-"Te dije que la próxima vez que hiciéramos esto sería porque tú lo habías elegido, porque eres feliz y porque sería el indicado... Aún así si quieres dar la vuelta el jet está listo para irnos, todo estará bien"

Contrario a lo que decía mi padre sus ojos expresaban felicidad, estaba relajado y me regalaba la sonrisa más hermosa que podía darme.

-"Realmente te agrada Ryomen, ¿no es así?. Gracias por todo papá, gracias por no haberme dejado sola y permitirme regresar a casa aún después de mi fracaso... Creo que nunca te lo dije pero soy muy afortunada de ser tu hija, gracias por ser mi padre y querer como solo tu sabes querer a las personas que más amo"

A este punto los dos éramos unos sauces llorones pero que le podíamos hacer?, yo había heredado los lagrimales del tamaño del mar de mi Padre; procede a limpiarme las lágrimas a toquecitos con su pañuelo y me estrecha en sus brazos. Me siento de nuevo como cuando era niña y me arrullaba para dormir o simplemente cuando me abrazaba a él todo el rato y nunca me apartaba a menos que yo deshiciera el abrazo.

-"Lo quiero como un hijo porque te hace tan feliz como nunca te había visto, y esos niños son mi clan por el simple hecho de que tú eres su madre... Siempre viví pensando si lo que hacía era lo correcto con respecto a ti y a tu hermano, y aún así a veces lo sigo pensando; pero a pesar de todo los veo ahora y creo que todo ha valido la pena.

Me das las gracias pero creo que al final ambos nos elegimos, gracias a ti por elegirme como tú padre, gracias por salvarme... Anda, es hora de salir; el sol está anunciándose y no queremos que el novio piense que te haz arrepentido"

Había hecho las cosas muy diferentes está vez. Hoy era Julio 23, había cumplido 29 años y estábamos en la zona de la playa frente a la nueva casa de los Itadori en Australia; era apenas el amanecer y la ceremonia que tendríamos para al fin unirnos en matrimonio Ryomen y yo sería sencilla y sin miles de invitados.

Mi padre y Gina, Choso y Yuki, Maki y Yūta, mis suegros Jin y Kenny Itadori, el abuelo Itadori, Uta, su padre y Haibara, Mai y Cherry, Megumi y Nobara, Satoru y el señor Gojo, El tío Shigure, Ciel y pequeña hija Noriko de 3 años, André y su esposa Emma, Edward, el tío Kusakabe y su ahora esposa Ayane, el señor Nanami y el señor Yamada; mis ahora hermanos Axl de 16 y Momiji de 13 años respectivamente. Yuuji mi cuñado de ahora 14 años, mis sobrinos Yuri de 13 años y las gemelas Mizuki y Shinobu de 4 años, Koji de 7 años y Kei de 4 años. Todos ellos estaban esperando por nosotros a la orilla de la playa.

En este momento todos eramos uno mismo con el universo por el simple hecho de estar aqui hoy, el sol estaba comenzando a despertar e iluminarnos con su astro; el cielo se teñía de un hermoso rosa, azul y dorado amarillo que solo me daba paz y buen augurio. Había despertado tranquila y sin prisas, Mai me había ayudado a arreglarme pero todo era tan natural, no tenía que aparentar nada ni impresionar a desconocidos.

Mi cabello había crecido un poco, seguía castaño cobrizo y estaba peinado con un moño bajo bastante sencillo; llevaba un velo color mantequilla hecho de la seda más fina, bordado con hilo de oro y flores el cual era sostenido por un pequeño broche de plata en forma de pluma; era de Kana y papá quería que lo tuviera. Mi vestido era color perla y en cuello halter, ajustado en la parte de la cintura y después caía libre y suelto hasta mis tobillos en los cuales tambien tenia flores bordadas a mano, tenía mangas vaporosas que dejaban mis hombros a la vista pero la manga llegaba hasta mis muñecas. Sin duda Mai y Cherry habían hecho un trabajo maravilloso y según ellas sería su santo grial pues lo habían confeccionado especial y únicamente para mí.
Llevaba unos pequeños aretes de rubí en forma de gota regalo de mi padre y Gina y el primer anillo que me dio Ryo, ese pequeño y sencillo anillo de oro rosa aplastado en forma de moño eran los únicos accesorios que llevaba conmigo.
Mi maquillaje era igualmente sencillo, rubor en crema, sombra de ojos color champagne, máscara de pestañas y mi infalible labial rojo; mi ramo era de peonías del tipo Jules Elie adornado con nubes alrededor, era bellísimo.
Ryomen en cambio portaba un pantalón color caqui y una playera de seda en tono claro, su cabello estaba un poco más largo y se mecía con la brisa del lugar; ambos íbamos descalzos así como el resto de la familia.

El mar creaba esa brisa matutina rica y el clima era simplemente magnífico en esta época del año, el olor a sal y coco se sentían en el aire y todo figuraba para mi como un sueño.

Finalmente, pero no menos importantes, eran nuestros hijos quienes estarían a nuestro lado en la ceremonia. Aslan Lynx ahora tenía 17 años, el chico encorvado había quedado atrás para dejar ver a un alto jovencito que había ganado músculo gracias a los entrenamientos del equipo de volleyball al que había decidido entrar tiempo después de mudarnos a mi ciudad. Sora Hinata tiene ahora 12 años; el niño que habíamos conocido en el hospital ahora solo era una sombra lejana que fue parte de él, pues ahora estaba más sano que nunca, su corazón se había adaptado bien y eso nos llenaba de alegría. Y por último, los mellizos Minjun James y Mingyu Salvatore tenían ya 7 años y seguían creciendo llenos de vida e inocencia como solo ellos podían serlo; y eran ellos quienes me guiaban en fila hacia donde todos estaban esperando por mí, mi padre se había unido a Gina hace unos instantes y me encontraba caminando siguiendo las huellas de mis hijos que me guiaban hacia Ryomen.

Todos iban vestidos para la ocasión; los hombres portaban atuendos de lino, las chicas estaban ataviadas en hermosos vestidos sencillos en colores cálidos, llevaban pequeños bouquets de begonias y dalias. El juez que oficiaría nuestra unión ya estaba esperando por nosotros frente al mar e incluso las pequeñas olas nos mojaban los pies, no había música de fondo, solo el sonido del mar meciéndose frente a nosotros.
Jun y Gyu saludaban a todos en su caminata hacia donde Ryomen esperaba por mi, traían en sus manos dos coronas de flores que serían parte de nuestro ritual frente al mar; Sora en cambio tenía mi ramo consigo esperando que llegara con él para entregármelo y Aslan tenía nuestros anillos. Satoru al lado de Ryomen, pues él sería nuestro testigo en la ceremonia.

Al ver a todos mis amigos y familia sus rostros reflejaban solamente felicidad y añoranza; si las miradas hablaran estoy segura de que dirían "mírala, ahi va de nuevo pero esta vez es totalmente diferente; está feliz y tranquila y eso es lo que hace maravillosa esta unión". Porque después de todo este tiempo, todos estos años, sangre, sudor y lágrimas aquí estaba... Había logrado salir a luz, había logrado recuperar mi vida, había logrado vivir como quería, rodeada de las personas que quiero y me quieren y estaba a punto de compartir mi vida al lado del hombre que me profesa el amor y cariño que siempre sentía que me merecía.

Mientras el juez decía sus líneas y hacía una que otra broma, yo no podía más que enfocarme en Ryo; me sentía tan contenta y tan llena de vida como nunca me había sentido antes... Y no solo eso, me sentía tranquila porque sabía que todo lo yo era capaz de amar, se me era regresado multiplicado por dos al simplemente ver a los ojos a Ryomen, todo lo que no me decía con su voz, al verlo a los ojos mi corazón lo entendía y con ello supe y comprendí que el amar siempre debió sentirse así.

"-Joven Itadori, ¿acepta usted a la señorita Kamo en matrimonio?, para valorarla, respetarla y proteger a su familia, haciéndole saber que la decisión que tomaron hoy fue la más acertada de todas?".

-"Joder, claro que si"

La primera en reírse ante las palabras de Ryomen soy yo, despues el juez y nuestra familia suelta a reírse; detrás de mi escucho que Gyu repite la palabra joder y Sora lo reprende; volvemos a reírnos todos juntos.

-"Señorita Kamo, ¿acepta usted al joven Itadori en matrimonio?, para alentarlo, apoyarlo y guiarlo para que sea el mejor esposo y padre que merece ser?"

-"Si, mil veces si..."

Si las miradas hablaran apuesto todo a las nuestras gritaban "al fin lo hicimos", nuestras sonrisas también hablaban por nosotros solos y todos a nuestro alrededor solo nos miraban dicha y felicidad.

-"Antes de colocarse sus anillos, tengo entendido que les gustaría decir unos votos personales; adelante por favor"

-"T/N te amo, no imagino mejor forma de iniciar que decir cuanto te amo... Cuando te conocí ya hace 6 años atrás, era como ver a un cervatillo asustado en medio de una autopista. Tus ojos reflejaban miedo y emoción por igual y yo quise hacer, desee hacer que tus ojos solamente reflejaran emoción, felicidad y alegrías, aun siquiera sin conocerte bien.
Y después cuando me invitaste a salir por cortesía y quedé en ridículo frente a mi hermano Satoru y los demás chicos del bar y escuché tu risa por primera vez, quedé completamente flechado. Recuerdo que pensé cuan linda, sencilla y atenta eras con todos, tu personalidad congeniaba tan bien contigo que era imposible no querer estar a tu lado; los días después que segui conociéndote más supe que eras de esas personas con auras amarillas, eras tan brillante y cálida, y me inunda una tristeza saber que todos lo notaban menos tu.

El tiempo pasó demasiado rápido y cuando menos lo pensé no salias de mi mente...no quería dejarte ir y cuando la realidad me golpeó me asuste mucho, yo que había prometido ya no enamorarme de nuevo estaba en mi habitación luchando conmigo mismo, tratando de pensar que es lo que debería de hacer después de haberte dejado en el departamento porque simplemente no sabía como reaccionar, yo que creía que el volver a amar seria como olas salvajes golpeando la costa estaba dispuesto a caer en ellas y cuando me decidí que el miedo no me separaría de ti, te habías ido.

Y lo supe.

Lo podía escuchar en el silencio, lo podía sentir a la distancia, lo podía sentir con las luces apagadas; me hiciste creer de nuevo en algo que creía no era para mi. Estaba enamorado de ti y ya te amaba, y no me iba a rendir sin antes intentar conquistarte.
Probablemente hable de más, creo que de todo lo que te he dicho, esto nunca había salido de mis labios pero no me arrepiento de nada contigo; volvería a hacer todo de la misma manera si eso me asegura volver a tu lado, porque te amo y estoy enamorado de ti".

Ryomen había derramado lágrimas, todos estábamos bastantes conmovidos por sus palabras y yo volvía a reafirmar el porque no volvería a haber nadie como él en mi vida. Estábamos tomados de las manos y antes de decir mis votos él besa mis dorsos, dándome ánimos de seguir, yo lloraba en silencio pero eran lágrimas de felicidad.

Aslan se había acercado a nosotros para entregarnos los anillos por indicación del juez. Eran unas argollas hermosas forjadas en oro dorado, la mía tenía un rubí cuadrado y a las orillas donde conectaba la gema con la argolla, tenía pequeños diamantes haciendo brillar más el rubí; la argolla era sencilla lisa. Y la de Ryomen era igual forjada en oro dorado con una línea de puros rubíes en el centro de la argolla dando así un toque sofisticado a la misma.

Me había perdido en mis pensamientos y posteriormente en los labios de Ryomen.

-"No te imaginas lo que tus palabras significan para mi, mi Ryo... Lo nuestro empezó como una mera casualidad, yo no tenía intenciones de nada puesto que la situación en la que estaba no me favorecía mucho. Después de vivir lo que viví siendo tan joven quise creer que de algún modo que no merecía ser amada, pero la vida se encargó de demostrarme que estaba equivocada y te mando a mi; después lo que tanto pedí con desesperación llegó a mi en forma de nuestros bellos hijos contigo a mi lado.

Gracias por todo lo que hiciste por mi, ni todo el dinero del mundo, ni todos los regalos costosos, ni todas las palabras vacías se comparan con lo que tu me demostraste y me sigues demostrando con tus acciones... Lamento mucho haber huido tan de repente pero gracias por haber ido a buscarme, yo que me sentía una mujer trofeo porque en eso me había convertido; me hiciste salir de esa mentira, tu paciencia, cariño, respeto y calidez han hecho de mi la mujer que intentó ser ahora. No estoy cerca de ser lo que aspiro a ser pero es gratificante saber que estás a mi lado apoyándome y el saber que juntos hemos formado la familia que tanto anhelaba.

Asla, Hina, Jun, Gyu y tú son lo mejor que la vida me pudo dar como recompensa por seguir aquí y no rendirme. No quiero mirar nada más ahora que te he visto a ti, ni siquiera quiero pensar en nadie más que en ti; había estado durmiendo por mucho tiempo en una noche oscura de 23 años pero ahora veo la luz del día.
Una vez creí que el amor era rojo, incluso negro y blanco pero estaba equivocada, por que es dorado.

Quiero ser definida por las cosas que amo, no mi pasado o las cosas que odio, no por las cosas a las que les tengo miedo o los pensamientos intrusivos que a veces me hacen dudar de mi misma... Yo aprendí y seguí adelante y solo pienso que eres lo que amas.

Y yo te amo".

-"Es un honor presentarles a los señores Kamo-Itadori".

Me lancé a los brazos de Ryo y todos estallaron en vítores y aplausos. Momentos después nuestros hijos nos rodearon.

Me sentía completa.

Me sentía amada.

La vida era como la luz del día.

               
                           𝐅𝐈𝐍.
           11/04/2025-11:45PM
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¡AL FIN!
DESPUES DE CASI 2 AÑOS ESTA HISTORIA LLEGO A SU FIN.

Gracias a todos los que la siguieron, comentaron y votaron; no saben cuánto significó y qué significa para mí.
Inicie está historia porque debía sacar ideas de mi cabeza o por mera terapia... Nunca lo sabrán jejeje 🤫, pero lo que si deben de saber es que a pesar de como se tornaron los capítulos, tiempo o lo que sea, la historia me gustó mucho.

Para ser mi primera historia pido perdón si llegué a hacerles daño en los ojos o la imaginación, ¡PERO SI HAZ LLEGADO HASTA AQUI DEJA TE DOY UN BESO POR SEGUIRME HASTA EL FINAL!.

Una vez más, gracias por todo y perdón por tan poco.

Cuídense mucho.

Hasta la próxima 🤭✨!.

-Kelly.