
🔦 . *. ⋆ 𝟎𝟎𝟕 ┊ 𝐀𝐧𝐢𝐦𝐚𝐭𝐫𝐨𝐧𝐢𝐜𝐬
Estaba junto an Abby con los animatronicos, mi mano tomaba la de Bunny aún mientras que los demás se encargaban de hacerle cosquillas an Abby, empezó a reír y a gritar que la dejaran. Sabía que esto era raro, pero no estaba segura de que hacer.
—¡Abby!–Llego gritando Mike y Freddy empezó a caminar hacia el, Mike se alistaba para golpearlo con una silla, yo me acerqué a Freddy y tomé su mano, el animatronico me miró y después Mike.
—¡Mike!–Rio y corrió hasta quedar a mi lado.–Me estaban haciendo cosquillas, estaba muriendo de risa. Freddy, el es mi hermano Mike.
—Mike...–Murmuré.
—¿Qué es esto?–Preguntó asustado.
—Ven, quiero que conozcas a los otros, Sabri ya los conoce–Ella corrió hacia los robots. Mike me miró en busca de una explicación que no sabía darle en este momento. Jale un poco la mano de Freddy y el fue con nosotras.
Mike dejó la silla en su lugar y se acercó.
—Mike, el es Bonnie, el es foxy y esta es Chica. Todos, el es Mike.
Mike se quedó viendo todo asustado.
—Esto debe ser una broma. Hay alguien aquí. Debe haber alguien aquí controlándolos porque... Si, buena broma. Felicidades, me asustaron. Ya pueden salir. Sabrina, di algo.
—Mike, yo tampoco lo entiendo muy bien, pero no hay de que preocuparse, no te harán daño.
—¿Qué? ¿Cómo lo sabes?
—Porque ya lo hubieran hecho.–Dije simple.
—Sabrina, basta de bromas, dime que está pasando en verdad, ¿los programaste cuando yo estaba dormido, o...?
—Mike, no te asustes. Solo quieren jugar–Habló su hermana. Chica guiño un ojo en nuestra dirección.
—Tenemos que irnos, vámonos.
—Espera–Le pidió la pequeña. Dibujo algo en una hoja–Les encantan los dibujos–Fue y le dejo un dibujo en la palma a Bonnie, quien volteó para "enseñarle" la hoja a Foxy–La pase muy bien esta noche. Gracias por jugar conmigo.
—Ya Abby, vámonos.
—Okay–Abby corrió hacia Freddy y le dio un abrazo de despedida. Yo volteé a ver a Chica, quien me miraba con la cabeza ligeramente inclinada, sonreí. Ella abrió sus brazos y me abrazó con fuerza, sacándome el aire por un segundo.
Me soltó y pude ver algo raro corriendo por debajo de su ojo, aceite. Le quite el aceite con mi mano, podría ser que se estuviera deteriorando por el tiempo que pasó sin mantenimiento.
—Sabri–Me llamó Abby. Asentí y fui con ellos–Bye.
[...]
Abby se había quedado dormida otra vez, y ahora estábamos Mike y yo hablando en el pasillo, él con sus brazos cruzados en su pecho, sin poder entender como había pasado todo lo que había ocurrido en tan poco tiempo. Yo tampoco lo entendía, para ser honesta.
—Estaban...
—¿Vivos? Si, de alguna manera, no se si alguien los encendió, pero estoy segura de que antes no se movían así.
—¿No?
—No. Estos animatrónicos se quedaban sobre el escenario, nunca bajaban, claro, había otros que se encargaban de estar abajo, por lo que tenían mayor movimiento, pero esos no estaban aquí.
—Entonces...
—No lo sé Mike. Solo se que algo raro pasó. Solo me desperté y ahí estaban, Bonnie me esperaba en la entrada y...
—¿Te quedaste dormida?–Preguntó confuso.
—Larga historia, el punto es que me quedé dormida en el techo, y pues baje y me encontré con ellos. Pero se que algo es muy raro con ellos, no se sienten como maquinas, si no como algo más...
—¿Cómo que?
—Viste como me abrazó Chica, no se sintió como abrazar una maquina, sino como abrazar... a alguien que quieres mucho.
—¿Qué? ¿No estás asustada?
—¡Claro que lo estoy! Pero no se lo que me pasa, es raro, en verdad lo sentí, fue como... si la conociera, y no solo como la máquina que es, si no como persona, como si pudiera sentir el calor de su cuerpo, como si tuviera vida.
—Esto es muy extraño.
—Lo es.
—Además el cómo trataron a Abby... ¿Pasó algo antes de que yo llegara?
—Nada. Solo estaban hablando, bueno, ella hablaba. Se sorprendió de que ellos fueran amables conmigo porque pensó que nadie más los conocía, y después fue lo de las cosquillas. Si pasó algo antes, créeme que lo desconozco.
—Este lugar es raro.
—Lo sé–Mire mi reloj.–Hora de irnos.
—Bien, tengo que llevar a Abby a casa y, con suerte, hablar sobre lo que acaba de pasar.
—Claro, me avisas que pasa.–Él asintió y entramos de nuevo a la oficina para tomar nuestras cosas, despertar a Abby y salir de ahí lo más rápido posible.
[...]
Estaba ocupada con mi trabajo, estaba mandando unos emails mientras cocinaba algo para mi.
Sonó mi celular y yo me acerqué. No era buena idea hacer tres cosas a la vez, pero me las arreglaría. Conteste y puse el teléfono en mi oreja sin siquiera ver quien llamaba.
—¿Hola?–Pregunte mientras rompía unos huevos.
—¿Hola? ¿Sabrina? Soy yo, Mike.
—Mike... ¿qué pasa?
—Es sobre lo de Abby, lo que vimos esta noche.
—¿Qué pasa con eso?–Seguí escribiendo el correo en mi computadora.
—Encontré unos dibujos que ella hizo. Antes no les daba mucha importancia, pensé que eran dibujos normales que hacía porque no es muy sociable. Pero una de las maestras de Abby me dijo que sus dibujos significaban algo. El punto es, que hoy logre verlos más detalladamente y los dibujo a ellos.
—¿A qué te refieres?–Pregunte mientras me movía.
—Dibujo a unos niños, pero con las características de los animatronicos, con las orejas, el delantal, el parche y el sombrero. Son ellos, ellos son niños.–No logre contestar cuando se me resbaló el teléfono y cayó al piso.
—¡Mierda!–Me agache a recogerlo, pero iba tarde, se había roto y ahora necesitaba uno nuevo, podría hablar desde la línea fija en casa, pero estaría incomunicada fuera de casa, y no podía permitírmelo.
El problema es que ya no tenía dinero, ninguno de mis dos trabajos pagaba bien, y ahora lo estaba lamentando bastante.
Me acerqué al teléfono fijo, tratando de recordar algún número, el que fuera.
Tristemente solo me acorde de uno.
Ahora que lo pensaba, no me habían llamado en todo este tiempo, ni mandaban nada, lo cual era extraño, tal vez se habían enterado de mi pequeña travesía y habían decidido ignorarme.
Marque el número, timbro unas cuantas veces antes que la voz de mamá resonara del otro lado.
—¿Hola?
—Mamá, soy Sabrina.
—Sabrina, ¿dónde has estado? No nos has contestado las llamadas en este tiempo, ¿qué pasó?–Me había olvidado de un detalle importante, como había cambiando de casa, ahora tenía un nuevo número telefónico, ellos solían llamarme a casa, por lo que probablemente le estarían llamando a alguien más.
No quería decirle dónde estaba, por lo que solo le dije lo necesario.
—Cambie de número.
—¿Por qué? ¿Sabes lo preocupados que estábamos?
—...Lo siento, no. Tuve que cambiarlo porque me llegaban llamadas constantes de vendedores, no es nada–La mentira me salió con mucha naturalidad, tanta que hasta casi me la creí yo misma.
—Oh... debes de avisarnos esas cosas, ¿sabes?
—Lo sé mamá. Yo... quería pedirte algo.
—¿Si? ¿Que necesitas?
—Mi teléfono, acaba de caerse, y necesito uno nuevo, pero me pagarán en más de una semana. Quería ver si podrían... ¿enviarme dinero para un celular nuevo?
—Sabrina, sabes que siempre que podemos te enviamos dinero, pero no sé si...
—Por favor.–Ella sabía que iba en serio cuando lo pedía así, podía oír la súplica en mi voz y me avergonzaba.
—Te transferiré más tarde. ¿Está bien?
—Si. Gracias ma.
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