32
Itoshi Rin, el hermano menor de Itoshi Sae.
Rin es el número uno en Blue Lock, y una pieza muy importante en el PxG, está concentrado en ganar y destrozar el proyecto solo para mostrarle a su hermano su valía y qué es mejor que él.
En todo.
¿En todo?, sí, en todo.
Bueno, Rin es muy bueno en demás cosas además del fútbol pero, la sensación de querer estar un paso delante de su hermano, quién lo destrozó y le dejo una marca permanente.
Su venganza lo ánima a avanzar, a realizar diferentes formas de mostrar qué es mejor qué su hermano mayor, por más simple qué suene.
Rin no es alguien qué desee tener amigos, les parece una pérdida de tiempo.
Pero incluso no le cabía en su cabeza el poder llegar a tener pareja, menos de alguien cómo Adagny.
Pero todo pasó de un momento a otro, no es qué estuviese tan mal, según él.
Pero el pequeño cariño qué le tenía a Adagny, fue reemplazado por la idea de qué si lograba hacer qué él fuese su novia, Sae caería derrotado ante él.
¿Amor o únicamente rivalidad?
¿Qué hay en tu mente y corazón, Rin?
El silencio puede reinar en su cabeza por miles de minutos, por horas. Tomó una bocanada de aire mientras sostenía su toalla para caminar por los pasillos del estrato francés.
― Oye, Rin. ¿Crees poder hablar un rato conmigo? ― Aquélla voz lo llamó, él se detuvo en seco, volteó para verle.
Los ojos azulados del peliblanco lo miraban con dulzura y mantenía una pequeña sonrisa en sus labios.
Rin fruncio su ceño y endurecio su mirada, en silencio volvió a retomar su camino pero ella lo detuvo, sosteniendo su antebrazo.
― Sí estás enojado por algo qué hice, por favor. Dímelo, tú sabes qué yo jamás te haría daño. ― Ella volvió a sonreír en busca de reconfortarlo.
― No tengo nada qué hablar contigo, Hanae. ― Su tono de voz parece irritado.
Es cortante.
Adagny se sorprende al escucharlo, él se aparta de una forma brusca haciendo qué ella se quede confundida.
― Rin, deja de enojarte conmigo, te lo suplico. ― Su voz pierde la calma mientras se pone frente a él.
― Ya te dije qué no tengo nada qué hablar contigo, Hanae. ¿Acaso no te quedó claro? ― Pero ella no lo entiende.
¿Qué hizo mal?
― Rin, ¡Habla conmigo, por favor!, sí quieres qué te pida perdón de rodillas, lo haré pero porfavor, ¿Qué hice mal? ― Sus ojos zafiros muestran arrepentimiento.
― ¿Quieres qué te diga qué hiciste mal? ― Él se acerca a ella, de una forma amenazante.
Adagny retrocede mientras su expresión cambia a una de miedo, sus ojos empiezan a cristalizarse mientras sus labios titubean.
― Todo, todo lo haces mal, Hanae. No me sirves para nada, no me sirves para cumplir mi objetivo. ― Él sostuvo sus hombros con fuerza, lastimando a Kaiser.
― Hablas cómo si fuese un objeto, ¿¡Por qué me dices esto, Rin?! ― Las lágrimas empiezan a correr por su rostro.
Aquellos ánimos de antes, se esfumaron totalmente mientras ahora solo le queda llorar.
― ¡¿Acaso eres más qué eso?!, ¡Me estorbas, interrumpes mis entrenamientos, mi concentración, solo me estorbas! ― Rin la suelta de forma brusca.
"― No me toques, estorbo. ― Dijo Rensuke fríamente."
Estorbo. Estorbo. Estorbo.
― Rin, si solo me dices esto porque estas enojado dejam..
― Te estoy diciendo la verdad de una buena vez por todas, yo no te amo.―Las palabras de Rin cayeron de forma helada encima de Adagny
Las lágrimas de Adagny no dejaron de caer mientras sostenía su pecho con fuerza, llorando.
― Sabías qué odio las mentiras y aún así, me mentiste, cada palabra bonita qué salió de tu boca, era una vil mentira. ― Su voz se quiebra mientras miraba de forma nublada a Rin.
Sus lamentos salen de su garganta de forma genuina mientras sus labios hacen un puchero, sus manos tiemblan mientras su pecho duele.
― Pero me perdiste, ¿Me oyes?, ¡¿Me oyes?! ― Ella golpeó el pecho de Rin sin fuerza alguna.
Él la apartó y siguió su camino en total silencio, Adagny miraba el suelo mientras seguía llorando cómo una pequeña niña.
Aquéllas palabras le dolieron cómo nunca antes le había dolido.
Se ahogó entre su llanto sin ser capaz de guardar una sola gota de su tristeza, de su decepción.
Intentó ahogar sus sollozos pero le fue imposible, ella empezó a caminar con lentitud.
Todo se quedaba atrás, sin otro rumbo en el cuál buscar consuelo.
Ante la última pisada, ella se dejó caer mientras él la atrapaba en un profundo silencio. Sus brazos la rodean mientras sus lágrimas humedecen su camiseta.
― M...Mein Held. ―Dijo en un susurro quebrado.
Se aferró a él mientras lloraba cómo un niño pequeño entre unos fuertes brazos qué lo reconfortaba.
― Hanae. ― Apesar de verlo en aquél estado, aquél frío tono de voz de cambiaba.
Él alemán se separó mientras levantaba su mirada, sus ojos estaban destrozados, al igual qué los de él.
― Rompiste tu promesa, ¡Rompiste tu promesa, Kunigami! ― Ella golpeó su pecho.
― ¿Eso crees? ― Él vuelve a abrazarla.
Pero ante aquélla pregunta, Adagny se queda en un profundo silencio, recordando sus palabras.
"Te protegeré de la oscuridad, aunque eso eso implique caer en ella."
― Deja de odiarme, Kunigami...te lo suplico, no me odies, no me odies, no me odies. ― Suplicó entre llanto.
El pelinaranja se quedó en silencio, con tranquilidad se separó de aquel abrazo y la tomó cómo si fuese una princesa.
Adagny seguía llorando cómo un bebé mientras Kunigami llegaba a su habitación.
Él lo dejó en su cama con lentitud, se agachó para ser más bajo qué Hanae.
― No te odio, Hanae. ― Respondió él.
Las grandes manos de Kunigami empezaron a secar las lágrimas del Kaiser mientras él no paraba de llorar.
― Pensé qué te eliminaron, qué lo hicieron por mi culpa. No podía dormir por el mal presentimiento qué tenía y ese día, qué no vi qué fuiste tú quién pasó por aquella puerta..
Mi mundo se vino a bajo.
Pero aun así, enojarme, gritar...caer no te traería de vuelta.
― cuándo fui a la wild card...la imagen qué pasaba por mi mente era tu rostro, tu sonrisa. Lo hice por mí sueño y por volver a verte. ― Ambos se miran a los ojos.
― Tú siempre estabas para mí, aún así..te decepcione, perdóname por ser un estorbo en tu camino. ― Pero Kunigami solo acarició su cabeza.
― No eres un estorbo, Dagny.
Él acaba..¿De llamarle "Dagny"?
Sus ojos azules vuelven a brillar mientras las lágrimas resbalan por su rostro, sus brazos se aferran a él.
Aunque Kunigami trataba de calmarle, Adagny no dejaba de llorar.
― ¿Qué hago para qué dejes de llorar? ― Preguntó.
― Quiero a mi hermano...― Pidió de inmediato.
...
Michael sostuvo el cuerpo de su hermana menor con fuerza, mientras ambos estaban en su habitación.
Él besó su frente con suavidad mientras acariciaba su cabeza, logrando calmar el dolor y sus lágrimas.
― ¿Lo ves?, ya no hay porque llorar, pronto nos iremos de aquí, junto a mamá. ― El volvió a besar su frente.
Adagny asintió lentamente mientras se mantenía aferrado a Michael.
― Volveremos a alemania, jugaremos juntos y mamá nos va a esperar muy feliz en casa..― Las palabras de Michael logran calmarle aún más.
― Me sentía muy mal...él me dijo cosas muy feas, hermano. ― Su voz es monótona, su rostro mantiene la tristeza fija.
― Ya nadie podrá hacerte daño, tu hermano mayor está aquí. ― Ambos volvieron a darse un fuerte abrazo.
― Michael..¿Tú crees qué yo..soy un estorbo?
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