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🔦 . *. ⋆ 𝟎𝟎𝟑 ┊ 𝐕𝐚𝐧𝐞𝐬𝐬𝐚


Llegué al trabajo, no había llegado Mike, pero no le tomé importancia.

Me puse mi chaleco y conecte las cámaras, no había nada extraño, como siempre, ningún movimiento ni nada por el estilo.

Había empezado a llover algo fuerte, se escuchaba el ruido contra el techo cada que caía una pequeña gota.

Un ruido en la puerta casi me hizo gritar, noté como Mike se reía de mi, al menos trataba de no hacerlo.

—¡Imbécil! Me asustaste.

—Perdón, no era mi intención. Para nada.–Dejó su mochila en la mesa y yo me levanté de la silla frente a los televisores antiguos.

—Ajá–Tomé la linterna de la mesita–¿Igual que ayer?

—¿Qué? Ah si claro, yo me quedaré aquí sin problemas.–Sonrió bajo. Me di cuenta de sus intenciones de inmediato.

—¿No irás a dormirte, verdad?–Cruce mis brazos.

—¡No, yo...! Tal vez...

—Mantén los ojos abiertos, tal vez uno de estas máquinas podría llegar a despertar alguna vez, uno nunca sabe–Bromee. Vi como le recorrió un escalofrío.

—No digas esas cosas.

—Mike, no creo que alguna de estas máquinas tengan vida en realidad, solo son animatronicos raros que tenemos que cuidar de que nadie se robe, nada más.–Me puse mi gorra y salí de ahí.

Hoy si estaba el ambiente más apagados probablemente por la lluvia, mis hermanas ambas odiaban la lluvia, principalmente porque no nos dejaban salir a jugar cuando llovía mucho, pero yo siempre supe apreciarla, lograba hacer que no tuviéramos clases, aunque esto dependía mucho, y era linda de observar, hasta tranquilizante, como el ruido blanco que utilizan para dormir algunas personas.

Camine por los pasillos para buscar aún mejor, no sabía si podría encontrar algo por aquí, tal vez me estaba equivocando en que lugar buscar, tal vez debía de buscar enterrado aquí cerca, no lo sé.

Entre a una de las salas de mantenimiento, las luces estaban apagadas, lo cual se me hizo algo raro. Prendí el pequeño foco delante mío, y vi que estaba un pequeño ballon boy frente mío. Reí.

Debían de haber muchos de estos esparcidos por todo el lugar, si no, no encontraba sentido en que siempre encontrábamos uno a donde fuéramos. Tomé el muñeco y lo volteé, al menos así no sentiría que sus ojos me siguen a todas partes.

Me agache y empecé a buscar entre las cajas, no había nada raro, tenía la pequeña esperanza de que, en algún lugar, estuviera tal vez un lugar secreto, una puerta, algo que me llevara a mi hermana. Mi teléfono sonó y respondí apenas lo encontré en mi pantalón.

—¿Hola?–Pregunte, ya que el número no estaba registrado. No se escuchó una respuesta del otro lado, lo cual se me hizo raro–¿Hola?

...Creo que deberías ir a revisar a tu amigo–Dijo una voz que no reconocí. Estaba por preguntar a qué se refería cuando colgó.

Escuché unos pasos en el pasillo, intenté salir, pero mi puerta estaba cerrada con candado, algo raro ya que no había estado así antes. Intente abrirla, pero simplemente no se podía, golpee la puerta, grite por ayuda, pero nada, Mike debía estar dormido otra vez. Lo maldije internamente.

Un amigo...

Mike. Las palabras de la persona del teléfono resonaron en mi cabeza. Era Mike, Mike era ese amigo al que se refería.

Las luces empezaron a parpadear, los altavoces chillaron antes de poner esa música tan característica del show. Tuve que taparme los oídos para que no me molestara. De repente apagaron las luces, tuve que prender mi linterna.

Sentí un toque en la espalda, como si no estuviera sola. Respire profundamente.

—¿...Mike?

Las luces volvieron, volteé a ver, pero no había nada detrás mío, tal vez había sido solo mi imaginación.

Volví a intentar abrir la puerta y lo logré.

Casi corrí hacia Mike.

—¿Sabrina? ¿Estás bien?

—¿Tú estás bien?–Pregunte examinándolo. Detuvimos nuestras preguntas al escuchar el timbre. Había una figura extraña afuera, llevaba un poncho que parecía ser de la policía. Parecía impaciente para que le abriéramos, pero tal vez era porque la lluvia de afuera era espantosa a este punto–Hablaremos de esto después.

El asintió y ambos fuimos juntos hacia la entrada.

En el camino noté como estaba abierta la cortina de donde debía estar Foxy, el pirata que nunca funcionaba, al menos no cuando venía yo, siempre estaba en reparación sin importar que.

Abrí la puerta.

—Ya era hora. Pensé que se habían quedado dormidos... o algo así–Miró entre nosotros, levanté una ceja. ¿Qué podríamos estar haciendo según ella? Mire a Mike, quien me miraba algo nervioso. Esta policía me resultaba conocida, pero no estaba segura del porqué, era muy extraño, como si fuera una memoria perdida o algo así.

—Ah, ¿podemos ayudarla oficial?–Cambie de tema.

—Pueden decirme Vanessa. Y ustedes deben ser...

—Ah, yo...–Intentó hablar Mike.

—Los nuevos guardias de seguridad–Se quito la capucha de la cabeza.–Tú brazo sangra, ¿ya viste?–Mike y yo bajamos la vista hacia su brazo, tenía sangre cayendo por su mano. La oficial me miró por unos segundos.

—Oh no, yo no fui.

—Te ayudaré, se donde está el botiquín–Se metió al restaurante. Cerré la puerta después de que ella entrara y los seguí.

Mike se inspeccionaba el brazo.

—¿Por qué no me habías dicho?

—No lo había notado, vamos, yo te curaré.

—¿Cómo?

—Se primeros auxilios–Él me miró sin creerme, le di un pequeño empujón para que empezáramos a caminar.

—Si, es una larga historia, solo digamos que me preocupa la seguridad de la gente.

—¿Y por qué no te hiciste policía como Vanessa?

—Porque no es lo mío... tal vez detective si, pero nunca he estado... libre como para hacerlo.

—¿Libre de que?

—El pasado–Admití. Ambos nos quedamos quietos un segundo, como asimilando todo, no podía creer que le había dicho cosas importantes para mi como esto, claro, no le había dicho todo, no podía hacerlo, pero había liberado la suficiente información como para que supiera que no estaba del todo bien.

—Yo... te entiendo–Eso fue lo ultimo que esperaba que dijera en este momento. Nos miramos a los ojos, sin pronunciar palabra, hasta que escuchamos un carraspeo, ambos vimos al frente, donde estaba Vanessa con los brazos cruzados mientras nos veía cómplice.

—¿Vienen o que?–Ambos asentimos y fuimos detrás de ella.

—Que lindo adornaron la oficina, me encanta el póster y los muñecos de los animatrónicos... Foxie–Miró al peluche en el escritorio, el cual no estaba segura de haber puesto yo.–¿Por qué Nebraska?

Quise acercarme a Mike para ayudarlo, pero me respondió con un "Estoy bien", rodé los ojos.

—¿En serio? A ver, tengo cursos de emergencias–Se acercó Vanessa y empezó a ponerle correctamente las vendas–Si te da un paro cardíaco me llamas a mi.

—O a mi–Murmuré.–Parece que conoces muy bien este lugar, Vanessa.

—Freddy's está en mi ruta, y me gusta estar bien informada.

—¿Segura? Por qué... no lo sé, nos dijeron que el lugar a estado cerrado desde hace un tiempo, ¿cómo podrías saber qué hay aquí adentro?–Insistí. Ella volteó a verme.

—¿Qué estás insinuando?

—Nada, solo es curiosidad–Mentí.

—Yo... yo amaba este lugar de niña, solía venir con mi papá.–Terminó de arreglar el vendaje y se alejó de Mike–Ya esta como nuevo. Vannesa Shelley–Primero me pasó su mano a mi para estrecharla.

—Sabrina.–Estreche su mano, no le diría mi apellido, no necesitaba que se involucrara.

—Un gusto–Paso su mano para estrechar la mano de Mike, quien la miró.

—Mike.

Vanessa tomó la caja de primeros auxilios y la dejó en el lugar donde estaba antes, una mesita.

—¿Todo normal esta noche, chicos?–Ambos volteamos a vernos después de su extraña pregunta.

—¿Qué?–Preguntó el chico.

—¿Todo cool, todo bien? ¿Nada fuera de lo ordinario?

—Si se lo que significa normal–Se quejó.

—¿Sabes que tus ojos están rojisimos y tú presión arterial alta? A parte de tu herida en el brazo que, siendo honestos es súper bizarra–Empezó a acercarse a él–Haz actuado sospechoso desde que abriste la puerta, ambos lo han estado

—Oficial, ha sido una noche extraña, pero solo eso, una noche extraña–Asegure.

—Vaya... este lugar si que afecta a la gente. Una de las razones por las que renunciarán.

—¿Qué dices?–Cuestiono Mike.

—Ah si, los de seguridad nunca duran. ¿Y ya los conocieron?–Nos miró a ambos.

—¿A quienes?–Dude.

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