Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

20. Lo que es la vida universitaria

—Te ves horrible —comento en cuanto llego a la pastelería y lo primero que me encuentro es el rostro ojeroso de Youso.

Ella rueda los ojos cruzandose de brazos y soltando un suspiro que deja entrever todo el cansancio que carga encima.

—Aquí donde me ves, llevo tres días sin dormir como me gustaría —alega entre suspiros—, así que te pido de favor que no me recuerdes lo miserable que estoy siendo como estudiante universitaria.

Cruzo la barra del mostrador y dejo el pequeño bolso que me he acostumbrado a cargar conmigo, tomo el delantal del lugar en el que siempre lo dejo y procedo a colocarmelo. Quisiera reírme por su situación, pero rápidamente mi mente me trae a memoria que me encuentro en mi último año y que estoy a nadie de estar en la misma situación que ella; si es que no peor.

—¿Tanto así?

—Sí —baja los brazos con cansancio—. Han pasado unas pocas semanas nada más, pero yo siento como si me hubiera pasado un camión por encima. Créeme cuando te digo que la vida universitaria es horrible.

Y como si no fuera suficiente, hace mayor énfasis en el último adjetivo.

Recorro con la mirada el pequeño y reducido interior de Sweet dreams, después reviso el mostrador y verifico qué dulces hacen falta para proceder a prepararlos. Generalmente, soy quien se encarga de la cocina, y eso incluye el preparar los dulces, bocadillos y postres que ofrecemos aquí. Más ahora que mi compañera de trabajo dispone de menos tiempo.

En ocasiones como esta agradezco a mamá su insistencia en que mis hermanos y yo aprendieramos a manejarnos adecuadamente en la cocina. Gracias a ella cuento con la capacidad para preparar varios platos y, claro está, todo lo referente a repostería; aunque esto último se debe más a que en lo personal, me llamó la atención.

—¿A qué hora inician tus clases hoy? —pregunto mirándole.

—A las tres —pasa la yema de los dedos por sus sienes, con los ojos cerrados, mientras me responde—. Pero tengo que estar quince minutos antes ahí.

Miro la hora en el reloj de pared. Aún tiene tiempo suficiente como para tomarse un descanso.

—Venga, ve a descansar un poco antes de que te tengas que ir —propongo.

Considero que no ha de tener las fuerzas suficientes como para discutir en contra, puesto que lo único que hace es asentir y con pesadez ponerse de pie. Avanza a la puerta al lado del baño y no duda en ingresar. No es muy grande, pero es un espacio que le permitirá descansar cuarenta minutos o una hora por lo menos.

La señora Kang dijo que estaba segura de que en algún momento sería de utilidad —aunque en un inicio apostaba a que fuera más por algún tema personal—, así que por eso la había dejado.

Coloco el cartel en el lado de «cerrado», puesto que a esta hora no suele venir nadie, y voy a la cocina a preparar algunos postres. Hago todo cuanto puedo y que sé que se venderá el día de hoy, sobretodo porque es viernes. Pierdo noción del tiempo, y solo soy consciente del tiempo transcurrido cuando saco mi móvil tras recibir un mensaje, mismo que no abro porque salgo disparado a llamar a Youso.

Donde le dejo un minuto más, seguro no llegará a tiempo.

Ella no tarda en abrir sus ojos y ponerse de pie cual remolino. Corre al baño a lavarse el rostro y luego, tras echarse un breve vistazo y verificar que todo en su atuendo está en completo orden —aunque uno de los botones en la manga de su chaqueta se ha desprendido—, procede a despedirse. No me da tiempo ni siquiera a levantar la mano cuando veo que ha desaparecido.

Suspiro y regreso a la cocina para revisar que el tiempo de cocción haya llegado a su fin. Saco los dulces y espero un par de minutos a que estos se enfríen. Sonrío y salgo a cambiar el letrero a «abierto». Justo cuando regreso a colocar los postres que ya se han enfriado en el mostrador, la puerta se abre y me muestra el rostro afligido de uno de mis amigos.

—¿Acaso he sido una mala persona? —es lo primero que dice en cuanto su mirada y la mía conectan—. ¿Por qué tengo tan mala suerte? —se queja al tiempo en que deja caer su cabeza sobre uno de los brazos que ha apoyado en la barra.

—¿Todo bien? —pregunto con cautela, aunque sabiendo ya que la respuesta es negativa.

Estoy seguro que el motivo de su malestar no es otro si no Oh Bitna, la presidenta de nuestra clase. Y no me equivoco ya que él me lo hace saber de inmediato.

—Yoongi —llamo—, ¿estás seguro de que no has hecho algo que propicie su aberración hacia tu persona? —sus ojos felinos sobre los míos demuestran duda.

—Hasta donde sé, no... —se interrumpe, la comprensión surca su rostro y mientras a mí me deja a la expectativa, mi amigo solo se pone sobre sus pies de un brinco mientras se despide apresurado—. Juro que te diré todo después —promete terminando de salir del local.

Suspiro tras encontrarme solo, lo cual genera que mi cabeza se vuelva en un estado de preocupación debido a lo acontecido el fin de semana pasado.

Tierra, por lo que más quieras te lo suplico, tragame y escupeme muy lejos de Corea.

*Total de palabras: 904.



Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro