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El retorno del nuevo héroe (único capítulo)

Imprescindible ver primero el vídeo para adentrarse mejor en la trama.

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?: ¡No, no podemos hacerle esto! ¡Sería traicionarle! No podemos dejarle aquí con todos estos titanes.

?: ¡Cuidado, no te muevas mucho que estás herido! No hay nada que podamos hacer, no podemos arriesgarnos a perderte. Lo hecho, hecho está.

?: Pero si no lo hemos intentado. ¡Tengo que salvarle la vida! Déjame ser útil por una vez. ¡Yo sé que puedo enfrentarme a ellos, sé que puedo!

?: ¡¿Quieres hacer el favor de cerrar la boca por una maldita vez?! ¡Siempre tienes prisa por morir, pues entonces ocupa su lugar si tanto lo deseas!

?: ¡ARG!

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Una vez más los antiguos reclutas de la formación 104 regresan de su expedición más allá de los muros y la misión de rescate de Eren Jäeger con enormes bajas. No era algo que sorprendiera al público, ya que de por sí el Cuerpo de Exploración siempre tuvo una mala reputación. Y aunque hayan conseguido rescatar a Eren, no consiguieron rescatar a los demás camaradas ni compañeros.

Todos y cada uno de ellos conservaban las miradas sombrías, sin levantarlas del suelo, viendo sus botas pintadas de la sangre de sus compañeros los cuales jamás regresarán, nunca volverían a sus vidas, nunca volverán a pasar la noche juntos contándose historias y planes para el futuro. Caras que posiblemente sean olvidadas con el paso del tiempo, pero corazones que nunca se habrán sacrificado en vano.

Ninguno de ellos, de los antiguos reclutas, se imaginaba que irían a perder no sólo a un compañero ni a un soldado, si no a un verdadero amigo. ¿Qué será de ellos?

Conny: Aún no ha regresado con su caballo. ¿Creéis que habrá sobrevivido? Es difícil de creer, de tan sólo pensarlo yo... ─se lleva una mano a la frente.

Sasha: ¡Cállate, Conny! ─grita con una voz desgarradora que a cualquiera se le pondría los pelos de punta─. Yo sé que volverá, ¡porque confío en que lo hará! ─no pudo contener las lágrimas─. Sé que regresará, tiene que hacerlo.

Conny: No quiero ser pesimista, pero no puedo evitar no serlo en estos momentos. ¡¿Eres consciente que se arrojó contra todos esos bichos gigantes?! Es imposible que haya sobrevivido. Ni siquiera el Capitán Levi podría contra ellos, por mucho que lo quieran pintar como "El soldado más fuerte de la humanidad".

Ambos empezaron una discusión totalmente en vano, porque esos gritos, esos pequeños empujones, esas lágrimas más saladas que el propio océano que deseaban con locura conocer, no traerían de vuelta a su amiga/amigo. Finalmente tuvo que intervenir Jean para intentar calmar la situación y separarlos antes de que fuese a más. No quería que ninguno saliese más lastimado de lo que estaban.

Jean: ¡Ustedes dos, es suficiente! Déjense de tonterías y de gritaros el uno al otro, no cambiará nada y menos si queréis buscar a algún culpable, ¡porque no lo hay! ─los miró de reojo y se dio media vuelta para regresar a su habitación. Estaba claro que quería desahogarse, pero no en frente de ellos─.Maldigo el día en el que perdí a Marco, pero también maldigo este día por haberte perdido, (T/N).

Ninguno quiso cenar esa noche, ni siquiera hablar un poco para romper el hielo o para, por lo menos, intentar despejarse. Tampoco quisieron maldecir a esos traidores que pasaron con ellos tres años de duros entrenamientos. Aquellos los cuales habían forjado vínculos que parecían ser casi irrompibles. Nadie quería agotarse más de lo que ya estaba, no merecía la pena.
Incluso Ymir había decidido escaparse con ellos, con Bertholdt y Reiner, ¿por qué? Era lo que se preguntaba Christa. No, ella ya no se llamaba así. Su verdadero nombre era Historia, Historia Reiss. Quién diría que ella misma iba a ser la próxima heredera al trono y quien iba a destronar al falso rey que gobernaba sobre los tres muros.

***

Mientras tanto, otras cuatro personas discutían sobre el posible paradero de (T/N).

Hange: ¡Me niego a asimilar que hayamos perdido a uno de los nuestros así sin más! ─por alguna razón ella también se veía gravemente afectada─. Siempre ha trabajado codo con codo y ha sobrevivido en cada experimento, captura, misión... ¿Cómo es que desaprovechó su vida de esta manera?

Moblit: ¡Ma-Mayor Hange! Debemos respetar su decisión, aunque ésta hubiese sido sacrificar su vida para proteger a los demás ─sus labios comenzaron a temblar, incluso agachó la cabeza de la impotencia─. Creo que es evidente cuál ha sido su papel en esta expedición y misión de rescate de Jäeger.

Erwin: ─se mostraba inexpresivo, no quería sacar a la luz sus verdaderos sentimientos, no en momentos tan inestables como estos─. Mm, está claro que para todos nosotros esto ha sido un duro golpe, tanto para la Legión de Reconocimiento como para los antiguos reclutas de la formación 104 ─miró de reojo a Levi, parecía callado─. ¿Te gustaría compartir algo?

Levi: Tch, ¿qué quieres que comparta? ¿No te es suficiente tanto caos, Erwin? ─camina lentamente por el cuarto iluminado por varias velas─. No tengo duda que ese soldado ha muerto entregando su corazón al máximo ─se cruzó de brazos y apoyó su espalda en la pared. Agachó la mirada─. Sin embargo, y por alguna extraña razón, me hubiera gustado que hubiese regresado con vida.

Hange: ¿Ves? Si es que hasta el Capitán Levi admite que había algo en ese soldado que lo hacía único. ─se lleva ambas manos a la cabeza y se sienta bruscamente en una silla apoyando los codos.

Moblit: Mayor Hange...

Erwin: Fue un gran soldado, uno de los mejores hasta la fecha. Nos costará encontrar a otra/otro que pueda sustituirla/sustituirlo. ─se retiró el primero de la habitación, dejando a su equipo para que meditara la situación.

***

No fueron los únicos que maldijeron su pérdida, pues por otro lado estaba el trío E.M.A el cual estaba en lo más alto de los muros mirando el horizonte, esperando a ver si eran capaces de ver regresar al que una vez habían considerado su amigo. Aquel soldado que renunció a sus sueños para entregar su corazón, el que su muerte nunca sería en vano.

Armin: Deberíamos intentar descansar, está empezando a hacer frío y con esta oscuridad está claro que no llegaremos a ver nada. ─sus ojos azules estaban apagados. Ya no tenía la misma confianza como cuando la tuvo aquella vez defendiendo a Eren y a Mikasa de los soldados de la Tropa de Guarnición en el distrito de Trost.

Mikasa: Armin tiene razón, vamos a descansar. Y tú eres quien más lo necesita, pues sigues lesionado y las heridas están tardando más en sanarse. ─pero más lo estaba ella, varias costillas rotas. Gracias a Jean fue rescatada.

Eren: Si quieren vayan ustedes, yo me quedaré un rato más y leyendo su diario ─se queda mirándolo con la mirada perdida. Sin darse cuenta derramó una lágrima─. ¡Tch! Es el único recuerdo que tenemos de ella/él...

Mikasa: Eren... ─intentó acercarse a su hermanastro.

Eren: ¡No digas nada! ─se gira bruscamente hacia a ella y la enfrenta─. Nada de esto hubiera pasado si me hubieses dejado ir tras ellos. ¡Aún tenía fuerzas para transformarme! Podría haberle salvado la vida ─apretó con fuerza sus manos─. ¡¿Cuándo se te va a meter en la cabeza que ya no soy tu hermano pequeño?! ¡Ni siquiera tu hijo! De haber sido así jamás te hubiese ayudado aquella vez, ¡y ni te habría dado mi bufanda! ─se refería cuando eran pequeños y Mikasa se había quedado huérfana.

Armin: ¡Ya basta, Eren! ─le miró con el ceño fruncido y apretando la mandíbula─. ¡Pídele disculpas a Mikasa, ahora mismo! Si no fuese por su preocupación por ti estarías igual que nuestra amiga/nuestro amigo, ¡MUERTO!

Mikasa: ─guardó silencio. Sólo pudo apretar la bufanda, olerla, cerrar los ojos y volver a cuando eran pequeños y no había nada de lo que poder preocuparse.

Eren: ¡¿Estás de su parte?! Pues bien, ¡haced lo que queráis! Si hace falta cogeré en la madrugada un caballo para ir en su búsqueda. ─se marchó primero y eso que había dicho que se quedaría un rato más para leer tu diario.

Armin: ¡Eren!

Mikasa: Déjalo, Armin.

***

"Lucha... ¡Lucha! ¡Tienes que luchar! ¡Si no luchas morirás, pero si luchas vencerás! ¡No puedes rendirte!"

"¡LUCHA!"

Me desperté de golpe, una fuerte sacudida en el cuerpo hizo que me sentara en la hierba la cual contenía marcas por las pisadas de los titanes.
Miré a mí alrededor, todo estaba tranquilo, demasiado diría yo. Nada hacia el este, nada hacia el oeste y a lo lejos el próximo muro más cercano que era el Muro Rose.

Intenté levantarme a la primera y un inmenso dolor invadió mi cuerpo, era como si un caballo me aplastara completamente el cuerpo. Era un dolor que podría provocarme otro desmayo. Pegué un grito desgarrador.

Terminé por quedarme un rato en el suelo recuperando el aliento que había malgastado. Lo mejor era pensar con la cabeza fría, por lo menos intentarlo.

(T/N): Maldición, necesito un caballo pero, ¿habrá alguno? ─intentaste visualizar alguno a lo lejos, gracias a tu determinada precisión para observar detalles a pequeña escala, pero fue en vano─. Ni uno.

Entré en pánico, un pequeño ataque de ansiedad lo llamaría. Me llevé una mano al pecho, a la altura de mi corazón e iba galopando. Un poco más y explotaba de tanto palpitar, pero tenía que aprovechar esa adrenalina, así que reuní todas mis fuerzas y me levanté como pude. Aun retorciéndome del dolor y poniendo caras que ni yo sabía que podía poner, lo pude conseguir.
Unos pasos más adelante se encontraba mi equipo de maniobras tridimensional estropeado, a primera vista. También vi una de mis hojas enterrada en el suelo y justo encima mi capa con "Las alas de la libertad". Y entonces fue cuando me pregunté, ¿de verdad había sobrevivido o sólo era fruto de mi imaginación y realmente estaba en mis últimos minutos de vida?

(T/N): ─desenterraste la hoja de la tierra y la observaste con detenimiento─. Está desgastada, pero aún puede servir. Puede que no para cortar como yo quiero, pero algo es algo. ─seguido de eso cogiste tu capa y te la pusiste. Una familiar sensación recorrió todo tu cuerpo.

Empecé a caminar con rumbo al Muro Rose. ¿De verdad estaba dispuesta/dispuesto a caminar tantos pasos? Moriría en el intento. No sabía cuánto tiempo podría llevarme, puede que días o incluso una semana si era consciente de la situación en la que estaba y sobre todo de mi condición. Además que no tenía agua ni comida, ¿cómo iba a sobrevivir? Si tan sólo alguno de ellos diese la alarma de salir en mi búsqueda... ¿Alguno habrá notado mi ausencia o sólo me recordarán como un soldado más que entregó su vida para proteger a la humanidad que habitaba dentro de los muros? Sobre todo mis amigos, mis amigos de la formación 104. Todos ellos, ¿les habré llegado a importar? Aunque sea un poco.

(T/N): Pero qué estoy diciendo, está claro que ya me habrán dado por muerta/muerto. Además, creo que me he quedado sin bengalas de humo ─te pones a buscar entre la hierba─. Nada, ¡no hay nada! Dios, moriré aquí de hambre, deshidratada/deshidratado... Nadie me recordará, nadie vendrá en mi búsqueda ─te llevas ambas manos a la cabeza─. Claro, ¿quién en su sano juicio iría a buscar a un soldado fuera de los muros? No lo han hecho con los demás y me creo que lo harán conmigo.

Estuve un buen rato dándole vueltas a cómo iba a morir. A lo mejor me encontraba con un titán y me devoraba, moriría de inanición, puede que hasta con el calor del día o el frío de la noche. Había muchas maneras de morir y no sabía cuál sería la mía.
Revisé el equipo, me lo coloqué para ver si los ganchos funcionaban aunque sería completamente inútil estando en un terreno llano y encima sin gas.

(T/N): Lo que me temía, ni gas, ni cuchillas, ni nada. Maldita sea, estoy sentenciada/sentenciado a muerte ─lo más probable es que lo hubieses agotado todo mientras luchabas─. Está bien, de igual forma me lo llevo para guardar las cuchillas desgastadas.

No esperé más. Me mentalicé que tenía pocas posibilidades de sobrevivir, sólo era cuestión de tiempo.

***

El sol no tardó en asomarse para dar comienzo a un nuevo día, pero sin esperanza alguna o apenas las pocas que les quedaban a los pobres soldados.
No era la primera vez que la Legión de Reconocimiento detenía sus expediciones más allá de los muros debido a la falta de personal, pero para los antiguos reclutas de la formación 104 era un penoso día. Nadie se había levantado de buen humor, si es que alguna vez se habían levantado así.

Eren fue el único que mantuvo su promesa en mente de coger un caballo y salir a buscar a su amiga/amigo, aquel que también vio con sus propios ojos aquel infierno en el distrito de Shiganshina. Quería recuperar su tierra natal juntos, los cuatro. Armin, Mikasa, (T/N) y él.

Mikasa: ─se mantuvo en silencio, como todos los demás. De vez en cuando miraba de reojo.

Armin: ─la miró por el rabillo del ojo, preocupado por ella y por lo que tenía que decirle─. Mikasa... Tengo que contarte una cosa. ─pero fue interrumpido por la chica.

Mikasa: ─lo miró e intentó disimular su malestar con una cálida sonrisa que a cualquiera podría tranquilizarle─. Estoy bien, Armin. No tienes de qué preocuparte.

Armin: No, no lo decía por eso. Quiero decir, sí, pero hay un problema aún mayor y es que... Eren no aparece por ningún lado ─finalmente hace contacto visual con la chica, creo que hablaba en serio sobre lo de ayer.

Mikasa: ─levantó la cabeza, como si le hubiesen pegado un tiro. Con ojos aterrados sujeta al rubio por los hombros y lo sacude. ¡¿A dónde ha ido?! ¡¿Te lo ha dicho!? ¡¿Por qué no me has avisado para detenerlo!?

Armin: ¡Mikasa, pretendía decírtelo, pero!...

El grito de la asiática despertó a todo el mundo de su burbuja, fue como despertar de un sueño o de una pesadilla.
Todos la miraron asombrados y no entendían la situación.
Jean fue el primero en acercarse e intentar separarlos, ya que temía que alguno de ellos saliese herido. Conny y Sasha se quedaron justo detrás de él por si necesitaba ayuda e Historia simplemente se quedó con los ojos abiertos mirando lo que pasaba.

Jean: ¡Mikasa, suéltalo! ¡Ya es suficiente! ─la sujetó con cuidado de no hacerle daño en las costillas y de milagro pudo apartarla del rubio. Estaba atónito con su reacción─. ¿Se puede saber qué les pasa?

Sasha: Qué miedo da Ackerman, nadie me lo puede negar... Parecía una bestia despedazando a su presa. ─se esconde en la espalda de Conny y observa desde ahí.

Conny: ¡Sasha, tus comentarios no son de mucha ayuda! ─le da un codazo y la mira con el ceño fruncido, pero en el fondo también sentía lo mismo: Mikasa daba miedo a su manera.

Historia: ─finalmente sale a intervenir y se coloca en medio de sus amigos, aunque la discusión ya había terminado, pero su lado empático no había desaparecido del todo─. Ahora que los dos están separados gracias a Jean, ¿nos dirás a qué vino ese grito, Mikasa? Y tú, Armin, ¿qué le has contado de Eren?

Mikasa: ¿Cómo sabes que es sobre Eren? ─estaba descontrolada. Cualquier cosa relacionada con él la ponía histérica─. De todas formas no deberíamos perder el tiempo, tenemos que salir a buscarlo de inmediato o si no...

Historia: ¡Mikasa! ─dio un golpe seco en la mesa─. Es evidente que es por él, si no no te hubieses puesto de esta manera y tú misma lo sabes, y eres consciente de ello. Además que Eren es el único que no está aquí. ─mira a su alrededor sin perder la determinación en sus ojos.

Sasha: ¿Eh? ¡Oh, Christa... Digo, Historia tiene razón! ─miraba a todos lados. Eren es el único que falta en la mesa, ¿a dónde habrá ido? ─empezó a sacudir a Conny desesperadamente.

Conny: ¿Cómo no os habéis podido dar cuenta de ello antes? A veces me planteo si tenéis el mismo intelecto que yo ─realmente era el menos inteligente de todos ellos─. Armin, tú has sido el primero en darse cuenta y tenías pensado contárselo a ella. ¿Tienes idea de a dónde ha podido ir?

Armin: ─asiente con un fuerte suspiro. Ayer nos dijo a Mikasa y a mí que tenía pensado coger un caballo en la madrugada y marcharse fuera del muro a buscar a...

Jean, Conny, Sasha e Historia: ¿A?... ─dijeron los cuatro al unísono esperando con impaciencia la respuesta del rubio.

Armin: A (T/N).

Conny: ¡¿Qué!? Pero, ¡pero eso sería una misión suicida! ─se aguanta la cabeza con ambas manos mientras caminaba en círculos.

Jean: Tch, ¿qué te esperabas de él? Si tiene prisa por morir. ─aunque en el fondo también estaba preocupado por la situación y más sabiendo que tienen idolatrado a Eren diciendo que era la única esperanza para la humanidad.

Sasha: ¿Y qué deberíamos hacer? ¿Salir nosotros seis como si nada a buscarlos?

Conny: ¡¿Pero tú estás mal de la cabeza o qué!? Yo no pienso salir a buscarlos. Lo siento mucho. Fueron unos buenos compañeros y amigos para mí, pero no pienso jugarme la vida.

Mikasa: Iré yo misma a por ellos ─finalmente tiene el turno de palabra─. Sois todos unos cobardes. Podéis quedaros aquí a chuparos el dedo como bebés, pero yo por lo menos pienso intentarlo y me dará igual morir en el intento. ─se levanta y se va corriendo a prepararse y a coger un caballo.

Armin: ¡Mikasa!

Jean: ─intentó detener a Armin, pero fue en vano. Había salido corriendo tras ella─. No me puedo creer que la chica que me gusta me haya convencido para salir a buscar a un mocoso impulsivo con tendencias suicidas. ¡De esta no te librarás, Eren Jäeger!

Conny: Espera, ¿de verdad vamos a ir? Pero si ni siquiera tenemos el permiso de nuestros superiores para hacer este tipo de excursiones. ¡Nos meteremos en graves problemas con la Policía Militar! ─quería retroceder y volver a sentarse en la mesa, pero Sasha lo empujó para salir─. ¡Oye!

Sasha: Somos un equipo, no podemos abandonar a nuestros camaradas en una misión. ¡Vamos, chicos! ─se llevó a Conny a caballito para ir a prepararse─. ¡Si vamos a morir que sea todos juntos! ─lo gritó entre lágrimas.

Historia: ─sonrió con cierta nostalgia, verlos con ese humor le trajo buenos recuerdos junto con Ymir─. Será mejor que vayamos a prepararnos.

Jean: Historia...

***

Llevaba caminando horas, tanto que el sol empezó a aparecer y pudo acariciar con sus rayos solares mi cara llena de heridas.

Sentí una cálida sensación, era agradable, pero no por mucho tiempo. Me volví a sentir como si tuviese un corazón nuevo, como una segunda oportunidad. No sabía realmente qué era esta sensación, ¿una corazonada? No, ¿de qué sería si fuese así? Estaba entrando en un delirio, puede que provocado por el hambre o la sed que empecé a tener.

(T/N): Necesito parar, sólo un poquito... ─te apoyaste en un pequeño árbol, el más cercano, pero seguías estando en peligro y detenerte no era una buena opción─. Voy a morir, voy a morir... No no, no puedo morir. No debo morir, pero tengo hambre, tengo sed. ─te reías de la impotencia.

Eché mis cabellos hacia atrás, despejando mi mente e intentando pensar con la cabeza fría. Tenía que intentar no dejarme llevar por la desesperación y la cólera, si no terminaría volviéndome loca/loco y moriría antes de lo previsto.
Era difícil, pero no tenía otra opción.

(T/N): Sólo me queda rezarle a Dios... ¡Ah, si ni siquiera soy creyente! Es absurdo, ¡soy absurda/absurdo! ─empezaste a mal decirte mientras ibas de camino al muro. Si tan sólo alguno de ellos... ¡Pero bueno, quítate esa idea de la cabeza (T/N)! Es ilógico, ¡es estúpido que pienses de esta manera! Además de ser egoísta.

Reanudé mi "viaje" hacia el Muro Rose, pero era evidente para mí que moriría tarde o temprano. Ya estaba empezando a cansarme, me faltaba el aire, hasta me mareaba a cada paso que daba.
Mataría por comerme un buen trozo de carne o beberme un río.
En estos momentos deseaba tener a mano, aunque sea, una bengala de humo, me daba igual el color. Sólo quería avisarles de que estaba aquí, ¡que seguía viva/vivo!

(T/N): Ayuda, ayúdenme por favor... ─tu visión cada vez se nublaba más y más hasta que llegaste a tu límite─. No puedo más. ─te desplomaste en el suelo.

Me derrumbé otra vez. La suerte no estaba de mi parte, había tocado fondo. Ni siquiera la segunda oportunidad que se me había otorgado la supe aprovechar o no la usé como era debido.
No recuerdo cuántas horas había estado tirada/tirado en el suelo, ni tampoco llegué a saber si venía algún titán ya que no podía escucharlo, ni sus pisadas a lo lejos.
Mi mente empezó a imaginarse escenas con mis compañeros, con mis amigos. Veía a todos y cada uno de ellos, incluso estaban Bertholdt, Reiner y Annie. Hasta estaban Ymir, Marcos, Thomas, Mina y Daz. Estaban todos. Todos juntos hablando en la mesa, la mayoría. Podía verlos a todos con sonrisas dibujadas en sus caras, cada uno hablando de cualquier tema pero... Me detuve en la conversación de Reiner y Bertholdt, ¿de qué estaban hablando?

(ESCENA IMAGINARIA)

Bertholdt: Reiner, ¿estás seguro que deberíamos contarle a Eren lo sucedido? No creo que sea buena idea, sería desviarnos del plan de Zeke.

Reiner: Sólo quiero regresar a nuestro hogar, estoy cansado de tener que fingir todo el rato. Somos guerreros, no soldados. Ya va siendo hora de cumplir con nuestra misión y ponerle fin a todo esto.

Bertholdt: Reiner...

En ese momento se acerca Ymir para intervenir, tan entrometida como siempre. Pasó su brazo por encima de Reiner, ya que Bertholdt era muy alto para ella.

Ymir: Ey, ustedes dos, ¿de qué hablaban? Estáis aquí apartaditos de los demás, ¿acaso estabais coqueteando entre ustedes?

Reiner: ¡¿De qué hablas, Ymir?! Lo que estemos hablando no es asunto tuyo.

Ymir: Vale, vale, machito. Ya me voy, mi querida Historia me está esperando.

Reiner: ¡Tch! ─eso le había molestado─. Pero será guarra...

Bertholdt: Déjalo, Reiner. ─suspira mientras niega con la cabeza y con el ceño fruncido, pero por la misma preocupación.

(FIN DE LA ESCENA IMAGINARIA)

Qué clase de sensación era esta, qué es esto, ¿por qué siento mi pecho arder? Como si una tormenta de fuego abundara en él. ¿Por qué me he imaginado eso? Ellos dos hablando sobre titanes, que Bertholdt era el titán colosal y Reiner el titán acorazado. Entonces, ¿a esto se le llama sed de venganza? ¿Esto es lo que siente Eren? Porque si es así, ahora mismo, esto es lo único que me impulsa a seguir adelante.

(T/N): ─abriste un ojo de golpe y pudiste recibir la luz del exterior─. Reiner, Bertholdt... ─poco a poco te fuiste levantando, otra vez─. Os encontraré... ─aun estando aturdida/aturdido, no te detuviste. Ese impulso fue lo único que te hizo mantenerte en pie─. Y cuando lo haga, ¡pagaréis por todo lo que habéis provocado!

Iba a volver a mi tierra natal, lo haría cueste lo que cueste.

***

Por otra parte, Eren no hablaba en broma cuando dijo que iba a coger un caballo e ir a buscar a (T/N). Realmente se lo propuso y se las ingenió para salir sin ser visto, aunque más tarde se dio la alarma de la desaparición del muchacho.

Eren: ─iba galopando lo más rápido que podía. Tanto que el pobre caballo no podía ir más rápido. Vamos, tienes que estar por aquí... Recuerdo que fue por esta zona, ¡lo presiento! ─tenía mil ojos en la cara en estos momentos.

***

Mientras tanto, los demás soldados se prepararon para salir. Tuvieron que hablar con el comandante Erwin, el capitán Levi y la Mayor Hange. Cuando recibieron tal noticia ninguno se lo llegó a esperar, ¿hasta qué punto había llegado Eren? ¿Tan importante era (T/N) para él? Pues claro que lo era, lo fue y lo sigue siendo para todos ellos.

Levi: ¿Me estáis diciendo que ese mocoso ha salido sin la supervisión de sus superiores? ─hablaba con el ceño fruncido y con su típica mirada asesina.

Armin: ¡Sí, señor!

Levi: ─entrecerró sus ojos y gruñó un poco. Era evidente que estaba mosqueado con el moreno. Iré con ustedes. Y será mejor, Mikasa, que no te interpongas en mi camino como la anterior vez ─se refería a aquella vez cuando Annie secuestró a Eren en el bosque─. Yo me encargaré de Eren y (T/N), mientras que los demás estaréis pendientes por si viene algún titán. ¿Entendido?

Todos ellos: ¡De acuerdo! ─dijeron en alto y haciendo el saludo.

Mikasa: ─tuvo que morderse la lengua ante el comentario del enano ya que era cierto lo que había dicho: casi fallaron en rescatar a Eren por su imprudencia.

Armin: ─pudo sentir lo que reprimía, así que le puso la mano en su hombro─. Traeremos de vuelta a Eren una vez más, y esta vez será junto con (T/N).

Mikasa: Sí. ─le dedicó una pequeña sonrisa al rubio.

Erwin: Te dejo al mando por esta vez Levi, tengan mucho cuidado allí fuera ─miró a todos y a cada uno de ellos─. No iréis a dar un paseo, iréis a rescatar a dos soldados si es que aún siguen con vida. Tendréis que trabajar en equipo, coordínense como es debido y estén atentos ante cualquier peligro. ─su mirada transmitía seguridad, no vacilaba en sus palabras.

De tan sólo pensarlo a más de uno se le revolvía el estómago. No irían acompañados con los demás soldados para evitar más pérdidas, serían un único escuadrón y al parecer uno nuevo.
Y así es como fueron a entregar una vez más sus corazones. Las puertas fueron abiertas para ellos y salieron pegando gritos, quién sabe si iban a ser los últimos que podrían gritar al aire antes de que un titán se los llevara. Mientras, la gente salía a ver qué pasaba o asomaban sus cabezas por las ventanas. Se preguntaban por qué un grupo tan pequeño saldría fuera de los muros, ¿qué tenían en mente?

Levi: ¡Nada de separarse, iremos todos juntos ya que somos un grupo muy reducido! ─mira hacia los lados para verles a todos─. ¡Sólo nos centraremos en buscarlos, si aparece un titán evitaremos el combate lo máximo posible! ¡¿Entendido?!

Todos ellos: ¡Sí, capitán!

Fueron cabalgando como bien había dicho el Capitán Levi.

***

Eren aún seguía buscando sin parar, no iba a rendirse tan fácilmente. Era demasiado pronto para hacerlo. Mientras buscaba se ponía a recordar todos esos recuerdos que tuvo con ella/él. La de veces que le había ayudado y acompañado a las misiones propuestas por la Mayor Hange, la loca de los titanes. También cuando le había animado a seguir en pie y cumplir con uno de sus mayores deseos, conocer el mar. Pero él se había propuesto otra meta, una nueva y era que iría a ver el mundo con (T/N) y con sus demás compañeros.

Eren: ─cabalgaba a toda velocidad, sus cabellos eran peinados por el viento y su equipo de maniobras tridimensional hacía un ruido casi ensordecedor─.Vamos (T/N), vamos, venga.

Escuché mi nombre o eso me había parecido. Miré a mí alrededor y en todas las direcciones. Luego me acordé de una "técnica" que solía hacer Sasha y que me había enseñado para sobrevivir en casos muy extremos y puntos críticos: ponerse de rodillas y pegar la oreja en el suelo. Me daba igual ensuciarme la cara de barro, mi vida era más importante que la suciedad en estos momentos. Lo hice por si era capaz de escuchar algo, pisadas o... ¿Un caballo galopando a toda velocidad?
Levanté la cabeza de golpe, un subidón de adrenalina invadió mi cuerpo y mi corazón empezó a galopar al igual que el caballo que había escuchado.

(T/N): ─empezaste a correr, tus piernas se movieron inconscientemente. Corriste en línea recta a ver si alcanzabas a ver al caballo─. ¡Aquí, estoy aquí! ─sacaste una de tus hojas y la levantaste en alto. Empezaste a zarandearla a los lados─.A lo mejor así me ve.

Eren: ─llegó a escuchar tu grito y salió de su burbuja de pensamientos─. ¡¿(T/N)!? ─te vio, te alcanzó a ver a lo lejos─. No me lo puedo creer... ─vio la espada zarandeándose mientras una figura humana corría en su misma dirección.

(T/N): ¡Eren, por aquí! ─rompes en un fuerte llanto cuando lo ves. Por el camino te llegaste a tropezar, pero nada ni nadie te impidió volver a levantarte y seguir corriendo.

Eren: ¡(T/N)! ─corrió en tu dirección con una gran sonrisa dibujada en sus labios.

A medida que se iba acercando a (T/N) iba reduciendo el paso. Llegó hasta ella/él, se bajó del caballo y le dio un fuerte abrazo, uno cálido y reconfortante. Ninguno de los dos se esperaba volver a verse las caras.

Eren: (T/N), Dios... Estás viva/vivo, no me lo puedo creer ─te miró a los ojos y te dijo que tenían que salir lo más rápido posible de aquí, ya que se podrían encontrar con titanes cerca─. Luego tendremos tiempo de hablar, te tengo que contar muchas cosas.

(T/N): Sí, tienes razón. ¡No es momento de ponernos emotivos y menos aquí! ─se subieron al caballo y dieron media vuelta para irse al Muro Rose─. Muchas gracias, Eren, te debo la vida. Es como si me hubieses dado una oportunidad más para seguir existiendo.

Eren: No tienes que agradecérmelo, sé que habrías hecho lo mismo por mí o por los demás ─giró su cabeza para mirarte a los ojos con determinación. Además, lo más probable es que hayan salido a buscarnos junto con el Capitán Levi. Así que tranquila/tranquilo, ya estás a salvo. Te llevaremos a casa y estarás a salvo de este mundo.

(T/N): Eren...

De regreso al muro, Eren y (T/N) se encontraron con el otro escuadrón dirigido por Levi. Todos, incluido el Capitán, se llevaron una gran e impactante sorpresa al ver que el moreno llevaba consigo a su amigo con vida, aunque con graves lesiones y al borde del colapso. Mikasa no pudo contener las lágrimas al ver de nuevo a su única familia con vida y esta vez con una de sus mejores amigas/uno de sus mejores amigos en su espalda.

Cuando llegaron al distrito, Jäeger recibió un duro castigo por parte de la Legión de Reconocimiento, aunque lo mantuvieron en secreto para que la Policía Militar no se enterase de lo sucedido. Pero, aunque hayan expuesto sus vidas ante el peligro de una muerte segura, consiguieron rescatar una vez más a Eren sano y salvo y esta vez con un gran soldado que marcó un antes y un después. Ese honorable soldado era (T/N y T/A).

.
.
.

(T/N): ─estabas perdida/perdido en tus pensamientos, completamente. Tanto que tus ojos se habían cerrado y habías caído en un largo y profundo sueño, hasta que por fin alguien te despertó─. Ah...

Eren: Oye, ¿te encuentras bien? ─se agacha preocupado─. Te habías quedado dormida/dormido. Parece ser que caíste en un sueño bastante profundo. ─comenta mientras te dedica una leve sonrisa apenas visible.

Sasha: Tendrías que haberle visto la cara, ¡estaba hasta llorando y ponía expresiones muy raras! ─te señala como una niña pequeña.

Conny: ¡No te burles o si no te tiro al agua y te ahogo! Seguramente tuvo una pesadilla ─se acerca unos pasos para ver cómo te encontrabas─. ¿Te duele mucho la cabeza?

Jean: ─hizo lo mismo y se acercó. Te ayudó a levantarte─. Vamos a la orilla, te mojarás un poco la cara para que te despejes... Todos estamos cansados del viaje, es normal que más de uno esté en su límite, Sasha. ─mira a la chica patata con mal genio.

(T/N): Un momento, ¿dijiste el mar? ─abres tus ojos como platos.

Jean: Sí, ¿no era así como se llamaba? ¿O era océano? Ah, nunca supe la diferencia. ─se encoge de hombros.

Armin: ─se une al grupo y sonríe ampliamente al verte despierta/despierto─. ¡Ah, menos mal! Pensábamos que nunca despertarías. ¿Cómo te encuentras?

(T/N): Yo... ─empezaste a hablar con cierta dificultad, así que Jean te ayudó en ese momento.

Jean: Se acaba de despertar, tan sólo mírala/mírale. Iré con ella/él para que se refresque ─te lleva a la orilla y con cuidado se sientan─. Mira, primero te remangas los pantalones y luego haces lo mismo con la camiseta. Así, fíjate en cómo lo hago.

No recuerdo haberme quedado dormida/dormido, ¿por qué habré soñado con eso? Sí que es cierto que me rescataron de aquel infierno aquella vez, pero nunca llegué a pensar que volvería a pasar por ello a través de un sueño, una pesadilla.

(T/N): ¿Lo hemos conseguido? ─dices en un susurro y mirando la arena mojada que empezaba a cubrir tus pies.

Hice lo mismo que Jean, me remangué los pantalones y también las mangas de la camisa. Luego nos pusimos en pie y nos metimos al agua, estaba helada. Seguido de eso cogí un poco de agua con mis manos y me la bebí de un trago, ¡estaba salada, tanto que tuve que escupirla! La boca me ardía, pero gracias a eso solté una fuerte carcajada cargada de adrenalina.
Empecé a jugar tanto con la arena como con el agua, como si fuese una niña pequeña/un niño pequeño; era tan cristalina, podía ver mis pies, todo lo que había. Se apuntaron Conny y Sasha y empezamos a jugar los cuatro juntos; hacía tiempo que no me reía tanto. ¿Cuándo habrá sido la última vez? Eso no importaba ahora, lo que importaba era que seguíamos vivos y habíamos cumplido uno de nuestros mayores sueños que era conocer el mar.

Levi: ¡Oi, Hange! Ni se te ocurra probar eso, puede estar envenenada... ─no se había quitado ni las botas para probar, aunque sea, la arena. Le daba repelús─. Tch, a saber si esa agua está limpia.

Hange: ─pasa olímpicamente de él y le da un buen sorbo─. ¡Puag, estas aguas contienen un montón de sal! ¡Ten, Levi, prueba un poco! ─se ríe como una maniática─. Capaz esto sirva para que tus tés sepan mejor, ¿no?

Levi: Ni se te ocurra ponerle eso a mis tés. Además que ni sabes hacerlos. ─la miró con su cara de pocos amigos, la de siempre.

Eren: ─se metió al agua dando unos pasos más hasta que estuviese por debajo de sus rodillas. Seguido de eso levantó su brazo izquierdo y apuntó con su dedo índice el horizonte. Allí, más allá de este inmenso océano, está el enemigo. Si lo derrotamos, ¿llegaremos a ser libres de verdad?

Mikasa: ─miró en la dirección que apuntaba el muchacho, mientras sujetaba las botas de su uniforme. Oh, Eren... ─luego enfocó su mirada en él.

Armin: ─se quedó mirándolo junto con Mikasa, mientras sostenía entre sus manos una caracola marina que había encontrado por ahí.

Llegué a escuchar lo que había dicho el chiquillo y me giré para mirarlo, creo que todos nos habíamos girado a verle luego de haber dicho semejantes palabras. Pero había algo que me preocupaba de él, había cambiado mucho: su pelo, su voz, su mirada ya no tenía vida, sus ojos ya no tenían ese brillo que desprendía como aquellas veces. Pareciese como si el tiempo lo hubiese consumido.

(T/N): El tiempo nos lo dirá, pero estaremos unidos ─dijiste mientras apoyabas tu mano en el hombro del contrario─. Hay que luchar por nuestra libertad, cueste lo que cueste. Tenemos que ponerle fin a todo este infierno, ¿verdad? ─miraste a los demás integrantes del grupo.

Todos menos Eren: ¡SÍ!

Eren: Chicos... ─asombrado por la determinación que transmitía cada soldado, no pudo reprimir una pequeña sonrisa que poco a poco se fue dibujando en sus labios.

Quién diría que esto sólo era el comienzo de lo que llegaría a ser una futura guerra entre dos mundos.

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