Mike abrió la puerta de su casa y ahí estaba su hermana, una niña como de diez años.

—Hola Mike, y...–Saludó Vanessa.

—Oh, Sabrina, Vanessa ella es Abby, Abby, estas son Sabrina y Vanessa.

—Hola Abby, tú hermano me ha contado mucho sobre ti–Dije.

—Oh, Mike no me dijo que tenía una hija–Soltó Vanessa.

—Iugh–Se quejó Abby.

—No, Abby es mi hermana.

—¿Vienen a arrestar a Mike?

—Okay, ahm, ve a tu cuarto para que yo pueda hablar con ellas.

—Me gustó conocerlas–Se fue dentro de la casa y Mike cerró la puerta tras de él para hablar con nosotras.

—¿Qué hacen aquí?

—Alguien se metió a Freddy's–Explicó la rubia.

—¿Qué?–Hablamos Mike y yo al mismo tiempo, nos miramos.

—¿Y crees que fuimos nosotros?–Pregunte algo ofendida.

—Algo así. Mike, ¿las reconoces?–Le mostró sus pastillas.

—No es lo que crees, son pastillas para dormir, me ayudan a dormir.

—Ya se lo que son está escrito en la etiqueta. Para que sepan, si están muy cansados u ocupados para recordar cerrar la puerta, ustedes son responsables y esto se le llama negligencia.

—Yo cerré la puerta, te lo puedo asegurar, Vanessa–Cruce mis brazos sobre el pecho.

—Ayúdenme a entender, porque cuando haga el reporte ya no puedo hacer nada.

—Te mandaré una copia de seguridad de las cámaras, te aseguro que yo cerré bien.

—Si, yo estaba ahí, te lo puedo asegurar–Murmuró Mike.

—Bien... necesitaré esos videos antes de mañana a las ocho en mi oficina porque si no, tendré que ponerlos a ambos en mi expediente, ¿está claro?–Ambos asentimos.–Perfecto, iré de vuelta a la comisaría, Sabrina, ¿necesitas que te acerque a tu departamento?

—No gracias–Le sonreí. Ella asintió, se despidió con la mano, se subió a su patrulla y se fue. Mire de vuelta a Mike.–Bueno, supongo que debo irme ya...

—Espera. No quieres... ¿ir a dar una vuelta?–Alce una ceja.

[...]

Estábamos frente a un pequeño lago, no estaba lejos de su casa, porque el no quería dejar sola a Abby.

Me senté a su lado en el pasto y nos quedamos viendo al cielo.

—¿Para que las pastillas? No pareces alguien que las necesitaría.

—¿Cómo es una persona que necesitaría ese tipo de pastillas?

—Soldados, ancianos, personas así.

—No, bueno no soy ninguna de las dos, yo... tenía un hermano. Se llamaba Garrett, y cuando tenía unos doce años a él lo secuestraron–Sentí mi corazón correr como loco, se parecía la historia con mi hermana, ¿podrían estar involucradas?–Yo estaba cuando pasó. Nunca encontraron al secuestrador y tampoco a mi hermano. Y hay una teoría de que nunca olvidamos las cosas, básicamente es que cada cosa que ves durante toda tu vida hasta el más mínimo detalle se almacena en tu mente, solo debes saber buscar.

—¿Crees que sabes quien se lo llevo?

—Se que si. Y se que lo tengo dentro, pero está enterrado. Así que, cada noche regresó al mismo recuerdo buscando cualquier detalle que haya pasado por alto.–No supe que decir, a mi nunca se me había ocurrido algo como eso–Si, y aquí es cuando la gente me dice que estoy loco.

—No estás loco.–El me miró algo sorprendido.–Yo... hago algo parecido a lo que haces tú, pero con una historia diferente...

—¿A qué te refieres?

—¿Recuerdas todo eso de los niños perdidos?–No podía creer que estaba a punto de decírselo, pero no había vuelta atrás, confiaba en que él no me trataría mal después de saber la verdad, él había pasado por algo parecido. El asintió.

—¿Los de Freddy's?

—Exactamente... mi hermana fue una de las niñas perdidas–Sentí las lágrimas acumulándose en mis ojos, amenazando con salir, el nudo en mi garganta evitando que pronunciara alguna otra palabra o sonido.

—Oh por... no es en serio.

—Lo es. Mi nombre es Sabrina Franklin, mi hermana se llama Suzie. Ella murió cuando yo era pequeña, fue mi culpa–mire al pasto.

—¿Cómo es que fue tu culpa?

—Era mi trabajo mantenerla a ella y a mi otra hermana a salvo, falle y... nunca más la volví a ver–Alcancé a ver una pequeña lágrima caer al piso frente a mi. Maldición.

Nos quedamos así, en silencio, por varios segundos.

—¿Por qué no me dijiste antes?

—No es algo que vayas contando por ahí solo porque si. No estoy orgullosa.

—Obviamente no... pero, ¿qué haces en el restaurante si ahí es donde... ya sabes?

—Por lo mismo que tú lo visitas en tus sueños–Lo mire–Necesito respuestas.

—¿Y qué pasa con tus padres?

—Ellos la dejaron ir hace un buen tiempo. ¿Qué pasa con los tuyos?

—Mi mamá murió, ahm, hace tiempo, y mi papá no, no pudo con eso.

—¿Entonces solo son Abby y tú?

—Lo somos. Y algo que si es raro sobre mi familia, es que cuando Garrett y yo éramos niños eran como los padres perfectos que ves en los programas de televisión. Cada noche nos reuníamos, todos sentados como familia, agradecíamos tomados todos de las manos.

—Es una linda historia–Murmuré mientras me limpiaba los pocos rastros de lágrimas de las mejillas.

—En ese entonces yo pensaba que era muy cursi. Eso ya pasó.

—Tu y Abby se tienen al uno al otro, eres afortunado de tenerla.

—¿Y tú? ¿qué hay de tu otra hermana?

—Ella está ocupada con sus cosas, no la culpo, hablamos casi todos los días. Es mi mejor amiga, mi única amiga en realidad.

—¿Cómo es eso posible?

—Cuando te enfocas mucho en tu hermana muerta, no es como que mucha gente quiera ser tu amigo–Bromee, aunque era verdad.

—¿Y yo?

—¿Tú qué?

—¿Soy tu amigo?

—¿Quieres serlo?

—Claro, bueno... creo que podríamos ser amigos.

—Yo también lo creo–Mentira, ambos sabíamos que esto no iba dirigido a una amistad, pero ambos actuábamos como si nunca hubiéramos pensado en el otro de otra forma.

—Yo...–él empezó a acercarse a mi.

—Deberías ir con Abby, ha estado mucho tiempo sola.–El asintió y se alejó, comprendiendo que no era el momento ni el lugar.

Ambos nos levantamos de donde estábamos sentados, no sabiendo que hacer. Me acerque y lo abrace levemente, él me apretó contra su cuerpo.

Se sentía... cómodo.

[...]

Estaba por irme a Freddy's, había terminado mi trabajo a penas y había comido algo ligero, me esperaría una noche larga, limpiando el lugar e investigando sobre Suzie.

Me puse el chaleco, la placa y me vi frente a el espejo, tenía grandes ojeras, mi cabello hecho un desastre, me veía cansada, incluso algo peor que eso.

Me preguntaba si alguna vez sería libre, si podría vivir mi vida sin ese sentimiento de culpa que estaba dentro de mi. Solo quería vivir.

Quería arreglarme, verme bien, sentirme bien, dormir, por dios santo.

Limpie mi cabello como pude y puse una pinza en el para aplacarlo, apliqué algo de maquillaje sobre mi cara, además de un poco de perfume y accesorios. Volví a verme, esta vez lucia mejor, me seguía sintiendo horrible, pero al menos ya me veía más presentable.

Salí del departamento sin prisa y subí a mi carro, sabía que llegaría antes que Mike, como siempre, pero no me importaba empezar a limpiar yo por los dos.

Estacione fuera del local, y abrí la puerta, estaba casi todo destruido dentro del lugar, quien fuera que hubiera hecho esto no estaba en su sano juicio. Mire al suelo, ahí estaba un peluche de Chica, lo tomé entre mis manos y lo inspeccioné, era lindo. Lo abrace contra mi pecho y fui a la oficina, sería una buena decoración.

✶⊶⊷⊶⊷❍⊶⊷⊶⊷✶