𝐄𝐍𝐂𝐎𝐍𝐎

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Rencor hacia una persona u objeto en particular
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Ni si quiera sabía cómo reaccionar, cada palabra que decían me dejaba completamente sin habla. Aunque, también, cabreada. Me sentía traicionada, y dolida. Una de las pocas personas en las que más confiaba, me mintió. A partir de este momento, ya no se a quién creerle. Tal vez todos los sabían desde siempre, y yo era la única que andaba sufriendo. Daría lo que sea para volver al tiempo atrás, y no torturarme todas esas noches. Mis lamentos hacia los padres de Gray, las malas cosas que recibí por la parte de su madre. Todo, había sido en vano. Porque ahora él estaba aquí, y más vivo que nunca. Obviamente, se veía mucho más grande desde la última vez que lo vi. Esa vez que se desangró en mis brazos, y supuestamente murió. Mi cabeza aún sigue pensado cómo diablos es que no lo hizo, yo escuché el cañón que lo confirmaba. Un aerodeslizador retiró su cuerpo de la arena. Nada tenía sentido, lo que faltaba era que Seneca estaba vivo, me lo imaginé pasando por esta compuerta. Pero no sucedió, ellos eran los únicos que estaban conmigo.
El ambiente estaba muy tenso, el aire podía cortarse con un pequeño alfiler. Yo no dije nada, y ellos tampoco. Pero de un momento para el otro, me acordé que yo sola no existía. Si Haymitch y Plutarch escaparon, ¿Dónde esta mi equipo, mi familia? Esa pregunta fue la única que me impulsó a hablar otra vez. Y cuando recibí la respuesta, fue la peor de todas. Ellos habían quedado en el Capitolio, no los rescataron. Miles de sensaciones llenaron mi pecho al escuchar que los habían abandonado, era injusto. También, casi me lanzó a golpear Plutarch, según él: los demás no eran tan importantes cómo Katniss y yo. Sinceramente, no tenía ni ganas de participar en una guerra que, posiblemente, pierda a muchos. No estoy interesada, deberían buscarse a otro persona. Estoy segura qué hay miles de personas haciendo fila.
Lo mejor fue que me dejen sola, necesitaba pensar todo lo que estaba sucediendo. Y también, interpretar lo que habían dejado arriba de la mesa. Steven dejó un sobre, que decía que era muy importante. Dudosa, lo tomé. Me fui a sentar detrás de una silla, y comencé a abrir el sobre. Cuando vi de quién provenía, mis manos comenzaron a temblar. Y mi corazón, mi corazón pegó un salto. La que había escrito esto era ni más que menos que mi mamá.

Querida Lea, hija mía:
Si esto te llega es porque algo, claramente, salió mal. Lo segundo que quiero decir, es que no te culpes, nada fue o será tu culpa.
Los primeros días de tu gira de la victoria, huí del cuatro. Nunca dije por qué, pero ahora, me toca explayar todo. La verdad es que fui a una misión, esa era infiltrarse en el Capitolio, para conseguir unos archivos que el distrito trece necesitaba con urgencia. Como lees, el distrito trece existe. Siempre existió, si los planes salen bien, estoy segura de que lo vas a conocer. Pero bueno, eso es lo que menos importa. Estoy aquí, porque quiero hablar de la verdad. La que te estuve ocultando a lo largo de todos estos años.
Sinceramente, no sé por donde es pensar bien. Pero creo que lo primero, y lo más justo, sería volver a pedirte perdón. No quiero que te sientas mal por esto, tú nunca tuviste la culpa de nada. Debes grabártelo, nunca hiciste nada malo pero, yo, si. Cometí muchos errores a lo largo de mi vida, algunos pequeños y otros gigantescos. No creo que esté sea muy fácil de perdonar pero. No si quiera perdonar, peor no importa. Por los menos, yo me iré sabiendo que te confesé toda la verdad, tu verdad.
Todo comenzó hace unos años atrás, yo había conocido a un hombre; nos enamoramos, nos casamos y felizmente te tuvimos. Esos días fueron los mejores de toda nuestra vida, siempre lo serán. Aún recuerdo cuando dijiste tus primeras palabras, estábamos tan emocionados que se le contamos a medio Panem.
Por desgracia, el pasar de los meses hizo que esa felicidad se apagará. Tu padre nació en el Capitolio, por lo tanto, tenía todas sus cosas ahí. Vivía con nosotras, pero también tenía que ir para allá, era su trabajo. Los primeros meses lo acepté, luego, ya no. Todo se convirtió en discusiones, y ya no era sano. Con todo el dolor que sentía, y por nuestro bien, decidí terminar nuestra relación. A partir de eses momento, mis días y noches se volvieron oscuras. Ya no era esa mujer alegre, que solía estar feliz casi todo el tiempo. Me volví una mujer deprimida, sin sueños, ni futuro. Fui de lo peor, lo que peor que pudiste haber tenido.
Ya cuando creciste, te dije algo que nunca sucedió. Te dije que él se había marchado en cuánto supo que estaba embarazada de ti. Primero fue una pequeña mentira, luego, se convirtió en algo que se me fue de las manos. Todos estos años, tu padre estuvo. Quería visitarte, pero yo no nunca se lo permití. Algo que siempre lamentaré.
A lo largo de tus años de vida esa mentira fue creciendo más y más, hasta que producí que sin ni siquiera lo hubieras conocido, lo odies

Pero todo cambio cuando fuiste cosechada para ir a los juegos. Todos se enteraron, incluyendo tu padre. Pero no solo eso, en ese tiempo recapacite todo lo que había hecho, y debo admitir, que me arrepentí. Mientras tú estabas en el Capitolio, yo me reencontré con él. Me disculpé, y entablamos una nueva relación. Todos esos días estuvimos plenamente comunicados, hasta que los juegos terminaron. Y te coronaste como una de las vencedoras más valientes.
Lo último que puedo decir es perdón, por todo. Y también, que te amo como a nadie en todo este mundo. Eres mi hija, mi niñita pequeña. Que poco a poco se convirtió en una valiente guerrera.
Por último, olvida que nunca estarás sola. Siempre va a haber alguien que te acompañe, te lo aseguro. No estás sola en esta guerra, estás más acompañada que nunca. Por muchas personas, en específico, tu papá. No hará falta que lo busques, él estará contigo. Ambos serán parte de esta revolución, pero lo importante, es que tú serás la líder de todo esto. Lea Heavensbee S, serás nuestra salvadora, mejor dicho, nuestra única y plena esperanza.

La palabra sorprendida era pobre para describir lo que sentía en este momento, estaba de lo peor. Mi cuerpo estaba lleno de emociones; mis manos temblaban, de mis ojos caían lagrimas, y mi pecho subía y bajaba con desesperación. Esta carta había destruido cualquier rastro de cordura que me quedaba, ahora, me sentía vacía. Mamá estuvo mintiéndome todos los años, pude haber tenido una vida mejor. No se hubieras burlado de mi en la escuela, podría haber evitado todo. Podría haber tenido un padre que me llevé a pescar, que me enseñé distintas cosas. Pero no fue así, Adele pensó en ella misma. Nunca en mi, siempre fue egoísta. Al igual que papá, él podría haber hecho todo lo que sea para verme. Ni si quiera lo hizo, yo si tuviera una hija y me hacen esto, movería todo el mundo para poder verla. No dejaría que alguien me saque ese derecho.
Él se perdió todo, ambos. Porque mamá no me daba la atención que necesitaba una niña pequeña. Recuerdo que solo se encargaba de mi comida, lo demás, tenía que arreglármelas yo. Y hasta ahora, sigue siendo así.
También, revelarme quién era su identidad fue lo peor. ¿Quién diablos iba a pensar que él era mi padre? . Casi me mató, se encargó de hacerme sentir cómo si estuviera en el mismísimo infierno. No sabía nada de él, pero por lo poco que vi, es hombre cínico y despiadado. Es una versión pobre de Snow, otro hombre que solo vino a traer desgracia.

—Llegamos.

Al escucharlo, quedé en blanco. Pero rápidamente limpié todas mis lagrimas. No quería que nadie me vea así, menos él.
Este mismo hombre, era mi padre. Plutarch, era un maldito desgraciado, ¿No podía ser nadie mejor? Bueno, no. Hubiera preferido mil veces nunca haberme esterado de esto. Mi padre estaba muerto, y él, estaba mucho más abajo de eses puesto.

—Lea—llamó—Necesitamos que bajes, deben revisar tus heridas.

¿Ahora si estaba preocupado? ¿Después de veintitrés años aparece? Y solo para joderme la vida, porque no había otra descripción para esta situación.

—Debes bajar.

Al levantar mi cabeza, pude observar que él estaba en frente de mí. Mis uñas se clavaron en la palma de mi mano, intentado retener todas las cosas que sentía, y quería escupirle en la cara en ese momento. Pero, no duró tanto. Yo tampoco tenía tanta paciencia, tenía límites. Y este, este fue cruzado.

—¿Por qué te preocupas? Debo recordarte que estoy así por tu culpa—solté, dura

—¿No debería preocuparme?

—No, las escorias cómo tú no se preocupan por las personas como yo. Los del Capitolio son una basura, no creas que eres la excepción.

Él levantó sus cejas.

—No deberías meternos a todos en la misma bolsa—dijo, serio

—Todos trabajan para el mismo hombre, ¿No es así?

—Sí, pero debes esperar. Verás que las cosas cambiarán.

—¿Cuánto debo esperar?¿Veintitrés años más, papá?

Sus facciones se endurecieron.

—¿Qué?—no pude evitar que una risa sarcástica se me escapará—Ya no me verán la cara de estúpida, ustedes, me abrieron los ojos.

El ambiente era muy tenso, más que el de antes.

—Mi intención nunca fue lastimarte...—antes de que dijera algo más, lo corté

—Bueno, lo hiciste. Y no solo a mí, destruiste a miles de familias.

—Sus muerte fueron muy necesarias.

Lentamente, me levanté. Me acerqué hacia él, y sonreí. Había colmado lo poco que me quedaba, de todo. ¿Cómo podía decir eso? Era un monstruo, y yo odio a los monstruos.
Yo sabía que actuaba antes de pensar, porque en cuánto mi mano golpeó en contra de su mejilla, supe que todo se había terminado de joder. Él, lo único que hizo fue cerrar los ojos. Me observó, y tranquilo, murmuró:

—Los grandes sacrificios conllevan a enormes recompensas—murmuró—Y ahora, tú eres nuestra recompensa—su comentario fue acompañado de una carcajada

Y eso, me hizo enojar mucho más. No quería ser parte de eso, no lo soportaría.

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holi holi holi
GRACIAS POR TODO💖💖💖
Los amoOOOO
NOS LEEMOS MAÑANAAA💛
Cuídense, y no salga de casaaa💛

perdón si hay errores, lo escribí cuando estaba media muerta :c