ganador
Desde que me habían despertado a los gritos supe que iba a ser una mañana muy agitada, y así lo fue. Lo verifiqué en cuanto mi cuerpo se endurmecio al estar tanto tiempo sobre una camilla. Me habían lavado unas tres veces, y eso me hizo sentir muy sucia. Y eso que me había bañado antes de ir a la sala de preparación. También tenía que destacar todo el equipo que estaba detrás de esto, si yo estaba frustrada, no me imaginaba ellos.
Nunca pensé que una preparación como está llevaría tanto tiempo y sudor. Finnick tenía razón, casi siempre la estaba teniendo.
-¿Qué te parece un sombrero con plumas azules y caracoles?-Escuché que una le preguntaba a la otra.
Tal vez era Hanna, tal vez era Henna.
-Hanna, ella no puede lucir un sombrero así. Debe estar sin nada en su cara, debe lucir hermosa hoy-le reprochó
En ese mismo instante sentí como una de sus ayudantes pasó demasiado fuerte el cepillo en mi cabello, parecía que estaba desastroso. Pero,no me podía quejar, ya que ellas estaban dándolo todo para la entrevista de hoy en la tarde.
-Tal vez el sombrero quedé lindo-le dije.
La hermana de Henna negó con su cabeza y se acercó a ver mis uñas.
-Esto necesita un poco más de color, así lucen apagadas y aburridas-opinó, sonriente.
•
Por el resto del día dejé que me hagan cualquier cosa en el cabello, cuerpo y manos. Me tallaron hasta lo más insignificante.
-Ya estamos a punto de terminar, solo falta ponerte el vestido y estarás lista para brillar...como toda una perla-canturreó Henna, terminando de colocarme un suave color sobre mis mejillas.
Una vez que lo hizo todos se retiraron de la sala dejándome sola. Me levanté de la camilla en la que estuve la mayoría de la tarde y me acerqué a donde estaba el espejo de cuerpo completo. Estaba irreconocible, si que habían hecho un excelente trabajo conmigo. Cada imperfección estaba tapada de una manera perfecta, el maquillaje estaba espléndido al igual que mis uñas que estaban pintadas con distintas tonalidades de azules.
-¡Rápido, ella debe estar en unos minutos!-Chilló Hanna, frustrada.
Una de ellas entró con un vestido azul con perlas, caracoles y luminosas piedras. Estas chicas si hacían arte.
-¿Te gusta? fue el desafío más grande que tuvimos. Ya debes vestirte-ordenó, suavemente.
Me acerqué hasta donde estaban ellas y sonreí.
-Está hermoso, gracias por el vestido-les agradecí, impactada, por el hermoso trabajo.
Henna se acercó a ayudarme con el vestido, era muy pesado según ellas dos.
-Sigo pensando que el sombrero hubiera quedado lindo-Comentó.
Ella se acercó y limpio una pequeña lágrima que había resbalado por sus ojos. Se sentía emocionada y feliz por su trabajo.
-La verdad es que nunca nos esforzamos tanto en un vestido. Es hermoso y se ajusta perfectamente a ti-lloriqueó
Unos agentes me escoltaran por un pasillo, el cual nos llevó hacia donde estaban los demás tributos. Casi la mayoría se volteó a verme, parecían sorprendidos, al igual que mis días compañeros del cuatro. Una sonrisa estaba tatuada en sus caras, pero, debo admitir que yo también estaba así. Ellos estaban muy elegantes, muy perfectos.
-Te ves fantástica -Dijeron al unísono
Los miré a ambos y reí.
-Bueno, ustedes también se ven muy bien-admiti
Los tributos fueron pasando individualmente. La entrevista duraba cinco minutos exactos, que eran suficientes para hacer que todo el mundo te amé o te odie.
Cuando llego mi turno, un hombre me guió hacia donde debí esperar para pasar al escenario. Pero antes, les di una última mirada a los chicos, ellos no dijeron nada. Finnick fue el único que me susurró un suerte.
Fui acompañada hasta la mitad del trayecto, no tenía planeado que iba decir. Pero algo bueno iba salir, lo único que tenía que hacer era agradarles. Era relativamente fácil.
-Con ustedes damas y caballeros, Les presentó a Lea Sprintkount.
La voz de Caesar y una pequeña luz se pretendió, indicando que debía pasar.
Al entrar al escenario lo primero que pude ver fueron las luces cegadoras, a los fanáticos y las grandes pantallas que estaban en el detrás de escena-.Lo que nosotros no veíamos.-
Di pasos cortos pero seguros hasta llegar junto a Flickerman, una vez lista, me senté a su lado.
-Bienvenida Lea, ten cuidado que nos matarás con tanta belleza, ¿No amigos?-preguntó, sonriente.
Caesar soltó una pequeña carcajada que hizo que el público comenzara a gritar desesperadamente hacia mí.
-Dime Lea, ¿Cómo estás llevando todo?
-Bueno, estar en el Capitolio es algo espectacular, todo es muy hermoso al igual que sus ciudadanos-Contesté con una sonrisa, obviamente, falsa-Créanme, en estos pocos días recibí mucho amor de su parte. Los voy a extrañar muchísimo...siempre estarán guardados en lo profundo de mi corazón. Todo esto es un sueño, estar aquí lo es.
-Nosotros también te extrañaremos, dejarás muchos corazones rotos aquí
Caesar se levantó de su asiento y estiró delicadamente su mano hacia mi.
-Con ustedes la perla del distrito cuatro, Lea Sprintkount-la gente se levantó y comenzó a aplaudir.
Creo que todo había salido perfectamente bien.
Subí unos pequeños escalones que me guiaban hasta donde estaban los otros seis tributos, ahí se encontraba la del uno que me guiñó un ojo al verme. Estaba segura de que si no escapaba del baño de sangre, ella sería la primera en matarme.
-Con ustedes, el guapísimo Steven Gray del distrito cuatro.
Varias chicas, incluyendo, a nuestras estilistas gritaban a todo pulmón al ver a Steven. Parecían ser sus fans número uno.
-Siéntate querido, ¿Cómo es tu estadía en el Capitolio? -le preguntó Caesar
-Las cosas son muy hermosas, el Capitolio y su gente es algo magnífico. Como dijo mi compañera, estamos recibiendo mucho amor de ellos, y lo agradecemos demasiado.
-Es magnífico que otro Gray pase por aquí, estoy seguro de que tienen muchas chicas atrás. Los Gray tienen un esplendor, ¿Alguna afortunada te espera en casa?
Este hombre si que tenía muy poco tacto.
-No, eso es algo difícil. Aún no puedo encontrar a la afortunada. Y hablando de mi hermano, en paz descanse-sus ojos se volvieron brillosos, pero al instante miró al público. En específico, a las chicas-.Puedo asegurarte de que se dé ese brillo.
Él sonrío, esa sonrisa que hacía derretir a cualquier persona ante él. Incluyéndome a mí.
Digo, solo sonreí. Es un buen compañero.
-Lo único que espero es encontrar a la indicada si vuelvo con vida. Sepan que cada una de ustedes estará en mi corazón. Y tal vez...ustedes puedan ser mi indicada.
Me está robando mis palabras.
Las chicas gritaron con desesperación al ver que la entrevista de Gray había acabado. Obviamente, querían mucho más.
Él se acercó a donde estaba y sonrió.
-Creo que somos unos magníficos actores, deberíamos trabajar de estó -Murmuré, entre risas casi inaudibles
Los tributos que quedaban pasaron demasiado rápido a mi punto de vista. Una vez que el chico del doce terminó su entrevista, se acercó hacia donde estábamos todos. Caesar se despidió, y las luces inmediatamente se apagaron.
Cada uno salió por un pasillo en donde se encontraban todos los mentores y mentoras. Al dar con los nuestros; Finnick y Mags se acercaron a nosotros, nos abrazaron y luego fuimos directamente al ascensor.
-De verdad lo hicieron muy bien. Ahora deben ir a dormir, mañana empezará el verdadero desafío-Nos habló Finnick una vez que ya estábamos en nuestro piso.
Todos fuimos a nuestras habitaciones, pero se me hizo inevitable no ir a la de Steven. Me acerqué a tocar la puerta, y una vez que escuché su aprobación entré.
-¿Lea? ¿Qué pasa? ¿No puedes descansar?
-Algo así, solo quería que me prometas algo-Me acerqué hasta donde estaba su cama y me senté, hundiéndome sobre el suave colchón -.Si los profesionales me llegan a alcanzar quiero que me mates, hazlo-...Eres al único al que le doy permiso de eso, no quiero que los demás jueguen con mi cabeza. Porque sé que la mayoría de los profesionales la quieren...prefiero mil veces que lo hagas tú a que ellos, ¿Podrías prometérmelo?
-Lo prometo-soltó inmediatamente
Sin más que decir me alejé de él, salí de su habitación y caminé para regresar a la mía. En el proceso sentía como mis ojos se humedecían poco a poco, aunque tenía algo de sentido ya que tenía algo que se llamaba: miedo.
-¿Necesitas un hombro donde llorar?
Al escuchar eso. Me di la vuelta y encontré a Finnick, siempre estaba en los momentos adecuados...en los que necesitaba a alguien.
-Creo que sí-admití, al borde de las lágrimas.
Él se acercó e inesperadamente me abrazó.
-Tengo miedo de morir, Finnick, no disfrute tanto mi vida como yo hubiera querido. No quiero que los profesionales me cazen como a una presa, quiero volver con vida si es posible. Quiero...quiero volver a ver a mi mamá, en específico...vivir.
-Si pudiera apostar por ti lo haría, pero no puedo. Lo que si puedo es ayudarte a conseguir patrocinadores, eso estará de tu lado y te hará poder estar un paso más adelante para llegar a la meta...Todos tenemos miedo a morir, y está bien. Entramos a esa arena sin saber que será de nuestra vida por los próximos días.
Pasó uno de sus dedos por mi mejilla y sonrío.
-Sé que puedes ser la próxima vencedora del distrito cuatro, confió en ti.
que largo omG
Me merezco una estrellita)?
jejejke gracias por leer
💖
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