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⁰⁶

Maia se sorprendió al ver que entre los estudiantes nuevos estaban Eli y Demetri. Los saludó con la mano y una gran sonrisa.

-- ¡Silencio! -- Gritó Johnny, asustando a todos los presentes. -- ¡Mirando al frente! -- Ordenó y todos hicieron caso. El sensei caminaba analizando a cada uno de ellos. -- Bonita camisa.

-- Gracias. -- era Demetri.

-- Era broma, apesta.

Con cada paso que daba, Johnny se burlaba e insultaba el aspecto de sus estudiantes. Maia sintió un poco de pena por los nuevos. Johnny podía ser muy duro.

-- Cuando miro en este dojo, no veo material para Cobra Kai. Veo perdedores, veo nerds. Veo a un niño gordo con senos saliéndose. -- señaló a un chico. -- Pero en mi tiempo como sensei, también e visto milagros.

Maia, Miguel y Aisha sonrieron.

-- Y.. Tal vez hay esperanza en ustedes. -- añadió. -- Pero necesito saber como están.. Así que, a sus puestos. -- pero todos se quedaron en su lugar. -- Significa alinearse.

Todos se pusieron en una fila, atrás de Miguel, Maia y Aisha.

-- No, alinearse en una línea no. Formarse. Alinearse.

-- ¿Se refiere a hacer filas? -- Cuestionó Demetri.

Johnny resopló y se tapó la cara.

-- Posición de combate, golpe de llave. -- todos estaban en posición. -- Esperen a que yo lo diga. ¡Ya! -- Todos golpearon a la nada. -- ¡Ya! -- todos seguían cada orden. -- Vamos párate derecho, afirma los pies. ¡Ya! ¿Seguro que eres diestro? ¡Ya! Vamos senos, puedes hacerlo mejor, usa tu peso ¡Ya! ¡Ya! Oye labio. Si, tu el del labio raro ¿Con quien crees que hablo?

Maia se dio la vuelta, al escuchar como llamaban a Eli.

-- Disculpe, señor Lawrence. -- comenzó a decir Demetri.

-- Sensei Lawrence. -- Corrigió Aisha.

-- ¿Okey? No creo que debería burlarse de la apariencia física de alguien. -- respondió el pálido.

-- ¿De verdad? ¿No debo mencionar su labio para nada? -- Cuestionó el sensei.

Eli bajó la mirada.

-- Bueno.. Si. -- respondió Dem.

Maia, con cada palabra que decía Johnny, se enojaba más. No soportaba que llamaran de esa manera a su amigo.

-- Eso les enseñan en la escuela, pero en el mundo real no esperen a que la gente haga lo que deben. -- Dijo Johnny, Demetri asintió. -- ¿Correcto? ¿Escuchaste eso labio? Si no manejas a alguien que se burla de ti ¿Como manejaras un codazo?

-- ¿Llamando a la policía? -- respondió Demetri, por Eli.

-- Amigo.. Ya basta. -- Intervino Miguel.

-- ¿Que? Acaso sabe que los nazis perdieron la guerra, no? ¿Por qué debería temerle? ¿Por que tiene una serpiente en la pared? No es un maestro que pueda darnos una calificación mala. Le estamos pagando, trabaja para nosotros. No puede lastimarnos.

Johnny se acercó a Demetri.

-- ¿Terminaste?

-- ¿Que?

-- Golpeame. Adelante, golpeame. Justo aquí. -- Demetri lanzó un golpe, pero Johnny lo detuvo. -- Más fuerte. -- intento Golpearlo más fuerte. -- ¿Es todo lo que tienes, princesa?

Demetri intento Golpearlo con más fuerza, pero Johnny fue más rápido y lo tiró al suelo.

-- Que sea una lección para todos.

-- Si, pero no puedes renunciar. -- Insistió Maia, caminando con Dem y Miguel por los pasillos de la escuela.

-- Me gritaron, me patearon el trasero y luego le di mi dinero ¿Sabes quien vive así?. -- Cuestionó Dem. -- Prostitutas.

-- Si, pero el no es un hombre malo, dale otra oportunidad. Tu no lo conoces como nosotros. -- Dijo Miguel.

-- Eso es una charla de prostitutas.. -- Dijo el pálido.

-- Oye, deja de pensar en prostitutas. -- Interrumpió Maia.

-- Además, no necesito aprender Karate si los tengo a ustedes.

Demetri señaló a Kyler, este los vio y Maia lo saludo con la mano y una sonrisa falsa, el de rasgos asiáticos bajó la cabeza y se marchó.

-- ¿Ven? Nadie se meterá con ustedes.

Luego de esa charla, en clases, Miguel y Demetri estaban juntos en una mesa y Maia detras de ellos.

Maia vio como Sam llegaba y se burlaban de ella.

-- Gracias por la chupeta, chicos. No pasa de moda. -- Comentó Sam, enojada.

Demetri Soltó una risa.

-- Es porque le gusta chuparla ¿Entienden? Chupeta, chupada. -- explicó Demetri.

Maia solto un suave golpe en la cabeza del pálido.

-- Cállate, Demetri. -- lo retó, claramente enojada.

-- ¡Hola, chicos! ¿Quien dejo salir a los cerdos? ¡Ja! Yo porque ordene los fetos de cerdo. -- Bromeo el profesor.

Todos se mantuvieron serios, menos Maia, que soltó una risa, porque era muy malo.

-- Señor Palmer, mi compañero no está. -- aviso Sam.

-- ¿Quien recibe a Samantha? Esta cerdita necesita un grupo. -- Dijo el profesor.

Maia miró a su alrededor, nadie decía nada.

-- No todos al mismo tiempo.

La chica le estaba por ofrecer entrar a su grupo, pero Miguel fue más rápido.

-- Nosotros. -- Dijo el latino.

-- Gracias, traeré una silla. -- Dijo la ojiazul.

Sam, llego con la silla y se sentó al lado de Miguel.

-- ¿Que les parece el sexo? -- Escuchó que Sam preguntaba.

Se escucharon balbuceos por parte de los chicos.

-- Porque en el macho, el tracto se abre cerca del cordón umbilical. -- Dijo Sam y los chicos suspiraron aliviados. Maia sonrió con la vista en su cuaderno. -- Creo que es una hembra.

-- Si, estoy de acuerdo. -- respondió Miguel mirando a Sam.

-- Gracias.. En verdad. -- Dijo Sam.

-- ¡Oh, si! Seguro habrías encontrado otro grupo. -- respondió Miguel.

-- Me refería a la pelea.

-- Ouh, si, alguien tenía que encargarse de esos idiotas.

-- Pero nadie más lo hizo. -- ambos se sonrieron. -- Que buena patada giratoria.

Maia veía todo de reojo, con un sentimiento extraño.

-- Gracias.. estoy tomando unas clases de Karate.

-- Pero el barrido fue corto. Al levantar el pie así, desplazas el peso hacia la pierna trasera. Más resistencia, menos potencia. -- Comentó.

-- Wow, sabes algunas cosas. -- Dijo Miguel, sorprendido. -- Creo que debería tomar lecciones contigo.

-- Eso fue gratis. La próxima vez, pagarás dinero por eso. -- Bromeó Sam.

-- Claro. -- contestó siguiendo el juego.

-- ¿Quieren un banana? Los chicos la esconden en mi bolso, por ese estúpido rumor que ya habrán oído. -- Sam sacó un par de bananas.

-- Oh no, gracias. -- negó Miguel.

-- Si. -- Demetri comenzó a hablar. -- Estúpidos, Estúpidos rumores. Mentiras hirientes, las personas son monstruos.

-- Si, no deberías preocuparte por eso, los chicos son unos imbéciles. -- Dijo Miguel. -- A mi me llaman Rea.

-- Ya no más. -- Comentó la ojiazul.

-- Si, tienes razón. Ya no. -- Respondió Miguel.

Maia levantó un poco la mirada y vio que ambos se miraban embobados, con una sonrisa. Esto la puso triste..

¿Estaba Celosa? Probablemente si.

Nuevamente en el dojo.

Maia estaba más callada que de costumbre. La escena que presenció en clases no salía de su cabeza.

En poco tiempo se habían vuelto muy unidos, Miguel la veia como su amiga y ella tambien lo veia de esa manera. Pero.. ¿Por qué siempre pensaba en sus ojos? ¿Por qué quería que la viera como vio a Sam?

Sus pensamientos fueron interrumpidos por una voz que conocía perfectamente.

-- Oye ¿Estás bien?

-- ¿Que? -- Levantó su vista del suelo y vio los ojos que tanto le gustaban. -- Ah.. si, estoy bien.

Miguel estaba por decir algo, pero fue interrumpido por Johnny.

-- Bien, a sus puestos. -- Ordenó Johnny. Se sorprendió al ver que eran menos. -- ¿Donde están todos? ¿Cara de cráter? ¿Anillo en la nariz? ¿Resortera?

-- Renunciaron, sensei. -- respondió Miguel.

-- ¿Hablas enserio? Eso está.. bien. -- Dijo escondiendo su sorpresa. -- Era una prueba, quería ver quienes abandonaban. Ustedes no, están aquí para ganar. Podrían estar en casa jugando con computadoras, jugando videojuegos. comiendo dulces. Pero están aquí, haciendo flexiones y aprendiendo a pelear.

El sensei posó su vista en Eli.

-- Otra vez no, porfavor. -- susurró la castaña.

-- ¡Labio! Miren, incluso Labio es más rudo que esos chicos. -- todos vieron a Eli. -- El no se rinde.

-- ¿Podría no llamarme así? -- Cuestionó Eli.

-- Disculpa ¿Que?

-- Dije que Porfavor no me llame así.

-- Miguel, comienza con el calentamiento. -- susurró la castaña hacía el latino y este asintió.

-- Comenzaré con el calentamiento, sensei.

-- No. Labio quiere decir algo. -- Dijo Johnny. La castaña cerró los ojos. -- Lo siento, habla Labio. ¿Oh tu lengua también está en mal estado? ¿Eres un chico con dificultades?

-- El doctor dijo que podía estar en el espectro.

-- No se que es eso, pero soluciónalo. Y si no quieres que te llame Labio, entonces no tengas un Labio raro.

-- Nací con el labio leporino. -- Contó avergonzado. -- Es la cicatriz de la cirugía.

-- ¿Quieres decir que antes era peor o acaso el doctor se equivoco? Porque si está es la foto del después, apesta, deberías de mandarlos.

-- Sensei, ya fue suficiente. -- Dijo Maia.

-- Es difícil si está frente de mí. -- miró a Eli. -- Si quieres ser más que un nerd con una cicatriz en el labio, debes cambiar en guión. Hazte un tatuaje en la cara o sácate un ojo, te llamaremos Parche. No, no hagas eso, te verías como un animal.

Eli corrió a tomar sus cosas para irse de allí.

-- Sensei, eso fue demasiado. -- Dijo Maia, claramente molesta.

-- Solo lo preparo para la vida.

Luego del entrenamiento Maia compro helado y  fue a la casa de Eli. Tocó la puerta y salió su madre.

-- ¡Hola, Señora Moskowitz! -- Saludo con una sonrisa. -- ¿Se encuentra Eli?

-- Hola Maia, si está. Pasa. -- se hizo a un lado y la castaña entró -- Está en su habitación.

-- Gracias.

Maia de dirigió al cuarto de Eli, tocó la puerta y luego entró.

Al entrar, vio que la ropa del chico estaba en el suelo.

-- ¿Que sucedió aquí? -- Cuestionó la castaña.

-- Voy a cambiar el Guión. -- contestó.

-- Oye, a mi me gustan tus suéteres de abuelito. -- Ambos riéron.

-- ¿Tu que haces aquí?

-- Traje helado. -- Dijo con una sonrisa y dejó un beso en la mejilla del chico. -- ¿Que piensas hacer? ¿Un nuevo corte de pelo? -- Preguntó y se acostó en la cama del chico.

-- Justo pensaba en eso, pero no se cual.

-- ¿Que te parece un Mohicano? Se ve rudo, o teñirte el cabello. -- propuso la chica, mirando el techo.

-- Eso suena genial ¿Quieres elegir el color?

-- ¡Claro! El azul te quedaría perfecto.

-- Lo dices porque es tu color favorito. -- Dijo y Soltó una risa. -- ¿Que te parece teñirte también de azul? Así combinamos. -- Propuso el ojiazul.

-- ¡Me encantaría! -- Se sentó de golpe. -- Nos veremos genial. -- Exclamó, emocionada.

Al otro día, Eli y Maia iban camino al dojo. Los dos con un nuevo Look.

-- Me encanta como te quedo, te vez magnífico. -- Dijo la chica admirando el nuevo corte de su amigo.

-- Gracias. Tu también te vez bien. -- halagó el chico.

-- Ya lo sé. -- Dijo y tiró su pelo hacia atrás.

Llegaron y se pararon en la puerta del dojo.

-- ¿Estás listo? -- Preguntó la chica.

-- Si. -- contestó.

-- De acuerdo. Entremos.

Eli abrazó a la chica por los hombros y entraron.

-- Bienvenido a Cobra Kai.. -- Dijo Johnny.

Todos voltearon y se asombraron al ver el nuevo estilo del chico.

-- Eli ¿Que paso?

Miguel frunció el ceño al verlos abrazados.

-- Estoy cambiando el guion..

-- Espera.. ¿Tu eres el del labio? -- Preguntó Johnny.

-- Se ve genial ¿No? -- Dijo la peliazul.

-- Si. Lindo corte hermano.. ¿Ven? No importa si eres un Perdedor, un nerd o un raro. Solo importa que te vuelvas rudo. Maia y Hawk, a la fila. -- Dijo y los dos sonrieron.

Maia se puso al lado de Miguel.

-- Te ves genial..

-- Gracias, Miggy. -- contestó la chica.

Ambos se vieron a los ojos por unos segundos, con una gran sonrisa es sus rostros. Podrían haber estado así más tiempo, pero Johnny comenzó a hablar.

-- El miedo no existe en este dojo ¿No?

-- No, sensei. -- respondió Hawk, al lado de Maia.

-- El dolor no existe en este dojo ¿No?

-- No, sensei. -- contestó Maia, con seguridad.

-- La derrota no existe en este dojo ¿No?

-- No, sensei. -- Dijo Miguel.

-- Clase ¿Estan listos para aprender el método de los puños?

-- ¡Si, sensei!











Ya salieron los primeros capítulos de la T6!!!

Como hoy me siento feliz, hubo actualización sorpresa 🧚‍♀️

Tali.

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