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Días después, Miguel fue dado de alta y pudo volver a su hogar. Ahora contaba con las sesiones de kinesiologia dadas por un colega de su madre. El chico siempre contaba con la presencia de su familia y Maia.
Miguel se sentía incómodo, con su vista en el techo mientras el kinesiólogo movía sus piernas.
Cuando la sesión acabó, empujó su silla de ruedas al exterior del departamento, acompañado de la Latina quien debía volver a su casa. Cuando el compañero de su madre terminó de guardar todo dentro de su auto, el moreno se giró hacia la castaña, dispuesto a preguntar sobre su relación.
-Okay, fue una sesión bastante..- Maia ladeo su cabeza. -¿Divertida?
-Si.- Miguel Soltó una risa nerviosa. -Maia, yo quería hablarte sobre algo..
-Dime ¿De que quieres hablar?
-Yo.. tengo muy en claro lo que quiero en mi vida.
-¿Si?- Miguel asintió. -¿Y que es lo que quieres?- Cuestionó inocentemente.
-A ti, te quiero a ti en mi vida..- Contestó.
El corazón de la chica dio un vuelco de felicidad. -Yo también te quiero en mi vida.. Pero necesito saber que me quieres.
-Yo te Amo..
-Hablar es gratis, Miguel.- Interrumpió. -Y las acciones dicen más que las palabras.
-Haría hasta lo imposible por ti.
Maia lo pensó por unos segundos y luego sonrió. -Quiero que vuelvas a caminar..
-¿Que? Pero eso es casi imposible, yo..
-Dijiste que harías hasta lo imposible por mi.- Interrumpió. -Quiero que te esfuerzes.- Dejo un suave beso en la mejilla del chico. -Adiós Miguel.
Cuando la chica entró, Miguel suspiró con tristeza y giró su silla de ruedas para entrar a su departamento, pero frente a su cara apareció una revista.
Miguel elevó su mirada y allí estaba Johnny con una caña de pescar. -¿Cuanto tiempo lleva allí?
-Lo necesario como para saber que no te esfuerzas lo suficiente por tu chica.- Contestó Johnny.
Miguel rodó los ojos. -¿Que es esto?
-Es una colección de las chicas más ardientes de 1988. Y no podrás verla hasta que la tomes.
-Bien.- Miguel intento tomarla, pero Johnny la elevó más.
-Ah, vas a tener que esforzarte más.
-Sabe que puedo encontrarlas en mi teléfono ¿Verdad?
-No es lo mismo, son más ardientes en el papel. Pero no lo sabrás al menos que te muevas.. Puedes seguir recibiendo masajes de pies de ese idiota.
Miguel negó con una sonrisa. -De acuerdo..
El chico intento tomar la revista, pero una vez más Johnny la alejó. -¡Débil! ¿Es todo lo que tienes? ¿No eras el campeón? Demuéstrale a la chica que la quieres..
Con las últimas palabras, Miguel trato de levantarse de su silla para agarrar la revista. Johnny Creyó que lo conseguiría, pero el latino no logro su objetivo y cayó al suelo.
-¡Maldición!- Murmuró Johnny.
El rubio bajo para ayudar al chico.
-¿Estás bien?
-Si..
-Muy bien, te tengo amigo.. Aquí vamos. Bien, dame un minuto, lo intentaremos otra vez.. Creo que aún tengo mi Playboy de Vanna White, eso te animará.
-¿No lo entiende? Podría colgar una PlayStation nueva y ni así me levantaría. Debería acostumbrarme a estar lejos de Maia..
El latino dirigió su silla de ruedas de vuelta hasta el departamento.
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Johnny escuchó a Carmen llorar, así que decidió hablar con ella y escucharla, la mujer le dijo que deseaba ver a Miguel sonreír una vez más. Así que se le ocurrió llevarlo a un concierto de Dee Snider. También decidió arrastrar a Maia con ellos, pues cada vez que la chica estaba presente Miguel no se quejaba tanto.
Maia estaba tirada en el sofá mientras se hacía una mascarilla de barro, era su día libre de trabajo así que opto por rajarse. Lamentablemente sus planes fueron interrumpidos por el rubio, quien tocó la puerta con desesperación.
La chica abrió la puerta. -Debería ser más paciente..
-¿Que tienes en la cara?- Cuestionó con una mueca.
-Oh, una mascarilla.. ¿Quiere que le ponga una?- Preguntó con una sonrisa.
-No, esas cosas son para nenitas.- Maia rodó los ojos. -Vine a buscarte para ir a un concierto, con Miguel y conmigo.
-Bien, solo déjeme avisarle a mi mamá y sacarme esto.- Señaló su rostro. -Estaré lista en dos minutos.
-Deberías cambiarte, no querrás que se rían de ti.- Dijo Johnny mientras soltaba una risa.
Maia bajo su vista hasta su pijama de Unicornios. -Okay, deme cinco minutos.
Minutos después, Maia salió con un atuendo más acorde para un concierto. Se encontró con Johnny, quien estaba parado cerca de la puerta.
-Ahora si.- Dijo Maia. -¿A quien veremos?
-Dee Snider.- Respondió con una sonrisa.
-¡Wow, ese tipo es genial! ¿Como consigo entradas? Creí que mayores de veintiuno entraban..
Johnny rasco su nuca. -No hagas preguntas, ya deja de ser tan metiche..
Con eso, el rubio aceleró el paso hasta la casa de Miguel, dejando atrás a la chica con la cabeza ladeada y pensando en miles de maneras para escapar de la policía.
Ambos tocaron la puerta de Miguel, quien al abrir los miró confundido. -¿Que hacen los dos acá?
-Alista tus ruedas, Rayito. Este loco tiene algo planeado.- Dijo Maia y Johnny le dio una mirada fulminante.
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Los tres llegaron al lugar, pero no entraron por la puerta principal, Johnny los llevó por un pasillo algo extraño.
-Este lugar se ve aterrador..- Comentó Miguel. -¿A dónde vamos, sensei?
-Es una entretenida excursión. Ten esto.- Susurró el rubio y le dio el bolso a la chica. -Ambos síganme la corriente.
Los tres intentaron entrar, pero el guardia los detuvo. -Espera, buen intento. Regresa cuando tengan veintiuno.
-Va a ser difícil, va a estar muerto..
Los adolescentes lo miraron confundidos. -¿Que?
-Si, ya debería estar muerto.- Entonces ambos adolescentes entendieron. Miguel hizo una cara moribunda y dejó salir una tos, mientras que Maia fingió llanto. -Cada día es un regalo, imagine como esta su novia.- Apunto a la chica. -Solo mirela..
-Si, no se imagina lo triste que estoy, tenemos sueños y planes de vida juntos, pero todos esos sueños y planes quedarán enterrados el día que mi amorcito me falte.- Dijo y una lágrima falsa bajo por su mejilla, Miguel apunto al cielo y negó con la cabeza de manera triste. -No estoy lista para verlo partir..
El guardia quien tenía una mano en su boca y una lágrima de tristeza salió, les abrió la puerta para dejarlos entrar.
-Esta bien.. Disfruten su tiempo juntos, porque no saben en que momento la vida los separe.- Levantó su puño. -¡Que viva el amor joven!- Los otros tres hicieron lo mismo.
Maia colocó su mano en el hombro del guardia. -Muchas Gracias.. Que dios lo bendiga.
Sin más que decir, los tres entraron al lugar.
La latina suspiró y limpio un par de lágrimas. -¡Eso fue genial!
-Buen trabajo, Castro.- Dijo Johnny con una sonrisa. -Esta claro que nunca decepcionas.
Se acomodaron en el público y la sonrisa de Johnny fue mayor.
-El es Dee Snider, el rockero más rudo del mundo.
-¿Esto es parte de mi terapia?- Cuestionó Miguel.
Johnny tomó el bolso que tenía Maia. -No lo es. Olvídate de eso ¡Y diviértanse!- Johnny le dio una cerveza a cada uno y brindaron para luego disfrutar el concierto.
Al rato Miguel tomó una foto de los tres haciendo poses rockeras.
-Mándame una copia.- Dijo Johnny y Maia solto una risa.
-Los etiquetaré.- Contestó Miguel.
Johnny frunció el ceño. -¿Que significa eso?
-Revise su Facebook.
-No tengo Facebook, tire mi teléfono.- Dijo el rubio.
-¿Sabe que está en su computadora?- Maia lo miro con una sonrisa.
-Si..
Era obvio que Johnny no tenía ni idea de como funcionaba la tecnología.
Continuaron con el concierto, hasta que Dee detuvo la música por un momento.
-Muy bien.- Habló el Rockero. -Oí que hay un chico junto a su novia cumpliendo su lista de deseos esta noche.
-¡Si, aquí están!- Johnny los señaló a ambos con entusiasmo.
-Ahí están.- Dee los apuntó. -Señoritas ¡Hagamos realidad el deseo del chico!
Las chicas miraron a Miguel con una sonrisa y el se las devolvió nervioso. Ese simple gesto hizo que algo ardiera dentro de la castaña, se cruzó de brazos con una sonrisa más pequeña que antes.
Johnny se dio cuenta de los celos de la chica, asi que la codeo con una sonrisa, queriéndola molestar.
-¡Bien, ahora repitan después de Dee.. I Wanna Rock!
-¡Rock!- Grito el público.
Disfrutaban del concierto hasta que Johnny se dio cuenta que Miguel comenzó a mover su pierna.
El rubio le mostró a la latina, quien tapo su boca con emoción.
-¡Miguel!- El mencionado la miró. -Mira tus pies.- Dijo con emoción.
-¡Si!- Exclamó eufórico.
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Luego del concierto, volvieron a casa para mostrarle a Carmen el avance que su hijo había conseguido. Sin duda era un gran logro.
Una vez que bajaron, el teléfono de la chica comenzó a sonar. Tomó su teléfono y contestó.
-¡Hey, Chris!- Saludó. -¿Como estas? ¿Que tal tu trabajo?- Cuestionó con felicidad.
-Mal.- Contestó. -Cobra Kai me atacó y Sam quiere venir con los demás chicos de Miyagi-Do.
La felicidad de Maia se esfumó al escuchar las palabras de su amigo. -¿Que?
-Así como escuchas, te llamo a ti porque se que esto terminará mal..
Comenzó a caminar hasta su camioneta, se despidió de las señora Diaz con su mano. -Voy para allá, en diez llego.
Una vez que colgó, se subió a su vehículo y manejo hasta el Árcade.
Lo único en lo que pensaba era en Demetri, Hawk y el problema en el que estaban enredados, tal como dijo Chris.. Eso terminaría mal.
Finalmente llegó, pero fue demasiado tarde..
Al entrar vio a los chicos de Miyagi-Do golpeados, no había rastro de Samantha y vio a uno de sus mejores amigos con el brazo completamente roto.
Al ver a Demetri en ese estado fue como si le tiraran un balde de agua fría. Toda la rabia que se había acumulado dentro de ella durante años estaba a punto de salir.
Inmediatamente corrió a ayudar a su amigo.
-¿Que pasó?- Cuestionó con la voz temblorosa. -¿Quien lo hizo?- Lágrimas de rabia se acumularon en sus ojos.
-Fue Hawk.- Respondió Chris.
Finalmente una lágrima bajó. -Bien, llevenlo a la camioneta.. Los llevare al hospital.
-¿Como sabemos que no estás con ellos?- Cuestionó uno del cual no sabia ni el nombre.
-¡Si estuviera con ellos no estaría aquí ayudándolos!- Dijo casi gritando. Miró a su amigo. -Te ayudaré amigo.. ¿Donde está Sam?
-Desapareció cuando llego Tory.- Respondió Demetri con dificultad.
-Llevenlo, yo buscaré a Sam..
Asintieron y como pudieron, levantaron al pálido y se lo llevaron.
Maia comenzó a buscar a la castaña, hasta que por fin la encontró. Sam estaba con el rostro empapado de lágrimas y a simple vista se notaba que tenía la respiración entrecortada.
Estaba teniendo un ataque de pánico.
La latina respiró tratando de guardar la calma y se acercó a la ojiazul.
-Sam..- Habló con una voz que transmitía tranquilidad. -Concéntrate en mi ¿Si?
Tomó las manos de Sam entre las suyas con calma.
-inhala..- Maia lo hizo y Sam Imitó su acción.-Muy bien.. Ahora exhala.. ¿Necesitas algo?
Más lágrimas bajaron por el lindo rostro de Sam y abrazó a Maia, quien correspondió el abrazo. Durante el abrazo, Maia pudo sentir el corazón de la ojiazul latir con gran velocidad.
-Todo estará bien.. ¿Si?- Dijo Maia acariciando el cabello castaño. -Estoy aquí, no estás sola..
••
Maia miraba el suelo del hospital, mientras que Sam se abrazaba a sí misma. Ambas esperaban a Demetri en el hospital.
-Maia.- Sam la llamó con voz rota y la mencionada la miró. -Lo siento tanto.. Todo esto fue mi culpa. Si no hubiera besado a Miguel, el no estaría en una silla de ruedas, Robby no estaría en prisión y..
-Samantha, todos somos culpables de lo sucedido.. Yo también tuve la culpa al dejar que la pelea entre Tory y tu siguiera.. Y me disculpo por eso..
-Lamento haberte tratado tan mal desde antes de la pelea..
-Pasado pisado.- Dijo con una sonrisa.
Ambas se miraron con una sonrisa y se abrazaron, allí fue donde sintieron esa linda conexión amistosa que tenían antes de alejarse y tomar caminos distintos.
Cuando se separaron. -Sam. Si tu aún quieres a Miguel.. Yo tomaré mi distancia de el, lo que quiero es tener tu amistad de vuelta..
Sam se sorprendió ante esas palabras. Negó con la cabeza. -No, el te ama.. El me lo dijo. La que debería alejarse soy yo. Pon tu felicidad primero, no la mía.
Maia abrazó a la ojiazul. -Gracias Sam.
-Enojarme contigo por un chico fue la cosa más estúpida que hice en mi vida..- Habló Sam.
Maia sonrió.
••
Maia salió del hospital cuando Amanda llegó a consolar a su hija. Obviamente la mujer se ofreció a llevarla a su casa, pero Maia lo rechazó amablemente, ya que tenía una cosa por hacer.. Mas bien hablar con cierto chico de pelo duro.
-Moskowitz, estoy afuera de tu casa. Sal.- Dejo un mensaje de voz en el chat del chico.
Luego de unos minutos, el ojiazul salió algo confundido al verla allí.
-¿Que haces aquí? Creí que..
-¿De verdad, Hawk?- Interrumpió. -¿Romperle el brazo a Demetri?- Maia se acercó para hacerle frente.
Hawk rodó los ojos. -¿Que quieres?
-Venganza.
El ojiazul sonrió de lado. -Claro.. No creo que puedas.
-¿Ah, no?
-No.
Maia lanzó una patada directo al rostro del chico, quien no se lo esperaba.
Ambos se envolvieron en una pelea, pero la chica llevaba la ventaja. Pelear con todo ese odio acumulado le había servido.
Maia tomó a Hawk y lo tiró al suelo, de la misma manera en la que el lo hizo con Demetri. Con cualquier movimiento que hiciera Maia podría romperle el brazo. Hawk trató de liberarse, pero fue inútil.
-¡Te dije que si volvías a hacerle algo a Demetri no te tendría piedad!- Le gritó.
-¡Espera! Detente..- Pidió el chico.
-¿Esta situación no te trae recuerdos?- Preguntó con enojo. -¡¿Quien pide piedad ahora?!
Por un momento, Maia pudo oír en su cabeza la voz de Kreese diciéndole que lo acabe.
Justo cuando terminaría la pelea Sin Piedad, recordó la promesa que le había hecho a Johnny.
"No dejaré que Kreese entre en mi cabeza. Lo Prometo.."
Suspiró y Soltó el brazo del chico.
-Si te soy sincera, extraño la persona que solías ser conmigo.- Dijo la chica. -Pero todos cambian.. Y tú no ibas a ser la excepción.
Maia lo ayudo a levantarse.
-Háblame cuando de verdad te importe nuestra amistad..
Finalmente se fue.
Ayer me olvidé de actualizar, pido perdón 😔
La verdad es que este es uno de mis capítulos favoritos de esta temporada.
¿Podemos hablar sobre la amistad de Hawk y Maia? 😭💔
Recuerden Votar y Comentar que les pareció (Me encanta leer los comentarios)
Nos leemos pronto! </3
+10☆ Para Continuar.
Tali.
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