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22

Adagny miró con una dulce sonrisa a Michael quién acaricia dulcemente su rostro mientras sus ojos brillan.

Ambos se toman de las manos y se dan un fuerte abrazo, sin intención de soltarse durante un largo rato. Adagny no puede creer todavía qué lo tiene frente a él.

Su gran hermano mayor está junto a ella luego de tanto tiempo. Su sonrisa no puede ser más sincera mientras la calidez de sus abrazos es única.

― Te amo, Adagny. ― Susurró Michael mientras le da un beso esquimal.

― Yo también te amo, Michael..― Ella sonríe.

― ¡HANAE! ― Ambos hermanos se separan del susto, la menor lleva su mano hacia su pecho.

Isagi miró con gran asombro a Hanae y Michael, analizando el parecido entre ambos. Hanae se pone algo nervioso.

― Hola, Isagi. Te presentó a Michael, aunque ya deben de conocerse, ¿No?, Él es mi...

― ¿¡Es tu novio?!, ¡No me digas qué cambiaste a Kunigami por esto! ― Señalo con asco a Michael.

Hanae pestañea varias veces mientras se vuelve aun más pequeña, sin entender el porque su hermano y su amigo se llevan tan mal.

― No, imbécil. Soy su hermano mayor y sí fuera su novio, yo soy muchísimo mejor qué cada uno de estos monos. Mi hermana es demasiado para ustedes. ― Una corriente eléctrica sale de los ojos de Michael y de Isagi.

― Ya basta, No peleen. Cómo te decía, Isagi. Michael es mi hermano y en Alemania es común las muestras de afecto así. ― Explicó mientras sonreía.

― Oh, lo siento. Igualmente estaré para lo qué necesitas, Hanae. ― Ambos se despiden.

― Me cae mal Yoichi, deberías de dejar de darle atención y darmela a mí. ― Michael hace un puchero.

Ella ríe un poco mientras acaricia las mejillas del mayor.

Ambos vuelven a tomarse de la mano mientras caminaban hacia el estrato francés.

― Cómo te seguía diciendo, no necesitas un novio, además, ese tal Rin no es tan bueno para tí. ― Dijo Michael mientras da su humilde opinión.

― Quiero mucho a Rin pero siento qué nunca termina de decirme la verdad y sus acciones son diferentes a sus palabras, siento qué me quiere pero al mismo tiempo...Él jamás me querría. ― Ella bajo la mirada.

― Pero luego está Sae, él siempre es directo conmigo y nunca me hace dudar, ¿Sabes?, de cierta manera es torpe y agradable, además no sabe patinar, justo cómo tú.

[...]

Adagny entrelazo sus pequeños dedos con los de Michael mientras intentaba enseñarle a patinar pero le era imposible.

Ambos reían mientras su madre los apoyaba y gravaba aquellos momentos.

Aquel bello recuerdo lo pudo revivir con Sae, quién había aceptado a ir a un centro de patinaje junto a Adagny para tener otra pequeña cita.

Ambos se tomaron de la mano mientras Sae intentaba mantener el equilibrio.

― Vamos, Itoshi. Tú puedes! ― Dijo entre risas al verlo caer.

― No me intentes convencer, soy un inútil aqui. ― Maldijo mientras intentaba ponerse de pie.

Ella lo ayudó y lo jaló para atraerlo hacia él. Tomó sus manos y empezó a patinar lentamente.

― No es tan difícil, tú solo mírame, Sae..― Por segunda vez, volvió a llamarlo por su nombre.

Sus ojos azules brillaron mientras los turquesas admiraban su brillo, guiándose de sus movimientos.

Su mano la sostuvo de la cintura mientras qué entrelazaban sus otras manos. Mirándose con una pequeña sonrisa, patinando tranquilamente.

― ¿Lo ves?, no eres un inútil. ― Dijo en un suave susurro.

― Hmmp. Supongo qué es Gracias a tí, Adagny. ― Habló en voz baja.

―  No...no me agradezcas. ― Ella ríe nerviosa ante la cercanía.

[...]

― Con qué malévolo cucarachon se puso sentimental. ― Se burló Michael.

― Sae, supongo que tampoco es para mí. Él lo es todo y yo no soy nada. ― Dijo entre risas.

― Adagny, no. Eres hermosa, eres la más bella de toda Alemania, eres talentosa en todo lo qué te propones por aprender, eres inteligente, eres amable, tienes muchos talentos. Al contrario, tu lo eres todo y él frente a tí, no es nada. ― Michael la tomó de los hombros.

― Michael, no puedes decir eso cuando él es un prodigio y..

― Yo también lo soy y aún así, sin tí no soy nadie. ― Las palabras de Michael la tomaron por sorpresa.

― ¡Adagny!, te encontré, bonita. ― Karasu la jaló y la abrazó.

― ¡Karasu! ― Ella corresponde su abrazo mientras sonríe.

― ¿Y tú quién te crees qué eres? ―Preguntó Michael de mala forma.

― Él es cómo mi...

― Soy su hermano mayor. ― Dijo karasu con una sonrisa.

Michael frunce el ceño mientras atrae a Adagny hacia sus brazos.

― Yo soy su hermano mayor y él único. ― Michael le da una vuelta de baile mientras le sonríe, haciendo reír a Adagny.

― No creo, yo siempre estuve siempre en pie, la hago reír todos los días. ― La mano de Karasu acarició la mejilla de la peliblanca.

― Eso es cierto. ― Dio la razón.

― Ella es la hermana qué nunca tuve jamás. ― Él la abrazó.

― Espera, ¿Qué?, ¡No la toques! ― Michael rechina sus dientes.

― Mira qué curioso....si quieres dime "Onii-chan." ― Michael arde de rabia.

Ambos empiezan a pelear por Hanae quién no sabe qué hacer hasta qué llego Rin para cargarla y llevarsela.

― ¡R-Rin! ― Dijo sorprendida.

― Vámonos, Adagny. ― Dijo secamente.

Ella no forzó mientras baja la mirada, soltó un suspiro. Todavía no tiene la mente despejada y tampoco es cómo qué no tenga el corazón intranquilo.

― Rin, ¿Puedo hacerte una pregunta?

― ¿Qué quieres?

Hanae se queda callado mientras muerde su labio inferior, temblando un poco.

― ¿Tú realmente me quieres? ― Preguntó en voz baja.

Rin la baja, habían llegado al baño. Ambos se miran a los ojos mientras ella aprieta sus puños.

― Antes qué lo preguntes, sí. Dudo de tus sentimientos, ¡Es qué un día me quieres y al otro...no soy nada! ― Ella cerró sus ojos mientras baja su cabeza, alzando sus hombros.

Rin la mira con su expresión habitual, solo lleva una mano a su cuello mientras suspira.

― Sí, me gustas realmente y sí te he tratado así, es por mis celos de tu amistad con Sae. Me conociste a mí primero, yo debo ser tu favorito siempre. ― Hanae lo mira sin creerlo.

¿Todo esté tiempo su trato fue por celos?

― Espera, Rin yo pue-....― Ella fue interrumpida por un beso del Itoshi.

Haciéndole retroceder hasta la última pared del fondo, sus labios bailaban al compás mientras él la sostenía de las caderas.

― Tengo envidia, yo también quiero bailar contigo, yo también quiero patinar contigo, quiero me des de comer tus galletas. ― Rin frunce el ceño.

Antes de poder hablar, él vuelve a interrumpirle con un profundo e intenso beso mientras se apega más a su cuerpo.

― Eres todo para mí, Adagny. Te quiero demasiado cómo para compartirte con alguien más. ― Susurró Rin.

―  ¿Me amas?

― Te amo, Adagny.

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