Habían transcurrido dos semanas desde que Jimin se había confesado a Yoongi y aunque parecía que no habían avanzado realmente nada en su relación, pasaban muchísimo tiempo juntos, tanto que incluso su grupo de amigos comenzaba a volverse uno solo, y a eso Jimin lo consideraba un buen avance.

Jimin iba hasta el edificio de Leyes para pasar el rato con Yoongi cuando tenía horas libres, al principio Yoongi le decía que no tenía que ir y estar ahí, que con sólo un mensaje de texto era suficiente para interactuar, pero eso por supuesto no detuvo a Jimin, por lo que Yoongi terminó aceptando las visitas del menor y actualmente, se podría decir que Yoongi esperaba siempre a Jimin en el mismo sitio.

Ahora estaban yendo a comer todos juntos, las cuatro de la tarde era una hora muerta que ambos grupos tenían en común por lo que habían acordado juntarse e ir a un restaurante. Jimin tomó el asiento junto a Yoongi y se preocupó por asegurarse que Min pidiera su comida y se alimentara adecuadamente. Todos los demás presentes en la mesa miraban con ternura a la pareja que de a poco iba conectando cada vez más.

—Entonces, Seunghyub y yo nos vamos primero —anuncia Jin luego de reposar la comida.

Yoongi asiente, sabiendo que aquellos dos tenían un compromiso en el club de Seunghyub. Hweseung y Dongsung también anunciaron su partida pues ambos querían ir a comprar un libro, Wheein dijo que debía ir a ver a una amiga antes de clase y también se marchó.

—Hora de irnos Jimin —le dice Taehyung, poniéndose de pie.

Jungkook mensajea en su teléfono con su novia mientras Taehyung le golpea la espalda para que también se apure a levantarse. Jimin asiente y estira sus brazos antes de levantarse.

—Espera —le detiene Yoongi, tomándolo de la muñeca antes de que diera el siguente paso.

Los tres menores se vuelven a mirarlo, esperando a que dijera algo.

—Pueden irse ustedes dos, yo acompañaré a Jimin de vuelta a la facultad.

Los ojos de Jimin se abrieron con sorpresa y la mandíbula de Taehyung cayó al piso, Jungkook volvió a su teléfono.

—Andando —dice Yoongi, sin soltar la muñeca de Jimin, llevándolo con él hacia la salida del restaurante.

Jimin tomó a prisa su mochila y caminó a la par de Yoongi, muy a penas sacudiendo su mano para despedirse de su amigo.

Una vez en la acera, Yoongi liberó a Jimin, éste lucía una bonita sonrisa en sus labios, mirando embobado a Yoongi.

—¿A dónde vamos, hyung?

—Es una sorpresa —fue lo único que dijo, tomando la delantera.

Jimin lo siguió un par de pasos atrás, admirando su preciosa silueta de hombros anchos y cintura pequeña. No tenía idea de a dónde se dirigían pero él estaba feliz de seguirlo, confiaba en Yoongi así que lo siguió sin rechistar.

Yoongi se detuvo frente a una pastelería, le sonrió ligeramente a Jimin y con un movimiento torpe de manos le indicó que entrara. Un atisbo de emoción y ternura invadieron a Jimin cuando notó lo tímido que Yoongi se puso al entrar tras él al bonito local.

—Esta es mi pastelería favorita, jamás se lo había dicho a nadie. Sólo mis padres lo saben —confesó, haciendo que Jimin dejara de observar la decoración del lugar y se girara a mirarlo a los ojos.

—¿Querías mostrarme este lugar? —preguntó el castañito, con brillo en sus ojos.

—Además de eso, quiero que pruebes algo de aquí. Escoge lo que quieras, lo pagaré por ti, en agradecimiento a lo que has hecho por mí en este último tiempo.

Jimin se mordió el labio inferior tratando de contener su emoción. Sentía que cada segundo se enamoraba más de Yoongi y más feliz lo hacía el hecho de ver que él estaba dando de su parte también.

—Entonces, ¿puedo escoger cualquier pastelito?

Yoongi asintió, regalándole una suave sonrisa. Jimin asintió de vuelta y sin moverse de su lugar, miró alrededor, observando las diferentes vitrinas con lindos postres que lucían totalmente apetitosos.

—Quiero... —alzó su dedo índice derecho, vacilando mientras extendía la última letra y mirando aún alrededor, hasta que su vista se detuvo en el rostro de Yoongi y su dedito lo apuntó también—. Este pastelito.

Yoongi alzó las cejas ante sus palabras e inmediatamente sus mejillas comenzaron a colorarse de rosado. Jimin sonrió feliz y sus ojos se volvieron medias lunas, Yoongi apartó la vista y se aclaró la garganta.

—¿Seguro que no lo tienes ya?

La pregunta hizo pasmar a Jimin y Yoongi quiso cortar el rollo agregando: —Escoge uno rápido, debemos volver a la universidad.

Jimin sonrió nuevamente, su corazón sintiéndose cálido y emocionado. Se giró hacia los mostradores y seleccionó una rebanada de flan horneado, decorado con caramelo y dos pedacitos de fresas. Yoongi pagó como prometió y luego de eso, ambos salieron del local, dirigiéndose hacia la universidad a paso tranquilo y cómodo.

Jimin iba tomando pequeños trocitos del flan y lo adulaba a cada bocado, haciendo que Yoongi sonriera satisfecho con su tarea.

—Te dije que todo es bueno ahí.

—Mm —Jimin asiente, tragando el pedacito que tenía en la boca. Tomó un poco con la cucharita y la acercó a los labios de Min, mirándolo con ojitos de cachorro. Min, poniéndose rojo de nuevo, abrió la boca aceptando el bocado, permitiendo que Jimin ingresara la cucharita y dejara el pedacito de flan en su lengua.

Era un sabor dulce, con textura suave y esponjosa. Totalmente delicioso y adictivo. Nadie podía resistirse a un sabor tan exquisito como el de aquel postre.

Los ojos de Yoongi viajaron disimuladamente a los labios de Jimin y por su mente pasó un extraño pensamiento sobre que quizá los bonitos labios del menor no eran tan diferentes al delicioso flan que habían probado, e incluso creyó que podían saber mejor.