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「046 」

Dos semanas.

YoonGi tenía la vista clavada en la ventana de la cocina. Holly estaba tumbado a sus pies. Junto a su brazo había una taza de café humeante.

Deambulaba durante todo el día como un fantasma. El trabajo lo mantenía ocupado, de modo que se concentraba en cuerpo y alma en sus diseños, pero se pasaba las noches dando vueltas en la cama. Pensando en JiMin y en su bebé.

Sonó el timbre.

Meneo la cabeza y se dirigió a la puerta. Al otro lado se encontraban Park Joong Ki y Park Hye Kyo.

Al verlo sintió una punzada dolorosa, pero reprimió la emoción y abrió la puerta.

–Joong Ki, Hye Kyo, ¿que hacen aquí?

Supuso que habían ido por un solo motivo: destruirlo por completo. Se preparó para las lágrimas de Hye Kyo, para escucharla suplicar por su hijo aún no nacido. Esperaba que Joong Ki le diera un puñetazo por hacerle daño a su hijo.

Se enderezó y se preparó para aceptarlo todo. Le sorprendía que hubieran esperando tanto tiempo. Joder, tal vez el  sermón de sus padres lo ayudará.

Necesitaba sentir algo, hasta el punto de que tal vez recibiría el dolor con los brazos abiertos. A su debido tiempo tendría que ponerse en contacto con él para saber que iban hacer con el resto del contrato y para intentar salvaguardar su imagen. Se preguntó que les habría contado a sus padres sobre él.

–¿Podemos pasar? –preguntó Hye Kyo.

–Por supuesto.

Los condujo a la cocina. El viejo Holly se encondio detrás de la cortina, ya que no se adaptaba bien a los desconocidos. YoonGi le dió una caricia en la cabeza antes de tomar dos tazas.

–Puedo ofrecerles café o té.

–Café, por favor –Pidió JoongKi

Hye Kyo declinó del ofrecimiento.

YoonGi se tardó preparando la leche y el azúcar mientras intentaba ignorar El nudo que tenía en el estómago.

–Supongo que vinieron para hablar de JiMin– dijo.

La pareja intercambió una mirada que no fue capaz de descifrar.

–Sí. Nos ha estado evitando, YoonGi. Pasó algo malo. No responde el teléfono. Fuimos a la librería para asegurarnos de que todo va bien, pero puso excusas y nos hecho del lugar.

Su esposo asintió con la cabeza.

–Tampoco ha hablado con NamJoon, ni con Lisa o con Lily. Debido a eso decidimos venir en persona para hablar con él. Por favor, YoonGi, dinos la verdad. ¿Tienen algún problema? ¿Donde está?

De repente, YoonGi tuvo la impresión de encontrarse en un episodio de la Dimensión Desconocida y comenzó a darle vueltas la cabeza. Miró a la pareja sentada en su mesa y se preguntó que mierda ibas a decirle. JiMin no les había hablado del embarazo. Ni de su ruptura. Era evidente que no sabía cómo enfrentarse a la situación.

Contuvo un gemido, lleno de dolor. No iba a confesar lo que había pasado. No eran familia suya. No eran responsabilidad suya.

–Esto... creo que organizó algo en Forever Young, velada poética.

Hye Kyo lo tomó de las manos. La mezcla de fuerza y ternura de esa caricia lo dejo al borde de las lágrimas. Vio que la omega lo miraba con preocupación.

–Basta de mentiras –dijo acariciando sus pómulos – Ahora eres parte de la familia, Yoon. Cuéntanos la verdad. –Insistió.

Sus palabras abrieron la caja que guardaba en su interior. Familia. Ojalá fuera verdad y su omega no lo hubiera traicionado. YoonGi agachó la cabeza. Las palabras salieron de su boca antes de que pudiera contenerlas.

–Nos separamos.

Hye Kyo siseó.

Se imaginó que JoongKi lo fulminaba con odio y se rindió a lo inevitable. Había llegado el momento de que confesara sus pecados. Hasta el último. El cuidadoso plan se desmoronó ante sus ojos, y se dio cuenta de que tenía que dar el siguiente paso. Era hora de que la familia de JiMin supiera la verdad.

–¿Que pasó?–pregunto la mayor.

YoonGi aparto sus manos y se puso de pie para luego comenzar a caminar de un lado a otro, mientras intentaba encontrar las palabras adecuadas.

–JiMin me dijo que esta en cinta–cerró los ojos al ver la inmediata alegría que se reflejó en sus rostros– Pero le dije que no quería el niño– levantó la barbilla y se negó a darles la espalda. La conocida muralla de hielo lo envolvió para protegerlo. –Le dije desde el principio que no podía ser padre.

Hye Kyo lo miró como si entendiera por completo.

–Yoon, ¿por qué le dijiste eso? Serás un padre maravilloso. Eres cariñoso y firme, y tienes mucho que ofrecer.

Meneó la cabeza.

–No, no es verdad. Te equivocas. –Estuvo a punto de hablarles de la traición de JiMin, pero se mordio la lengua. Se negaba a romperles el corazón al confesar que había sido un matrimonio de conveniencia–Hay otros motivos personales, Hye. Cosas de las no puedo hablar. Cosas que tal vez no pueda perdonar.

–Te equivocas, YoonGi –dijo JoongKi en voz baja – Siempre hay sitio para el perdón. Si se quieren. Yo traicioné la confianza de mis hijos. La de mi omega. Huí y les di la espalda a todos los que prometí proteger. Pero me perdonaron y volvimos a ser una familia.

Su omega asintió con la cabeza.

–El matrimonio es complicado. Las personas cometen errores. A veces hacemos cosas terribles. Pero los votos que hicieron son para lo bueno y lo malo.

YoonGi casi se ahogó con el nudo que sentía en la garganta.

–No sirvo para las relaciones largas. Soy como mi padre. Ya va por la cuarta omega. Solo se preocupa por sí mismo. No soporto la idea de hacerle daño a un niño inocente. No hay nada peor que nacer sin que te quieran.

Se preparó para recibir su desdén y su estupefacción. En cambio, Hye se echo a reir y atravesó la estancia para abrazarlo con fuerza.

–Ay, YoonGi, ¿Cómo puedes decir eso? ¿No te acuerdas de las veces que te metías a mi casa para robar galletas y ver como estaba tu hermano? Eres un hombre cariñoso, completo, no te pareces en nada a tu padre. Lo veo cada vez que miras a mi hijo y el amor que sientes por él se refleja en tus ojos.

JoongKi carraspeó.

–Eres un hombre hecho y derecho, YoonGi. Has cometido tus propios errores y has tomado tus decisiones. No culpes a los genes ni te escondas detras de esas excusas. Eres mejor que eso.

Su suegra le tomó la cara entre las manos. En sus ojos vio amor, ternura y comprensión.

–Un hombre como tu padre nunca nos habría hecho un regalo tan generoso. El dinero que JiMin y tú nos dieron nos ha permitido ocuparnos de nuestro hijos y conservar nuestro hogar.

El Alfa fruncio el ceño.

–¿El dinero?

Hye Kyo asintió.

–Se que JiMin dijo que la única condición era que no debíamos mencionarlo nunca, pero, cariño, tienes que saber que estamos muy agradecidos.

YoonGi le siguió la corriente mientras su instinto lo golpeaba con la pieza que faltaba del rompecabezas que era su esposo.

–Sí, claro, fue placer. Y lo usaron para...

Hye ladeó la cabeza.

–Para salvar nuestra casa, por supuesto. Ahora JoongKi puede hacerse cargo de las facturas y del mantenimiento. Por fin tenemos una oportunidad de salir adelante. Y todo gracias a tí.


Quiero aclarar que aún no hay marca por parte de ambos. A JoongKi y Hye les parece raro.

Hye sufrió mucho cuando su alfa la dejó, al igual que JoongKi, debido a eso y al miedo de que su hijo sufra no lo presiona y no se mete mucho en la vida personal de su primogénito. 

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