❛ 𝑪𝑨𝑷𝑰́𝑻𝑼𝑳𝑶 𝑶𝑪𝑯𝑶.
▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂
DARKSIDE
el lado oscuro.
▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂
08. 𝕱𝖆𝖓𝖙𝖆𝖘𝖎𝖆𝖘.
Suspiró. Azriel posó su desgastada mirada en la chica que estaba entre sus brazos, intentando admirar cada parte de su cuerpo expuesto por la poca luz que entraba por las ventanas de la torre donde se encontraban. Kyoko dormía plácidamente enredada al macho, pasando una de sus piernas por encima de su cadera, donde descansaba su otra mano, acariciando con delicadeza la misma, desencadenando como respuesta el vello erizado de sus pieles. Ambos estaban conectados ─desde el tatuaje en su pecho, hasta la columna de ella─ dejando mucho que desear sobre los que conversaban en la oscuridad sobre ellos. Sus sombras la recorrían entera, causándole cosquillas sin permiso a ser saboteadas, plantó esos en su coronilla mientras sus manos se encargaban de arroparla contra su anatomía. Estaban en sintonía, conectados de alguna extraña manera que tendrían tiempo de descubrir en algún momento.
── ¿Te han dicho que eres muy cómodo? ──susurró una voz femenina que estaba entre la pasaje de los sueños y la realidad. Azriel sonrío, sin decir una sola palabra. ──Haré de cuenta que si, pero no lo admitirás.
──Tal vez... ──vaciló, acomodándose aún más en la cama.
Kyoko sonrió, mostrado sus dientes. El macho ilyrio posó su interés en ella, aclamando la respuesta que saldría de su boca.
──Quizás... ──lo tentó.
Él entrecerró los ojos, pero cuando estuvo a punto de soltar una queja, ella fue lo suficientemente rápida para clavar al macho en la cama, dejándole a su perfecta visión egoísta, todo el cuerpo desnudo de ella a su merced. «Tal vez querría devolverte el favor», Kyoko movió sus caderas con precisión, rozando aquel punto erógeno en el que ambos ─horas atrás─ se la habían pasado estudiando como si fuese la misión más importante de todas sus vidas, sin importarle que algún otro ser les espiara o sintiera placer por admirar tales actos. El morbo, los gemidos, la presencia del aroma a unión necesitada era lo único importante en ese inmenso cubículo donde las respiraciones de ambos ilyrios luchaba por ser la menos ruidosa, o donde su mano pretendiera anclarse para sostenerse ante las pruebas que sus propios deseos socavaban hasta el fondo de su alma. Azriel supo de inmediato que Kyoko era mucho más que una noche de sexo salvaje, con ella, él esperaba ser mucho más que un guardián en las sombras, era el dashur de la Askari, y su última plegaria estaba en someterla en esa cama por el resto de su semana.
──Tal vez quiera la revancha ──susurró contra su boca excitada.
El macho ilyrio gruñó ante la pecaminosa invitación.
── ¿Y cómo piensas cobrarla?
Kyoko sonrío.
──Tengo un pequeño juego, ──sus dedos dibujaron un largo camino suave por el pecho trabajado de su dashur, mientras su otra avanzaba por su propio cuerpo, deleitándose con el ojo exigente que ponía Azriel en ella ──pero no creo que estés listo para esto. ¿O sí?
Un gruñido se escapó de su garganta mientras detenía las manos de ella de forma brusca, sin lastimarla, tomándose el tiempo de admirar la esbelta figura que demandaba parte de su autocontrol. «Azriel tomaba el control, pero Kyoko estaba envuelta entre los brazos que le otorgaban calor en noches oscuras, y la protegían de las pesadillas que acechaban su pasado, pasándole factura cuando su ala se encogía incitándole a llorar noche tras noche, hasta que su preciada caja musical sonaba en el pequeño curto, donde él se encargaba de que sus sombras le dieran cobijo junto a su dulce canto. Sí. Azriel le cantaba a Kyoko sin miedo a recibir sus sonrisas, volviéndolo loco». Fue como su primer beso, lleno de torpeza junto a un calor abrazador que se dio en un día nevado.
── ¿Estás listo? ──preguntó de nuevo, acercando su boca a la de él.
──Cariño, ¿tú que crees?
Kyoko sonrío, volviendo a su amasan.
──Entonces... ¿A qué estás esperando?
Azriel gruñó, ocultando su rostro en el cuello de su chica.
──Cuidado con lo que deseas, Kyo.
- ̗̀ ❨ ✹ ❩ ̖́-
── ¿Te encuentras bien? ── preguntó el ilyrio mientras se colocaba sus vestiduras, tratando de observar con atención a Kyoko, pero también darle su espacio.
── ¿Hablas de mi, o de mis caderas?
Azriel sintió sus mejillas calentarse, pero dos toques rápidos en la habitación le hicieron levantarse con rapidez, mientras la joven askari se vestía con tranquilidad. El macho ilyrio avanzó con cautela, observando con sus sombras al que parecía tener un tic nerviosos en sus manos, aunque para su suerte, Rhiannon estaba esperando pacientemente, con las mejillas rojas por la vergüenza, logrando que Azriel abriera la puerta sin miramientos, ocultándose en la oscuridad.
──Sigo sin entender ── Rhiannon se giró a verlo──porque te escondes.
──Es que está avergonzado ──Kyoko la miró divertida──, seguramente piensa que estás ahí desde que nos comimos de boca en el suelo.
── ¿Qué hicieron que cosa en el suelo? ──preguntó con las mejillas rojas, sin embargo, la princesa se dio vuelta para darle un regaño a Azriel por su mal gusto ── . ¡Es una chica, por el Caldero!
──Tuve cuidado ──se defendió el macho.
──Si, en el suelo justamente.
──No escuché a Kyoko quejarse, además su ala ama el contacto frío.
Rhiannon negó, regañándolo como si fuera Rhysand, solo que este era el verdadero caso perdido. Luego de un momento, las discusiones cesaron, ambas se encontraban caminando rumbo a la casa de Kyoko en las Montañas Illarianas, donde a tan solo un trazo más volando, encontrarían el territorio de Devlon. Ambas mujeres reían sin ser discretas, sin ocultar que estaban bien en la compañía de la otra.
── ¿Así que Azriel, eh?
Kyoko sonrío, Rhiannon negó divertida.
── ¿Le has comentado a tu madre sobre...?
──Le comentó a padre ──susurró bajando la cabeza, mientras se apartaba para dejar que la otra iliria abriera la puerta, dejándole pasar. Kyoko entró poco después, cerrando la misma, haciéndole una seña para que siga ──. Me ha llamado puta, solo por amar a Ambriórix.
Kyoko resopló, enojada. No, estaba furiosa. Ni su padre se había tomad tan mal hablar sobre sus propios placeres, sin embargo, ella también había descubierto cosas sobre Devlon. Por ejemplo, la hermosa sacerdotisa que siempre curaba de su grupo llamaba su atención, así que era normal verlo nervioso cuando la joven askari llegaba para incitarlo a dar el primer paso.
──No quiero hablar de eso, Kyo ──susurró ──, mejor hablemos de como es tu gusto por el piso de... ── emitió un quejido, pero su boca estaba ocupada con las nueva galletas que la joven azabache se esforzó en preparar ──. Hmm...
──Pésimos modales, Rhia ──se burló, logrando que la contraria sonriera gustosa, para luego reír cubriendo su boca.
──Eres cruel Kyo, pero por eso te quiero más que mi hermano a tus galletas.
Ambas rieron, recordaban el día en el que ellas se habían ido de picnic en las montañas, y Rhysand se había colado en su viaje solo por las galletas de Kyoko, las cuales fueron robadas por Cassian sin embargo, Azriel había sido todo un caballero, y fue capaz de devolver unas cuantas, ganándose un buen regaño por parte de Rhysand, quien deseaba tener esas galletas.
──Bueno, yo quería invitarte al baile que se hará dentro de tres noches ──la joven askari la miro curiosa ── . Se que los bailes no son lo tuyo, pero eres la única compañía que tengo, porque no planeo soportar a Morrigan hablando de sus...
── ¿Ligues? ¿Exponiendo sus relaciones privadas?
Rhiannon asintió.
── ¿Y si mejor vienes con mi adre y conmigo? ──Kyo mostró su mejor puchero, logrando que Rhia fuera a abrazarla ──. Será divertido, lo prometo.
── ¿Y si vamos al baile para presumirle a todo el mundo que Azriel tiene una Askari locamente sexy como dashur? ──la tentó.
──Pero no tengo vestido.
──Yo me ocuparé de ello.
── ¿Azriel sabe que iré? ──Kyoko la miró.
──No, sabotee su mente para que no te preguntara primero.
── ¡Rhiannon!
── ¿Qué? Fue sencillo, además llegue antes de...
── ¡RHIA! ── se escuchó una voz masculina desde afuera, sobresaltando a la hembra mencionada que se escondió detrás de Kyoko.
──Protégeme, Kyo ── susurró asustada.
── ¡Hermana, abre la puerta, se que tú y las galletas están ahí!
── ¡Chicas! ──se escuchó gritar a Cassian.
Kyoko y Rhiannon se reían en silencio, sintiendo las ganas de correr por las montañas, sin embargo, ambas abrieron la puerta para toparse al compañero de la joven Askari que la abrazó con fuerza, haciéndole reír. Rhiannon se escondió detrás de Cassian, mientras que su hermano mayor fue directamente a donde estaban las galletas.
──Que glotón ── susurró Kyoko.
── ¿Qué culpa tengo que hagas buenas galletas?
──Cállate, eso le dices a todo el mundo, Rhys ── hablaron al unísono Cassian y su hermana.
── ¿Llegué tarde? ──murmuró Azriel a su compañera.
──Tal vez...
Ambos sonrieron, disfrutando de la escena creada por los hermanos.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro