El frío azotaba la mañana de casi trescientos estudiantes en Busan, pero no era impedimento para asistir a la escuela el día de San Valentín.

Todos los años se realiza una actividad por la fecha en donde aquellos alumnos que así lo deseen, pueden entregarle chocolates o algún obsequio a quien les gusta. Casi nadie escribía cartas, solo alguna que otra nota pequeña y breve; el resto de la movida si el interés era recíproco, continuaba por WhatsApp.
Aquellos alumnos más tímidos eran ayudados por el personal de limpieza, quienes siguiendo indicaciones hacían la entrega del producto. Ese día las clases se dictaban con normalidad, pero siempre se volvía un día de festejo y mucho movimiento, además que todos llevaban comida para compartir, por lo que a veces los alumnos ni siquiera sacaban sus útiles de la mochila.

A Taehyung no le gustaba mucho nada de lo que ese día ocurría en la escuela. Recibir regalos casi a diario se volvía un problema cuando no quieres saber nada de nada con ellos. Ese según él, era el lado malo de haberse convertido en el popular: no le dejaban tranquilo ni para ir al baño a lavarse la cara. Siempre aparecía una muchacha o algún chico en su camino queriendo hablar con el, entregándole regalos, o haciendo invitaciones extraescolares a las que siempre se negaba.

Aunque YoonGi y Namjoon, sus dos mejores amigos, pensaran que era lo más genial del mundo y que Taehyung era un afortunado. Ellos no recibían atención siquiera en San Valentín porque Taehyung la absorbía toda; no les molestaba en absoluto, su amigo era el ser más lindo, bueno y terco que conocían, ellos también, si se encontrarán en posición de espectadores, lo llenarían de obsequios. Pero les tocaba ser amigos del protagonista, y eso era suficiente.

—¿Por qué tienes esa cara?

Taehyung levantó la vista para encontrarse con Namjoon, sentado al revés en la silla que siempre ocupaba, un lugar delante de él y YoonGi.

—¿Qué cara?—frunció el ceño—. Ésta es mi cara de todos los días.

—Pero es San Valentín—respondió incrédulo. Se supone que debería estar feliz de recibir tantos regalos de sus admiradoras, al menos si le veía lo positivo: golosinas gratis.

Si bien el nunca tenía buena cara en momentos como ese, la molestia que reflejaba su rostro no era del todo normal.

—¡Entonces esta es mi cara en San Valentín, Namjoon! ¿Qué  más quieres? No me gusta venir al colegio el catorce de febrero porque me siento un jodido hipócrita mentiroso sonriendole a todo el mundo.

—Tae, está bien—intervino YoonGi, hablando en voz baja a su costado—, pero no olvides que yo anoche te pregunte si preferias quedarte en casa conmigo y tu respuesta fue que querías venir.

—Si, bueno yo... no sé.

Namjoon al contrario de estar molesto por su reacción de hace unos momentos, lo observó con curiosidad. Tenía que haber alguna razón para que no aceptara la oferta de Min, siendo que pasar tiempo en la casa del chico le gustaba mucho.

—¿Estabas esperando algo en especial? ¿Alguna chica es de tu interés?

—¿Q-qué? ¡No, Namjoon!

Taehyung amagó a golpearle la cabeza a su amigo con la palma de su mano, pero una mujer encargada de la limpieza llegó junto a los chicos.

—Hola otra vez, Taehyung—la mujer le sonrió. Entre las manos sostenía una caja con forma de corazón como las otras tres que ya tenía y una carta amarilla, las dejó frente a Kim en su escritorio.

El peli-rubio suspiró, sonriendo al instante por cortesía. La mujer no tenia la culpa de que él estuviera harto de recibir chocolates.

—Muchas gracias, Chae noona.

—Solo te pido que no seas tan grosero con esa persona—suspiró tocándole el hombro, y el chico solo pudo asentir con la cabeza. Fue por inercia, inconscientemente.

Una vez ella se retiró del salón, Taehyung se puso de pie aún con los obsequios en mano. Namjoon lo miró, y sabiendo sus intenciones le siguió el paso. Mientras que YoonGi, recibió por parte de una chica de otro salón sonriente una tarjeta y un bombón de chocolate; tal vez sería el único obsequio para él y estaba ansioso por leer el remitente con su celular. Según sus conocimientos, él no tenía admiradoras, por lo cual le resultaba extraño.

—¿De verdad los vas a tirar?—lo encaró, antes de que pusiera los regalos en la basura—, ¿sin siquiera leer qué dice la carta? Sabes que nadie escribe a mano hoy en día, simplemente en la tarjeta aparece un código Qr, ¿no sientes curiosidad?

Taehyung lo observó inexpresivo. Claro que se moría de la intriga, pero tenía que mantener su perfil anti-romántico. ¿Por qué? Quizá, la costumbre.

—Nam, muévete por favor—pidió, suspirando.

—Dame las cosas, me las quedaré yo.

Ya no le importaba que su amigo se comiera los chocolates, mientras él no tuviera que hacerse cargo, le daba igual. Taehyung le entregó la caja con fuerza, golpeando el pecho de su amigo, y le lanzó también la dichosa carta antes de dar media vuelta y regresar a su asiento.

—Qué agresivo—se quejó en un murmuro. Namjoon lo siguió y se posicionó en su silla tal como al principio con las piernas abiertas hacia el espaldar—, pero te leeré la carta en voz alta de todos modos.

Taehyung rodó los ojos, pero tal como un niño que espera a que le lean un cuento, se sentó a oír con atención. YoonGi parecía algo aturdido mirando su celular, haciendo rodar el bombón de chocolate entre sus dedos; sin embargo, sus oídos estaba atentos a las prontas palabras del chico de tez morena.

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Decidí actualizar antes jijiji
De todos modos, está semana me entregan los gráficos uwu
El próximo capítulo será publicado el miércoles.
Espero les guste la fic ♡