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10. do i look like him?

chapter ten : daylight
do i look like him?

El dojo estaba sumido en un silencio inquietante, roto únicamente por el sonido rítmico de los golpes de Logan contra el maniquí de madera. Sus nudillos estaban en carne viva, la sangre teñía las grietas de la madera mientras gotas de sudor caían de su frente al suelo. Pero a Logan no le importaba. No el dolor, ni el sudor, ni siquiera las palabras de Terry Silver, que lo rodeaban como un enjambre de insectos venenosos. 

—Mira esto, Logan. Esto es Cobra Kai —dijo Silver, señalando el maniquí con una sonrisa gélida—. Tu padre estuvo aquí alguna vez, de pie donde tú estás ahora. Pero no tenía lo necesario. No era digno. 

Logan resopló con desdén, lanzando un nuevo golpe al maniquí. 

—No me importa lo que él haya hecho o dejado de hacer —espetó con la mandíbula apretada—. No soy Daniel LaRusso. 

Silver sonrió ante la respuesta, como si hubiera conseguido exactamente lo que quería. Dio un paso al frente, cruzándose de brazos mientras observaba. 

—No, no lo eres. Él se rindió antes de demostrar su valía. Tú, sin embargo... —Silver inclinó la cabeza, evaluándolo—. Tú tienes potencial, Logan. Pero ahora mismo no eres más que un saco de excusas. 

Logan sintió un ardor en el pecho, pero no por las palabras de Silver, sino por su propia frustración. Había pasado años escuchando comparaciones con su padre, años soportando las expectativas que los demás proyectaban sobre él. Esta era su oportunidad de demostrar que no tenía nada que ver con Daniel. 

—Cállate —gruñó, lanzando un golpe más fuerte al maniquí. 

Silver se rió suavemente, como si el desafío lo deleitara. 

—Eso es. Usa esa ira. Déjala consumir todo lo demás. O lo haces ahora, o el All Valley se reirá de ti como yo me reí de tu padre cuando falló aquí mismo. 

Logan sintió que algo dentro de él se rompía, pero no era debilidad, sino una furia contenida que estalló como un volcán. Gritó, descargando todo su peso en el maniquí. Uno, dos, tres golpes más hasta que un crujido resonó en el aire. La madera cedió, partiéndose en dos con un chasquido seco que hizo eco por todo el dojo. 

Logan se tambaleó hacia atrás, jadeando, sus brazos temblaban de agotamiento. Miró los restos del maniquí, una mezcla de sangre y astillas, y sintió una chispa de satisfacción que rápidamente fue eclipsada por la voz de Silver. 

—Eso es lo que quiero ver —Silver aplaudió lentamente, con una sonrisa torcida—. No pensaste. No dudaste. Actuaste. Eso es Cobra Kai. 

Logan levantó la vista, sus ojos aún encendidos por la adrenalina. 

—¿Ya terminamos? —preguntó, con un tono que no ocultaba su desafío. 

Silver negó con la cabeza, su sonrisa creciendo. 

—¿Terminar? Apenas estás comenzando. Pero esto... —señaló los restos del maniquí—. Esto me dice que vas por buen camino. Vas a ser mi campeón, Logan, aunque tenga que arrancarte cada gramo de debilidad de tu cuerpo. 

Logan no respondió. No necesitaba hacerlo. En el fondo, sabía que Silver tenía razón. No iba a parar. No podía. No hasta demostrar que él no era Daniel LaRusso. Él era Logan, y estaba dispuesto a hacer lo que fuera necesario para ganar.

El día tan esperado finalmente había llegado. El Torneo de Karate All Valley estaba a punto de comenzar, y el ambiente vibraba con una mezcla de entusiasmo y tensión. Para los competidores, esto no era solo un torneo; era un campo de batalla donde cada golpe, cada movimiento y cada decisión podían definir el futuro de sus dojos y senseis. Más allá del trofeo, había un acuerdo tácito: el honor y la supervivencia estaban en juego.

—Damas y caballeros, ¡la espera ha terminado! —anunció el presentador, su voz resonando con fuerza mientras los aplausos y los gritos del público llenaban el estadio—. ¡Hoy celebramos el quincuagésimo primer Torneo Anual de Karate All Valley Sub-18! Durante todo un año, los dojos de este valle han entrenado con un solo objetivo: alcanzar la gloria. ¿Están listos para conocer a los competidores?

—¡Sí! —respondió el público al unísono, enardecido.

—¡Perfecto! —continuó el presentador, esbozando una sonrisa mientras el entusiasmo del público crecía—. Nuestro primer dojo y su sensei no necesitan presentación. En 1984 y 1985, este dojo dejó una huella imborrable en el All Valley. El año pasado, resurgieron de las sombras, llegando a la final con una fuerza implacable. Hoy regresan para reclamar lo que creen que es suyo. ¡Den la bienvenida a *Miyagi-Do Karate*, liderado por el dos veces campeón, Daniel LaRusso!

Bajo una cortina de humo azul, los miembros de Miyagi-Do emergieron con paso decidido. Encabezados por Daniel LaRusso, avanzaron hacia el escenario mientras los vítores llenaban el aire. Samantha y Anthony LaRusso, junto a otros integrantes, ocuparon sus posiciones, irradiando confianza y determinación.

—Ahora, el siguiente dojo no solo es el campeón defensor, sino también un símbolo de poder y renacimiento. Este año, con un liderazgo renovado, buscarán mantener su supremacía. ¡Y atentos, porque Logan LaRusso regresa para defender su título, siguiendo los pasos de su padre! Junto a él, Robby Keene, un contendiente feroz, y los recién llegados Jaeho y Astrid prometen dar un espectáculo inolvidable. Desde Reseda, ¡den la bienvenida a *Cobra Kai*!

El humo rojo inundó el escenario mientras John Kreese y Terry Silver lideraban a su equipo con un aura de imponente autoridad. Logan caminaba con una sonrisa confiada, lanzando una mirada desafiante hacia su padre, Daniel, mientras Robby, Jaeho y Astrid mantenían una actitud firme. Sin embargo, Logan se detuvo en seco cuando escuchó un grito desde las gradas.

—¡Vamos, Loggie!

El apodo resonó en su mente como un eco del pasado. Giró rápidamente, buscando entre el mar de rostros hasta que la vio. Su abuela, sentada junto a su tía Nessa, le sonreía con orgullo. Su corazón dio un vuelco, y por un momento, la competencia pasó a un segundo plano. Verlas allí significaba más de lo que las palabras podían expresar. Ahora sabía que no solo lucharía por el título, sino por ellas.

—Finalmente, tenemos un dojo que debuta en el All Valley, aunque entre sus filas hay rostros familiares. Cada año, un nuevo contendiente se une a esta épica competencia. ¿Será este su momento de brillar? ¡Recibamos a *Eagle Fang Karate*, liderado por el sensei Johnny Lawrence y el subcampeón, Miguel Díaz!

La cortina de humo naranja anunció la entrada de Eagle Fang. Johnny Lawrence lideró a su equipo con Miguel Díaz a su lado, seguido de Devon Lee, la única competidora femenina del dojo, que caminaba con determinación. El público aplaudió con entusiasmo mientras el equipo tomaba sus posiciones.

El presentador, con voz solemne y llena de emoción, alzó el micrófono para el gran anuncio final:

—Solo uno de estos dojos será coronado como campeón. Hoy no solo estamos aquí para presenciar combates, sino para ser testigos de la grandeza. ¡Bienvenidos al quincuagésimo primer Torneo de Karate All Valley! ¡Que comience el torneo! ¡Es hora de karate!

El rugido del público inundó el estadio mientras los competidores se preparaban para dar lo mejor de sí. El destino de cada dojo pendía de un hilo, y la batalla estaba a punto de comenzar.

La demostración de habilidades marcó el inicio de la competencia, y el público no podía apartar la mirada del espectáculo.

El primero en salir fue Demetri, representando a Miyagi-Do. Con las kamas en sus manos, realizó una rutina que, aunque no deslumbrante, demostraba precisión y equilibrio. Le siguió Chris, quien rompió tablas y piedras con fuerza, sumando puntos importantes al dojo. Nate, el más joven del equipo, cerró la presentación con movimientos básicos, logrando el apoyo del público gracias a su entusiasmo y técnica.

Cuando llegó el turno de Eagle Fang, Miguel capturó todas las miradas. Su rutina combinaba movimientos pulidos y definidos, superando incluso la precisión de Miyagi-Do. Cada giro y patada mostraban el fruto de su arduo entrenamiento. Sin embargo, el dojo aún tenía mucho por demostrar.

Finalmente, Cobra Kai tomó el escenario. Kenny abrió la presentación rompiendo tablas con facilidad, seguido por Astrid, quien ejecutó su rutina con tal confianza que parecía casi effortless. Sin embargo, la verdadera sorpresa llegó con Jaeho, quien rompió ladrillos con la cabeza, provocando un coro de jadeos en el público. Desde el borde de la colchoneta, Logan sonrió con orgullo, viendo cómo sus compañeros comenzaban a destacar y a generar impacto.

La competencia continuó con Sam LaRusso, de Miyagi-Do, quien manejó sus sais con gracia y precisión, girándolos con maestría mientras sus movimientos cautivaban al público. Sin embargo, no todos tuvieron la misma suerte. Hawk, que había demostrado ser un luchador formidable, enfrentó dificultades al romper tablas. Aunque logró algunas, falló en el salto final, lo que provocó una sonrisa burlona de Logan al ver el error.

En Eagle Fang, Mitch intentó destacar con una rutina usando un *bō*. Aunque empezó bien, perdió el control del arma y estuvo a punto de golpear al jurado, lo que lo obligó a salir corriendo de la colchoneta, desatando murmullos entre el público.

Por su parte, Cobra Kai no cometió errores. Robby ejecutó movimientos rápidos y controlados, sus giros y gritos resonaban con fuerza, mostrando una precisión impecable. Tory manejó los nunchakus con una habilidad que dejó al público boquiabierto, lanzándolos al aire y retomando el control como si fuera un juego para ella.

El clímax llegó cuando fue el turno de Logan. El chico avanzó con confianza, una sonrisa segura en el rostro.

—Voy a demostrarles cómo se hace —murmuró mientras se posicionaba frente a sus compañeros, quienes sostenían las tablas. Una, en particular, estaba colocada a gran altura, exigiendo un salto impresionante.

Logan rompió cada tabla con facilidad, añadiendo dramatismo a cada movimiento. Cuando llegó a la última, la más alta, dio un salto explosivo y la rompió con una poderosa patada giratoria. El público estalló en aplausos y vítores mientras Logan aterrizaba con una postura perfecta. Antes de retirarse, lanzó una mirada burlona a Hawk, quien, cabizbajo, evitó el contacto visual.

—Y así, Miyagi-Do ha sido mordido por la serpiente —anunció el comentarista—. ¡Cobra Kai toma la delantera!

La superioridad de Cobra Kai era innegable, y eso quedó claro en los combates. En un enfrentamiento crucial, Logan se encontró con uno de los representantes de Miyagi-Do. Desde el otro lado de la colchoneta, Daniel observaba a su hijo con una mezcla de frustración y preocupación. Durante el combate, Logan realizó un bloqueo familiar, uno que Daniel había enseñado años atrás a Robby cuando formaba parte de Miyagi-Do. Daniel, desconcertado, desvió la mirada hacia otro combate donde Kenny usaba los mismos movimientos. Pronto, otros miembros de Cobra Kai replicaron técnicas características de Miyagi-Do.

—Conocen nuestros movimientos —dijo Daniel, apretando los labios mientras observaba el panorama.

—¿De verdad te sorprende? —respondió Sam con un tono sarcástico, mirando a Logan limpiar la sangre de Chris de su puño antes de girarse hacia Robby, quien chocaba los puños con Kenny.

El ambiente se caldeó aún más tras la presentación musical de Carrie Underwood, marcando el inicio oficial de los combates en las divisiones masculina y femenina.

—Dale una paliza —murmuró Jaeho cuando vio que Logan se enfrentaría a Demetri. El rubio solo asintió con confianza.

El combate fue un espectáculo unilateral. Logan no solo dominó a Demetri, sino que lo destrozó. Su técnica y fuerza eran abrumadoras, dejando en claro que el chico de Miyagi-Do no era rival para él. Cada golpe era ejecutado con precisión, y Logan no ocultó su orgullo al finalizar. Antes de salir de la colchoneta, lanzó otra mirada desafiante a su padre. Daniel sabía que la derrota de Demetri colocaba a Miyagi-Do en una posición crítica. Mientras Cobra Kai seguía arrasando, las probabilidades de mantener al dojo se desvanecían rápidamente.

El combate femenino entre Astrid y Devon Lee comenzó con intensidad, pero fue evidente desde los primeros movimientos que Devon no era rival para Astrid. La chica de Cobra Kai se movía con precisión y fuerza, dominando la colchoneta sin esfuerzo. En cuestión de segundos, Devon cayó derrotada, sellando la eliminación de Eagle Fang en la categoría femenina. Astrid se giró hacia su grupo con una sonrisa triunfante, recibiendo aplausos y miradas de aprobación de sus compañeros. 

Al llegar junto a Logan, lo abrazó mientras él depositaba un beso suave en su mejilla. 
—Estuviste genial —murmuró en su oído, con una sonrisa que le daba un toque orgulloso y encantador. 

—Gracias, pero tú tampoco te quedes atrás, ¿eh? —respondió Astrid con una sonrisa juguetona. 

Ambos se acomodaron para observar el siguiente combate. Kyler subió a la colchoneta para enfrentarse a Hawk, pero el cambio en el antiguo miembro de Cobra Kai era evidente. Hawk estaba más decidido que nunca, confiado y preparado para demostrar que había superado su pasado. No tardó mucho en arrasar a Kyler, ganando el combate con determinación y estilo. Logan, desde su lugar, sonrió con un deje de burla. 

—No puedo esperar para aplastarlo en la colchoneta —comentó en voz baja, con los ojos fijos en Hawk. 

El siguiente enfrentamiento fue entre Sam y Piper. Desde el primer instante, Logan notó algo diferente en el estilo de Sam. Sus ataques eran más agresivos, más directos, alejándose de las técnicas tradicionales de Miyagi-Do. 

—Parece que la princesa ha decidido rebelarse —comentó Logan con tono burlón, cruzando los brazos mientras miraba de reojo a Daniel, quien observaba el combate con evidente confusión. 

Mientras tanto, en el área de espera de Cobra Kai, varios estudiantes miraban con descontento el tablero de enfrentamientos. La posibilidad de pelear entre ellos no era bien recibida. 

—¿Por qué nos están haciendo esto? —preguntó Kenny, dirigiéndose principalmente a Robby y Logan. Su tono reflejaba más preocupación que enojo. 

Logan soltó una risa breve, dándole una palmada en el hombro. 
—Es al azar, chico. No te lo tomes tan personal. 

Robby, por su parte, buscó tranquilizar al joven Payne. 
—Da igual quién gane, Kenny. Que hayas llegado hasta aquí ya es un logro. Tu hermano estaría orgulloso. 

Las palabras de Robby parecieron calar hondo en Kenny, quien asintió con una pequeña sonrisa. 
—Bueno, se lo debo todo a ustedes. Ustedes cambiaron mi vida. 

Logan rodó los ojos con fingida dramatización. 
—Aww, qué conmovedor. Pero que esas palabras de aliento no te distraigan, Payne. Cuando estés ahí arriba, dale una buena paliza. Esto solo es una exhibición, pero nunca olvides que somos Cobras para siempre. 

El joven asintió con más seguridad, y todos se dirigieron al área de combate. El enfrentamiento entre Kenny y Robby comenzó con un inicio equilibrado, pero todo cambió cuando Kreese llamó a Robby a un lado. 

—¿Estás peleando con tu amigo o con tu oponente? —preguntó Kreese, con esa voz dura y fría que cortaba como una cuchilla—. Creí que querías ser un campeón, Robby. 

La expresión de Robby se endureció, y cuando regresó al combate, su actitud cambió. Su siguiente ataque fue una brutal patada que derribó a Kenny, marcando un punto para él. Logan, observando desde un lado, frunció el ceño, claramente desconcertado por el giro de los acontecimientos. 

—¿Qué está haciendo? —murmuró Logan, viendo cómo el rostro de Kenny reflejaba sorpresa y dolor. 

El combate continuó, y Robby no mostró piedad. Atacaba con una intensidad desproporcionada, golpe tras golpe, hasta que una patada directa en el rostro de Kenny lo derribó definitivamente. Sangre brotaba de la nariz del joven mientras intentaba levantarse, pero finalmente abandonó la colchoneta, corriendo hacia el área de descanso. 

Logan no pudo contenerse. Avanzó rápidamente hacia Robby, visiblemente molesto. 
—¿Qué mierda fue eso? —espetó, empujándolo ligeramente en el pecho. 

Robby lo miró con frialdad, pero antes de que pudiera responder, Tory se interpuso. 
—Relájate, LaRusso. Kenny sabía cómo eran las cosas aquí. 

Logan giró su mirada hacia ella, sus ojos llenos de furia. 

—No te metas, Nichols. Kenny sabía que esto era una pelea, sí, pero no esperaba ser humillado por alguien que considera su amigo. ¿Para esto lo entrenamos? Eres una mierda. 

Con un último empujón hacia Robby, Logan se dio la vuelta y chocó intencionadamente el hombro de Tory al pasar. Ella frunció el ceño, pero no dijo nada. 

Los combates continuaron, y llegó el turno de Robby contra Jaeho. Desde el primer segundo, la tensión era palpable. Los movimientos de ambos eran rápidos y contundentes, pero estaba claro que algo más que rivalidad deportiva flotaba en el aire. La mirada de Jaeho estaba cargada de ira, mientras que Robby parecía luchar con sus propios sentimientos, tanto internos como hacia su oponente. 

El enfrentamiento era feroz. Jaeho logró romper la defensa de Robby con un brutal puñetazo que lo derribó. Robby se levantó, pero estaba desorientado, y Jaeho aprovechó el momento para continuar con golpes rápidos y certeros. Finalmente, un giro y una patada en el pecho marcaron el punto final. Robby cayó al suelo, derrotado, mientras Jaeho levantaba los brazos en señal de victoria. 

Desde un lado, Logan observaba todo con una mezcla de emociones. Aplaudió ligeramente cuando Jaeho fue declarado ganador, pero su expresión era tensa, reflejando el descontento acumulado por los acontecimientos del día. 

**La ira de Logan**

Logan avanzaba con paso firme por el área de descanso, buscando un momento para despejar su mente tras los combates. Sin embargo, los ecos de un ruido sordo y el sonido de un gemido lo detuvieron en seco. Giró la esquina y lo que vio lo dejó paralizado: Robby intentaba detener a Kenny, quien estaba sobre alguien, su cuerpo inclinado en una postura agresiva mientras descargaba golpes sin contención.

Fue entonces cuando lo vio. **Anthony. Su hermano.**

Logan sintió cómo algo dentro de él se rompía, una mezcla de incredulidad, furia y decepción que amenazaba con consumirlo.

—¿Qué carajo está pasando aquí? —preguntó, su voz grave resonando en el pasillo.

Kenny se giró hacia él, aún con el rostro enrojecido por la rabia. Robby, que hasta ahora había intentado contener la situación, soltó a Kenny y dejó escapar un suspiro frustrado.

—Logan... —empezó Robby, pero Kenny lo interrumpió con una mirada decidida.

—Anthony era mi bully, Logan. Durante meses me hizo la vida un infierno. Pero ya no más. —Kenny escupió las palabras como si fueran veneno, sus puños apretados y temblorosos.

Por un segundo, Logan no pudo procesar lo que escuchaba. **¿Anthony? ¿Su pequeño hermano?** El refugio al que siempre había querido proteger, resultaba ser el causante del sufrimiento de alguien a quien Logan consideraba como familia.

Su mandíbula se tensó. Su mirada oscurecida pasó de Kenny a Anthony, quien yacía en el suelo, tosiendo y cubriéndose el rostro. Logan avanzó hacia él con pasos lentos, cada uno cargado de una ira que luchaba por mantener bajo control. Cuando llegó hasta su hermano, lo tomó del hombro y lo levantó con una fuerza que no se molestó en disimular, presionándolo contra los casilleros con un golpe seco que hizo eco en el pasillo.

—¿Esto es cierto, Anthony? —su voz era baja, pero cada palabra cortaba como una navaja.

Anthony no pudo responder, sus ojos llenos de terror y lágrimas lo delataron.

—¡Responde! —rugió Logan, sacudiéndolo contra los casilleros. Anthony gimió débilmente.

—Sí... pero... yo... —balbuceó Anthony, su voz quebrada.

—¿Te parece divertido? —espetó Logan, su rostro tan cerca del de Anthony que podía sentir su respiración acelerada—. ¿Te parece divertido arruinarle la vida a alguien más débil que tú? ¿Kenny te parece un juego, Anthony?

Anthony intentó balbucear una disculpa, pero Logan no estaba dispuesto a escucharlo. De repente, su puño se estrelló contra el estómago de Anthony con tal fuerza que el chico se dobló en dos, jadeando por aire.

—¡No tienes idea de lo que es sentirse como él! —gritó Logan, su voz temblando por la mezcla de emociones que lo dominaban—. No sabes lo que es despertar cada maldito día temiendo ir a la escuela porque un idiota como tú decidió que eres su blanco.

Anthony levantó la mirada, lágrimas corriendo por sus mejillas.

—¡Lo siento, Logan! ¡Lo siento de verdad! —gimió, sus palabras desesperadas, pero apenas audibles.

—¿Lo sientes? —repitió Logan, su tono cargado de sarcasmo y desprecio—. No, Anthony, no lo sientes. Lo disfrutaste, ¿verdad? Porque eres un cobarde. Necesitabas aplastar a alguien para sentirte mejor contigo mismo.

—¡No es así! —intentó defenderse Anthony, sollozando más fuerte.

—¿No es así? —Logan dejó escapar una risa amarga—. ¿Sabes qué es lo peor de todo? Que te creí diferente. Pensé que eras mejor que esto, que eras distinto a ellos... pero me demostraste que no. Eres igual de miserable. Igual que... papá.

El rostro de Anthony se descompuso por completo al escuchar esas palabras. Sus piernas temblaron y se dejó caer al suelo cuando Logan lo soltó con brusquedad.

—No quiero volver a verte cerca de Kenny. —La voz de Logan se convirtió en un murmullo helado, pero el peso de sus palabras era inconfundible—. Porque si lo haces, Anthony, te juro que desearás que lo que te hice hoy sea lo peor que te haya pasado.

Anthony no pudo responder, solo se quedó en el suelo, temblando y llorando mientras Logan se alejaba, su mirada dura e inquebrantable.

Cuando pasó junto a Kenny y Robby, Kenny le dedicó una sonrisa satisfecha, pero Robby lo miraba con una mezcla de asombro y preocupación.

—¿Crees que te pasaste un poco? —preguntó Robby finalmente, aunque su tono era más cauteloso que acusatorio.

Logan lo miró de reojo, su expresión impenetrable.
—No me pasé. Le enseñé lo que su padre nunca se molestó en enseñarle.

Sin decir más, Logan salió del área, dejando un silencio pesado detrás de él. Pero ese silencio no estaba vacío; estaba cargado con las consecuencias de todo lo que acababa de ocurrir, y con las heridas, tanto físicas como emocionales, que tardarían mucho en sanar.

Oficialmente Logan se quedó sin hermanos. Logan diciendo que Anthony es igual que Daniel mientras él está actuando como Daniel simplemente me rompe. Ver a Logan realizar los movimientos de Daniel fue el mayor "do i look like him?" ¿Qué opinan? Ni me cuestionen de que parte de la cola me saqué los combates y como se desenvolvió todo, el siguiente se viene fuerte. Dejen sus comentarios, o no hay historia. 😡

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