𝐗
┃ S O C I A L M E D I A
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┃ O M N I S C I E N T E
Separarse de su amigo no había sido el mejor plan de Taehyung, pero la embriaguez de la tienda lo tenía adormecido y sentía que nada importaba realmente. Quería paz, un momento de soledad y vacío que solo se conseguía al realizar malas decisiones.
Era verdad, estaba nervioso, no por la razón que profesaban sus amigos ya que el atisbo de inseguridad era pequeño comparado con el miedo a lo desconocido.
Finalmente conocería al chico por el cual suspiró tanto tiempo, podría verlo y convivir en el mismo espacio, ¡él realmente estaría ahí!
Reconocía que muchos en su lugar estarían saltando de emoción e idearían varios planes para asegurarse de que todo saliera bien, pero a él solo le provocaban náuseas. Tenía el leve temor de que conocer a ese amor lejano sería su perdición.
¿Qué haría después? ¿Sucedería algo? ¿Podría volver a su vida normal después de eso? ¿Esto era realmente algo que cambiaría su mundo? Cada una de las preguntas aparecía en su mente y se clavaba más profundo con cada exhalación. Dentro de sí, sabía las respuestas que quería obtener y aunque fueran egoístas, esperaba que el arbitrario destino se doblegara ante su pedido.
Repentinamente sintió que el cubrebocas se le deslizaba de la nariz y con un respingo lo volvió a colocar en su sitio, cubriéndose aún más el rostro con la capucha de la sudadera. Quería, por un momento, no ser nadie y evitar cualquier contacto con otro ser humano.
Su mano viajó por la primera línea de calcetines navideños y se detuvo sobre unos con estampado de renos. Eran horribles, pero la calidez que generaban en su pecho lo hicieron agarrarlos.
—Tienes buen gusto, los renos parecen algo cliché pero siguen siendo geniales.
Desconcertado por aquel comentario volteó inmediatamente, logrando encontrarse con un chico extrañamente conocido de cabello oscuro y labios delgados. Cuando pudo enfocar mejor sus ojos, se encontró con el origen de su malestar: Yoongi.
Parecía que el mundo lo había puesto a un lado de él para burlarse de su desgracia.
—Los renos son realmente geniales, ¿sabías que aunque no puedan volar como en las películas, ellos pueden alcanzar a correr hasta 80 km/h? —Taehyung se alcanzó a ver por el espejo de la sección de lentes que estaba a un lado y no pudo dejar de preguntarse el porqué de su existencia—. Eso es muy rápido, yo no puedo correr tanto.
Ante su anterior explicación logró que la mirada de Yoongi se pusiera sobre él. Si antes estaba nervioso, ahora quería lanzarse de la ventana.
Tras algunos segundos de silencio, Yoongi soltó una sonora carcajada que inundó toda la existencia de Taehyung. Contempló la belleza de su sonrisa, como sus comisuras se levantaban y lo hacían tener un aspecto completamente tierno. No pudo evitar pensar en lo lindo que se vería sosteniendo su mano, siendo ambos recién casados mientras vivían en una cabaña que estaba en las montañas ¡Mierda, no era momento de pensar en eso! Acababa de quedar en ridículo con "el amor de su vida".
Bajó la cabeza hasta cubrir sus ojos con lo poco que se podía ver de su cabello. Ahora mismo solo deseaba que un meteorito impactara contra la tienda.
—Toma, creo que estos te quedarán bien—. Volvió a levantar su cara, entrelazando accidentalmente ambas miradas. Su corazón latía demasiado rápido y por un segundo creyó ver un destello sobre las pupilas del otro.
Bajando su mirada, avergonzado, pudo ver que Yoongi le sostenía otro par de calcetines de reno. La diferencia con los que había escogido previamente era que estos eran todavía más horribles y gritaban aún más navidad.
Los tomó con manos temblorosas y los alcanzó a acercar a su pecho.
—Gracias, son perfectos—. Desvío la mirada y divagó entre todos los pares hasta que vió un par con bordados de gatitos con gorros de Santa Claus—. Estos son para ti.
Yoongi los agarró, manteniendo una brillante sonrisa.
—Me encantan—. Se mantuvo pensativo un momento—. Generalmente dicen que las cosas de gatos me quedan bien.
—Completamente de acuerdo. Por ejemplo, cuando ríes, no puedo dejar de pensar en un gatito maullando—. Tomó un poco de aire—. Exaltan muchas cosas de ti, incluso sin conocerte dice mucho de tu personalidad.
Nuevamente silencio. No necesitaba ser un adivino para saber que lo había arruinado de nuevo, tenía que mantener la boca cerrada con mayor frecuencia.
—Creo que tienes razón—. No tenía el valor para volverle a ver a los ojos, pero sentía que estaba siendo observado a profundidad—. Ahora que lo pienso, tú no parecer un reno. Eres más como un pequeño tigre. Que lástima que no existan tigres navideños.
¿Qué? Cuando volteó un momento al espejo, pudo ver que el cubrebocas se había deslizado nuevamente, así que con rapidez lo volvió a subir para cubrir su rostro.
—¡Ah! Un tigre—. Empezó a reír forzadamente—. Definitivamente mi tipo.
—Oh, lo siento, no quería incomodarte—. Seguramente se había percatado de cómo su comentario le hizo cubrirse aún más que antes.
—No, no, no— negó en sintonía con su cabeza—. Me sorprendió un poco. La verdad es que mis amigos dicen que me veo más como un oso.
—Es verdad, creo que deberíamos aclarar esta duda sobre si eres más un tigre o un oso—. Cerró los ojos un momento, como si estuviera buscando algo entre sus pensamientos—. ¿El lunes tienes algo que hacer? Conozco una cafetería donde podemos hablar más tranquilos.
Parpadeó varias veces, ¿era real lo que estaba escuchando? Min Yoongi, su ídolo y amor imposible, lo estaba invitando a salir.
—Me encantaría.
—Genial, pásame tu número para poder mandarte la ubicación.
Aquellas palabras lo paralizaron, si le daba su número sabría que era el mismo chambelán de la fiesta en la que debía actuar, posiblemente pensaría que se estaría aprovechando de él o creería que era algún extraño plan para conocerlo. Debía evitar mostrar relación alguna con los quince años si quería evitar que Yoongi hiciera acusaciones fuera de lugar.
—No tengo celular, tampoco redes sociales—. Empezó a implorar porque su mentira se viera creíble—¿Tienes la dirección? La anotaré en mi mano.
Tomó una de las plumas de exhibición y esperó por la respuesta. Sonriendo aunque el cubrebocas le cubriera casi todo el rostro.
—Está bien...— Sus palabras eran inseguras, parecía bastante desconcertado y aturdido.
Sacó su celular tecleó unas cosas y comenzó a dictar la dirección. Una vez que terminó, sus ojos volvieron a cruzarse, brindándolos de alivio.
—Perfecto, te veré ahí. Prepárate para discutir mi espíritu animal y escuchar más datos sobre renos.
Por la ventana del local, pudo ver a Jimin parado en medio de la calle, con una cara bastante preocupada. Por un momento perdió la respiración cuando vio que sacó su celular, si lo llamaba toda su mentira se caería.
Se dió media vuelta para ir a la caja y pagar ambos pares de calcetines, dejando aún más desconcertado a Yoongi.
—¡Espera!— Exclamó viendo como aquella silueta se alejaba, el conglomerado de gente hizo imposible que Yoongi lograra detener a Taehyung y el estampado de la sudadera de Hoseok fue el único testigo de la distancia entre ellos—¡Nos vemos a las seis!
Tomando nota mental de las últimas palabras, terminó de pagar y corrió hasta donde estaba Jimin, llegando justo cuando su celular comenzó a vibrar.
—Tenemos que irnos.
No le dio permiso de decir algo, lo agarró de la mano y se fueron de ahí.
No sabía porqué, pero tenía la sensación de que la había cagado en grande.
...
Ya casi es navidad, felices fiestas!!!
Espero les haya gustado la narración, saben que lo hago con mucho cariño <3 no pienso decir mucho porque seguro están bien cansados de leer kahskwh adioooooooos
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