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AL DIA SIGUENTE, Después de la escuela, Maia preparaba unas galletas, obvio, con la ayuda de su madre. Se las llevaría a Miguel para animarlo un poco.
-- Te importa mucho ese chico ¿No? -- Preguntó su madre con una sonrisa divertida.
-- Pues.. si, es mi amigo. -- Dijo la castaña sentada, viendo el horno para que no se quemaran las galletas. -- Le tengo cariño.
-- ¿Cariño amistoso o..? -- Dijo subiendo y bajando sus cejas.
-- Amistoso, mamá. -- Dijo mirándola.
-- Si, claro. -- Soltó una risa. -- Las galletas ya están. Sacalas y luego las pones en este plato. -- Dijo, dándole un plato.
-- Okay, gracias mami. -- Dijo y dejó un beso en la mejilla de su madre.
-- De nada, yo me iré al All The Lights. -- Anunció su madre agarrando sus cosas. -- Deberías volver, las chicas te extrañan..
-- Yo también las extraño, pronto volveré. -- Dijo con una sonrisa.
-- Está bien cariño, Adiós. -- se dirigió a la puerta. -Te quiero.
-- Yo también te quiero Ma.
La chica puso las galletas en el plato y se fue a duchar, pues estaba llena de harina. Al salir de la ducha, se lavó los dientes y fue a cambiarse, se puso unos pantalones negros, un top azul y unas zapatillas blancas. Vio su cabello y decidió hacerse dos trenza.
Tomó su Guitarra, agarró las galletas y salió. Caminó hasta el departamento de Miguel, por alguna razón se sentía nerviosa.
Tocó la puerta y esperó, la puerta se abrió dejando ver a su madre.
-- Buenas tardes señora Díaz. -- Saludó. -- Soy Maia, amiga de Miguel, vivo al lado.. ¿Está Miguel? -- Preguntó con una sonrisa tímida.
-- Si, está en la sala. Pasa y dime Carmen. -- Dijo con una cálida sonrisa.
-- Pero que linda chica. -- apareció su abuela, hablando en español -- ¿Es tu novia? -- le preguntó a Miguel y este se sonrojó. -- ¿Como te llamas? -- le pregunto a la chica.
-- Me llamo Maia. -- Dijo en español y con acento argentino. Sorprendiendo a ambas mujeres. -- Es un gusto poder conocerlas.
-- ¡Habla español! Ya me cae bien. -- Le dijo a Carmen. -- Yo soy Rosa, abuela de Migue. -- se presentó. -- Pasa y ponte cómoda.
-- Bueno mamá, hay que dejarlos hablar.
En ese momento Carmen se llevó a Rosa, casi arrastrando, para que pudieran hablar tranquilos. Maia veía la situación con una gran sonrisa.
-- ¿Como te sientes?- Preguntó la chica. -- Cierto, que tonta.. es obvio que no muy bien. -- Miguel solo rió.
-- Estoy bien.. ¿Que te trae por aqui?
-- Te traje galletas, un poco de música.. Y obvio, buena compañía. -- Dijo mostrando su Guitarra y las galletas, con una sonrisa.
Los dos chicos estuvieron un par de horas cantando, comiendo y riendo. Miguel se sentía afortunado de tener una amiga como ella a su lado. Siempre que la veía aparecía una sonrisa acompañado de un lindo sentimiento, pero no conocía el significado.
-- Oye Miggy.- Habló la castaña.
-- Dime Mai.
-- ¿Que pasó anoche? ¿Por qué te golpearon?
-- Escuché a Kyler hablando mierdas de Sam.. no iba a dejarlo pasar.
-- Entiendo.. ¿Te interesa Sam? -- se animó a preguntar.
-- Se podría decir que si. -- Contestó con una sonrisa.
Esa respuesta hizo que se formara un nudo en su garganta, se sentía triste con esa respuesta.
-- Deberías hablarle.
-- ¿Tu crees? -- Preguntó con una sonrisa.
-- Ehm.. si, claro. Es una chica linda. -- Dijo forzando una sonrisa.
-- ¿Mai, te encuentras bien?
-- Si, normal. Recordé que tengo que hacer.. tarea. -- Mintió. -- Debo irme.
-- Esta bien, te acompaño. -- Dijo mientras se levantaba.
-- ¡No! -- Exclamó. -- Quédate ahi. Puedo ir sola, no me perderé. -- Dijo, riéndose.
-- Está bien.. Adiós Mai. -- Dijo, mientras dejaba un beso en la mejilla de la chica. Haciendo que esta sintiera mariposas en el estómago.
-- Adiós Miggy, mejórate pronto. -- se despidió agarrando su Guitarra y salió por la puerta.
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Al llegar a su casa, Maia se tiró a su cama viendo al techo.
¿Por qué había reaccionado así?
¿Estaba celosa?
¿Estaba sintiendo algo por Miguel?
Esas preguntas no salían de la mente de Maia, daba vueltas en su cama, buscando una respuesta a cada una de ellas. No podía gustarle Miguel.. Claro que no..
-- ¡Universo dame señales! -- Dijo mientras se tapaba la cara con una almohada.
Luego de un rato Maia salió a tirar la basura, encontrándose con Miguel. Su corazón se aceleró al verlo y una sonrisa apareció.
-- ¡Tanto tiempo! -- Exclamó, ganándose una sonrisa del chico. -- ¿Que haces?
-- Espero al sensei, tengo que hablar con el. -- contestó.
Justo en ese momento salió el rubio encontrándose con los dos adolescentes.
-- Hola sensei, mamá dijo que no podía entrenar, pero se me ocurrió y vamos a el dojo antes.. -- comenzó a decir Miguel.
-- No entiendes nada, no hay dojo. -- respondió el rubio. -- Lo voy a cerrar.
-- Pero ¿Y que hay de mi? Lo necesito. -- Dijo Miguel. -- No tengo a nadie.
-- ¿Se está rindiendo? ¿Tan fácilmente? -- Preguntó incrédula.
-- Lo siento chicos.. -- se disculpó. -- Debo irme.
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LUNES, otra semana comenzaba. Maia se encontraba estudiando en la biblioteca.. bueno.. más bien Miguel, Eli y Demetri estudiaban, ella cantaba.
-- Back in Black i hit the sack I've been too Long.. -- Cantaba y hacia como si estuviera tocando la guitarra. -- I'm glad to be back Yes, I'm let loose, From the noose, That's kept me hanging about.. -- Fue interrumpida por su pálido amigo.
-- Oye, Maia. -- Esta le prestó atención. -- ¿Podrías guardar silencio, un segundo? -- Preguntó haciendo que la chica lo viera ofendida.
-- Déjala ser, Demetri. -- La defendió Miguel. La chica miró al ojiverde con una sonrisa victoriosa.
-- ¿Así que no más Karate? -- Preguntó Demetri ignorando lo antes dicho.
-- No.. -- Contestó un triste Miguel.
-- Tal vez sea lo mejor, te estabas teniendo mucha confianza. -- Dijo.
-- ¿Y eso no es bueno? -- pregunto Maia un poco confundida.
-- No.. ¿Que ganas con la confianza? Un ojo morado y tu mochila en la basura.
-- Bueno, a mi me gustó como te enfrentaste a Kyler. -- Dijo Eli.
-- Estás loco. Te haré una pregunta ¿Cuál es el mejor superpoder? -- Pregunto Dem.
-- Superfuerza. -- contestaron Miguel y Maia al mismo tiempo, se vieron con una sonrisa.
-- Error. Es la invisibilidad y segundo sería la velocidad, para escapar rápido...
-- ¿Escapar de quien? -- Preguntó Kyler apareciendo con Brucks, su gata.
-- Otra vez estos idiotas no, porfavor.. -- susurró la castaña cerrando los ojos.
-- Nosotros ya nos vamos.. -- se apresuró a decir Demetri, recogiendo sus cosas, junto a Eli y Miguel. Maia se levantó y se paró al lado de Eli.
Kyler tomó a Eli del cuello. -- Mira a este fenómeno. ¿Que clase de chica besaría esta cosa?
-- Déjalo Kyler.. -- Se metió Maia. -- Te aseguro, que muchas chicas preferirían besarlo a el antes que a ti.. pedazo de mierda.
-- ¿Que dijiste? -- Soltó a Eli.
-- Creo que dije "Pedazo de Mierda". -- repitió con una sonrisa.
Kyler se acercó amenazante a la chica, pero no pudo llegar a ella, ya que Miguel se puso delante, mirándolo con odio.
-- ¿No tuviste suficiente, Rea?
Maia salió de donde estaba y plantó un fuerte puñetazo en la cara de Kyler, dejándolo en el suelo. Luego tomó a sus amigos de las manos y salió rápidamente de la biblioteca.
-- ¿Por qué hiciste eso, Maia? '- preguntó el ojiverde con miedo.
-- Tenia muchas ganas de hacerlo. -- Contestó entre risas.
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Luego de lo sucedido en la biblioteca, Maia cantaba felizmente por los pasillos de la escuela en camino a su próxima clase.
-- You know you love me, I know you care Just shout whenever and I'll be there. You are my love, you are my heart And we will never, ever, ever be apart.. -- su canto fue interrumpido al chocar accidentalmente con alguien.
-- ¡Lo siento! -- Dijo una voz conocida. -- ¿Estás bien? -- Era Sam.
-- Tranquila, estoy bien. -- contestó con una sonrisa.
Se quedaron unos segundos en silencio.
-- Yo.. vi lo que pasó en la biblioteca. -- Dijo Sam, rompiendo el silencio. -- Quería disculparme, Kyler es mi..
-- Novio.. Tranquila. -- la interrumpió. -- Tu no tienes la culpa de lo que hace ese estúpido.
-- Gracias... --Contestó con una sonrisa.
-- Deberías terminar con el.. no es bueno para ti. -- Dijo Mai. -- Adiós Sammy.
Se fue, dejando a Sam con una gran sonrisa al escuchar ese apodo, así le decía cuando eran mejores amigas.
Se extrañaban mutuamente.
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Maia estaba en su habitación eligiendo que outfit podría usar, se decidió por unos jeans sueltos, un top negro y sus zapatillas blancas. Se hizo dos trenzas y se colocó una gorra negra.
-- Alta facha tiro. -- Dijo mirandose en el espejo, con una sonrisa.
Salió y caminó hasta la puerta de Migue. Tocó la puerta y está se abrió.
-- ¡Buenos Días, querida! -- Saludo rosa. -- ¿Buscas a Migue?
-- ¡Buenos Días! Si, lo vengo a buscar para ir juntos a la escuela.
-- Ahora lo llamo. -- Dijo. -- ¡Miggy, tu novia está aquí! -- Dijo haciendo que la chica se sonroje.
En ese momento el chico salió de su habitación.
<Tan lindo, como siempre.>
-- Adiós abue, te quiero. -- Dijo, mientras dejaba un beso en la mejilla de la señora y salió.
-- Yo también. -- Dijo y cerró la puerta.
-- Espera, debo hablar con el sensei.
Miguel se dirigió hacia la puerta del Señor Lawrence, tocó y de ahí salió el rubio.
-- Mamá dice que puedo volver al Karate.
-- ¿De verdad? -- Cuestionó Johnny, confundido.
-- Si.. Bueno, aún tenemos el dojo.
-- Solo por ahora. -- respondió y se acercó a los adolescentes. -- Debo saber si están listos para llevar las cosas al siguiente nivel.
-- Si, sensei. -- respondieron al mismo tiempo.
-- Te patearon el trasero porque no tenias defensa.. -- Johnny miró a Miguel. -Así que les enseñaré la mejor defensa posible. Y la mejor defensa es.. Mayor ataque.
M&M sonrieron, listos para el siguiente nivel.
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Durante las próximas semanas, Johnny puso a sus dos estudiante a hacer ejercicios para su defensa, de a poco lograban resistir más.
En este momento el sensei y Miguel luchaban, Maia los veía sentada.
Miguel pudo derribar al sensei con un barrido, pero como al señorito no le gustaba perder, activó la maquina de pelotas y una le dio en la oreja al adolescente.
-- ¿Que demonios? Eso fue injusto. -- se quejó Miguel.
-- ¿Quieres una pelea justa? Sigue soñando. Tus enemigos no seguirán las reglas.
-- Si, pero mi oído..
-- ¿Y si la pelota fuera el amigo de tu enemigo por detrás? Debes estar listo para lo que sea.
-- No seas una nenita Miggy. -- Bromeo la castaña y fue a ver el oído del chico. -- Ah no.. si se ve feo.
Johnny se acercó. -- No, esta bien. No seas un bebé..
La puerta se abrió y un grupo de señoras con ropa llamativa entró al dojo.
-- Hola.. Casi son las cinco en punto, se acerca el ocaso.
-- ¿Que sucede? -- cuestiono Miguel.
-- Tuve que alquilar el lugar hasta que tengamos más estudiantes.
Maia dejo escapar una risa al ver como ponían un cartel que decía:
"El amor está en el aire.."
Tali.
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