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❛ 𝑪𝑨𝑷𝑰́𝑻𝑼𝑳𝑶 𝑺𝑬𝑰𝑺.

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DARKSIDE
el lado oscuro.
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06. 𝕸𝖔𝖓𝖙𝖆𝖓̃𝖆𝖘.

Los avances de Kyoko habían rendido sus frutos, porque si los meses o los años que estaba pasando en el campamento ilirio fueron su gran cosecha, o al menos hasta que logró descansar. Ya no era una niña, era una adolescente, así que según las explicaciones de Eiddwen, eso significaba que su poder resplandecía junto a su futura naturaleza. Devlon se sentía orgulloso, aunque ahora tuviera una perfecta compañía, no pudo evitar detenerse en el camino a su hogar, dejando en claro que extrañaría la presencia de Kyoko. Odiaba al tiempo, y al maldito Caldero por adelantarlo con rapidez. Kyoko, la dulce guerrera Askari se detuvo al ver a su padre detenerse, temiendo lo peor, se colocó a su lado, preocupada.

──Padre... ──susurró con cautela ──. ¿Ocurre algo?

Devlon asintió. 

── ¿Alguien nos siguió? ──preguntó desenvainando su daga con ligereza, provocando una hermosa melodía en los oídos de la chica.

──No.

Kyoko titubeo, confundida.

── ¿Entonces?

──Odio al tiempo, eso pasa. 

La joven río con fuerza, para luego guardar su arma con cuidado, y acercándose a el, tomó su mano con una sonrisa.

──Vamos padre, quiero ir a tomar un descanso ──le animó sacándole un gruido ──, además me debes esa charla "extra oficial". 

──Bien ──murmuró simulando su enfado ante la felicidad de Kyoko en seguir avanzando, pero se sentía bien de verla feliz. ──Pero no me pidas que te corte el pelo, no lo haré.

La muchacha se detuvo, haciéndole pucheros mientras los primeros copos de nieve hacían acto de presencia allí, logrando que el macho ilyrio la apurara más rápido, hasta que lograron a su casa. El frío se apoderó de cada rincón del pequeño espacio, sin embargo, una vez que lograron encender el fuego de la diminuta chimenea, ese fue su menor problema, porque ahora estaban cómodos, disfrutando del silencio, al menos, el macho ilyrio que observaba como su hija estaba pegada a la ventana circular observando copo por copo caer delante de sus ojos. Devlon suspiró, no estaba listo para esta conversación, Eiddwen le había propuesto hacerlo ella, pero Thassan aseguró que él debía hacerlo. Sygh por su parte solo recibía aullidos lastimeros por parte de su incomoda forma, porque el pobre sabueso tenía un resfriado, y Kyoko casi se lo robaba para curarlo con sus poderes. 

Razón por la cual él, le prohibió criar animales. 

──Kyo ──la contraria le miró curiosa ──. Necesito hablar contigo.

── ¿Sucedió algo?

El silencio de Devlon la mantuvo alerta, sin embargo, negó.

──Como ya estas enterada, las mujeres tienen algo conocido como...──Kyoko asintió comprendiendo, logrando que él tragara grueso, se moría de los nervios ──. Que gracias a las hierbas de Thassan, y los tratados de Eiddwen tu lograste desarrollarte sin problemas, e incluso, descubriste que tienes ──el movió sus manos de forma abierta, sudando ──alas grandes, anchas. Tal vez muy molestas para tu gusto.

──Son perfectas, ¿pero el problema es?

Devlon contuvo la respiración hasta explotar.

── ¿Sabes qué? Pregúntale a Eiddwen porqué le gusta siempre amasar las alas de su compañero como si fuera una gata en pleno celo ──se lamentó en voz baja.

── ¿Esto se debe a mi propia satisfacción o placer a estar con un hombre en un futuro? ──preguntó sonriendo malévolamente. 

──Si ──susurró.

Kyoko soltó a reír, provocándolo en nombrarle las mil y un razones sobre lo que le iba a pasar al futuro macho que la tocara sin su aprobación, logrando que la muchacha sonriera ante aquella reacción. Kyoko se acercó hasta el macho ilyrio, abrazándolo como era de costumbre, disfrutando de su espacio personal, compartiendo en secreto bromas y suposiciones que hicieron de su día en las montañas, uno más tranquilo que el que solían tener.

──Te quiero, papá ──murmuró la menor mientras se abrazaba a él, con fuerza.

──Descansa, floja. 

Kyoko emitió un quejido, pero sonrió.

Al fin se sentía feliz.

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