Adrian siempre había batallado desde pequeño para poder sobresalir entre sus hermanos. Sus calificaciones no eran las mejores ni mucho menos las peores, sin embargo siempre había querido que su madre se sintiera orgulloso de él. Desde la ida de su padre y los abusos de un padrastro el cual también se terminó yendo, no podía dejar que su madre vuelva a sentirse mal o triste. No quería verla llorar de la preocupación por lo que hizo todo lo que podía para alcanzar las notas más altas y sin darse cuenta, había ingresado a la facultad de Derecho a los dieciocho años, en su primer intento.

Graduándose con una calificación alta de la universidad y después recibiendo un empleo el cual lo llevaba a Estados Unidos. En ese momento su madre ya se encontraba en el otro país cuando le dieron el trabajo por lo que iba a ser una sorpresa para su madre verlo ahí. Al parecer el trabajo era ser un maestro de Derecho dentro de una de las universidades más prestigiosas del país por lo que no podía negarse.

Fue justo en ese trabajo que conoció a Yenndo Fazbear, un estudiante universitario de último año. Claro que una relación maestro y estudiante era muy mal de todas las formas posibles, no era profesional. Ahí fue cuando decidió esperar a que se gradúe. A los dos años de eso, lo volvió a encontrar cuando por accidente Adrian fue a buscar a su hermanito menor a la escuela por petición de su madre quien no podía ir ese día.

Yenndo estaba parado apoyado en su lujoso auto de color negro y revisando su teléfono mientras esperaba a por su hermano menor también. Tal fue la sorpresa que los hermanos de ambos se habían hecho amigos en la escuela por lo que los juntaron por accidente. Adrián no podía ver a Yenndo al rostro y este no entendía porque aquel hombre no quería mirarlo, ¿Acaso había algo de malo en él?

Con el paso del tiempo, Adrian comenzó a mostrar interés a la hora de hablarle cada que iba por su hermano. Yenndo no captaba ninguna de sus señales ya que no quería estar en una relación con nadie, estaba más enfocado en su trabajo y lo que tenía que hacer ese día antes de irse a casa. Yenndo con los días notaba el nerviosismo del mexicano, más no le tomaba una importancia.

Hasta que Adrian le preguntó si quería ir a tomar un café con él. Yenndo dudo de eso, al final le negó la invitación ya que tenía trabajo que hacer, que lo sentía y sería otro día. Adrian se había quedado perplejo, al parecer así se sentía que te nieguen una salida.
Un día en específico, Adrian esperaba a su hermanito cuando Yenndo se acercó de repente por primera vez en casi un año para hablar con él.

Ahí fue cuando Yenndo dió el primer paso y le preguntó si estaba libre el Viernes. Respondiendo que si de inmediato, Yenndo sonriendo por lo lindo que había sido así le dijo que lo esperaba en un café para poder hablar, dandole su teléfono después de eso para poder irse al ver que su hermano ya estaba cerca del auto.

No podía creer lo que había pasado, iba a salir con Yenndo por primera vez, no iba a dejar pasar la oportunidad. A pesar de lo que le habían dicho algunas personas de que Yenndo es muy serio y directo con lo que quiere, que no es nada fácil coquetear con él sin que él se sienta incómodo o molesto porque no era eso lo que quería. La verdad era que Yenndo solo quería a alguien con quién hablar y tal parecía que Adrian era bueno para escuchar.

Durante la mañana y parte de la tarde Yenndo habló con Adrián de diferentes cosas, parecía que se había estado aguantado las ganas de hablar con alguien y sacar todas sus frustraciones, con alguien que no sea su psicóloga por supuesto.
Adrian entendía bien lo que Yenndo estaba diciendo, de querer ser el mejor en su familia y querer que su madre esté orgullosa de él.

Tenían algo en común aunque sea. Adrian también le contó parte de su vida, el como era estar viviendo en un país donde su vida estaba en peligro todos los días que salía, pero que sin embargo vivía feliz al lado de su familia, de su madre y los amigos que había hecho en México en sus días de universidad. 
Yenndo al escucharlo se sintió mejor al no ser el único que se sentía de la misma forma, se sintió entendido y en un espacio seguro para hablar de sus sentimientos con Adrián.

Así pasaron teniendo pequeñas salidas hasta que Yenndo de repente desapareció. Adrian trataba de hablar con él pero tal parecía que no le llegaba ningún mensaje. Después se enteró que Yenndo había estado en otro país en un juicio contra su ex-novio abusivo, dónde no solo fue él, pero toda la familia de Yenndo y la del ex-novio.

Al regresar, Adrian se encontró con él, viendo lo tan destrozado y mal que estaba, de forma física y mental, ya no podía hacer nada, estaba tan cansado que solo llegó con Adrián a llorar. El mexicano no sabía por lo que había pasado, decidiendo no preguntar y dejarlo llorar todo lo que quería hasta que Yenndo le explicó lo que había pasado, el porque quería hablar con él y el porque le había negado salir con él antes, por miedo. El terror que sentía dentro suyo de que cada cosa que pasó en el pasado se vuelva a repetir, una y otra vez.

El dolor que sentía en la cabeza y en el pecho todas las noches de saber que el hombre que abusó de él por años seguía libre le atormentaba, el pensar que podría entrar a su casa de repente y hacerle lo mismo. Yenndo solo mostró una parte débil, vulnerable y sensible con todo eso, no podía evitarlo después de todo.

Adrián al saberlo, hizo de todo para que se sienta seguro, incluso llegaba a quedarse despierto hasta la madrugada con él en su mansión para que Yenndo duerma tranquilo. Se quedaba en la habitación en la cama junto con él, vigilando y pendiente de cada sonido, tranqulizando a Yenndo cada que se despertaba por un ruido. Se quedaba por días y sin darse cuenta se mudó con él, Yenndo tampoco se había dado cuenta de ese dato por lo que comenzó a verlo normal. Salía con él de la mano, paseaban por ahí sin saber que era como una cita. La madre de Yenndo comenzó a notarlo por lo que le pidió a Adrián hablar sobre eso con su hijo, además de que ella también lo haría.

Adrian cuando intentó hablar con Yenndo sobre eso, este solo le preguntó: "¿Entonces no somos novios?"

Esa pregunta lo dejó helado. Yenndo pensaba que eran novios, lo había estado pensando desde hace meses. Así fue que por accidente, Adrian consiguió una relación con Yenndo.