O3
―Ay dios, mira a ese tipo. Tiene cara de qué nos va a patear el culo bien cabrón.― Susurró Hanae.
―Hanae, deja la negatividad, Por Dios. ― Respondió Chigiri.
El rubio simplemente tiembla, fingiendo miedo ante el gran Shoei Barou del equipo X, Hanae simplemente suelta un suspiro.
―Bueno, ¿En dónde debería enterrarme? ― Él se volteó mientras miraba alguna de las esquinas de la cancha.
―¡¡Hanae!! ― Gritaron sus compañeros.
Ciertamente, desconfiaban de Hanae ya qué según sus propias palabras, apenas llevaba dos semanas jugando fútbol aunque su nivel sea igual de alto que el de Hyoma o Meguru, era bastante raro.
―Bueno Hanae, cómo eres el meno experto serás el portero. ¿bien?
―Vale. ― Respondió mientras se acomodaba su sombrero.
Ella llevó sus manos hacia la cintura mientras hacía leves movimientos circulares, haciendo muecas exageradas hacia Barou quién no tardó en fruncir el ceño.
Al inicio, había una disputa por el balón ya que todos lo querían por las palabras de Egoísmo de Jinpachi, pero Barou pasó entre todos y anotó fácilmente un gol.
―Ay, no lo ví, lo juro. ― Se excusó hanae rápidamente.
―Escuchenme bien, el balón no es mi amigo ni esa mierda, es solo una herramienta que me hace brillar, qué tan solo ayuda a mi enormente talento mientras acabo con todos ustedes, el Rey de la cancha soy yo.
El rubio bostezo un poco mientras devolvía el balón rápidamente.
―¡Demuestren su talento, chicos! ― Ánimo hanae.
Ahogó sus grandes ganas de bailar mientras Crazy in love sonaba en su mente, el equipo Z estaba para la mierda debido a qué ninguno lograba coordinarse o seguir la formación, mientras que el X le pasaba el balón únicamente a Barou.
Cuando Barou lanzó, el cuerpo se Hanae se movió de forma inmediata, usando su pierna para evitar el gol y dando un potente tiro directo.
El portero del equipo X salió de portería para agarrar el balón pero tan solo pudo rozar, había calculado bien.
El balón entró lentamente en la portería dejando a todos en silencio a excepción de Hanae quién no tardó en chillar.
―Hanae en la casa, BRR. ― salió de portería.
Ella empezó a bailar celebrando el primer gol del equipo Z.
―¿Se puede saber cómo hiciste eso sí solo llevas jugando DOS SEMANAS?
―Ehh...un mago nunca revela sus secretos. ― Dice entre risas nerviosas.
El partido terminó en la derrota del equipo Z, con un 2-7, entre Isagi y Kunigami habían logrado el otro gol pero justamente el tiempo se había acabado.
Hanae soltó un suspiro de cansancio mientras se dejaba descansar encima de la red de la portería.
―Oye, Hanae. ¿De verdad no sabes nada de fútbol o solo te haces? ― Pregunta Kunigami.
―Pues cómo dije, solo llevo dos semanas jugando. No tengo ni la menor idea de que son esas maniobras que hacen. ― Explicó él.
Hanae simplemente se levanta y arrastra sus pies con enorme pereza, ella volteó para ver la espalda de Barou, quién volteo para verlo también.
La rubia simplemente corta el contacto visual y decide irse de igual forma, soltó un suspiro mientras se quitaba su sombrero, movió su cabeza para hacer que sus cabellos rubios fueran libres y tomaran aire.
―Estoy exhausta. ― Él se desinfla entre los brazos de Raichi.
―¡¿Y DE QUÉ ESTÁS EXHAUSTA?!, ¡NO HICISTE CASI NADA! ― Gritó el rubio.
―¡Kunigami dile algo, me está hablando feo! ― Hanae se lanzó a los brazos de Kunigami quién lo atrapó con éxito.
―Raichi, Hanae también hizo algo. Por ella pudimos anotar el primer gol y evitamos uno que otro gol. ― Defendió Kunigami.
―¡¡NO LA DEFIENDAS!! ― Gritó Raichi nuevamente.
Hanae empezó a reírse de él, sacándole la lengua.
―Uwaaah, Kuniii-chan..~ Eres mi héroe ― Hanae lo abrazo suavemente.
―¡E-espera Hanae, no te aferres así! ― Gritó Kunigami avergonzado.
El peso de la derrota desapareció, los demás empezaron a reír junto a Hanae.
Sí, realmente serían buenos compañeros.
Antes del próximo partido, debían entrenar.
Todos estaban dando lo mejor a excepción de Hanae quién se mantenía en paz total, se saltó los entrenamientos para meditar.
Tomó aire mientras disfrutaba el silencio de la habitación, era de las pocas veces que podía mantenerse en soledad ya qué la mayoría de sus compañeros siempre estaban cerca o se acercaban para hablar.
Aquello era genial, se podría decir que obtuvo buenos amigos que le aceptaban tal y cómo era, aquello le hacía sentirse bastante feliz.
―Qué raro es verte meditando, Hanae. ― Kunigami aparece, caminando hasta pararse a su lado.
Hanae sonríe un poco, levantando su cabeza para verlo. Él terminó alarmandose al verlo sin camiseta
―Qué tetotas...― Susurró él.
―¿Eh?, ¿Estás bien, Hanae? ― Kunigami se agachó, poco después se sentó a su lado.
―Oh, sí. No te preocupes ― Soltó una pequeña risa mientras su mirada se perdía entre las paredes de la habitación.
Hubo un silencio durante unos largos segundos hasta que Hanae volvió a hablar.
―¿Necesitas hablar de algo?, te noto un poco tenso. ― Ambos volvieron a mirarse a los ojos.
―Hanae...¿Cómo es que tu cuerpo reacciona así ante el balón? ― se atrevió a preguntar.
―Mi cuerpo siempre ha reaccionado así ante muchas cosas, cómo si mi memoria muscular recordará absolutamente todo. ― Explicó con calma, dándole una sonrisa.
―Tú crees..¿Poder enseñarme a hacer que mi cuerpo reaccione así?
―¿Acaso dudas de tus propias capacidades y armas, Kunigami? ― Aquella pregunta lo toma por sorpresa.
Hanae al verlo sorprenderse y luego quedarse callado, extendió su mano hacia él. Acarició su cabeza con suavidad.
―Dudar de tus fortalezas es el primer paso a fallar cómo héroe, Kunigami.
Ella se recuesta a su lado, acariciando sus cabellos.
―Sin embargo, eres un ser humano y tienes derecho a dudar o sentirte débil, eso está bien. ¿Pero sabes que es mucho mejor?
Superar tus propias inseguridades y convertirlas en nuevas fortalezas.
―Hanae..― Susurró Rensuke.
―Eres un buen chico Kunigami, tienes un excelente futuro, nunca dejes que alguien apagué ese brillo lleno de bondad de tus ojos. ― Hanae se levantó.
―Y recuerda esto, Kunigami. Héroe no es aquel no tiene miedo, héroe es aquel que apesar de tenerlo, sigue avanzando. ― Dicho esto, Hanae empezó a caminar hasta salir de la habitación
―Él es...realmente genial. ― Susurra Kunigami.
Su mirada estaba resplandeciendo, su ánimo logro alzarse gracias a las sabias palabras de Hanae, la figura del rubio apareció en su mente.
―Prometo...¡Qué voy a protegerte, Hanae!
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