❀❘ 009
➤ LA TITÁN HEMBRA.
Lily cayó a la cama, se quedó dormida apenas tocó las sábanas, estaba cansada de tanto limpiar y construir en Trost. Era una gran satisfacción llegar con sueño y que tu cama sea lo primero que veas en la habitación.
Lil soñó profundamente, tenía tanto miedo de lo que podría pasarle más adelante. Así que por ahora quería asegurarse de poder dormir bien, aunque fuese su última vez...
Y aquí estaba, sumergida ente las flores de su amado pueblo... El lugar en donde quería quedarse. Sus padres no solían tocar el tema del mundo exterior — que también era un gran delito en la zona. — así que a Lily no le importaba. Era otra persona más que ignoraba lo que había lejos de las murallas...
Alguien apareció desde atrás, cosa que puso a Lily en calma. Era Marco quien estaba detrás de ella con una sonrisa cariñosa.
— Así que te uniste a la Legión. — le dijo mientras se sentaba a su lado. — Me hubiera gustado estar ahí para apoyarte...
— ¿Legión...? ¿De qué hablas, Marco? Ambos íbamos a ir a la Policía Militar. — no parecía acordarse de eso.
— Así era. — afirmó. — Te uniste a la Legión de Exploración, Lily. Casi todos nuestros amigos están ahí.
— Amigos... Casi todos...
El viento sopló los cabellos largos de Lily, su vestido de tela suave y blanca se elevó un poco, causando que el pecoso desvíe la mirada y que Lily acomode su vestido. Se tapó mejor con su abrigo rosa, el viento podía llegar a ser traicionero.
— ¿Sabes algo? No importa en dónde estés o qué unidad hayas elegido, yo siempre estaré contigo, Lily.
Lily sintió un "tick" en su cabeza como un flechazo y lo recordó en ese momento, volvió a llorar de tristeza. El pecoso se sintió culpable de hacerle recordar que él ya no estaba en este mundo. Lily increíblemente podía verlo a través de sus sueños...
Pero eso no era muy común...
Lily abrazó a Marco y se quedaron así por varios minutos, el pecoso tomó una flor del mismo color que el abrigo de Lily, y lo llevó a su oreja con delicadeza.
— Eres realmente hermosa, Lily. — limpió las lágrimas que aún no estaban secas. — Tienes que sonreír, hazlo por mí, ¿sí? Sonríe y continúa tu vida, con o sin mí, sé que serás muy feliz más adelante...
Ella asintió.
— Estaremos siempre a tu lado...
Lily volvió a despertar, Sasha estaba a su costado roncando fuerte, esta vez parece no hubo gritos de parte de la Weigel. Lily se levantó de la cama para irse al baño, pasó por la cama de Annie, ya no estaban sus pertenencias, dijo que quería irse de aquí los más pronto posible. Entró al lavado, y se mojó el rostro con agua fría para despertar. El sol aún no salía, pero sabía que aún era de madrugada.
Miró su cara detenidamente, con suerte no tenía muchas ojeras, pero en verdad parecía estar más delgada como dijo Mikasa aquella vez. Era como una muerta...
Sin embargo, gracias a las palabras de Marco es que se sentía más en calma, y a pesar de que esa felicidad se pueda ir al momento de salir del muro, quiso disfrutarlo.
El entrenamiento comenzó al día siguiente. Sin embargo, por órdenes directas del Comandante Erwin, los cadetes debían aprenderse la formación para la detección de enemigos a larga distancia. Extrañamente, aunque la formación esté bien precisa y calculada, parecía que el soldado Eren Jaeger no tenía función alguna.
El puesto en que cada uno irá, el uso correcto de las señales de humo y lo que transmite cada color, transporte de víveres, es escuadrón de operaciones especiales, la retaguardia, los flancos, escuadrón especial. Todo era muy importante, Lily pudo comprender mejor cada una de las formaciones.
Se juntó a Jean en la hora del almuerzo, ya estaba un poco más en calma que antes. Ambos hablaron de sus días y desahogándose de sus preocupaciones, era un alivio para cada uno saber que se tenían como buenos compañeros.
Esta misma tarde les darían sus nuevos uniformes, representando a la Legión de Exploración, su unidad.
Lily escuchó la voz del joven suicida, volteó encontrándose con él junto a Mikasa y Armin. La castaña estaba acercándose desde atrás junto a Jean y a otros soldados nuevos.
— Entonces, ¿quiénes están en la Policía Militar? Son Jean, Annie y Marco... Y, bueno, parece que Lily en verdad se fue a las Tropas de Guarnición... — pronunció apenado, mirando a Armin.
Lily carraspeó, él volteó viendo a sus dos compañeros, la joven más baja con la mirada al piso y Jean con la vista al frente.
— ¿Qué? ¿Ustedes también están aquí? — preguntó sorprendido de verlos, a ambos, en esta unidad.
— Marco está muerto. — informó sin dudar. Por un momento, hubo un extraño silencio.
— ¿Q-Qué dijiste? Quiero que lo repitas, Lil... — dijo impactado. — ¿Acabas de decir que... que Marco está muerto?
— Pues, parece que no todos los soldados mueren heroicamente. — habló esta vez Lily. — Ni siquiera sabemos cómo fue que murió, él sólo estaba ahí... En el piso, con el cuerpo partido a la mitad. Murió solo, sin que nadie lo viera.
— L-Lily, yo en verdad... — Eren trataba de buscar las palabras adecuadas para hablarle. Eren sabía que Lily estaba enamorada de él, de hecho, casi todos lo sabían. — Yo... Realmente lo siento...
— ¿Por qué te disculpas conmigo? No fue tu culpa. — sentenció.
— Es que yo... — el rubio se acercó a Lily, agarrando su hombro. Era muy evidente para él que Lily quería romper a llorar.
La conocía tan bien en los pocos años en que fueron unos cadetes novatos, él tenía esa costumbre de estudiar a la gente, y Lily tenía el honor de haber sido la primera en ser analizada por Armin. La castaña se cuestionó sobre sus acciones, pero no hizo nada por el afecto de amistad que le dio Armin. Él era un buen amigo para ella, y así lo veía.
— ¡Oigan, vengan aquí, novatos! — se escuchó el llamado del capitán Ness. — ¡Ya llegaron los uniformes!
Más tarde, los novatos se reunieron en el establo luego de recibir sus capas y una pequeña parte de lo que era la bienvenida oficial. Lily estaba sentada en una de las grandes cajas de madera con suministros para la operación. Eren se llevaba una sorpresa tras otra, se enteró que ellos también formarían parte de la nueva misión. Pero Jean decidió abrir la boca y arruinar todo.
— Oye, Eren. Cuando te transformaste en titán, intentaste matar a Mikasa. Quiero que me expliques eso. — dijo enojado. No era nada nuevo decir que Jean estaba enamorado de Mikasa, de hecho, cuando él sintió más confianza con Lily, fue la segunda en enterarse.
— No fue así. — negó la Ackerman. — Eren no tenía control del-
— A ti no te pregunté. — dijo. — Oye, Mikasa, la herida en tu rostro se ve muy profunda. — llevó un dedo a su cara para indicarle. — ¿Cuándo fue que te la hiciste?
Mikasa trató de ocultar la herida con su cabello, pero era inútil, Eren ya se había percatado. El castaño volteó muy arrepentido de sus acciones.
— Supongo que es verdad... En mi forma de titán, intenté matar a Mikasa. — confesó sin rodeos.
— ¿"Supones"? ¿Eso significa que no recuerdas lo que pasó? Por lo tanto, aún no tienes conocimiento de las habilidades que tienes como titán. Eso es prueba suficiente para saber que no puedes controlarte.
— Así es, tienes razón. — afirmó.
— ¿Escucharon eso, chicos? Esta es la situación real, todo indica que la humanidad está en manos de este estúpido. Si confiamos en él, vamos a morir como Marco.
— Oye, no juegues con eso. — habló Lily, todos giraron a verla. — ¿Por qué de la nada quieres poner a todos en contra de Eren y decir que acabaremos como... Ma-Marco? — tartamudeó esto último.
— Porque no todos estamos dispuestos a morir por él como Mikasa. — dijo. — Sabes que estoy diciendo la verdad, nosotros debemos saber el porqué estamos luchando. De otra, cuando llegue el momento, dudaremos en actuar. Para confiar en Eren, debemos estar seguros de que vale la pena tener que sacrificarse por él. Nuestras vidas también importan...
Jean se acercó rápidamente a Eren y lo sujetó de los hombros.
-— ¡Responde, Eren! ¿Podemos... realmente confiar en ti?
Eren se quedó perplejo por unos segundos, pero afirmó que no tenían que preocuparse. Él se aseguraría de que todos sobrevivan...
Y de repente, ya había llegado el día en que saldrían al exterior por una simple prueba, saber hasta dónde podrían llegar. Lily ya conocía su posición, el flanco derecho.
Las grandes campanadas sonaban e informaron que no había titanes en el perímetro, finalmente podrían salir al territorio que una vez les fue arrebatado.
— ¡Treinta segundos para abrir la puerta! — este medio minuto se volvía eterno para ella, estaba muy nerviosa al ser su primera misión.
Escuchó a alguien cerca de ella susurrar frecuentemente, pero no entendía lo que platicaban, eran unos niños que estaban se veían muy emocionados por ver a la Legión salir, el símbolo en sus espaldas los hizo sonreír. Lily se enterneció con esto y también les sonrió con dulzura.
— ¡Qué genial! ¡Esa chica nos acaba de sonreír! — chilló la niña tras la ventana, aunque Lily no escuchó, sólo pudo ver sus labios moverse. — ¡Ella parece un ángel, es tan bonita!
— ¡Llegó la hora! ¡En este momento, la humanidad avanzará un paso más! ¡Quiero que todos ustedes me muestren su poder!
-— ¡¡Sí!! — levantaron sus espadas y puños al cielo, confiados en que está vez habría una diferencia.
— ¡Abriendo la puerta! — la enorme puerta que dividía sus mundos fue subiendo. Lily miró desde el piso como el espacio se iba agrandando a tal punto de abrirse por completo.
— ¡¡Adelante!! — gritó Erwin. — ¡¡Misión número 57, reconocimiento de territorio!! ¡¡Avancen!!
Lily soltó un carraspeo, su caballo fue uno de muchos en pisar tierra del exterior. Este sentimiento se le hacía tan diferente... El viento en su rostro, esa adrenalina que recorría su interior con cada galope de su fiel caballo marrón. La luz del sol pasó por su rostro y cabello, haciendo que parezca mucho más brillante, ella continuó avanzando, su débil corazón se aceleraba, tenía tanto miedo.
Se imaginaba a ella misma entre las enormes manos de un titán, toda su boca babeando por ella. Quitó esas imágenes de su mente y siguió adelante sin romper la formación.
Se aproximó un titán de diez metros a lo lejos entre las casas, pero para eso estaba el escuadrón de apoyo. Lily estaba tan sorprendida de tener que verlos otra vez, alguien la tomó de la cabeza y la hizo girar.
— ¡Oye, mantén la vista al frente! ¡Deja que el escuadrón de apoyo se encargue de ellos! — dijo un chico no muy mayor que ella, unos 20 años o incluso un poco más.
— ¡S-Sí! — dijo.
Lily continuó avanzando sin perder el ritmo al que iba, incorporó su cuerpo un rato y volvió a doblar su espalda para continuar, sus manos se agarraron de la soga con la que manejaba al caballo y dejó salir una sonrisa de medio lado.
Por un momento, quería dejar de tener tanto miedo por morir.
— ¡¡Prepárense para entrar en formación!! ¡¡Háganlo ahora!! — ordenó el Comandante Erwin.
Lily vio el despliegue y afirmó que ya se iban a formar, ella le tocó formar parte del flanco derecho, por lo que sabía, uno de los escuadrones con los que fácilmente de toparía con un titán.
Le tocó avanzar junto a Armin, al menos era alguien de confianza y estaba segura de que podría manejar la situación, era muy valiente aunque él lo negara, y... A veces se le escapan algunos instintos suicidas como a Eren.
— No se acobarden si llegan a ver a un titán, eh. — dijo Jean. — ¿Me escuchaste, Lil?
— Desgraciado. — susurró. — ¡Y tú no le causes problemas a tu familia, cara de caballo!
— ¡Ya verás cuando nos encontremos! — se alejó.
— Tengan cuidado. — dijo Reiner que estaba por reír.
— Lo mismo digo. — habló Armin, pasaron unos segundos de silencio total. — Lily, ¿te encuentras bien?
Ella parecía no prestar atención y miraba constantemente de un lado a otro. Armin sonrió de lado, a pesar de ser una misión, le agradaba que el destino los ponga juntos.
Armin y Lily estaban en la fila 2-4: señales. El rubio parecía no estar muy nervioso, o eso parecía. Lily temblaba, pero se mantenía al margen para no dejar ver su lado miedoso. Hasta ahora no se habían topado con un titán, al parecer todo iba bien en las filas delanteras.
Una bengala sonó, era una señal de humo roja, un titán. Las demás señales que confirmaban la señal fueron vistas por el Comandante, él lanzó una señal verde para poder cambiar la dirección, así no tendrían que luchas con los titanes innecesariamente.
Y ahora misteriosamente nadie lanzaba señales de humo, algo muy raro. Lily dirigió su vista a la derecha, viendo la señal de humo negra a una larga distancia.
— Humo negro... — Lily sacó su señal de humo del mismo color y disparó. — Armin, el humo negro quiere decir que es...
— Sí, no hay dudas, es... un titán anormal. — informó.
Cerca de ellos estaban el capitán Ness y el capitán Siss, debían matar a ese titán anormal para que no rompa la formación. El capitán Ness acabó con su talón de Aquiles y el capitán Siss le cortó la nuca, era un trabajo en equipo muy bueno.
— ¡Lo hicieron! ¡El capitán lo hizo! — gritó Lily contenta. Armin estaba contento por ambas razones, ver a Lily feliz y que hayan matado a ese titán anormal sin salir heridos.
La castaña sintió de repente grandes y fuertes pisotones, lo supo a pesar del constante movimiento que ellos hacían con sus caballos. La joven volteó, había una enorme titán que entró a la formación, ¿qué diablos estaba haciendo el flanco derecho? De seguro era un anormal que no se interesó en ellos y avanzó, y con esa velocidad, era obvio que la habrían perdido. La titán de repente avanzó muy rápido, estando a la par del capitán Ness y Siss.
Lily lanzó una señal de humo negra con miedo y asombro, ese titán estaba acercándose mucho.
— ¿Qué diablos es esa cosa? Es muy rápida... — preguntó Armin.
El capitán Siss quiso matarla, pero ella lo agarró y estrujó en su mano. El capitán Ness estaba furioso, sus intentos por matarla resultaron en vano y lo lanzó al piso.
— ¡Capitán! — Lily cerró la boca al ver que ahora ellos eran su siguiente objetivo. — ¡Corre, Armin!
Ambos aceleraron el paso con sus caballos y el miedo hasta la cima, era muy rápida estaba muy cerca de ellos.
— ¡Ese titán no es un anormal!
— ¿Qué? ¿Cómo que no es un titán anormal? — preguntó Lily con la respiración cortada.
— ¡Tiene inteligencia propia, como el Acorazado o el Colosal! ¡Es como Eren! ¡Es un humano en el cuerpo de un titán! — dijo.
— ¡Armin, concentrarte en vivir! ¡Si esa cosa nos alcanza, estamos más que muertos! — habló ella viendo de reojo, Armin dejó ir al segundo caballo que tenía para que no muera en vano.
La gran sombra cayó por encima de Lily, por alguna razón, no cayó sobre Armin que estaba más cerca, pero ella tampoco quería que eso le ocurriera a un amigo.
Lily levantó la cabeza y vio esos ojos tan azules clavarse en ella como dos estacas, era todo, iba a morir.
— ¡¡Lily!! — «¿Armin?»
La castaña sintió que alguien la abrazó y arrojó, fuera del alcance de esa titán. Fue rodando por el piso, inconsciente, se lastimó la cabeza al caer. Armin la miró a su costado, sin moverse y con la sangre bajando de su cabeza, ella recibió el golpe más fuerte.
— ¡Lily! — el rubio se acercó y la sostuvo entre brazos para que reaccione. — ¡Lil, despierta! — la titán se sentó atrás de ellos.
Armin palideció, Lily en sus brazos sin despertar, no podía dejarla sola, no se lo perdonaría si algo llegara a pasarle. El rubio sacó una cuchilla y apuntó tembloroso, agarró con más fuerza el brazo de Lily y la apegó a él, era una escena tan tierna que a la vez podría costarles la vida.
— Ar... min... — pronunció ella, veía algo borroso, pero la gran figura de esa titán se le hizo familiar. — An... ¡Armin! — despertó.
La titán destrozó la cuchilla del rubio con sus dedos, levantó la capucha de Armin, y este no hizo ningún movimiento. Ambos habían hecho contacto visual, pero la titán lo soltó y se agachó un poco más para ver a Lily, parpadeó y se incorporó para volver a retirarse.
— ¿Qué es lo que acaba de pasar...? No me mató... — pronunció sin poder procesarlo. — Me quitó la capucha, y miró... Mi rostro.
— Ar–
— ¡Armin! ¡Lily! — escucharon la voz del rubio mayor, venía con un caballo más. — ¿Qué le pasó a Lil? ¿Están bien los dos?
— ¡No te preocupes por mí, estoy muy bien! ¿Qué hay de ti? — miró al rubio.
— ¡Es-Estoy bien!
— ¡Bueno, pero pónganse de pie! ¡Saben que sin un caballo, estarán muertos antes de que termine el día! — dijo. — ¡Andando!
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