
「008 」
Hye Kyo chasqueo la lengua y negó
–Kim NamJoon, los caballeros no hablan así, cuando hay personas decentes.
–¿Que personas decentes? –pregunto burlón
Su madre le dio un golpe en la cabeza
–Mejor ve con tu omega. Todos adentro brindaremos con champán, comeremos y después nos tomaremos un buen café.
–¿Podemos beber champán? –preguntaron las gemelas y su madre negó mientras se adentraba a la casa.
–Mocosa. Tu beberás un rico zumo de manzana. Ve con tu papi.
Bajo a su sobrina en el suelo y la vio correr hacia la cocina, afectada por la emoción reinante. La cálida aceptación de su familia lo envolvió en una capa acogedora y se impuso a los nervios que tenia en el estómago.
¿Seria capaz de llevarlo a cabo? Lanzar un hechizo de amor para atrapar a un desconocido muy rico que sacara a su familia de los apuros era una cosa. Pasar un año entero con un Min YoonGi de carne y hueso era harina de otro costal. Si sus padres se olían lo que había tramado un matrimonio de para salvar la casa familiar, nunca se lo perdonarian. Ni se perdonarian ellos. Pese a las contantes facturas del tratamiento médico para la enfermedad cardiovascular de su padre, el orgullo familiar lo instaba a rechazar cualquier ayuda económica de los demás. Saber que su hijo había sacrificado su integridad para salvarlos les partiría el corazón.
YoonGi la observaba con una expresión rara, como si intentara desentrañar algún misterio. El deseo de tocarlo quemaba los dedos
–¿Esta bien?–le pregunto.
–Si, entremos –contestó
Lo observo entrar en la casa mientras él intentaba que sus secas palabras no dolieran. Ya le había dicho que no le gustaban las grandes familias. No debería ser tan infantil como para tomarse su reacción tan a pecho.
Hizo acopio de toda su voluntad, levantó la barbilla y lo siguió. Las horas pasaron con una contundente lasaña, pan de ajo con queso y hierbas aromáticas recién horneados y una botella de vino. Cuando por fin se fueron al salón para tomar café y pastelitos, sentía un alegre cosquilleo en el cuerpo avivado por la mezcla de aromas que sentía a su alrededor. Olía a familia. A su familia unida y feliz. Miro a YoonGi mientras este se sentaba a su lado a una distancia prudente.
Tenía una expresión desdichada.
YoonGi escucho con educación, se río en lo momentos adecuados y representó el papel de un alfa perfecto. Con la salvedad de que no lo miraba a la cara, se alejaba cada vez que el intentaba tocarlo y no se estaba comportando como el prometido coladito por su omega.
Park Joong Ki se bebió el café con ademanes relajados.
–Bueno, YoonGi, cuéntame cosas de tu trabajo. –Jimin trato de intervenir, pero YoonGi lo tranquilizo, no le incomodaba hablar sobre su trabajo.
–Genius, es un estudio de arquitectura que diseña edificios en el país. Diseñamos el restaurante japonés que hay en la cima de la montaña Jirisan
La cara de su padre se Iluminó
–Un lugar maravilloso para comer. A Hye Kyo siempre le a gustado los jardines– hizo una pausa– Bueno, ¿que te parecen los cuadros de Jimin?
El mencionado reprimió una mueca. Por La Diosa, que mala pata. Sus cuadros eran un pobre intento de expresión artística y casi todo el mundo coincidía en que eran pésimos.
Pintaba más como terapia que para impresionar a los demás. Le dieron ganas de estampar la cabeza contra la pared por no haberle permitido recogerlo en su apartamento en vez de en la librería. Joong ki, que asesoraba a personas adictas al alcohol, era capaz de detectar una debilidad cual ave carroñera bien entrenada, y en ese momento olía a la sangre.
YoonGi embozo una sonrisa forzada.
–Son estupendos. Siempre le he dicho que debería de exponerlos en una galería de arte.
Joong Ki se cruzo de brazos.
–Asi que te gustan ¿no? ¿Cuál te gusta más?
–Papá...
–El del paisaje. Consigue que te metas de lleno en la escena
El pánico lo envolvió pese al hormigueo del café cuando su padre capto tensión entre ellos y acecho a YoonGi como un depredador. Aunque el alfa lo había intentado, reconoció que estaba abocado al fracaso antes siquiera de comenzar. El resto de la familia ya se conocía el juego, así que observo la pelota empezar a rodar.
–No pinta paisajes
Las palabras del alfa mayor reverberación la estancia como un tiro.
El pelinegro no perdió la sonrisa en ningún momento.
–Esta empezando con ellos. Cariño, ¿No se lo habías contado?
Jimin intento contener el pánico.
–No, lo siento papá, se me había olvidado ponerte al día. Ahora pinto paisajes –aclaro para dar un sorbo a su taza de café
–Detestas lo paisajes.
–Ya no –consiguió decir con voz cantarina–desde que salgo con un arquitecto he comenzado a apreciarlos.
Su comentario solo sirvió para arrancarle un gruñido a su padre, que siguió hablando.
–Dime, YoonGi, ¿Te gusta el beisbol o el fútbol?
–Ambos.
–Los Giants han tenido una temporada genial, ¿No crees? Espero que Nueva York se lleve otra Super Bowl. Jimin escuche que Rihanna se presentará este año.–El mencionado asintió con una sonrisa y su padre cambió rápidamente de tema– Oye, ¿Has leído el último poema de Jimin?
–¿Cuál de ellos?
–El de la tormenta.
–Ah, si, me pareció maravilloso.
–No ha escrito un poema sobre una tormenta. Escribe sobre experiencias vitales relacionadas con el amor o con la perdida. –Aclaro el alfa– Nunca ha escrito un poema relacionado con la naturaleza, de la misma manera que nunca ha pintado un paisaje.
Jimin apuro el vaso de café y rezo para que la cafeína que se sirvio la ayude a pasar la velada.
–Papá, acabo de escribir uno acerca de una tormenta.
–¿De verdad? ¿Porque no la recitas? Tu madre y yo no hemos escuchado tus poemas mas recientes.
Jimin trago saliva.
–Es que aún sigo escribiendola. Lo compartire cuando la haya terminado y quede perfecto.
–Pero has dejado que YoonGi lo lea.
Al omega se le revolvio el estómago y rezó pidiendo ayuda para encontrar la salida. Se le humedecieron las manos.
–Si, en fin. YoonGi, creo que debemos irnos. Es tarde y tengo que encargarme de muchos detalles de la boda.
Joong Ki apoyó los codos en las rodillas. Dejó de acechar y se lanzo a la yugular.
El resto de la familia observo la inminente tragedia. La expresion compugida de su hermano le indicó que no creía que fuera a celebrarse boda alguna. Lo vio rodear la cintura de su omega con lo brazos como su reviviera la pesadilla de cuando anunció que Jin estaba en cinta e iban a casarse. Soyeon jugaba con sus Legos, ajena a la crisis.
–Queria preguntarles sobre la boda –continuo el alfa– Van a poder organizarlo todo en una semana. ¿Porque no se toman un tiempo para que todos conozcamos a YoonGi y podamos darle la bienvenida a la Familia? ¿A que viene toda esa prisa?
YoonGi intento salvarlos a ambos.
–Lo entiendo, Joong Ki Hyung, pero Jimin y yo ya hemos hablado y no queremos una gran ceremonia. Hemos decidido que queremos estar juntos y que deseamos empezar nuestra vida en común de inmediato.
–Es romántico, Papá– comento Lily.
El omega dio las gracias a su hermana con la mirada, pero de repente otra persona se puso en su contra.
–Yo opino lo mismo –Hye Kyo tenia un paño en la mano y estaba en la puerta de la cocina– disfrutemos de la boda. Nos encantaría celebrar una gran fiesta de compromiso para que YoonGi pueda conocer al resto de la familia. Es imposible que todos puedan venir el sábado. Tus primos se lo perderán.
Joong ki se puso de pie.
–Pues asunto arreglado. Posponen la boda. –Su esposa asintió con la cabeza.
Jimin cogio a YoonGi de la mano.
–Cariño, ¿Te importa que hablemos un momento en una de las habitaciones?
–Lo que tu digas, cielo.
Lo arrastró por el pasillo y lo obligó a entrar en un dormitorio. La puerta se cerró a medias.
–Lo has arruinado todo –le soltó con un susurro furioso– Te dije que fingieras, pero se te da fatal. ¡Ahora mis padres saben que no estamos enamorados!
–¿Que a mi se me da fatal? Tu te comportas como si todo esto fuera una ridícula obra que has montado para los vecinos. Hablamos de la vida real y lo hago lo mejor que puedo.
–Mis obras no eran estupidas. Conseguimos mucho dinero con la entradas. Annie nos salió genial.
YoonGi resopló al escucharlo.
–No sabes cantar pero te quedaste con el papel de Annie
–Sigues enojado porque no te deje interpretar a Papá Warbucks.
YoonGi se toco el pelo y emitió un gemido ronco.
–¿Como mierda consigues enredarme en estas discusiones tan ridículas?
– Sera mejor que se te ocurra algo deprisa. Por la Diosa, ¿es que no sabes tratar a tu pareja? Te has comportado como si fuera un desconocido con quien debes ser educado. ¡Con razón sospecha mi padre!
–Eres un adulto Park Jimin. Y el sigue interrogando a tus novios. No nos hace falta su permiso. Nos casamos el sábado, y si a tus padres no le gusta, peor para ellos.
–¡Quiero que mi padre me lleve al altar!
–¡Ni siquiera es una boda de verdad!
–¡Pues es lo mejor a lo que aspirar!
El dolor se filtro en su voz durante un instante, golpeado por la realidad de su situación.
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