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Capítulo 9

En la mañana siguiente, por una extraña razón Félix no se sintió tan agotado como creía, en sí su cuerpo ha descansado lo bien para el resto del día, se tomó una ducha después de escoger lo que se pondrá, el olor a alcohol y a tabaco emanaba por su piel, lo cual detestaba demasiado. El agua tibia caía en su blanquecina piel, la música resonaba por el baño y su celular vibraba un poco, su primera rutina es responder los mensajes de sus amigos, a sabiendas que podría quedarse chateando y perder algo de tiempo, esta vez JiSung logró en pasar la cifra de MinHo, ha sido una sorpresa que su mejor amigo haya besado a veinte chicas en una noche.

HyunJin no se ha tardado en unir, siendo el juez de quien seduce mejor, lástima que el rubio ya no pudo seguir en la fiesta, pero de todas formas MinHo pagará su almuerzo, ha sido una competencia limpia y el chico no quería perder.

Salió del baño con una toalla enrollado por su cadera, cubriendo sus partes y dejando expuesto sus pantorrillas y pies. Se colocó la ropa que escogió, con la idea de revisar su celular si ChangBin le habrá mandado su dirección, Félix aún no tiene licencia de conducir, tiene pensado conseguirlo en un futuro, pero sus horarios no están perfectamente ordenados para hacer otras cosas, entre más y más trabajo puede tener poco tiempo.

Se colocó uno de sus perfumes favoritos, tomó sus cosas y sus tenis para bajar, encontrando a su abuela y a su padre desayunando juntos, mientras en la cocina se encuentra su madre preparando lo último, saludó a todos, dio un casto beso en la mejilla de la mayor de todos, el señor Lee elevó la mirada hacia su hijo, frunciendo su ceño confundido ante ese cambio repentino.

—¿Vas a salir? — Indagó el hombre después de beber su café.

—Desayunaré con un nuevo amigo, mamá me dio permiso.

—¿En qué momento tu madre ya tiene el control? — La abuela de Félix miró al señor Lee de reojo, para después pegarle en el hombro.

—Tu hijo recién salió a divertirse por dos días en esta semana, deberías dejarlo, ya es un adulto.

—Pero también tengo que obedecer las reglas de la casa, abuela.

—Si pero te la pasas ayudándonos en la florería y enfocado en la universidad.

—Félix debería regresar a la florería después de los exámenes. — Habló su madre saliendo de la cocina, dejando unos platos en el lugar donde ella va tomar. — Pero por lo mientras, puedes atender a la señora Soo, ella tiene interés por ti y tus diseños en los adornos.

—¿La que pidió rosas blancas para un evento?

—Su hija está por casarse, es en cuatro meses, puedes hablar con ella por estos días.

—Esperaré su llamada.

—Diviértete con tu amigo, llega antes de cenar.

El rubio asintió y se dirigió a la puerta principal, se colocó los tenis, se despidió de su familia antes de salir de casa.

Félix por alguna extraña razón el cansancio desvaneció para este día, quería salir de la cama tarde y un maratón de películas por todo el día, dejando pendiente el diseño de los arreglos para sus tiempos libres, a él le encanta combinar los colores, las especies con un buen significado, la florería gana mejor desde que comenzó hacer arreglos, la primera vez ha sido para un aniversario de bodas, el hombre que le pidió ayuda estuvo tan agradecido por salvarle la vida, ha sido una situación tan complicada ya que no había pistas de las flores favoritas de la mujer, Félix terminó por escoger las más bonitas que encajaría, de vez en cuando dibujaba diseños para un futuro.

No tardó más de media hora cuando llegó a la casa de ChangBin, le mandó mensaje diciéndole que ya se encontraba allí, tocó el timbre del lugar y visualizaba detalladamente el pequeño jardín que decora, el sonido de la puerta abrirse le hizo voltear, encontrando a una mujer mayor asomándose para después sonreír ligero, saludándolo con un ademán y el rubio correspondió.

—Vienes por ChanBing ¿cierto?

—Él sigue aquí ¿verdad?

—Solo fue a la tienda por unas cosas, no debe de tardar.

El rubio asintió entendiéndolo, estaba a punto de hablar pero la mayor le interrumpió.

—¿Te gustaría esperarlo dentro?

Félix recordó las lindas palabras de ChangBin respecto a su abuela, en verdad no miente el hecho que tiene un aura gentil y no hace dudar a nadie que sea mala persona, lo pensó más de dos veces antes de asentir.

La casa es totalmente linda y ordenada, decorada como una mujer de tercera edad lo haría, después de colocar los zapatos en un mueble que está al lado de la entrada, después la siguió hasta la sala, ella le invitó sentarse haciéndole un ademán, lo cual no ha rechazado, agradeciéndole con una gentil sonrisa.

—Últimamente mi nieto anda tan alegre. — Dijo sentándose en el sillón individual, a un lado había un mueble donde había cosas de costura, estando enfrente suyo. — En menos de una semana hizo muchos amigos. Y dime...

—Félix, mi nombre es Félix. — Respondió sabiendo que iba preguntar.

—Que bonito nombre. — Halagó. — El mío es YangMi. Dime ¿Es cierto que conoces de flores? ChangBin me dijo que trabajas con tu familia en una florería, le habías ayudado para que me dé de regalo los claveles.

Oh como olvidarlo, Félix pensó que fueron seis claveles rosas para armar el ramo, suena estúpido que ni él mismo sabe porqué lo recuerda. Asintió afirmando que es verdad, al parecer ChangBin se lleva tan bien con su abuela que hasta le dio un poco de curiosidad sobre sus padres. Ha sido una decisión difícil de tomar, se imagina la gran tranquilidad de haber dejado su casa, sus amigos y su escuela, lo poco que sabe, es un chico valiente, le desea esa gran felicidad que está viviendo ahora, que esté rodeado de gente correcta.

—Las flores tienen significados hermosos, cada uno es único, a pesar que pueden tener el mismo significado.

—¿Puedo saber cuál es su significado?

—Los claveles rosas, es el amor eterno que una madre siente por su hijo. — YangMi sonrió con dulzura, recordando que su nieto trató de memorizarlo. — Es muy común que el rosa o el rojo estén relacionados con cualquier tipo de amor.

—Supongo que tu talento es único, chico. Eres tierno, inteligente y especial. — Félix se sonrojó un poco, terminó por delatarse cuando bajó la cabeza, con suerte aquel chico no está presente. YangMi no quitó su dulce sonrisa, tomó el suéter que está tejiendo junto con las agujas. — Me gustaría que me recomiendes qué flores quedarían para mi jardín.

—De verdad yo... — Con gusto se lo aceptaría, pero quiere concentrarse más en sus exámenes y elaborar los diseños para la señora Soo, quiere tomarse largos descansos. — ¿Puede ser para después? Últimamente ando muy ocupado y solo es presión en mis clases.

—Oh no importa, necesito pensarlo bien antes de remodelarlo. Podemos hablar de eso con tranquilidad, es mejor que cuides de tu salud.

—Le aviso a ChangBin cuando esté desocupado.

—Y hablando de él, ya debería estar aquí.

Félix pensó que pudo haberse perdido, con la idea de ir por él en caso que sea así, pero la puerta principal al ser abierta resonó, para que en menos de un minuto viera al pelinegro pararse en la entrada de la sala, con una bolsa de plástico y de papel cargando. ChangBin al posar la mirada en el rubio, soltó una sonrisa, como esperaba no iba ser plantado pero jamás imaginó que así de rápido sea un invitado de su abuela.

—Sé que te perdiste, muchacho. — Habló YangMi mirándolo. — Casi dejas plantado a tu amigo conmigo.

—Lo lamento. La fila en la panadería estaba un poco larga, traje todo lo que me pediste excepto el té de manzanilla.

—Así está bien, tengo de cualquier tipo de té. — Miró a Félix. — Mi estante no tiene que quedar incompleto, me gusta tener de cualquier tipo.

—Debería plantar las flores de manzanilla, así no se molestará conseguirlo.

—Anda, vayan a almorzar juntos, Binnie llega antes de comer, recuerda que tienes tareas.

Ambos asintieron, Félix hizo una diminuta reverencia a YangMi despidiéndose antes de irse con ChangBin. Al salir de casa, caminaban a la par, la idea era ir por él pero pudo dejarlo plantado y terminar al otro lado de la ciudad, solo por esta vez permitirá que Félix lo recoja así para memorizar el camino.

—Aún te ves cansado. — ChangBin rompió el silencio, notaba las pequeñas ojeras de sus orbes. — Debiste decirme que no podrías hoy, para que descansaras.

Suspira el rubio negando con suavidad.

—Estoy bien, el profesor Jeong no asistirá a clases por dos semanas, quizás no estará en los exámenes.

—Oye pero ¿Así es de terrible con los homosexuales?

—Demasiado, él suele darme más trabajos que mis compañeros, hace que repruebe apropósito pero jamás recusé la materia, siempre me hace indirectas y se burla de mi apariencia. — Soltó un bufido. — JiSung también es víctima ya que suele defenderme, y ahora HyunJin.

Los rumores son ciertos, ChangBin con suerte jamás conocerá a ese hombre, se sentía mal que Félix se matara con tal de no reprobar el semestre, no le gustaría ocultar su personalidad con tal de agradarle a los demás, si ese hombre lo viera con un chico, se ve capaz de acusarlo falsamente, no se dejaría que le hiciera algo así, ha escuchado que habrán alumnos que unirán para unir pruebas de sus agresores y hacer justicia, la homofobia en la universidad debería de acabar, es un tema que no debe pasarse de

La sociedad quiere "corregir o sanar" a las personas que aman su mismo género, para hacerles demostrar que son ellos los equivocados cuando en realidad es amor, recordó aquel momento de como lo tomaron sus padres al decir la noticia, ChangBin estaba convencido que el resultado saldrá de maravilla ya que siempre le transmitían confianza, un aspecto tan anormal agregándole argumentos tan innecesarios, ha investigado las situaciones que una persona como él puede llegar a sufrir, cuando en realidad no tienen nada de culpa.

Se imaginó que la vida de Félix ha sido un poco complicada, no conoce al respecto pero no del todo lo hace.

Ambos se encontraban en el camión, miró de reojo topándose con el perfil de Félix, por alguna extraña razón tuvo la necesidad de querer protegerlo, de defenderlo de las personas que le molestan, se sintió un poco molesto al escuchar esos actos tan injustos hacia el rubio.

—Dijiste que unos chicos te molestan. — Miró al pelinegro, lo cual se sintió apenado. — P-Perdón, no pienso hacerte sentir mal. — Se apresuró en no ser malinterpretado, Félix negó sonriéndole.

—No pasa nada, ahora somos amigos ¿no? — Amigos. — No hay regla que diga que nos conozcamos con el tiempo y no apresurarnos, es normal cuando dos personas empiezan con una amistad. — Miró al frente, acomodando su espalda en el respaldo. — Con el tiempo, se van conociendo entre sí, sin importar lo cuán unidos pueden llegar. — Sinceró. — Y de esos chicos, no es necesario que lo sepas, solo son unos idiotas que pierden su tiempo.

Le sorprende que lo dijera mostrándole esa sonrisa, sabía que lo ocultaba y no le gustaría presionarlo, sabía lo que se refería, no podía evitar sentirse un poco preocupado.

Félix al ver que no iban a empezar con ese tema, se sintió aliviado, no le gustaría que ChangBin se meta en problemas por su culpa, es suficiente con sus amigos quienes se arriesgan para defenderlo. A la vez se siente como una carga para quien sea, en ocasiones, no le gusta que otros solucionen sus problemas cuando él mismo puede. Sabe que aunque tenga el valor, siempre va existir un momento que necesite una mano, no todos los problemas se solucionan uno solo, más si tiene el apoyo necesario.

Ambos tienen la valentía de sobrepasar esos obstáculos, pero esa sensación de querer proteger al otro apareció de la nada, tan curioso que quizás no hay una respuesta exacta, Félix miró de nuevo a ChangBin, discreto, es un chico un poco bajo que él, su personalidad le agrada y es atento, llegó a preguntarse si en realidad lo verá como un amigo también, es complicado intentarlo y la respuesta es la de siempre, ser él en dar el primer paso.

Esto le volvía loco, no está enamorado pero siente que algo va a colapsar, está convencido que solo es atracción, es un presentimiento, un extraño presentimiento. ChangBin recordaba las palabras que ha dicho antes, ya tiene alguien especial para él, haciéndole saber a sus dos nuevos amigos que se trataba de un ligue, ChangBin se siente completamente seguro que Félix ha cautivado su corazón, de una manera tan dulce desde el día que lo vio en esa florería. El interés hacia él crecía como van pasando los días, es como si un preciado tesoro que el destino piensa dárselo.

Suspiraron al unísono antes de mirarse, es tan agradable su compañía y no les gustaría alejarse, los latidos de sus corazones sincronizan a la perfección, las mariposas están aún más listas para salir de sus capullos, listas para formar aquella sensación cálida cuando de verdad cayeron enamorados.

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