
04
Tzuyu estaba por entrar en pánico, pero se auto obligó a calmarse y a comportarse como un adulto, tomó las manos de Sana y la sacó de la cocina con cuidado hasta llevarla a la sala. Subió las escaleras y rápidamente armó un bolso con ropa, pañales, chupetes y todo lo que ella creía necesario.
Quitó el pantalón de pijama que tenía y lo cambió por un jean, sin ni siquiera subirse el cierre, bajó las escaleras y le colocó a Sana una pantaleta deportiva, pues estaba en ropa interior, Tzuyu se colocó unas conserve y a su omega unas pantuflas que usaba al estar por casa.
Con el corazón a mil por hora, Tzuyu arrancó el auto y salió para el hospital. Joder, su bebé ya estaba en camino.
—¡Súbete el cierre! —se quejó Sana respirando agitadamente.
—¡Lo haré cuando ese semáforo esté en rojo!— responde alzando un poco la voz debido a los nervios. Con sus manos temblando le hizo caso a su omega —Trata de aguantar, amor, estamos a diez minutos.
—¡Si ese maldito hijo de puta no avanza Yoonah va a nacer aquí!— grita para después soltar un quejido de dolor por las fuertes contracciones.
Tzuyu hizo una maniobra, algo peligrosa, a decir verdad, para pasar al auto de enfrente. Jodido imbécil que se le ocurre usar el teléfono mientras conduce. Sana no paraba de quejarse de los dolores y las contracciones, sus ojos estaban llorosos y apretaba con fuerza el asiento.
Al llegar al hospital colocaron a Sana en una camilla, esta no paraba de quejarse y de retorcerse rogándole a Tzuyu que el dolor pare.
—El doctor Byun está en su día libre, vamos a tener que solicitar otro médico— dijo una enfermera de forma tranquila.
—¡Pero él está a cargo de la cesaría! — exclama Tzuyu sosteniendo la mano de su omega.
—Él está en su día libre, señora. Vuelva en otro momento— repite mirando sus uñas, cómo si no tuviera a una omega apunto de parir. Tzuyu frunció el ceño ya harta de la actitud de esa omega.
—¡No me importa si está en su jodido día libre! ¡Mi omega está por tener a nuestra cachorra y no podemos esperar "otro momento" y él es el único médico a cargo de la cesaría! ¡Llama a Byun Baekhyun, ahora!— la omega salió casi despavorida al escuchar la voz de mandó de Tzuyu. La alfa se alarmó al escuchar los sollozos de Sana, se dio la vuelta y la vio encogida en su lugar con la cabeza agachada —No, no era para ti, amor.
—Me asustaste...— murmura con las lágrimas bajando por sus rojas mejillas. La alfa la abraza dando tiernas caricias en su vientre y cabello.
—Lo siento, mi vida.
Sana se removía en sus brazos por las contracciones, le dolía la espalda, los hombros y las piernas, le dolía todo y solo rogaba para que parase pronto. Tzuyu no sabía qué hacer para tratar de calmarla, ninguna enfermera o médico venía para ayudarlas. Sentía que su corazón estallaría de los nervios y el miedo.
Luego de casi diez minutos de espera, por fin unas enfermeras se llevaron a Sana para cambiarle la ropa y ponerle una bata mientras preparaban todo para la cesaría, Baekhyun llegó prácticamente corriendo hasta Tzuyu y le dio unas prendas para así entrar con su omega. Los nervios la carcomían.
—¡Esto es tu culpa! —lloriqueo la omega el tener una fuerte contracción.
—Y tú vas a tener la culpa de romperme los dedos— se queja haciendo una mueca.
—Bien, Sana, ahora te pondremos la anestesia, ¿bien? Sentirás algo de sueño, cuenta hasta tres y cuando menos te los esperes ya tendrás tu bebé en brazos.
La omega asintió y a los segundos sintió un líquido frío por su brazo, observó a su alfa y esta se inclinó para dejar un beso en su mejilla susurrándole que la amaba. El agarre de su mano cada vez era menos fuerte hasta que finalmente cayó dormida.
—Podemos empezar— dice el obstetra tomando un bisturí y acercándolo al vientre de Sana —Puedes salir ahora, Tzuyu.
—Gracias a Dios.
...
Había pasado casi una hora y no tenía noticias ni de Sana ni de su cachorro, Momo estaba a su lado con expresión neutra mientras jugaba con sus dedos.
—Tranquilízate.
—No.
— Tzuyu, ya te van a llamar para ver a Sana y a Yoonah. Deben estar bien, tranquila— anima levantándose de la silla.
—¿Te vas?
—Será mejor que no haya ningún alfa cerca cuando estas con tu familia, créeme. Y para conocer a Yoonah llámanos en dos semanas. Mándame fotos— termina de decir para abrazar a su amiga y darle pequeñas palmadas en la espalda —Felicidades, amiga.
—Gracias, Mo— Sonríe —¿Para cuanto tú y Dahyun?
Hirai ríe bajito— En unos días tendré mi celo... Veremos qué pasa.
Momo se fue, dejando a Tzuyu en la sala de espera mordiéndose su labio inferior ansiosa. Prácticamente saltó del asiento al ver al médico acercarse a ella.
—Sígueme, Tzuyu.
La alfa camino detrás del profesional por ese pasillo pintado de una amarillo pastel y paredes pintadas con dibujos animados y lobitos bebé, abrió una puerta color blanca y la dejó ingresar para después cerrar la puerta, sonrió al ver a Sana acostada en la camilla observando el techo y luego ladeo su cabeza levantando la comisoria de sus labios de manera perezosa.
—Hola...— susurra de forma ronca y rasposa.
—¿Cómo te sientes?— pregunta sentándose en una silla a su lado mientras tomaba su mano.
—Cansada y algo adolorida.
—Disculpen...— interrumpe una enfermera junto con una especie de carriola en sus manos —Aquí esta su cachorrito— la chica se acercó a Tzuyu y le enseñó cómo sostenerlo —Necesito su nombre, por favor.
— Yoonah Chou— dice la alfa observando a su hija vestida con un mameluco blanco y envuelto en una manta azul. La chica salió de la habitación dejando a la pareja sola junto a su hijo recién nacido
—¿De verdad ya la tenemos aquí? — pregunta Sana observando a Yoonah removerse en los brazos de su alfa observando todo lo que sus pequeños ojos le permitían.
—Sí, cosita— afirma —¿Quieres sostenerloa?
—¿Puedo?— preguntó con algo de miedo.
—Claro, solo tendremos cuidado con tus puntos— con cuidado Tzuyu apoyó al cachorrito recién nacido en el pecho de su omega —¿Qué tal?
—Creo que tiene hambre— sospecha viéndolo lloriquear y removerse entre sus brazos, con cuidado bajó un poco la bata acercando a Yoonah hasta su pezón y rápidamente esta empezó a succionar. Sana hizo una mueca haciendo reír a Chou —No te rías, se siente raro.
—Oh, vamos, no creo que sea tan diferente a cuando yo lo...
—¡Cállate!— exclama no muy alto y sonrojada hasta las orejas.
—¿Qué? Solo decía, mami Satang— Bromea sentándose en la camilla.
—No me digas mami Satang, sino Yoonah me va empezar a decir así— se queja observando a su hijo alimentarse.
—Ambas sabemos que te va a decir así de todas formas.
Sana rodó los ojos —Tu mami Chewy es una tonta.
—Y tú amas a esta tonta— finaliza dando un dulce beso en su mejilla.
Lamentablemente, tenía razón.
...
Luego de unas casi tres horas le dieron de alta a Sana y pudieron irse al departamento. Byun les explicó los cuidados que debía tener tanto de la bebé y de su operación, que debía descansar bien y no hacer fuerza y de Yoonah solo dijo que hay que tener cuidado con los ruidos fuertes y que solo va a comer y dormir, por ahora.
Sana le dijo a Tzuyu que moviera la cuna de Yoonah a su habitación ya que quería que durmiera con ellas aunque fueran los primeros dos meses.
—Tendremos que llevarla al pediatra en unos días— dice Tzuyu ayudando a Sana con su pijama.
—¿Sabes cuándo le pondrán las vacunas?— pregunta algo asustada.
—No, amor. Eso le tenemos que preguntar al pediatra.
—No quiero que sufra...—
—Yo tampoco, pero es para que este bien y saludable, amor— murmura acurrucando el cuerpo de Sana contra el suyo teniendo cuidado con su herida. Sana suspiró y cerró sus ojos dispuesta a dormir inhalando el aroma a chocolate de Tzuyu.
Las primeras noches con Yoonah iba a ser fáciles, pero ya veremos más adelante.
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