
leegs
LEEG'S
—No lo creo ni por un segundo. Como comandante de la unidad te ordenó a que transfieras el permiso a mi nombre, ahora.
—No lo creas—contesté—No te lo daré, no sigo órdenes de desconocidas.
Ella, enojada, sacó su arma. Colocó el cañón justo en mi frente, produciendo que todos se alteraran. Y que la unidad se separará, algunos ya le estaban apuntando a ella. Los que me defendían a mi eran apuntados por los del otro bando. Pero la verdad no me importaba, no le iba a dar el holo. Tampoco le tenía miedo, no creo que sea muy capaz de disparar. Jackson es una mujer inteligente, sabe que si dispara, ella estará muerta. No hay manera de que gane esta batalla.
Con una pequeña sonrisa de victoria en mi cara, caminé hacia adelante, haciendo que la punta de la pistola choque contra mi piel. Ahí las cosas se pusieron más tensas, nadie bajaría las armas primero. Por eso, alguien más tuvo que intervenir en la situación.
—No perdamos la cabeza.
—No lo repetiré Sprintkount—soltó entre dientes—dame ese holo.
—No se le voy a dar, Jackson.
Ella le sacó el seguro a su arma.
—Lo que dice es cierto—Cressida se interpuso entre nosotras—Plutarch lo quiere televisado, piensa que si las filmamos asesinando a Snow el Capitolio se rendirá antes de que haya muchas bajas —mintió
Estaba tratando de ayudarme, y eso me sorprendió muchísimo.
—Mientras discutimos cien agentes de la Paz vienen en camino—habló Gale, un poco enojada
—Jackson solo debe bajar su arma, así habrá paz—contestó Finnick, sin dejar de apuntar la cabeza de la teniente
—Boggs prometió que cuando llegará el momento nos ayudarías.
Katniss apareció.
La mujer al escucharla, parece que recapacito. Hizo una pequeña mueca y guardó su arma. Todos pudieron soltar el aire que venían contenido, ya que la marea había suavizado un poco. Sino lo hacía, todos terminaríamos con una bala en el centro de nuestra cabeza.
— De acuerdo, el holo es tuyo—soltó, rendida
Gale fue el primero que se acercó a pisar los restos de alquitrán que habían quedado en la escalera. Por suerte, todo estaba solidificado. Teníamos la oportunidad de escapar.
—Creo que no dejaremos huellas, vámonos ya. Las cámaras de afuera estarán cubiertas de aceite—dijo Hawthorne
—No puede seguir adelante, su pierna está mal. Debemos pedir ayuda—Home habló, mirando a Leeg1–Lo siento—se disculpó
—Me quedaré con ella—habló su hermana, acariciando la mejilla de su gemela
—Te prometo que en cuanto hagamos contacto, enviaremos a alguien—les hablo Jackson—Muy bien, vámonos. Andando.
Mientras todos tomaban sus cosas, Finnick y Gale tomaron a Peeta, que aún estaba un poco aturdido por el calmante. Cuando todos estuvieron listos, bajamos las escaleras. Yo
fui la primera en salir del edificio. Tenía el holo, así que debía encargarme de revisar todas las vainas que había ahora en adelante. Eso conllevaba ir a la cima de todos, era como la jefa no tan jefa. Ya que lo era la teniente.
Los demás salieron detrás de mi, lo primero que mis ojos pudieron ver fue el cuerpo desmembrado de Mitchell, que aún estaba en el aire. Fue un escenario horrible.
—Detrás de mí, yo los guió—Steven apareció al frente—Vámonos por aquí.
Sin cuestionarle nada, todos comenzamos a seguirlo. Él iba a mi lado, muy concentrado. Cuando comenzó a apurar el paso, lo imitamos. Corrimos hacia el edifico que nos indicaba. Una vez ahí, rompió con su brazo el vidrio de la puerta. Ya que no era lo mejor hacer ruido con las ametralladoras.
Él fue el primero qué pasó, con su arma apuntando hacia adelante. Teníamos que estar seguros de que no habría peligro aquí adentro. Una vez que se aseguró de que todo estaba despejado, pudimos entrar. Subimos unas escaleras y seguimos un largo pasillo, que nos llevó hacia lo que parecía que era un bar. Todo estaba apagado, pero aún habían cosas. También tenía ese toque, las cosas eran muy coloridas y extravagantes. Tenía el toque de los capitolinos, obviamente.
—Cierren esas cortinas—ordenó Jackson
Cuando ellos se acercaron a hacer eso, unos camiones se escucharon. Alertados, todos fuimos a ver por las ventanas. A los segundos, miles de agentes de la Paz salieron de esos camiones. Comenzaron a bajar distintas cosas, y a apuntar hacia el edificio.
De ahí salieron disparos, pero no eran de ellos. Si mal no pensaba era de las Leeg.
—Son las Leeg—soltó Finnick, afirmando mi teoría
Los agentes también respondieron a los disparos. Ellos lanzaron un misil, que producio que todo el edificio cayera en pedazos. Y que se derrumbará todo lo que estuviera a su alrededor. Había sido tan fuerte que logró tirar y hacer cenizas a dos edificios que estaban a los costados.
Una vez más, gente de este escudaron "estrella" había muerto. No lo entendía, supuestamente otros escuadrones habían pasado por aquí. Se supone que, relativamente, era seguro. Pero cómo vemos, no. Mataron a las gemelas, ni si quiera tuvieron la oportunidad de salir de ahí.
En cuánto procese lo que había sucedido, cerré la cortina. Escondí mi cuerpo detrás de la pared y solté un enorme suspiro.
Ni si quiera pasaron minutos de eso, para que las luces de las pantallas iluminaron el lugar. Chaff casi las rompe, pero Jackson lo interrumpió. La música del Capitolio comenzó a sonar, y la cara de Caesar Flickerman apareció ahí.
—Buenas tardes, soy Caesar Flickerman. Aquí con nuestra continua cobertura de la defensa del Capitolio. Hoy, mientras nuestros agentes de la Paz valientemente resistían la rebelión, nuestra historia tomó un sorprendente giro—nuestra huida de la ola de alquitrán fue proyectada—Katniss Everdeen quien alguna vez fue nuestra hija favorita se ha infiltrado en la ciudad, con ayuda de unos vencedores. Cuyos nombres son muy familiares, hasta irreconocibles; Lea Sprintkount, Finnick Odair, Peeta Mellark, Chaff Jambox y Steven Gray...—hizo una mueca y suspiró cuando apareció la escena de Peeta atacando a Katniss—Algunas alianzas no duran eternamente. Miren lo que ocurrió hace solo un momento, cuando por fin acorralaron a Katniss Everdeen con su Banda de absurdos rebeldes—soltó, asqueado—A pesar de la arrogancia que impulsó a estos traidores a volver aquí. Están por presenciar una gran victoria, no solo para el Capitolio sino para Panem—las últimas escenas de lo que pasó afuera aparecieron—Ahí lo tienen, Katniss Everdeen; la chica en llamas, una chica que inspiró tanta violencia parece haber muerto violentamente. Sigan aquí, para más información, Caesar Flickerman...
Todos quedaron en silencio.
—¿Qué vamos a hacer, ahora que estamos muertos?—preguntó Gale
—Seguir, tenemos ventaja—conteste, encogida de hombros
—¿No es obvio?—habló por primera vez Peeta, asombrando a todos—El siguiente pasó es matarme. Maté a uno de nuestros compañeros...Katniss tiene razón, soy un muto—susurró, cabizbajo —Es cuestión de tiempo para que tenga otro episodio. No tengo control, necesito una jaula de noche para morir cuando sea necesario.
—Si llega el momento yo mismo te mataré—contesto Gale, atacante
—Basta—los paré—Nadie va a matar a nadie, todos tenemos que estar más juntos que nunca ahora mismo. Tenemos que sobrevivir.
Peeta se quedó callado, mirando hacia el piso.
—Yo te daré la mía—saqué suavemente la jaula de noche y se la extendí
Todos me miraron.
—Gracias...—él la tomó
Después de eso, nadie dijo nada más. Gale se levantó y fue a la parte superior del bar. Abrió un par de alacenas y sacó toda la comida que estaba ahí, mejor dicho, porquería. Todo eran esos raros dulces que tenían en las fiesta.
Él se acercó hacia la mesa y dejó todo ahí. Justo en ese momento me acordé que Plutarch había dejado un poco de comida en mi mochila. Así que la abrí y dejé unas tres latas de comida enlatada.
—Creo que hasta ahora no había entendido al Capitolio—habló Gale, mirando el bombón de chocolate que tenía en su mano—Comiendo esto creerías cualquier cosa...
—No podrás creer todas las locuras más que tiene el Capitolio—carcajeó Finnick—Te pueden enloquecer.
Luego de decir eso, el símbolo y la música del Capitolio apareció en la pantalla. Todos miramos hacia allí esperando la noticia de Flickerman, pero nunca apareció. En cambio, nuestras caras y nombres comenzaron a proyectarse. Cmo lo hacían en los juegos. ¿Tanto iban a festejar que estábamos muertos? Era tan patético, que solo faltaba una frase de: los extrañaremos mucho.
Unas risas se escucharon detrás de mi, al darme la vuelta, encontré a Finnick. Él era el que reía, confundida, levanté una de mis cejas.
—¿De qué te ríes?
El presidente Snow apareció en la pantalla.
—Así que Lea Sprintkount y Katniss Everdeen; unas chicas inestables. Con un poco de talento con los cuchillos y el arco, han muerto. Eran intelectuales y líderes en las masas. Eran valiosas para su rebelión porque no tienen visión, no tienen a un verdadero líder. Sé consideran una alianza, pero ya vimos que significa. Sus soldados están uno en contra de otro—su transmisión poco a poco se cortó, y Coin apareció—Soy la presidenta Alma Coin, líder de la rebelión. Interrumpo la transmisión de su presidente en la cual trataba de difamar a dos valientes jovencitas, la cara de varias entre las masas dijo él. Acaso no se da cuenta que un verdadero líder no puede ser otra cosa, yo tuve el privilegio de conocerlas. Lea Sprintkount: una chica estricta pero buena, y Katniss Everdeen: una sencilla chica del barrio pobre del doce. Ellas dos sobrevivieron a los juegos del hambre y un vasallaje...Aunque hayan muerto ellas dos siguen siendo las caras de esta revolución. No habrán muerto en vano, su visión y la nuestra va a ser una realidad, un Panem libre con autodeterminación para todos. Y en su memoria encontráremos la fuerza para acabar con los opresores de nuestra nación. Gracias, y cuídense mucho...
ACÁ OTRO CAP
NO FALTA NADA Y TENGO MUCHAS IDEAS QUE VUELAN MI CABEZA
LOS AMOOO💛
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