Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

mags

MAGS

Boggs le entregó a la teniente una caja negra, ella la abrió y sacó pequeñas cápsulas. Las observó por unos segundos y luego procedió a darle una a cada uno. Cuando me tocó la mía, la observé detenidamente. Era un pequeño frasquito de color negro. Parecía tan pequeño e inofensivo, pero esta cosa era mortal. Te mataría en menos de segundos. Y lo bueno es que, supuestamente, la muerte no sería dolorosa. Una vez que la teniente terminó de entregarlas, guarde la mía en mi bolsillo.

—Ya les hablé de las vainas, les recuerdo que las hay en cada cuadra. Pero nuestra unidad cuenta con un holo—lo levantó, era como una caja negra—El dispositivo contiene un detallado mapa del Capitolio, y una lista de todas las vainas. Esas vainas puedes contener desde bombas a trampas, a mutos. No daremos un paso sin este dispositivo, no hay garantía de que tengamos todos los datos, pueden haber colocado vainas nuevas. No queremos que los vigilantes sepan que tenemos esto, así que tiene una salvaguarda. Con este interruptor, y repitiendo jaula de noche tres veces volará todo en pedazos, en un radio de cinco metros. Deben permanecer con la unidad—pidió—incluso con el holo, seguramente existen nuevas vainas. Y lo que contengan, es para matarnos...

Finnick asomó su cuerpo hacia mi

—Damas y caballeros, bienvenidos a  los septuagésimos sextos juegos del hambre.

Después de que nos dieran las últimas indicaciones, partimos hacia el Capitolio. Íbamos a paso rápido, por lo que no tardamos tanto en llegar al centro. Lo único que era agotador era el tema del holo. Cada cinco pasos tenían que verificar que nada esté cerca. Ya que los vigilantes se habían encargado de hacernos las cosas un poco difíciles, como de costumbre.

Las vainas pocas veces estaban puestas a metros de diferencia, impidiéndonos el paso. Boggs era el que iba adelante de todos, junto a la teniente y los demás soldados íbamos atrás. En específico, Steven estaba a mi izquierda y Finnick a mi derecha. Habíamos roto un poco eso de ir en línea recta y separados.

—¿Cómo supieron que estaba aquí?

—Deje un rastreador en tu arma—contestó Gray, mirando hacia el frente

El pequeño pitido del holo nos hizo parar a todos. Una vaina estaba cerca de aquí.

—Hay una vaina—informó Boggs—Cúbranse.

Todos fuimos a escondernos detrás de unas colinas. Nos separamos en dos pequeños grupos. Una vez que estuvimos listos, Katniss se levantó. Colocó una de las flechas en su arco y esperó a que le den una señal.

—Dispara por esos edificios—señaló Boggs

—Pollux, desde aquí, Castor allá—les indicó Cressida

No veía la necesidad de que nos estuvieran grabando cada paso que dábamos. Estábamos tratando de llegar a la mansión de Snow, no todo tendría que ser televisado. Al contrario, nos podían poner en peligro, porque ellos sabrían en dónde nos encontrábamos en este mismo momento.

Katniss, un poco abrumada, siguió las órdenes que le daba Cressida. Fijó su vista en el blanco y disparó. La flecha al cruzar los edificios hizo que la vaina se activará, unas estructuras  que estaban ahí se incendiaron, haciendo que unas cosas también exploten.

—Despejado.

Fuimos caminando hacia un edificio, ya que nos tocaba descansar un poco. Ya habíamos caminado kilómetros, y eso que nos faltaban muchos más. Era verdad lo que decía Finnick, estos eran los nuevos juegos del hambre. Cada cosa que estaba cerca de aquí estaba diseñada con una única intención, que era matarnos. Debo admitir que fue una buena jugada de los vigilantes, pero mejor fue la nuestra. Ellos no sabían que contábamos con este dispositivo, estábamos unos pasos más adelante que toda esa élite de asesinos.

En todo el transcurso que llevamos lo único que pude ver fue destrucción. Las calles estaban destrozadas y pintadas. La gente poco a poco se atrevía a revelarse mucho más.

Cuando entramos al edifico, me fui a sentar contra una de las paredes. Saqué una botella de agua de mi mochila y tomé un poco.

—¿Quieres?—le ofrecí a Finnick, que estaba junto a mí

Él negó, pero señaló a Steven. Él estaba al frente de mi, con su cabeza apoyada en la pared.

Lentamente, me levanté de mi lugar. Fui hacia dónde estaba Steven y le ofrecí agua. Él levantó su cabeza al notar mi presencia, cuando vió que era yo, se quedó analizándome.

—¿Agua?

Tomo de la botella. Una vez que terminó, limpio su boca y sonrío.

—Gracias Lea.

Iba a contestar, pero el ruido de un camión nos alertó. Alarmados, nos levantamos. Cada uno preparo sus armas, esperando una señal para atacar. Nuestro líder nos indicó que nos escondiéramos, y también, él fue el que dió la cara.

—¿Agentes de la Paz?—preguntó Katniss en un susurro

—451 se aproxima un camión desde el sur—informó la teniente por su radio—Entendido, cambió. No se preocupen, es amigo.

Todos pudimos soltar el aire que veíamos conteniendo. Como todos comenzaron a salir, yo también lo hice. A metros de nosotros estaba una camioneta blanca, estacionada. No pasaron muchos minutos para que un hombre bajará junto a Peeta Mellark. Se veía mucho mejor desde la ultima vez. Parece que la rehabilitación le ayudo bastante.

Raramente, Katniss le apuntó con su arco. No pude evitar que mi ceño se frunciera al notar tal cosa, ¿No sé supone que se amaban? Bueno, tal vez todo fue un cuento. O también, las cosas cambiaron mucho desde que yo estuve encerrada en ese hospital.

Por desgracia, siempre tenía la malacostumbre de tener que saber todo, era como una de esas vecinas de mi distrito. Siempre sabían todo los chismes, eran las primera en saber todo. Y bueno, yo tampoco me quedaba tan atrás. Era igual que ellas, pero la diferencia es que yo no sé los contaba a nadie, prefería guardármelos. Tal vez podrían servir para un momento.

La única persona que estaba cerca de mí era Chaff, por lo que me acerqué a él.

—¿Qué es lo qué pasó?

Él me observó de reojo, y sonrío.

—Los chismes dicen que le hicieron creer que Katniss era un muto—susurro por lo bajo

—¿Entonces por qué le apunta?

—Él la atacó.

Aunque hablamos muy bajo, parece que Katniss nos oyó. Porque se dió la vuelta con una facción en su cara que decía: los puedo escuchar, no soy tonta.

Peeta comenzó a caminar hacia nosotros mientras susurraba cosas para él. Gale no se quedó atrás y le apuntó con su ballesta, obligándolo a detenerse. El panadero, asustado, se detuvo. Nos miró a todos como si fuera un cachorro indefenso.

—Tranquilícense—pidió Finnick, mientras se acercaba a Peeta

—Lo quieren usar en la propo. Para demostrar que está de nuestro lado—dijo Bogss—Mañana avanzaremos unas cuadras, y filmaremos algo.

—No tiene control de si mismo—soltó Gale, no tan contento de que él esté aquí

—Tendremos que vigilarlo las veinticuatro horas. Las Leeg hasta las diecisiete, Homes y Mitchell a las diecinueve—informó la teniente

—Yo me ofrezco—me dirigí a Jackson

—Yo también—dijeron al unísono Steven y Finnick.

Odair rió ante la situación.

—¿Estás segura soldado?—Boggs la interrumpió

—Rotaremos.

Sin cuestionar nada, todos regresamos al edificio que anteriormente habíamos estado. Nos acomodamos, y cada uno comenzó con su turno. Faltaba mucho para el mío, así que decidí tratar de descansar un poco. Los días se volverían más largo de lo normal. Además, debía estar muy despierta y alerta ante cualquier situación que se nos cruzará.

Finnick se acercó con su tridente, se sentó a mi lado y suspiró profundamente.

—No confió en ellos.

—Yo tampoco—admiti—Y más cuando se supone que soy una fugitiva. En cuánto se enteren de esto, no sé qué va pasar.

—Por eso queríamos que huyas, pero aveces terminamos en el camino impuesto por las circunstancias que nos rodean.

Estaba segura que él no sabía a qué venía.

—¿Cómo esta Johanna...Annie?

El aire se puso tenso.

—Sobrevivirán.

Después de eso se quedó callado. Sin que él se diera cuenta, lo estaba observando. Pude ver cómo metía la mano en su bolsillo y sacaba algo de este. Rápidamente, lo dejó en mi mano. No me había dado cuenta de lo que era, pero a los segundos lo hice. Mi corazón se apretujó y mis ojos se cristalizaron al ver un collar, proveniente de Margaret, mejor conocida como Mags. La tierna y dulce Mags.

—Pensé que te gustaría tenerlo.

—¿Cómo lo conseguiste?—susurré, plasmada

—Ella me lo dió antes de ir a los juegos, creo que sabía lo que iba a suceder—agachó su cabeza e inhaló profundamente—Estoy seguro de que estaría feliz de que tú lo tengas.

AQUÍ SE NOS VA OTRA CAPÍTULO AAAAH

TENGO QUE VOLVER A DECIDIR QUE VOY A HACER CON JAULAS DE NOCHE 😳

Hermoso gif hecho por     

muchas gracias 🥺💖

buenas noches, nos leemos mañana 🥰💛

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro