«Querida y amada torre...»
Beomgyu se encontraba haciendo una limpieza intensiva en la habitación mientras metía algunas cosas en la mochila que Namjoon le había dado.
«Se me hace extraño hablarte a tí siendo un lugar y no una persona, pero con todo el tiempo que he pasado encerrado, tengo tantas cosas buenas que decir que no sé como expresarlas.»
—¿Vas a llevarte los libros? —preguntó Taehyun, quien lo estaba ayudando a ordenar a la vez que también preparaba su propia maleta.
—No, son demasiados —se acercó a la estantería para tomar su libro favorito de Yuna y la autobiografía de Soule—. Solo me quedaré con estos para entretenerme un poco en el viaje a Seúl.
«Has sido mi hogar durante muchos años, y puedo admitir con orgullo que realmente me sentí cómodo viviendo aquí. Incluso si venir debería ser algo trágico al tratarse de un secuestro, yo nunca lo vi como tal.»
Beomgyu soltó un fuerte suspiro cansado cuando logró cerrar la cremallera de la mochila luego de haber metido muchas cosas—. Creo que ya está todo.
—¿Seguro?
—¡Tyun, no cabe nada más! —se quejó con un puchero que hizo al menor reír con ternura.
«Aún recuerdo los primeros días. Estaba algo triste por la soledad, a la vez que se me hacía extraño y agradable el poder pasar el rato sin miedo a que me regañen o me castiguen. Por muy solitario que fuera, vivir pacíficamente era mucho mejor.»
Taehyun besó rápidamente sus labios para luego tomar ambas mochilas—. Iré bajando. Mira ver que no te falte nada —avisó antes de salir de la habitación, dejando a un sonrojado Beomgyu ahí solito.
Aprovechó que nadie lo observaba para desplomarse por última vez en la gran cama. Definitivamente eso era lo que más iba a extrañar. No sabe si logrará encontrar un colchón tan blandito como ese junto al pesado edredón que tantas veces lo mantuvo ahí atrapado, sin ganas de querer levantarse. Pero valía la pena perder algo así con tal de ser libre.
«En aquel entonces solía creer que un príncipe vendría a rescatarme aún cuando realmente no deseaba que algo así ocurriera. La verdad, estaba satisfecho únicamente con la compañía de Eoduun.»
Alzó la cabeza para mirar con nostalgia la zona que había creado de pequeño para el hermoso búho negro con el que convivía cuando aún no sabía que era humano.
Era simple, solo había una manta con algunas plumas negras y un barrote donde apoyarse. También estaba el cutre dibujo que Beomgyu le había regalado hace unos años. Se le hacía tierno saber que siempre lo ha mantenido.
«Pero, ¿sabes? Eoduun resultó ser Kang Taehyun, un chico búho que, aunque no sea un príncipe, a mis ojos es ese salvador que supuestamente vendría a rescatarme, pero en vez de sacarme de la torre me dió algo mucho mejor.»
Se acercó para tomar el dibujito y mirar el mensaje con nostalgia. "Gracias por ser mi amigo. Algún día recorreremos el mundo juntos, ¿vale?"
No pudo evitar soltar una risita. En ese momento jamás se hubiera imaginado que llegarían a ser más que amigos, pero sí estaba seguro de que cumplirían lo de recorrer el mundo, y justo ahora iban a dar el primer paso para ello.
«Gracias a él descubrí lo que es amar y ser amado. Su simple presencia en este cálido hogar era suficiente para alegrarme el día, y me siento muy satisfecho por tener recuerdos lindos con Taehyun en cada centímetro de este hogar. Sería como nuestra casita del amor, ¿no? Aunque suena un poco cursi, pero eso no quita que sea tierno.»
Antes de salir de la habitación, comprobó que las ventanas estuvieran cerradas, e hizo lo mismo con todas las del pasillo. A pesar de que ya no vivirán ahí, no querría que la casa se llenara de bichos, plantas o nieve.
Una vez terminó de revisar toda la segunda planta, bajó al piso de abajo, encontrándose a Taehyun observándolo con una amplia sonrisa y a Namjoon en la puerta esperando por ambos.
«Te prometo que cada momento vivido en tu interior será recordado y atesorado en lo más profundo de mi corazón, sobre todo porque aquí empezó mi tan preciada historia de amor.»
Taehyun le tendió la mano nada más Beomgyu llegó al final de la escalera—. ¿Estás listo?
«Con algo de pesar debo decirte que ya es hora de dejarte. Toca iniciar una nueva etapa de mi vida, una donde finalmente veré qué hay más allá de este bosque, y podré vivir todo tipo de aventuras junto a la persona que más amo.»
Beomgyu le regaló una sonrisa antes de sujetar suavemente su mano—. Listo —afirmó muy seguro de sí mismo.
—Debemos comprar los tickets del tren en la estación, y siempre suele haber mucha gente, así que tienen que pasar desapercibidos —interrumpió el mago mientras les daba unos abrigos con capucha—. Especialmente usted, príncipe Choi, el cabello rubio es muy llamativo.
Taehyun ayudó a acomodarle la capucha a Beomgyu para que su pelo no fuera muy visible.
—Tendremos cuidado —respondió Beomgyu luego de también ayudar a Taehyun, solo que en su caso era ocultar las alas debajo de la ropa, algo un poco más difícil debido a lo grandes que son. Pero con la holgada chaqueta se podía disimular un poco.
Los tres salieron de la casa, y aunque Namjoon siguió caminando, Beomgyu no pudo evitar detenerse un momento para voltear y volver a ver la gran infraestructura que poco a poco ascendía, volviendo a ser una torre muy alta, señal de que la magia que Namjoon había usado estaba desapareciendo.
Y claro, como Taehyun no notaba a Beomgyu a su lado, también se detuvo, solo que su atención fue hacia el perfecto rostro del príncipe.
—¿Crees que algún día volveremos? —murmuró Beomgyu.
—No lo sé, pero sería genial para cuando necesitemos desconectar.
Con esa respuesta, Beomgyu se quedó unos segundos algo pensativo. Luego volteó hacia el mago para poder preguntar: —Namjoon hyung, ¿qué ocurrirá con la torre en nuestra ausencia?
—Este es un lugar mágico, no le va a ocurrir nada mientras no venga nadie.
Al escucharlo, Beomgyu se emocionó mucho—. ¡Usemos esto como una casa vacacional! —propuso mientras miraba al menor, quien asintió convencido por la idea.
«Por eso debo despedirme de tí. No es un hasta nunca, créeme que regresaré algún día. Siempre serás mi más preciado hogar al que acudiré si me quedo sin alojamiento. Gracias por acogerme durante tantos años.»
Siguieron caminando hasta llegar a la barrera, la cual Namjoon y Taehyun traspasaron sin problema alguno. En cambio, Beomgyu se había detenido ante esta cuando los nervios invadieron al recordar todas las veces que intentó pasarla y no pudo. ¿Después de tanto tiempo, finalmente logrará pasar a través de ella?
Taehyun regresó a su lado y le dió unas caricias en la espalda para brindarle apoyo, entendiendo rápidamente el estado del rubio.
—Tú puedes, Beommie —alentó, haciendo que el mencionado soltara un fuerte suspiro de alivio.
Realmente necesitaba esas palabras. Cruzar la barrera significaba que no había vuelta atrás, era un momento muy decisivo para él.
Por eso, se armó de valor y avanzó decidido, aunque con los ojos cerrados por no estar muy convencido de si pasaría o no.
Fue cuando Taehyun le acarició la cabecita y soltó un suave: —Muy bien —que se dió cuenta de que lo había logrado.
Aunque se trataba de algo tan simple, la emoción lo invadió por completo y dió unos pequeños brinquitos de alegría, causando que el menor sonriera al verlo así.
Taehyun miró hacia delante para comprobar que Namjoon seguía avanzando sin mirar atrás, y cuando este se encontraba lejos (aunque aún algo visible), aprovechó para abrazar fuertemente a Beomgyu y alzarlo para dar algunas vueltas. Estaba igual de emocionado que él.
—¡Woahh! —exclamó el rubio divertido—. Parece que también estás feliz.
—No sabes cuando. Hay tantas cosas que podemos hacer ahora que me siento nervioso de solo pensarlo, estoy desesperado por empezar —admitió entre risitas.
—¡Pues no dudes en comentarme todo! Estaré encantado de cumplir tus propuestas.
Tae volvió a dejar al rubio en el suelo sin romper el abrazo, y se acercó a su rostro hasta pegar suavemente sus frentes—. ¿Ya te dije que eres muy lindo?
Beomgyu rió—. Sip.
—¿Y que eres lo mejor que me ha pasado?
—También.
—Bueno, pues lo repit-
—Chicos, ¿vienen? —interrumpió Namjoon a lo lejos, haciendo que Taehyun se separara completamente ruborizado.
El rubio no lo había notado porque su novio no suele ponerse muy cariñoso ante la presencia del mago, pero recién ahora está sospechando que tal vez a Taehyun le avergonzaba mucho que otros vieran ese lado mimoso suyo.
No pudo evitar sonreír con ternura al pensar en ello. ¿Habrían más cosas del menor por descubrir? Seguro que sí, y Beomgyu está determinado en averiguarlos todos.
Pero lo hará poco a poco. Aún les queda una larga vida por delante, así que tiene mucho tiempo para ello.
Después de todo, su estancia en la torre solo fue el inicio de su 'felices para siempre'. Ahora tocaba avanzar y esforzarse por mantenerlo.
𝙲𝚘𝚗𝚝𝚒𝚗𝚞𝚊𝚛𝚊́...
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