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02. self-injuries

𝗰𝗵𝗮𝗽𝘁𝗲𝗿 𝘁𝘄𝗼 : 𝖽𝖺𝗒𝗅𝗂𝗀𝗍𝗁
𝘀𝗲𝗹𝗳-𝗶𝗻𝗷𝘂𝗿𝗶𝗲𝘀

' 𝖼𝖺𝗎𝗌𝖾 𝗇𝗈𝗐 𝗂'𝗆 𝗌𝖼𝖺𝗋𝖾𝖽 𝗍𝗁𝖺𝗍 𝖾𝗏𝖾𝗋𝗒𝗈𝗇𝖾
𝗂 𝗅𝗈𝗏𝖾 𝗐𝗂𝗅𝗅 𝗅𝖾𝖺𝗏𝖾 𝗆𝖾 '

— ( ⚠️ ) El título ya lo dice, así que si, se tocará el tema de las autolesiones, además del consumo de tabaco y violencia familiar. Teniendo el conocimiento de esto, queda bajo su responsabilidad continuar con el capítulo, ya que por lo mismo este solamente se enfoca en los temas mencionados. Sin más, "disfruten".

Logan cruzó el umbral de su hogar, después de dejar a Tory en su casa. Había ofrecido llevar a Aisha también, pero ella había declinado amablemente, prefiriendo la compañía de su madre.

Apenas había dado un paso hacia la sala cuando la figura de Daniel se materializó ante sus ojos, sentado en el sillón con la severidad de una madre latinoamericana esperando por su hijo tras una larga noche. La ira era palpable en el rostro de su padre, una novedad para Logan, quien rara vez había sido objeto de tal escrutinio.

—Buenas noches —murmuró Logan, intentando pasar desapercibido, pero Daniel se apresuró a detenerlo, su agarre firme y exigente.

—¿Cómo pudiste hacerle eso a tu hermana? —siseó Daniel, la molestia vibrando en cada palabra. Logan no pudo evitar una sonrisa amarga; conocía ese tono demasiado bien y sabía que no había preocupación por el detrás.

—No fue mi intención, —replicó Logan. —Pero dime, ¿te contó ella toda la historia o solo lo que le convenía?

Cuestionó con desafío, resonaba en su voz. Daniel respondió con una convicción que rozaba la ceguera paternal.

—Mi hija nunca me mentiría. Ella tenía razón al desconfiar de esa chica. No puedes jactarte de robar cubiertos y esperar no ser etiquetada como ladrona. Deberías haber apoyado a tu hermana; después de todo, es tu melliza.

La sonrisa de Logan se ensanchó, una mueca que sabía irritaba a su padre hasta el tuétano.

—Parece que ella no entiende que más allá de su burbuja de privilegio hay personas luchando por sobrevivir. — replicó con una hostilidad que hizo mella en la ya escasa paciencia de Daniel.

—No digas tonterías, — espetó Daniel, subrayando cada palabra con un desdén marcado. —Hablas como si tú hubieras vivido eso.

Logan asintió lentamente; aunque él no había experimentado esa dura realidad personalmente, su empatía por Tory era innegable.

—Tienes razón, yo no lo viví. Pero conozco a alguien que sí y fue juzgada por tu hija sin fundamento alguno.

La tensión entre padre e hijo escaló rápidamente cuando Daniel acusó a Logan de preferir a "una estúpida chica" sobre su propia hermana. En un instante, Logan se encontró contra la pared, inmovilizado por la fuerza.

Incapaz de articular palabra o defenderse, Logan recibió los golpes uno tras otro hasta que Daniel se cansó y le ordenó limpiar el desastre y ocultar cualquier moretón antes de retirarse a su habitación.

Solo en el baño, Logan se enfrentó a su reflejo: una nariz sangrante, un labio hinchado y un ojo casi cerrado por la inflamación. La frustración y el odio hacia su padre bullían dentro de él, pero era el desprecio hacia sí mismo lo que más le dolía. ¿De qué servía ser campeón si no podía defenderse de su padre?

Con manos temblorosas pero expertas debido a años de práctica oculta, Logan trató sus heridas en silencio. Nadie había notado nunca los signos del abuso; se había vuelto un experto en ocultar su dolor.

Si por casualidad alguien notara las marcas de su tormento, Logan tenía preparada una mentira tan desgastada como su tabla de skate: diría que había sido un accidente, una caída en un intento de truco. Pero la verdad era que nadie preguntaba; nadie se detenía a mirar más allá de la superficie.

Era invisible en su propio hogar, un fantasma detrás de la sombra de su hermana. Y, ni siquiera sus padres se tomaban la molestia de indagar; ¿por qué habría de hacerlo alguien más? En el silencio de su habitación, Logan aceptó su dura realidad; estaba solo.

Y, como era costumbre, su mente fue consumida por su dolor, tomó asiento sobre el inodoro y alzó la manga de su camiseta, encontrándose con un "código de barras", era la única manera que conocía de liberar aquel sentimiento que le oprimía el pecho.

Sus manos temblaron, como si fuera la primera vez, tomó el objeto, su piel se enfrió al contacto y tuvo un breve momento de vacilación antes de que la primera presión trajera un alivio momentáneo, seguido por una oleada de arrepentimiento, pero eso no lo hizo detenerse.

Su alivio fue fugaz, siendo reemplazado por asco y remordimiento repentino al ver aquel líquido que ya conocía bien. Sabía que debía ocultarlo, era un círculo vicioso del que parecía no poder escapar.

Finalmente la sangre se detuvo, ¿pero cuando se detendrá su tormento?

[...]

Al salir del baño, Logan intentaba despejar su mente de los actos recientes. Su sorpresa fue mayúscula al encontrar a Anthony, su hermano menor, esperándolo pacientemente en su habitación.

—¿Qué haces aquí a estas horas?— preguntó Logan, una mezcla de confusión y curiosidad en su voz.

Anthony, con los ojos iluminados por la emoción, apenas podía contener su gratitud. —Solo quería darte las gracias. ¡Pensé que no me prestabas atención cuando te hablaba del juego!

Una sonrisa sincera se dibujó en el rostro de Logan mientras negaba con la cabeza. —Claro que no, enano. Lo vi en la tienda frente al dojo y recordé todas las veces que me hablaste de él, pero ya ve a dormir.

—¡Ni lo pienses! Jugaré toda la noche —declaró Anthony, con gran energía.

Logan rió suavemente y desordenó el cabello de Anthony en un gesto fraterno. —Está bien, pero hazlo en tu habitación.

Con una sonrisa cómplice, Anthony se retiró, dejando a Logan una vez más en la soledad. Los pensamientos oscuros y las memorias de sus acciones volvieron a asediarlo, robándole el sueño. Decidió no luchar más contra ellos y se dirigió al balcón de su habitación, lo único que podía agradecerle a su progenitor.

En la tranquilidad de la noche, encendió un cigarrillo y dejó que el humo se mezclara con la brisa fresca. La luna brillaba sobre él, ofreciéndole una compañía silenciosa. La calma lo envolvió poco a poco y tras un rato de reflexión, decidió que era hora de intentar dormir, aunque sabía que probablemente solo lograría descansar unas pocas horas.


































































Feliz día del padre a los que tengan y a los que no (como yo, pero ausente-presente), ¿cómo andan? yo escuchando daddy issues, mientras le aumento los traumas a uno de mis personajes.

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