. — Ese titán... Ese titán es...
— El titán que devoró a Jack... — se dijo para ella misma. — ¡No...! Esto no puede estar pasando...
— ¡Lily! — no escuchó nada.
— Ese titán... Es titán... Ese titán... — estaba tartamudeando, su cabeza le dolía demasiado, no respiraba bien y sudaba mucho. Estaba por perder la consciencia...
"Estaremos juntos hasta ser viejos y arrugados como pasitas."
Lily frunció el ceño del enojo, veía desde la distancia al responsable de su sufrimiento. ¡Lo tenía frente a sus ojos, igual que hace 5 años! Era su oportunidad para vengar a su mejor amigo en la historia.
— ¡¡Lo mataré por ti... Jack!! — la castaña comenzó a cabalgar, pero... Escuchó un grito de auxilio a varios metros de ahí. Al voltear, pudo divisar a Armin y a Jean rodeados.
— ¡Jean, no! — esto le pasó por distraerse demasiado, un titán cayó a pocos centímetros cerca de él, su caballo murió y Jean se lastimó, era una gran hemorragia nasal, una pierna en mal estado y la ruptura de su equipo por el impacto. Ahora mismo Armin lo protegía.
— ¡Jean...! — ahogó un grito, ¿qué es lo que debería hacer? La castaña tenía frente a ella al titán más detestable para ella, pero también tenía a sus amigos en peligro. Su corazón volvió a achicarse de una manera incontrolable... — Perdón por lo que haré... Jack.
El rubio lo sujetaba de los hombros y comenzó a retroceder desde el piso, el titán se levantó, los tenía a ambos muy acorralados.
— ¡Ahhhhh! — Armin movía su cuchilla de arriba a abajo para ahuyentarlo, pero no funcionaba.
— ¡Chicos! — Lily se le acercó de una manera veloz, dejó de lado sus ganas de vengarse, la furia no podía consumirla en estos momentos. — ¡Es mi turno...! ¡Pagaré mis deudas contigo, Armin! — gritó. — ¡Ahhhh!
La castaña tomó sus cuchillas y gritó a todo pulmón, volteó al escucharla, la castaña giró en su dirección y le cortó la nuca, más de lo que debía, pero ahora ya no podría levantarse de ahí, estaba muerto.
— ¡Lily...! ¡Muchas gracias! — gritó.
— ¡Aún no me agradezcas! — dijo ella acercándose a Jean y ayudando a este a cargarlo. — ¡Tú y Jean ya me han salvado antes, era mi turno de hacer algo!
Con la emoción del momento, Lily se había olvidado de cobrar venganza en otro lado. Quería vengar a Jack, pero en estas condiciones era más que imposible, tendría que dejarlo hasta que lo vuelvan a encontrar... Pero eso ya no era posible.
Y de un momento a otro todos los titanes se dirigieron a un solo lugar, estaban atacando al titán que se había devorado a Jack... Y a la vez, el titán que había matado a la mamá de Eren, y también a Hannes.
¿Qué rayos era lo que hacían? ¿Quién había hecho esto? ¿Acaso había sido Eren? ¿Cómo?
Lily silbó, su caballo estaba ahí junto al de Armin. La castaña ayudó al rubio a montar a Jean junto a él, ahora debía conseguir otra más.
Pero otra vez sucedió lo mismo, los titanes ahora se dirigían a Reiner y Bertholdt con intención de matarlos. La castaña silbó una última vez, el caballo la siguió y ella encontró a la azabache y al castaño juntos.
— ¡Suban de inmediato! — gritó ella. — ¡Debemos irnos lo antes posible!
— ¡Lily...! — pronunció Eren.
— ¡Dense prisa! — gritó.
— ¡¡Soldados, retirada!! — ordenó el Comandante Erwin.
Todos los soldados de la Legión y de la Policía Militar que lograron sobrevivir se marcharon, Lily estaba llorando en silencio por el dolor en su corazón, el miedo, el no haber podido vengar a Jack ella misma... Perdió su última oportunidad de lograrlo.
No lo consiguió... La castaña no entendía las intenciones de Ymir, pero gracias a eso, el titán acorazado no volvió a perseguirlos.
Ante la amenaza de la caída de la muralla Rosé, muchos refugiados se acogieron en la ciudad subterránea de la muralla Sina. Las raciones no alcanzaron ni para la mitad de los refugiados, era muy obvio que una semana después comenzaran los saqueos y los asesinatos entre los refugiados. Una semana después, el Estado no tuvo otra opción más que declarar a la Muralla Rosé como territorio seguro.
Jean y Armin le agradecieron a Lily por salvar sus vidas, pero ella dijo que no hacía falta, al menos pudo devolverles el favor, con eso bastaba para ponerla de buen humor.
Pero desde las lejanía de la ciudad...
Una mujer comenzó a correr entre las calles oscuras, apenas iluminadas por los faroles, estaba acorralada entre ese callejón sin nada de ayuda. Incluso los "testigos" podían pasarse de copas. No había salida para ella, estaba acorralada.
— Ven, preciosa...~ — habló el ebrio con un rostro perturbador.
— ¡N-No me haga daño, se lo suplico! — dijo ella suplicando por su vida y suplicando por sus bragas, una gran actuación por su parte. En un futuro pudo haber sido una gran artista, pero esta carrera tampoco le iba tan mal.
— Tranquila, preciosa. Verás que será muy divertido junto a mí, soy muy bueno en la cama... — sonrió con malicia. — ¿Eh? ¿Qu-Qué es eso de ahí atrás...?
La mujer dejó escapar una sonrisa en sus labios y el hombre murió sin soltar un grito, no le dieron el tiempo de reaccionar. Una navaja le cortó el cuello y su cuerpo cayó al piso mientras se formaba un charco de sangre, malditos pastores de porquería. La chica de cabellos cortos y rojizos soltó una pequeña risa y se acercó al hombre que estaba frente a ella.
— Yo pude haberlo hecho sola. — le dijo al hombre frente a ella, este tenía una sonrisa en su cara. — Pero igualmente gracias.
— Ese maldito pastor. — habló con el cigarro entre sus dientes. — Debes tener más cuidado, Kang Soo. El viejo decrépito no estará contento hasta que los encontremos...
— Lo sé, muchas gracias, capitán Ackerman... — sonrió con malicia.
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