(DOS DÍAS ANTES DEL GRAN DIA)

Después de mi estancia de un día en mi departamento en "ÁNGEL", muy temprano por la mañana Ryomen debía pasar por mi pues teníamos planes con los chicos y la familia de Ryo, y por la tarde haríamos acampada en la playa ya que al siguiente día teníamos reservado el spa favorito de mi suegra; hoy para los chicos y mañana para las chicas así que hoy iba aprovechar estar con mis niños.

La idea era que ya debía de estar lista para cuando él llegara pero estaba tan cómoda en la cama con el fresquito de la briza matutina que realmente no iba a levantarme y Ryo que tan bien me conoce, subió directamente en lugar de llamar para confirmar si ya estaba despierta.

Antes de que él llegara me había levantado para ir al baño y al regresar había puesto un poco de música en mi playlist de confianza; dormitando escuché el sonido del pad de acceso y como se cerraba la puerta después. Tan pronto llegó al dormitorio, su fragancia inundó la zona y con solo uno de mis ojos abiertos, -al divisarlo en la entrada de la recamara- estire mis brazos a él, dándole a entender que quería que viniera a mi y así lo hizo.
Se descalzó y segundos después ya estaba entre mis brazos en la cama.

Si hay algo que yo amo de él más aparte de su bello corazón, es estar entre sus brazos. El cómo ellos -enormes y toscos a simple vista- me podían envolver de forma tan reconfortante y cálida cuando me encontraba con él.
Esos brazos me dieron un refugio cuando yo más lo necesitaba y me dan tranquilidad y claridad cuando estoy falta de ella.

Aspiro toda su esencia y me regocijo de tenerlo a mi lado, de que al fin estemos por dar este paso.

-"Dime que aun tenemos tiempo de sobra porque quiero seguir aquí"

-"Tenemos 2 horas aún nena, tu sigue tranquila"

Ese comentario por parte de Ryomen me hizo sentarme en la cama.

-"¿Como que 2 horas más amor?, ¿porque viniste tan temprano entonces?; debiste haberte quedado a dormir más tiempo. Estos han sido unos días bastantes ocupado y tú más que nadie ha llevado la carga, yo enterrada de trabajo y todavía no volando juntos y tú con los niños y cuidandolos y...-no me deja terminar-"

-"Jajaja ven, recuestate -me vuelve a recostar sobre su brazo y hace que una de mis piernas quede arriba de su cintura-; tenia muchas ganas de verte, siempre quiero verte, eso ya deberías de saberlo... Y no te desacredites todo lo que haz hecho para que estemos aquí hoy por favor, no por nada eres la mejor CEO de la década menor de 30 años como dicen los medios"

-"Bueno, no es que me esté quejando, igual quería verte -él suspira y me sostiene más cerca de su cuerpo-... oye Suk... ¿alguna vez pensaste que terminariamos así?, Te hice esperar mucho por mi, ¿no es asi?..."

Creo que era el hecho de la situación que íbamos a tener en 2 días el cual me hacía preguntarme muchas cosas y replantearme otras.

-"Esperaría por ti el tiempo que fuera necesario, ya lo había hecho 27 años; unos cuantos más no hubieran sido nada.

¿Porque lo vuelves a preguntar?, estoy sintiendo un Deja Vu, ya me habías hecho la misma pregunta hace varios años, cuando te fui a buscar a tu casa, cuando me di cuenta que no quería vivir sin ti en mi vida y que sería un imbécil si no te buscaba... ¿Es que estás nerviosa por lo del miércoles?, no, más bien crees que yo debería de tener una última vez para reconsiderar está desición, ¿Verdad?".

-Me conoces tan bien cariño, creo que nunca nadie me había conocido tan bien como yo lo he hecho... La verdad es que no estoy nerviosa, ni mucho menos pienso eso de ti, yo se que mi hombre no es uno que se retracta ni que duda de sus decisiones.
Es solo que me da un poco de risa y nostalgia el como están coincidiendo las cosas, eso es todo".

Poco a poco la claridad que da inicio al amanecer comienza a verse a través de las ventanas abiertas, seguimos en la misma posición y Ryo solo me acaricia el cabello mientras me regala esa sonrisa de lado que tanto amo. Ese hombre que está lleno de tatuajes, tiene cara seria y es una bestia en el octagón me mira como si fuera lo más valioso del universo y yo solo puedo amarlo, amarlo y agradecerle.

-"¿Te he dicho que pareces una Diosa con el cabello suelto por las mañanas?..."

-"Si amor, ya me lo haz dicho antes... Es porque solo tu me vez con esos ojos"

-"Hmm, claro, solo yo tengo buen gusto... Desde que te mire pensé que tenias la cara que quería para ser la madre de mis hijos y mira, me diste 4. Sin duda me he sacado la lotería, puedo morir en paz".

-"Hey!, si te mueres, te mato y me caso con Satoru; -él suelta una carcajada- asi que ni lo pienses".

-"Esa amenaza ha sido la mejor de nuestra historia, jajaja la tendré muy en cuenta amor..."

Seguíamos aprovechando el tiempo que teníamos juntos; no es que ya no lo tuvieramos pero ahora nuestros día a día son ajetreados y tratamos de pasar todo el tiempo posible con los chicos, involucrarnos en todo con ellos y así aprovechar los años perdidos... Al final del día si sostenía su mano me sentía completa.

Me parecía bastante suerte para mí el tener la vida que tenía ahora; siempre había soñado tener esa vida donde era feliz llendo al trabajo, regresaba a casa después de haber pasado por los niños al colegio y mientras preparábamos la cena juntos, llegaba mi esposo con un ramo de mis flores favoritas porque simplemente quería darme un detalle... Siempre terminaba llorando por eso, porque creía que eran solo sueños pero la vida se encarga de poner todo en su lugar.

Ya no lloraba, ya no sentía que tenía que hacer todo perfecto para satisfacer a mi esposo y mucho menos sentía que era menos mujer por no dar herederos de sangre a mi familia.
Ahora cuando salia del trabajo había veces los niños me iban a buscar para venir a casa juntos, pasábamos a comprar algún postre para la cena y de regreso Ryo estaba esperandonos en el porche de la casa; ya tenía la cena lista, preparaba a los mellizos para dormir, yo hacía lo mismo con Hinata y Aslan hacia lo suyo sin nuestra ayuda. Los arropabamos juntos y al final nos preparaba el baño, abría una botella de vino y poníamos nuestra música favorita de fondo, en ocasiones me mostraba los diseños de la próxima joyería que sacaria en conjunto con su amigo y terminábamos hablando de cómo habían sido nuestros días y los de los niños, nuestro mundo eran nuestros hijos y aunque mi realidad desistida de lo que alguna vez soñé, esto era mejor, sin duda mil veces mejor.

Nuestros niños siempre fueron tratados como miembros del clan Kamo y nunca hubo una distinción de por medio; incluso comenzaban a desarrollar rasgos que se parecían a los nuestros.
Mi psicólogo decía que cuando una familia estaba destinada a estar junta, está poco a poco se iba encontrando físicamente también.

Mi soledad dejo de pesar cuando acepte que si podía tener una familia propia y está me estaba dando los mejores años de mi vida; a partir de ahora solo nos quedaban muchísimos años más juntos.

No, no era solo un sueño.

A partir de ahora, seríamos solo nuestros.