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𝟐𝟓.-𝐃𝐈𝐀 𝐃𝐄 𝐄𝐍𝐄𝐑𝐎

La forma en la que se conocieron fue la más cliché de todas.
Daiki era ya un cliente frecuente del spa más discreto pero confiable de la ciudad. Su hija se había encargado de hacerlo cliente hacía ya unos 2 años; su masajista de cabecera era alguien realmente experta en su rubro pues siempre hacía que el estrés y cansancio se fuera de su cuerpo con esas sesiones de 80 minutos de su masaje favorito, lo gracioso era que no sabía cómo lucía o siquiera cómo era que se escuchaba su voz.

El spa al que iba era único en su categoría pues este era especializado en hacer voto de silencio durante las sesiones que se tenían; y eso era de maravilla para Daiki pues era un hombre de no muchas palabras... al menos en el ámbito de conversaciones casuales, con mujeres.


El día donde quedó flechado de Gina fue un 29 de enero...
La escena fue la siguiente:

Daiki acababa de salir de su sesión de masaje de ese mes (debido a un compromiso sumamente importante pues iba a ser el cumpleaños de su primer nieto de sangre y después saldría de viaje de negocios por eso debía de mover la fecha de la su reservación), a unas calles del spa había una de las sucursales de cafetería de los Fushiguro, así que paso por un café antes de ir a la empresa; hasta ahí todo iba bien salvo que el horario no era el habitual y tampoco era habitual que tomara café antes de llegar a la oficina, ni que fuera en ropa informal en lugar de portar su traje, ni siquiera que no estuviera peinado. Daiki sí bien era un hombre ya maduro no era para nada feo o siquiera se veía viejo. Su sangre Filipina por parte de su padre le hacía verse más joven de lo que era, también el cuidado que tuvo toda su vida y los productos que su hija siempre le dio para usar y así preservar su apariencia joven y relajada; así que si tú le preguntabas cuántos años tenía, no le creerías que ya rondaba los 55 años; mucho menos viéndolo en este momento, un pantalón de vestir en corte recto en color azul muy oscuro (diferente a los que usaba con sus trajes), playera de punto con cuello redondo en color blanca, un cardigan gris, su gabardina del mismo color del pantalón, unas adidas samba color beige y su cabello el cual siempre estaba estilizado hacia atrás, ahora lo tenía sobre la frente dándole un toque bastante relajado y juvenil y sumado el hecho que estaba recién afeitado nadie se podría resistir a él... bueno nadie excepto la vivaz Gina.

Gina en cambio era una española que había llegado por azares del destino hasta ese lado del mundo. Era una mujer ya madura pero eso no quitaba el hecho de que era próspera, guapa y jovial; de piel blanca, pecosa, cabello castaño claro y un poco afro, ojos oscuros y estatura baja, toda ella, cuando la conoces no hacía mucha conexión con su carácter espontáneo, malhumorado y lo física que llega a ser. Justo ese día era su cumpleaños número 48 y tenía planeado festejarlo con sus 2 hijos en la comodidad de su casa... pero sorpresa, su cliente estrella había cambiado su fecha de reservación y ella debía acudir a hacer el servicio y después podría retirarse, era obvio que no declinaría, el señor Kamo (Gina no sabía que este Kamo era su cliente en específico) era de sus mejores clientes y la propina que recibe siempre le ayudaba, pues siendo madre soltera de dos jóvenes estudiantes regularmente era costoso el estilo de vida y más si no tenías un segundo sustento. Pero eso no era todo, como propósito por haber llegado a sus 48 años -aún cuando los doctores no tenían mucha fe en su recuperación- se había propuesto mandar su manuscrito de poemas y antologías a los periódicos y revistas de la ciudad ese día para al menos así saciar ese sueño frustrado de juventud que tuvo. Y después de eso se iría corriendo a casa para preparar junto a sus hijos una rica cena y su pastel para festejar, eran tan hogareños que ya era una tradición.
Un choque entre dos personas distraídas, él en una llamada de trabajo con café en mano, ella ensayando qué diría cuando llegara a las oficinas de publicidad y acomodando y re-acomodando al vuelo qué título debía ir antes o cuál después. Nada saldría bien de eso.

Daiki: "Señorita discúlpeme, fue mi culpa este desastre; ¿Se encuentra bien?".

No, Daiki supo que nada iba bien cuando miró al suelo y vio todo. Hojas esparcidas y mojadas por un charco que era antes su café del día, y por si eso no fuera poco la mujer que tenía en frente echaba humo por sus oídos y lágrimas salían de sus ojos.

Gina: "¿PERO A TI QUÉ TE PASA GILIPOLLAS?, HAS ARRUINADO MIS PAPELES... debes fijarte siempre al caminar, ya estas grandecito para caminar con liquidos en la mano y no prestar atencion, joder ahora ya perdi las citas que tenia programadas; con lo que me costo conseguirlas".Comienza a hablar en voz alta mientras comienza a juntar todos los papeles y ponerlos en el bote de basura que tenían -para su sorpresa- a un lado; pero de un momento a otro siente un dolor en su mano derecha y comienza a quejarse.
Daiki: "Dejame ver, perdona, de verdad que no fue mi intención... déjame ayudarte -le tiende la mano, ella acepta y se levanta de donde estaba-".

Gina: "Ahora todo está arruinado, este debía ser un día especial y ahora mis manuscritos se fueron al carajo y el colmo de todo esto eres tú -le apunta con el dedo y comienza a acercarse de manera amenazadora, él en cambio comienza a retroceder- hiciste que me quemara la mano, justo hoy que haría mi pastel de cumpleaños y no podre usar la ma-mano... ¡¡dios santo mi trabajo!!, ya no podré trabajar al menos una semana hasta que sane y baje la inflamación, ¿que haré con mis clientes?... es tu culpa, ¿que harás al respecto?, menudo idiota -toma su bolso del suelo,le da una mirada furiosa a Daiki y se aleja de allí dando grandes zancadas, dejando a un Daiki en estado de shock-".

Tenía mucho que alguien no le había hablado de esa forma, él nunca fue de meterse en problemas, y si lo llego a hacer alguna vez fue en su época de la preparatoria donde estaba en una faceta rebelde para no obedecer a sus padres sobre tomar el mando del clan familiar a tan temprana edad; y después de eso la pelea que tuvo con Naobito Zen'in no hace muchos años donde defendió el lugar de su familia, a su clan y sobre todo de su hija. De ahí en fuera, no era alguien conflictivo, no era alguien déspota, mucho menos era alguien grosero, por eso se había quedado congelado al ver como esta mujer reaccionó de esa forma. Lo que le dijo y el cómo se fue sin haberle sacado dinero fue sorprendente para él pues habiendo sido alguien mas, tenia seguro que se aprovecharía de la situación y él, al mirarla mientras ella despotricaba sobre lo sucedido, no pudo más que pensar en que bella era y cuanto había llamado su atención. Si era sincero en este momento tenia un debate sobre qué hacer; le dolía el pecho porque se sentía nervioso, después de Kana -quien fue el amor de su vida- y Ren -quien le arruinó la vida y lo único bueno que le dejó fue a su hija T/N-, Daiki dio por sentado que no estaba hecho para amar más que a sus hijos y simplemente se negó al amor de pareja... pero a veces a la vida le gustaba mostrarnos sus formas raras de actuar y este era el caso, por eso tambien se sentia culpable y por otra parte, su personalidad de hombre racional y responsable -todo al mismo tiempo- le gritaban que fuera y resolviera lo que había causado... y eso hizo.


La llevo al hospital de Yuki, donde ella misma la atendió y lo tranquilizo a él pues estaba bastante preocupado -un secreto de Daiki era que no le gustaban los hospitales lo cual era una tontería ya que el clan Kamo era uno de los más importantes en el sector médico del país-, después de la valoración donde la quemadura por el café no era algo grave pero sí que requería reposo, ungüento y un medicamento para bajar el dolor, se despiden de Yuki y caminan a la salida.Gina si bien aceptó ser llevada al hospital, desde el momento que entro al auto de Daiki se arrepintió pero terminó por no decir nada ya que el dolor que sentía era algo severo y la mirada de determinación de ese extraño hombre le decía que no aceptaría un no por respuesta; es por eso que al salir del consultorio de esa agradable joven -quien supo era hija de ese hombre, quien ahora sabía eran parte del clan Kamo- camino directo a la recepción para saber cuánto costaría su chistecito, pues si bien le dijo todo lo que le dijo a ese desconocido estando ella enojada, no lo decía tan en serio pues lo menos que le gustaba a ella era ser una ventajosa y abusar del dinero de las personas. Trataba de caminar lo más rápido posible para que él no la alcanzara y pudiera ella pagar por el servicio médico.

-"Una disculpa señorita Saenz pero el servicio médico ya fue liquidado a la cuenta del honorable señor Daiki Kamo -hace una reverencia pues ese hombre al fin la había alcanzado-, la enfermera de la doctora Kamo manda estas medicinas para su recuperación, dentro encontrará la receta donde explica todo a detalle, su tarjeta de cita donde se le ha programado su próxima consulta y también la tarjeta personal de la doctora Kamo por si tiene alguna duda pueda contactarla. Que tenga una linda tarde -le entrega una bolsa de papel donde viene todo lo mencionado pero también cosas extras pues la bolsa se siente pesada-".

Gina dejó de pensar desde el momento en que la recepcionista mencionó el nombre de ese extraño hombre... ¿habia escuchado bien?... ¡¿COMO ERA POSIBLE QUE ESE HOMBRE FUERA LA CABEZA DEL CLAN KAMO?, ¿COMO ERA POSIBLE QUE LE PAGARA EL HOSPITAL Y SOBRE TODO, COMO ERA POSIBLE QUE LO HAYA ACUSADO Y GRITADO GILIPOLLAS E IDIOTA?!, Gina queria que la tierra la tragara y la escupiera de vuelta a Tenerife para asi no verle la cara a Daiki. Cuando tomó la bolsa que la recepcionista le entregaba, solo dio un asentimiento con la cabeza y casi corrió hacia la salida para tomar el primer taxi que pasara y huir de ahí, no sabía por que pero tenía miedo, o tal vez si sabía y le recordaba el porque tuvo que huir de su país y no quería repetir lo mismo, menos cuando 2 vidas dependían de ella; iba tan enfrascada en querer huir que no se dio cuenta que estaba por cruzar la avenida sin siquiera prestar atención y de no haber sido por Daiki... no quería pensar qué hubiera pasado.

-"Señorita Saenz, por favor responda, ¿se encuentra bien?, ¿no he lastimado su mano?".

Cuando Gina vuelve en sí y levanta el rostro, por fin puede verlo a la cara; si era el imponente Daiki Kamo, era su cliente estrella y sobre todo era ese magnate de la ciudad a quien ella asistía en su trabajo y quien siempre le remuneraba bien y era gracias a él que había podido subsistir estos 2 últimos años. Daiki Kamo era un hombre bastante guapo y maduro, pero verlo bien en ese momento era como ver a alguien muy diferente. Lo poco que lo conocía era por lo que mostraban los noticieros y ahí siempre se veía como alguien serio y de pocas palabras; en este momento sus ojos expresaban más de lo que uno puede imaginar, su cuerpo la estaba abrazando sobre la acera y puede jurar que su voz se escuchaba asustada.

-"Señor Kamo, ¿se encuentran bien?; ¿gusta que llamemos a la doctora Kamo o a alguien más?...".

Daiki: "Estamos bien, muchas gracias joven"

Gina logra espabilar, se separa de Daiki y mira al guardia de seguridad que está cerca de ellos preocupado después de que casi hubiera sido arrollada por un auto de no ser por Daiki.

Gina: "Disculpen, estaba distraída pero ahora me encuentro bien... muchas gracias por su ayuda señor Kamo -hace una reverencia-, lamento mucho las molestias pero aun asi muchisimas gracias por todo... yo, me tengo que ir".

Daiki: "Espere señorita Saenz, no corra, déjeme llevarla a su casa -dice corriendo para seguirla-, parece ser que se encuentra algo alterada, permítame cuidarla para que llegue a su casa con bien -la mira para saber su respuesta, Gina asiente en silencio-; vamos, de este lado esta mi auto".



La zona de viviendas donde vive Gina está del lado este de la ciudad, casi a las afueras de la región, no era sorpresa que se quedara dormida en el viaje en auto, y siendo sinceros hoy era el primer dia de la semana que había dormido más con ese viaje de casi 40 minutos en auto; cuando se despierta ve que casi llegan a su sección de departamentos y se asusta un poco.

Daiki: "No se asuste señorita Saenz, estaba tan dormida que me tomé el atrevimiento de pedir su dirección a la secretaria de mi hija y así poderla dejar dormir un poco más, espero no le moleste..."

Gina logra relajarse y se sienta de forma recta en el asiento, comienza a doblar la gabardina que tal parece Daiki le había puesto para que no pasara frío durante el trayecto pues enero seguía siendo fresco y un poco lluvioso; y más que nada se siente nerviosa de que un hombre tan imponente como lo es Daiki Kamo este tan preocupado por ella y la este cuidando tanto esa tarde de lo que la cuido alguna vez su ex prometido hace ya muchísimos años. Por eso cuando voltea a verlo y mira esa sonrisa cuadra en él, siente que sus días de colegiala regresan a ella y por primera vez no tiene miedo en intentar tener su historia de amor a pesar de los años.

Seguía siendo su cumpleaños, a pesar de todo, todo, absolutamente todo, invito a Daiki a pasar, sus hijos aun no llegaban de sus entrenamientos y ella debía de disculparse de forma sincera con él.

Daiki: "Realmente no hay nada que disculpar señorita Saenz, yo tuve la culpa porque es verdad eso que comentaste, uno no debe de ir distraído por la calle con una bebida líquida en mano y mucho menos una bebida caliente, el accidente pudo ser peor y aun asi agradezco que tu estes bien. así que en disculpas por haberle arruinado su día de cumpleaños, espero pueda aceptar lo siguiente para que así pueda disfrutar una velada con su familia, sin duda también me quiero disculpar con su esposo, soy un padre de familia así que puedo empatizar con esta situación"

Gina: "Muchas gracias por todo, acepto sus disculpas pues se que no desistirá pero también acepte las mías señor Kamo; fui muy grosera con usted, mi sangre española sale cuando me enojo aunque se que no es excusa... permítame pagarle la cuenta del hospital, no quiero estar en deuda...y no tengo esposo así que no se debe de disculpar con nadie más, llameme Gina por favor"

Daiki: "Oh!... Gina, no es necesario, por favor llámame por mi nombre tambien, si no regresare a decirle señorita Saenz; ya me he hecho yo cargo de todo, también la dueña del spa está enterada de lo sucedido, mi asistente le hizo llegar el acto médico que expidió el hospital y te han otorgado licencia médica pagada por 15 días... antes de que vuelvas a enojarte, dejame terminar -Gina cierra la boca pues estaba a punto de arremeter de nuevo contra él- yo tambien me sorprendi, es un gusto conocerte Gina Saenz, al fin se como luces y de verdad lamento la quemadura en tu mano, se que son tu herramienta de trabajo así que yo me are cargo de los inconvenientes causados. Me tome a la tarea de encargar una rica cena para ti y tu familia, un cumpleaños nunca debe de pasar desapercibido, así que también he pedido el pastel, son de los establecimientos favoritos de mi familia y míos, así que espero los puedan disfrutar".

Daiki se acerca a la púerta de entrada del departamento despues de escuchar el monitor de acceso, abre y del otro lado se encuentran dos hombres bastante altos de traje negro quienes vienen cargando varias bolsas de papel donde puede deducir viene la comida dentro. Piden permiso de pasar, sacan y acomodan las diferentes cajas con comida en la mesa del comedor, hacen una reverencia y se retiran; ella se acerca con curiosidad a la mesa y ve los tantos platos con diferente tipos de comida donde facil mas de 8 personas pueden comer y hasta repetir, después se acerca Daiki por un costado y deja el pastel de cumpleaños en el centro de la mesa, ella lo mira y este le sonríe haciendo que sus ojos desaparezcan.

Ginas: "¿Puedo...? -pide permiso para abrir la tapa y ver el pastel-".

Daiki: "Adelante, es tuyo, espero que te guste"

Cuando Gina levanta la tapa de la caja cuadrada del pastel, lo que mira la deja deslumbrada. Es el pastel más hermoso que ha visto y que alguna vez tuvo en su vida; era grandísimo para solamente ella y sus dos hijos, tenía tres capas de pan red velvet y cada uno estaba juntado por una capa de crema, en el toping tenía de igual manera crema y estaba repleto de frutas, tenía fresas rojas y blancas, zarzamoras, arándanos, frambuesas, uvas verdes, granadas, higos y estaba adornado también con hojas de menta; el pastel olia riquisimo y juraba que sabía igual, ansiaba poder probarlo. Pegado a la tapa estaba un kit con una pequeña espátula, fósforos y velitas. De verdad que no podía estar más feliz; Daiki la había hecho sentir tan animada con tan solo ese detalle que ella quería abrazarlo para agradecerle... y así lo hizo; Daiki tardo un poco en corresponder el abrazo pero lo hizo, se separan al escuchar el monitor de la puerta de acceso de nuevo, se vuelven a mirar y apartan la vista sonrojada el uno del otro, Gina se acerca a la puerta y son sus hijos quienes acaban de llegar.

Gina: "Adelante chicos, dejen sus botas de lluvia en la entrada, por favor...- se dirige de nuevo a Daiki- Señor Kamo, digo Daiki, muchas gracias por este gesto, no sabes cuanto te lo agradezco, ya ni siquiera siento el dolor de mi mano de tan feliz que estoy. No se como puedo agradecerle...".

Daiki: "Gina no hay nada que agradecer, al contrario, dejame remediar lo de tus manuscritos que arruine, pero no será hoy, ya es tarde, tu debes de disfrutar con tus hijos y yo debo retirarme para que puedas hacerlo. Todo esto es un mínimo detalle, no te preocupes por ello, ¿puedo tener tu número de teléfono personal?... para lo del manuscrito...".

Gina sentía que se sonrojaba a más no poder, sentía que sus pecas resaltaban aún más y no podía dejar de sentirse tan emocionada; ¿desde cuando el que un hombre le pidiera su telefono era que la hacía sentir ansiosa?, no es que no se lo pidieran, de hecho se lo pedían mucho más de lo que le gustaría y ella siempre los rechazaba, pero a Daiki quería de verdad dárselo. En ese instante la puerta se abre dejando ver a sus dos hijos. Daiki sonríe y se presenta con ellos y los chicos lo hacen también, nota que no hay ningún rasgo físico de parentesco entre ellos pero no menciona nada, solo sonríe.

Gina: "Andando chicos, vayan a lavarse, el señor Kamo ya se retira también...".

Gina no era alguien miedosa, pero siempre cuando alguien fuera de su entorno conocía a su familia, ella temía por lo que fueran a decir, hoy no era la diferencia, no quería que Daiki pensara mal de ella ni que eso pudiera meterla en problemas.

Daiki: "Tranquila... bueno me dio gusto por fin conocerte, también gracias por presentarme a tus hijos, se nota que te aman demasiado... me retiro Gina, por favor disfruta lo que resta de tu dia y espero les guste la comida, no dudes en contactarme si necesitas algo, estaré encantado de ayudarte... y feliz cumpleaños -se acerca y le da un beso en la mejilla, Gina contiene la respiración y lo mira sorprendida, Daiki casi corre a la puerta- nos vemos después".


Gina y Daiki tenían muchas más cosas en común de lo que llegaron a pensar; sobre todo, hacía mucho que Enero no les gustaba tanto, ¿O fue lo que les trajo ese día?.


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Capitulo dedicado a Milanesa_con_aguacate muchas gracias por tu apoyo en mi historia :)

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