-Aquí está -menciona Minkyu colocando una caja enorme sobre el escritorio de mi habitación-, todo lo que necesitamos está aquí -señala con una sonrisa.

Me da vergüenza admitirlo, pero al final opté por aceptar la ayuda de mi hermano menor. O adquirir sus servicios, mejor dicho.

Descruzo mis brazos, suspirando, mientras empiezo a arrepentirme de esto. Su sonrisa no augura nada bueno en lo que a mí respecta.

-¿Qué se supone que es todo esto? -echo un corto vistazo al interior de la caja.

-Son las herramientas que necesitamos -responde con ovación-. Muy bien, hyung, tú solo dime qué es lo que quieres exactamente y yo lo haré -se palmea el pecho con un gesto de "tranquilo, déjalo todo en mis manos que yo resuelvo".

-¿Acaso ya olvidaste que el término romántico y yo no nos llevamos? -le suelto con sarcasmo, Minkyu parece querer hacerse chiquito en su lugar-. Da igual, si ni siquiera estoy seguro de esto -masajeo mis sienes y suspiro.

Madre santísima, en serio no sé qué rayos es lo que estoy haciendo.

Hacen tan solo unos pocos días que le confesé que me siento confundido respecto a mis sentimientos por ella, pero me resulta tan contradictorio todo lo que mi mente piensa y razona en comparación a lo que me grita el corazón. Suena cursi, incluso para mí, pero es así como me siento.

-En ese caso, yo me ocupo.

Me encojo de hombros y me siento en la cama con la intención de, evidentemente, dejar todo en sus manos. Saco mi teléfono y reviso mi mensajería: tengo dos mensajes de Youso, uno de mamá, otro de noona y dos más de remitentes distintos pero que ponen lo mismo. Son Yoongi y Namjoon enviando una gran y enorme señal de auxilio. Lo que más me sorprende es que lo hayan hecho individualmente, siendo que siempre envían mensajes al grupo que tenemos.

Decido responder primero al de Nam y luego al de Yoon, pero justo cuando termino de responder al segundo, una video llamada grupal está brillando en mi pantalla.

¿Qué rayos...?

-¿Qué sucede? -pregunto con el entrecejo fruncido-. ¿Acaso están mal de la cabeza o...?

-Necesitamos tu ayuda -me corta Namjoon de inmediato.

-Explícate.

No sé qué rayos les sucede hoy, pero mis amigos empiezan a gritar al mismo tiempo cosas que no entiendo para nada. Miro a Minkyu, que ha dejado unas guirnaldas que sostenía para enfocar su mirada en mí. Algo en su mirada me dice que él sí que está entendiendo el parloteo de los chicos.

-Así que ambos están enamorados -dice mi hermano una vez han dejado de soltar sus gritos.

-¿Les entendiste? -pregunto confuso.

-No realmente, pero es lo que puedo asumir teniendo en cuenta el cómo han empezado con su diarrea verbal -arrugo la nariz en una clara mueca de hastío a su comentario-. Es casi lo mismo que te sucede a ti con noona, hyung.

Frunzo los labios con disgusto.

-Hola, hyungs, si gustan pueden venir a nuestra casa -propone mi hermano con una brillante sonrisa-. Tal vez yo pueda ayudarlos.

Achico los ojos. En realidad no quiere ayudar, solo busca de quién servirse y obtener dinero sin mucho esfuerzo.

-¡Genial, ahí estaremos! -promete Nam, Yoongi asiente en total acuerdo y dan por finalizada la llamada.

Por todo lo bueno, alguien que se apiade de mí.

Mi interior grita debido a lo que sé que pasará en cuanto mis amigos lleguen. Nada bueno, seguramente.

-Vaya, han tardado más de lo que imaginé -soy ignorado olímpicamente por mis queridísimos amigos-. Por supuesto que he estado bien, gracias -suelto con ironía.

Últimamente se me está pegando lo de Youso, parece que su actitud y comentarios tanto irónicos como sarcásticos son contagiosos. Procuraré que no me afecte tanto.

Voy a la cocina y sirvo cuatro vasos con jugo de naranja que mamá dejó haciendo temprano en la mañana, saco jamón y queso junto a unas rodajas de pan y armo unos sándwiches para servirle a mis amigos y luego acomodo todo para llevarlo sin que se me caiga nada.

-... así que no estoy seguro de si realmente le gusto o no -frunzo el entrecejo ante las palabras de Min.

-Me sucede algo similar -acota Nam aceptando el jugo y el sándwich.

-Ya veo.

Minkyu asiente con gesto pensativo, como si los engranajes de su cerebro estuviesen trabajando a toda máquina para brindarles una respuesta certera mientras mastica su sándwich.

Observo con atención los gestos de mis amigos. Están iguales, expectantes a lo que sea que mi intrépido hermano pueda decirles.

-Les seré sincero porque son los mejores amigos de mi hyung y también los considero grandes ejemplos -inicia diciendo, mientras qur yo permanezco en silencio como un espectador-. Namjoon hyung -se dirige primero al moreno-, la verdad es que tú no has esclarecido muy bien tu punto, así que te recomiendo aclarar tus ideas contigo mismo antes de hacer cualquier cosa.

-¿Cualquier cosa? -mi hermanito asiente-. ¿Como cuál?

Minkyu rueda los ojos.

-Vamos, hyung, sabes de lo que hablo -no le dice más y luego mira a Yoongi-. Hyung, creo que lo tuyo es un severo caso de lo que se denomina actualmente como enemies to lovers.

Casi escupo mi jugo.

-¿Qué?

Yoongi no puede estar más confundido. Miro a mi hermano, ordenandole con la mirada a que se explique con claridad.

-Yoongi hyung -posa las manos sobre sus hombros-, lo siento mucho, pero primero vas a tener que enfrentar tus miedos y hablar con ella.

-¿Mis miedos?

-A que te asesine antes de poder decirle nada, obviamente.

-Minkyu -amenazo.

-Está bien -resopla y se pone de pie-. El problema es que no están siendo sinceros con ustedes mismos. Tú tienes miedo de lo que esa chica pueda hacerte -le dice a Yoongi-. A ti te golpea el orgullo tener que aceptar que te gusta la chica que sabes que te gusta -señala a Namjoon-. Y tú, hyung, eres el peor de todos -me dice esta vez a mí, sonando incluso un poco decepcionado-. Sabes que Hyeonji noona te gusta, que posiblemente puede ser tu admiradora secreta, y aun así no buscas la manera de enfrentar tus sentimientos y a ella como tal.

Niego repetidas veces con la cabeza mientras suelta suspiros uno tras de otro.

-De verdad, qué decepción -alega mirándonos.

Mientras tanto, ninguno de nosotros puede decir nada, ni siquiera sé si es que estamos respirando con normalidad. Pero, sea como sea, acabamos de ser reprochados por un crío casi cuatro años menor que nosotros.

-¿Qué diablos acaba de pasar? -suelta Namjoon, siendo el primero en encontrar su voz y hablar.

Pero no hay respuesta a su pregunta, porque seguimos estáticos.

*Total de palabras: 1111.

Les juro que es el capítulo más largo que he escrito hasta ahora y que me ha salido sin pensar en absolutamente nada. Así que sí, yo también quedé como los chicos, así: ;-;

Eeeeeen fin, siento que igual lo que acaba de pasar aquí va a ser necesario para la trama de las dos siguientes historias, aunque igual ya veremos jeje.