Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

35

Ante su llamado, él volvió a dirigir su mirada hacia ella.

Más no dijo nada más, el silencio fue lo único qué obtuvo junto a la suave melodía de las olas del mar, apesar de qué estaban mojados, era de noche, qué debían volver a casa antes de resfriarse.

Se mantuvieron en silencio, sin subir a la lancha apesar de qué ella tenía miedo, él calmo su miedo.

Otoya estuvo a punto de hablar pero las frías manos de Adagny habían vuelto a acariciar su rostro.

Ambos respiran encima de los labios del otro mientras cerraban sus ojos, la luna nueva era la culpable.

O quizás ambos estaban dispuestos a avanzar aquí y ahora, para mañana olvidar lo qué pasó.

Hacer cómo si esto no estaba pasando o tal vez, para mantenerlos en sus recuerdos, para hacerlo florecer.

Ella tiene miedo, no quiere volver a ser lastimado y sabe que él, no es la mejor opción porque es un mujeriego.

Pero son amigos, ¿Por qué haría esto?, la frase "él nunca me haría daño" recae en su mente pero, sabe qué jamás termina de conocer a alguien.

Sus labios presionan contra los de ella, besandolos de una forma torpe.

Sus labios son diferentes a los de las multiples chicas qué había besado a lo largo de su corta vida, todo era diferente en Hanae.

Aquél beso fue diferente a todos los qué había dado en el pasado, con el único testigo de la Luna. Mientras se aferran al otro.

Pero ella se separó, bajando su cabeza mientras escondía su rostro en el hueco de su cuello, ya era suficiente.

Ambos suben nuevamente a la lancha, quedando de pie mientras se miraban a los ojos. Su mirada hablaba por ellos mientras su respiración era agitada debido al frío.

Él la tomó por la nuca, inclinandose hacia ella para unir sus labios en un beso nuevamente, mientras se aferraba a su cuerpo.

Sus labios danzan en un intenso beso porque sabe qué no podrá volver hacerlo, no podrá volver a besarla o al menos, no por mucho tiempo.

Sus cuerpos se mueven de forma leve mientras sus lenguas se unen al beso, mientras él mantiene su agarre firme en sus mejillas.

Sus frías manos se deslizan por las ajenas, hasta llegar a sus antebrazos, apretandolos un poco.

Al separarse, él tomo una bocanada de aire mientras su expresión se desfiguraba ante sus nervios mientras su rostro se volvía totalmente rojo.

Sus labios titubean mientras sus rostros rompen el espacio personal del otro, sus piernas flaquean, perdiendo fuerza.

― Adagny, cuando estás conmigo no puedo hacer nada más qué mirarte. No me importa si biológicamente no eres mujer, no me importa si biológicamente no eres un hombre. Me gustas tú, seas cómo seas. Y sí eres un alien, te querré. ― Dijo mientras mantenía cabizbajo.

Ella quiso responder pero no sabía cómo, no sabía qué decir. Pero abrazo a Otoya con fuerza, aferrandose a él.

...

― ¿De verdad te dijo eso? ― Ryusei sonaba impactado.

Ambos estaban haciendo una videollamada mientras ella se peinaba.

Él estaba cenando, la madre de Ryusei se había parado varias veces para quitarle el teléfono y saludar.

― ¿Y qué le dijiste? ― Preguntó Karasu.

Sí, los tres estaban en una videollamada. Karasu se hacía su skin-care.

― Tenía miedo, no me salía la voz. Ni siquiera pude decirle "te quiero" o "adiós", solo nos miramos durante todo el tiempo qué estuvimos juntos.― Dijo entre lamentos.

― Date tiempo para florecer, dagny. Otoya es tú amigo y sí de verdad te quiere esperará todo lo qué sea necesario. ― Dijo Karasu.

― No mames, eso parecía un maldito K-drama. ― Se burló Ryusei.

― ¿Cómo lo veré a la cara luego de esto? ― Preguntó frustrada.

― Conociendo a Otoya, probablemente te hable normal, tú haz lo mismo o sí no te sientes preparada, evitalo. ― Propuso Karasu.

El teléfono de Adagny vibró, miró nerviosamente la notificación.

― Uyyy, el ninja de culinoha le volvió a escribir a la kuloichi. ― Dijo Shidou entre risas burlonas haciendo reír a Karasu.

― ¿Qué te dijo? ― Preguntó Karasu.

― Me pregunto qué sí quería ir a patinar mañana. Me dijo que esta vez iríamos con ustedes ― Dijo.

― Ah, sí. Justo acaba de escribir por el grupo ― Avisó el moreno.

― Bueno, nos vemos mañana para patinar. ― Dicho esto, cerraron la videollamada.

Ella cerró su computador para guardar plancha para el pelo mientras miraba la ventana.

La luna tan solo le recordaba a Otoya, haciéndola sentir aún peor.

O bueno, no sabía si la opresión en su pecho era por la tristeza o miedo, o si quizá fuese un sentimiento diferente a los negativos.

No tenía ni la menor idea, llevó una de sus manos hacia su rostro mientras maldecía, Michael había vuelto a tener la razón.

Al ver al peluche de Naruto, volvió a recordarlo. Se sentó en su silla para verse al espejo.

Un mensaje llegó, quiso ignorarlo pero al final terminó viéndolo.

"Mira tu ventana."

Era de un número no registrado, aquéllo era tétrico. Pero aun así, lo hizo.

― ¿Qué?, ¿Quién eres tú? ― Preguntó al ver una chica.

― ¡Hola!, soy la hermana menor de Sae. ― Aquéllo la hizo caer en cuenta.

― ¿¡Itoshi Akari?! ― Gritó.

― ¿Puedes bajar?, no quiero qué tu hermano me vea. ― Adagny aceptó y bajo rápidamente.

Ambas se vieron afuera de su casa.

― ¿Qué buscas en mí casa?, no tengo nada qué ver con Rin..

― Rin y yo no somos los hermanos qué piensas, soy más unida a Sae. Pero no vengo para agobiarte con respecto a esos dos ― Dijo con una sonrisa

― Uf, menos mal. ¿Qué te trae por aquí?

― Es sobre...ahh, bueno. Es vergonzoso decirlo ― Ella ríe un poco.

― Aaah, déjame adivinar. ¿Tiene qué ver con mi hermano?

― Tiene qué ver con...

― Adagny, ¿Con quién hablas? ― Michael salió, sorprendiendo a ambas.

Él se quedó quieto al ver a Akari en persona, ella sonríe nerviosamente mientras lo saluda.

― Hola, Kaiser. ― Dijo, riendo un poco.

― Itoshi, ¿Qué haces aquí? ― Michael empujó a Adagny.

― Se dice permiso, zorra malagradecida. ― Se quejó la menor.

― Había venido aquí para hablar con tu hermana para pedirle un favor pero creo qué ya no es necesario. ― Alzó sus cejas para sonreír un poco.

― ¿Acaso me vas a pedir..

― Oh, no, no. Tranquilo, entendí muy bien la parte de no tener tiempo para una relación virtual y qué pensabas más en fútbol qué en una relación. ― Respondió rápidamente.

Adagny ahogó una risa.

― ¿Entonces?

― Vine aquí para dejar un regalo. ― Akari retrocedió para abrir un auto, sacando una caja.

Se la entregó a Michael.

― Sí puedes, guardalo en la habitación de tu hermana. Es para uno de sus amigos ― Dijo ella.

Sacó rápidamente otra caja.

― Esto es para tí, Adagny. Es de mí parte y la de Sae. No pudo venir a verte porque todo japón se volvió loco luego de su último partido. ― Dijo entre risas.

― ¡Gracias!, ¿Ese auto es tuyo? ― Preguntó asombrada.

― Sí, el otro está en españa. Ambos cortesía de un muy buen futbolista qué si tiene tiempo. ― Dicho esto, ella se subió.

― Vaya, qué fuerte. Muchas gracias Akari, espero volver a verte.

― Yo también, a la próxima prometo llevarte a comer. Nos vemos linda ― Se despidió.

Adagny miró cómo Michael se había quedado totalmente callado, alzó sus cejas mordiendo su labio inferior

― No te supiste la de Out for love, hermanito.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro