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Capítulo 20

Todo era de maravilla; las sonrisas, las miradas dulces, las palabras llenas de amor, las citas sencillas y los regalos que guardaba en su corazón, todo era un sueño que se sintió muy tonto cuando tuvieron su primera salida, el pelinegro detalló todo de él, haciéndole saber que es su tipo ideal. La feria está por aproximarse, se encontraba al lado de MinHo escuchando las propuestas de RyuJin, últimamente el chico ha estado ocupado que casi no tenía tiempo, MinHo trataba de convencer y de trasmitirles confianza a las víctimas de la homofobia, no era tan sencillo pero hubieron chicos que armaron el valor para romper su silencio, no solo con el señor Jeong y unos docentes señalados, también habían más que les tomó por sorpresa.

Choi SooBin contaba lo que la profesora de matemáticas le amenazaba, ella estando de acuerdo que unos chicos de su salón lo molestaran, teniendo como arma en contarle todo a su padre, lo cual es militar, un hombre sumamente estricto, duro y algo cruel. El chico controlaba sus lágrimas, ChaeRyeong lo escuchaba y lo aconsejaba, la chica de cabellos cortos y oscuros revisaba los mensajes de SooBin, juntando pruebas con Momo.

Era una historia que a Félix le dio mucho miedo, MinHo al notarlo lo tomó por el antebrazo, alejándolo un poco de sus compañeros, quiere aprovechar el momento para convencerlo por milésima vez que hable de JungHwa y sus amigos. Lee no tiene que seguir soportando cuando este es otra de sus oportunidades, ambos salieron del aula para sentarse en las escaleras que llevan arriba.

Esperaba que no haya sido una mala idea haberle pedido que le acompañara, solo quería que se animara, lamentándose si llegó a abrirle una herida.

—Perdón si te hice escuchar lo que pudo haberte sentir así. — Carraspeó su nuca.

—No creo que puedan con ellos.

—Has pasado años bajo las burlas de JungHwa, tienes que hablarlo con tus padres, nos preocupa lo que puedan hacernos.

—Lo sé, me lo advirtieron. — Agachó la cabeza, enterrando sus dedos entre sus cabellos, se sentía angustiado. Esta mañana lo habían agarrado de sorpresa, llevándolo a un callejón para platicar, solo para convencer a MinHo por las buenas. — Ellos son capaces de mandarte al hospital si también dices algo o si te entrometes con sus juguetes.

—Con el profesor Jeong será sencillo. — Revisó su celular, viendo que la persona que esperaba aún no contestaba, soltó un suspiro. — Solo somos nosotros cuatro contra ellos, tampoco permitiría que ChangBin se involucrara. — Recordó las veces que el nombrado perseguía a su amigo y como trataba de evitarlo, supo la razón, agradeciéndole que lo defendiera pero que trate de no involucrarse mucho. — Hablando de él, ¿Sabes si está pasando por momentos así?

Félix no quiso contarles lo que le pasó, ChangBin está tan alegre ahora y ha corrido con demasiada suerte para no toparse con esas personas, igual le había pedido que se lo contara cada que alguien lo molestara, lo pensó un poco antes de negar con lentitud.

—Él está bien, sé que si necesita de nuestra ayuda, pueda confiar en nosotros. — El castaño asintió entendiéndolo. — JungHwa no lo ha molestado, si fuese así, sus compañeros de clase lo derrotarían, es un grupo tan unido.

—Aún así hay que cuidar de él, hablaré con HyunJin después, pero trata de no estar solo ¿bien? — Hizo un sonido de afirmación.

—Le pediré a Han que me espere en la parada.

—Y dejando este mal momento, cuéntame como te está yendo con Seo. — Le dio pequeños golpecitos en su brazo, MinHo se había perdido casi todo y más el sábado. — ¿HyunJin no los encerró en la fiesta?

—Si no fuera por una chica que se lo llevó para besarlo, estaría tratando de huir por el retrete. — Ríe el castaño. — Pero todo bien, salimos a comer al día siguiente.

—No se te ocurra cambiarnos, nosotros te vimos primero.

—HyunJin para animarte, piensa llevarte con JiSung a conocer chicas. — Lo vio negar.

—Eso paso, todavía ando ocupado y tengo que seguir estudiando, aún no sé qué voy a presentar para el evento.

Los alumnos de todas las facultades, los grupos que han sido seleccionados tendrán proyectos para representar su carrera, teniendo proyectos algo complicados, eso ayudará que los estudiantes de preparatoria se sientan interesados o busquen lo que les gustaría hacer para su futuro, dándoles el tiempo suficiente y cumplir con sus metas. MinHo al menos logró convencer a Félix que hablara sobre el profesor de economía, buscando la manera de contarles sobre JungHwa y amigos sin que se vayan a dar cuenta, no le gustaría enfrentárselos y que lo obligaran para que eliminara todas las evidencias, haría lo que sea con tal de ver a sus amigos en paz.

MinHo prometió que no lo dejará solo, queriendo proponer en acompañarlo a la florería, Félix solo negó agradeciendo, diciendo que estará bien, buscará maneras para defenderse y prevenir un ataque sorpresa, no sabe como lo van a lograr si con los docentes será difícil, no quiere ilusionarse que todo acabará, solo sabe que por el resto del semestre estará tranquilo. Es cuestión que el director haga algo, suplicando que no sea aliado del enemigo, eso armaría un caos que llegaría a los oídos de sus progenitores y no le gustaría que se enteraran de su situación así. El miedo evita que diga algo, cada que los ve siente impotencia, suplicando que llegara ese día para pedirles de su ayuda, sus padres y abuela lo notan cada que Félix anda golpeado, llorando o aterrado, estando para él hasta que se tranquilizara.

Soltó una ligera sonrisa después de despedirse de un cliente, lo cual le ha salvado el día, el hombre estaba tan desesperado en conseguir un ramo especial para declararle a la persona que le gusta, agradeciendo que lo haya decorado con los detalles que tenía en mente, Félix permitió fluir su imaginación en darle consejos, de vez en cuando llegaba un pensamiento sobre ese chico, preguntándose si sería una buena idea si le regalara un ramo o una flor.

Se alejó del mostrador para ir directo a la bodega y ver si el pedido de las semillas era de la especie que indicaba en la lista, el sonido de la campanilla al abrir la puerta le indicó que debería volver, con la costumbre al atender un cliente mostró su aura. Ha sido una sorpresa que sus mejillas se colorearon, alterando su corazón al ver a ese chico entrar, que poseía esa atractiva sonrisa ladina de siempre.

Carraspeó su brazo tímido, feliz de volverlo a ver, se acercó al mostrador cuando ChangBin lo hizo, no lo dejaba de observar, eso le ponía tan nervioso.

—¿Desea pedir algo, señor Seo? — El pelinegro recargó sus antebrazos en el vidrio, inclinándose un poco.

—A usted, señor Lee. — Le siguió el juego usando un tono seductor.

Félix no hizo lo mismo, no podría con una cercanía así, tanto le gusta a ese chico.

—Aún no termina mi turno si es que viene por mí.

—A eso vengo, y tu turno termina en diez minutos.

—¿Dónde me llevarías? — ChangBin suavizó su sonrisa, siendo una con dulzura.

—¿Has probado el beso de ángel?

Eso le confundió, descifraba qué clase de truco será, la sonrisa del chico no cooperaba, evitaba pensar lo que quiere referirse, un beso, quizás diferente a los que se daban, como respuesta negó con lentitud.

—¿Te gustaría probarlo? — Sonrió con burla.

—ChangBin, sé que quieres besarme.

—Quizás.

—Bueno, faltan pocos minutos, ¿Qué insinúas?

—Solo ven conmigo.

Eso fue lo que soltó antes de querer pasar por el mostrador y recorrer una silla, minutos después se encontraban caminando por las calles, Félix no dejó de pensar lo que se refería, la lógica era el nombre y que si es un beso, pero como estaban en la florería, es evidente que podía ser uno subido de tono y no quiere que alguien los descubra, en si le encanta demasiado ser besado por el pelinegro, lo volvía adicto, algo que no dejará de decirlo.

Estaba tan atento de sus acciones, no estando tan apegado en sus pensamientos, frunció las cejas confundido cuando ChangBin se detuvo enfrente de algo, para después jalar la puerta de cristal, dándose cuenta que llegaron a una heladería. Así que entró primero, quizás su próxima cita sea en ese sitio, que para nada está equivocado, se acercaron al mostrador, un señor mayor que aparentaba de cuarenta los atendió.

—Bienvenidos, ¿Qué les gustaría pedir?

ChangBin desvió la mirada donde se encuentran los sabores de los helados, a lo que Félix hizo lo mismo para escoger el suyo.

—Dos de beso de ángel, por favor.

El hombre asintió para tomar la cuchara de helado y un vaso mediano, así para dar la orden. Félix sintió como fue atraído por el pelinegro, abrazándolo por la cadera, realmente era un helado, poniéndolo avergonzado por pensar cosas indebidas, ocultándolo para no arruinar el momento, un sabor que jamás ha escuchado o que existiera.

Su orden ha sido como se ha pedido, tomó el suyo y salieron del lugar, para después dirigirse a una banca que se encontraba por ahí, quedó observando el color rosa y la cereza con unos diminutos trozos de nuez y arándanos, es un lindo detalle en que ChangBin haya pensado así, tomó la cucharada y una cantidad, guiándolo hasta su boca, el sabor es muy dulce para su gusto, un sabor que le encantó demasiado.

ChangBin observaba, teniendo en claro que el rubio haya pensado otra cosa, prefirió no decir nada ya que era adorable saber que también quiere besarlo, repitió el mismo movimiento satisfecho por su reacción.

—En verdad... — Rompió el silencio que se armó entre ellos. — Nunca he oído de este sabor.

—Lo descubrí hace poco, quería preparar un postre a mi abuela y supe que aquí lo venden. ¿Te encanta?

—Se volverá uno de mis sabores favoritos.

—¿Qué creíste desde un principio?

—Yo... — Desvió la mirada en el helado. — C-Creí que me ibas a besar cuando me lo dijiste.

ChangBin suelta una diminuta sonrisa con labios cerrados, poniendo su mano sobre del rubio para tomarla, un agarre delicada y sintiendo la suavidad de su piel.

—Los besos especiales son para la persona que quieres, no cuando escuches la palabra, se lo das a cualquiera o piensas que te lo van a dar. — Miró el helado. — Eso me lo dijo mi madre antes, lo que primero que se te viene en la mente, es solo contacto entre labios, pero es especial si la persona que amas lo hace, igual sintiendo lo mismo.

De vez en cuando ChangBin menciona a sus padres, tiene curiosidad hacia ellos, pero no quiere preguntar o decir al respecto, sabe del sucedido pero no quiere hacerle sentir mal.

—Tu madre es una mujer tan encantadora para que sacaras sus manías. — Halagó, viendo como respuesta la diminuta risa nasal, nada incómoda o triste.

—En verdad lo saqué de ambos.

—ChangBin, sé que lo hemos hablado antes pero no quiero que te sientas mal por mi culpa, me imagino cual debió ser su reacción al saber de tu preferencia de amar, sé que hay algo que quieras soltar.

Vio como bajó la cabeza jugando con la cuchara y el vaso entre sus manos, el pelinegro puede aparentar que todo está bien con facilidad, es una situación tan dolorosa que no lo puede superar, se lo contó a sus amigos pero no del todo, es cierto que quiere decir algunas palabras, palabras que ni se lo ha dicho a su abuela, soltó un profundo suspiro, Félix se preocupa también de su situación a pesar que evitó lo peor.

—Mis padres me quieren mucho... — Soltó con tranquilidad. — Nunca tuve un problema con ellos o escuchar un comentario de esto, yo al descubrir de mi sexualidad ha sido complicado para mí, escuchaba los consejos de mis amigos que se quedaron conmigo y hacía test si soy gay o bisexual. Desde un principio estaba tan seguro que lo tomarán bien, lo ocultaba de las amigas de mi madre y de algunos vecinos, los chicos que llegué a salir les pedía que los vería en sus casas, simplemente los besaba y experimentaba como es andar con uno, agregando un poco el sexo sin llegar a hacerlo.

Está bien que lo dijera, no es un tabú entre ellos, Félix permanecía callado escuchándolo, ninguno ha pensado en llegar hacerlo o descubrir lo que les gusta del otro si las cosas van de maravilla, están tan atraídos amorosamente que sentirse atraídos sexualmente, eso está bastante lejos.

—Así que no sabes si serás el que recibirá o... — Recibe un golpe en su hombro.

—No eres tan inocente como creí.

—Hay cosas que no sabes de mí aún. — Ambos rieron.

—De eso no hay que hablarlo. — Félix igual estuvo de acuerdo. — Cuando me declaré homosexual, con orgullo lo dije con una pizca de miedo, primero fue a mis amigos y... — Negó suspirando. — Esos quienes me dieron la espalda, hasta hoy en día siguen hablando mal de mí, tratan de acercarse a Bangchan, YuNa o SeongHwa como si nada, no fue tan doloroso como lo fue con mis padres, sabía que me fue a la perfección en las calificaciones, además el mejor de la clase y era la segunda sorpresa. Su reacción fue desvanecer sus sonrisas, diciéndome si se trataba de una broma, pero cuando dije "es verdad", papá terminó por abofetearme y mamá comenzó a llorar, nunca en mi vida he sido golpeado, ni por alguien más, no diría que era de esperarse ya que tenía la gran confianza que no pasará.

—¿Qué fue lo que te obligó a vivir aquí?

—Mi padre pensó en llevarme un sitio para que me "sanaran". — Hizo entre comillas con sus dedos. — Pensé que será mejor actuar rápido y ese mismo día hablé con mi abuela, ella es de una época tan diferente y lo entiende, estaba tan asustado que escuchaba como papá planeaba llevarme a sitios desconocidos y mamá no hacía nada, al día siguiente en la universidad Bangchan me dio su apoyo, diciéndome que me dejaría quedarme en su casa hasta el día de partir, mis padres me hicieron una cita con una chica y no quise.

—¿Y qué hicieron mientras no estabas en casa?

—No sabían donde estaba, al principio de acuerdo pero me buscaban, cada que salía de la universidad me iba al estacionamiento o me brincaba de las bardas, mis ahorros no fueron tan suficientes que YuNa y JinYoung me ayudaron en completarlo, cuando me di de baja, le pedí al señor Bang que no diga nada de mí, no respondía mensajes, ni llamadas. — El pecoso hizo una diminuta mueca. — Al venir aquí, lloré con mi abuela, supe que familiares míos me apoyan y hasta la tercera semana dejaron de llamarme.

El miedo en caer a manos desconocidas, con el riesgo de terminar dañado físico y psicológico solo para hacerlo hombre, obligarlo con castigos inhumanos que podría ser diversión para quienes se dedican a eso, pensando en los chicos que lo sufren, ChangBin hizo bien en querer irse de ahí, de hablarlo lo más rápido posible con las personas de confianza, debió ser los días difíciles para su vida, aunque sea muy poco pero eterno.

Saboreaba el helado que se estaba derritiendo, no tenía nada que decir, solo se sentía triste que nada haya salido como planeaba, los señores Seo tienen la decisión si querrán aceptarlo o continuar con sus vidas, con el dolor que nada será como antes, sabiendo que ChangBin ruega que lo aceptaran para que vuelvan a ser una familia. Hizo bien en no en aparentar para ser aceptado, hizo bien en no aceptar a desconocidas solo para curarse o demostrar que tomó el camino equivocado, enamorarse de alguien no es un delito, no hay reglas para impedirlo.

—Lamento que te pasara eso.

—No pasa nada, solo no fue una aceptación y fue un golpe tan duro. — Sinceró, soltando una diminuta mueca, conteniendo su tristeza. — No puedo odiarlos ya que siguen siendo mis padres.

—¿Y si te hablan diciendo lo cuán arrepentidos por no apoyarte?

—Félix, he dejado de pensar eso, no lo hago muy seguido, es mi decisión y no voy a cambiar, es mi forma de amar. — Lo miró. — Si no hubiese huido de casa, no te hubiera conocido.

Él respondió sonriéndole, tomando al pelinegro de la mano, estaba al pendiente si quiere desahogarse, no confiaba mucho que ChangBin esté fingiendo, si no es así le tranquilizaría, apretó un poco el agarre, haciendo líneas imaginarias con su pulgar sobre su piel. ChangBin desde que confesó su gusto por los hombres lo molestaban, esos chicos que consideró como amigos hacían bromas pesadas, señalándolo como alguien asqueroso, incluso su amigo desde la preparatoria YuSeok, le hizo la trampa que lo apoyaría invitándolo a ir algún lugar, solo para golpearlo junto con unos chicos con tal de "hacerle ver la realidad". Esas semanas fueron pesadas, se sentía como si caminara en la cuerda floja, con el miedo que llegara a los oídos de sus padres, esos chicos lo molestaban con discreción, preparándose para darle la humillación de su vida que con suerte se salvó, para ChangBin fue difícil contárselo a su abuela y al día después a sus padres, es mucho que no le gustaría contarle a nadie.

Puede que sean aceptados por las personas correctas pero no para la sociedad, el amor del mismo género es anormal para ellos, a Félix le deprime al haber escuchado lo que ChangBin tuvo que pasar, dejó sus sueños a un lado sin abandonarlo, es un chico maravilloso, la persona que jamás se arrepentirá en haber conocido, el chico que es la causa de sus acelerados latidos, la causa que las mariposas de su estómago volaran.

Un amor diferente para dos personas, donde crean su propio mundo, un sitio para olvidarse de todo y solo mostrar lo cuán se aman.

—En verdad me gustas demasiado. — Murmuró apegando su cabeza sobre su hombro.

—Nunca te separes de mí. — Murmuró igual, siendo sonoro para él. — Estemos juntos para siempre.

—Lo pensamos desde que hemos confesado lo que sentimos por el otro. — Sintió el tacto del pelinegro por su mentón, siendo guiado con lentitud para que voltear a verlo. — Vivamos un amor diferente, un amor que solo hemos creado para nosotros, puede que no sea el primero y tampoco el último, pero realmente quiero ser tu más verdadero amor.

ChangBin se inclinó hasta lograr apegar sus labios sobre los de Félix, sintiendo el tacto de nuevo, el sabor del helado mezclándose entre el beso, moviendo con suavidad, mostrando ternura e ignorando que la gente que pasa los esté viendo mal o pensar algo hacia ellos, solo es un amor diferente aunque sea normal como el mundo lo llama, uno que mantienen con sus corazones, un beso tan inocente y cálido como el de un ángel.

Está bien enamorarse del mismo sexo, lo que no, es que escondas tus sentimientos por temor a como te vean los demás.

Al separarse se miraron, con embobadas sonrisas y sus labios brillar por la saliva, aquel beso ha sido tan especial con ese agradable sabor, ChangBin no se siente mal por contarle un poco, solo tranquilo con estar a su lado y que esta pequeña cita sea otro éxito, ha sido tan sincero y honesto con sus palabras, algo que no pudo evitar a pesar que tenía ese presentimiento.

—¿Sabes cuál es la diferencia entre un helado y yo? — Dijo recordando que ninguno ha dado otra probada. — Que el helado se derrite por el sol, y yo me derrito por ti.

—¿Tu amigo HyunJin te ayudó en eso o me equivoco?

—Oh intento decir esa clase de palabras, no soy bueno en eso.

—Lo haces bien, me doy cuenta que tanto te traigo loco. — Félix solo sonrió, está teniendo la confianza para poder expresarlo, otro asunto que está superando.

—Debe haber sido un poco confuso en presentir un enamoramiento hacia alguien.

—Lo fue, lo mío no fue amor a primera vista, fue mejor que eso. Me enamoré de tu personalidad, tus pensamientos, tu sentido del humor, tu mirada, tu sabiduría, tu voz, todo de ti. Fue algo lento pero maravilloso.

No puede culpar u odiar los padres de ChangBin, pero agradecido por darle vida y de llegar a conocerlo, le cautiva tanto que no puede dejar de sonreír.


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