« Hola.

Sé que posiblemente te resultará extraño e incluso surrealista todo esto porque, vamos ¿Quién continúa escribiendo y enviando cartas en estos tiempos? Además ¿Por qué hacerlo?

Resultará imposible de creer, pero voy a ser honesta diciendo que no tengo el valor como para decir de frente los pensamientos que atraviesan mi mente en estos días.

Así que aquí voy.

La primera vez que te vi, sonriente y radiante, quedé embelesada de inmediato. Maravillada con la expresión tan sincera reflejada en tu rostro, en tu mirar; en tu sonrisa.

Me preguntaba cómo era posible que alguien pudiese sonreír de la manera en que lo hacías.

Te vi sonreír con los labios, y a su vez con los ojos, como si tu alma albergara una alegría indescriptible.

Me sentí curiosa, debo admitir.

Entonces ¿Cómo no quedar cautivada?

Así que aquí estoy, haciendo de una extraña manera una de las confesiones más importantes de toda mi corta vida.

Querido niño, déjame decirte que tu sonrisa es la más preciosa que haya visto jamás.

Querido niño...

Desde ahora te llamaré así, aunque sea de manera anónima.

-Ji. »

*Total de palabras: 184.