En el capítulo anterior Elizabeth regreso a México con su familia, Raúl y la muchacha quedaron muy destrozados después de esa triste y fría despedida.

Hoy presentamos...

{DE QUE ME SIRVE LA VIDA}

—¿Hija que fue lo que pasó? — exclamó, la señora en un tono preocupante.

Lizy al oír esto llevó sus manos a su rostro y se dispuso a llorar desconsoladamente.

—¿Hija que pasa? — replicó su mamá dirigiéndose a su hija para abrazarla.

—No quiero hablar de eso mamá solo quiero dormir, por favor déjenme quedarme con ustedes un tiempo se los pido por favor— soltó La morena sollozando fuertemente.

—Está bien hija, pero algún día tendrás que contarme lo que pasó— sentenció la señora firmemente mientras cruzaba los brazos.

En ese momento la morena suspiro y dijo: lo haré mamá, pero ahora no es el momento”— expreso para posteriormente dirigirse a la habitación que usaba cuando era niña.

—¿Hija no vas a comer? — preguntó la señora, volteando a ver a su hija.

—No mamá gracias no tengo hambre—después de esto abrió la puerta y entro a su cuarto, y seguidamente se tiro a la cama a llorar.

Pasaron los minutos hasta que por fin cayó en un profundo sueño. Durmió tanto tiempo hasta el siguiente día a la una de la tarde, cuando despertó lo único que pudo ver fue la intensa luz del sol entrando por su ventana. Ella se limitó a taparse los ojos con su brazo, acto seguido alguien llamo a la puerta de su habitación.

—¡Hija llevas toda una eternidad metida! Ahí, ¡Tienes que salir!— Anunció la madre del otro lado de la habitación.

—Mamá por favor no insistas no estoy de humor—exclamó la chica cubriendo su rostro con las cobijas.

—Siquiera come algo llevas horas sin nada en el estómago, hija por favor, estás volviendo a lo mismo de cuando te envié a Barcelona, ¿acaso? ¿El viaje no sirvió de nada? — Cuestionó la señora intentando no decepcionarse.

Posteriormente a estas palabras la azabache soltó un gran suspiro, para después levantarse de golpe.

—Está bien iré a comer algo mamá— soltó rendida ante la insistencia de su madre.

Ella se dirigió a la puerta y cuidadosamente la abrió para ver a su madre justo en frente de ella.

Y así pasó una semana, en la que Lizy no hacía otra cosa más que estar encerrada en su habitación, saliendo de vez en cuando a comer, hasta que un día la familia recibió una extraña visita.

Eran las tres de la mañana, en una noche lluviosa y con truenos descomunales, cuando en la casa de la familia tocaron la puerta.

—¡Voy!, ¡¿Quién carajos es a esta hora?!— Menciono la señora parándose de golpe de la cama, ella se dirigió muy rápido hacia la puerta cuando de repente.

—Quien chingados me visita a estas horas— pensó, para después abrir la puerta y encontrarse a un hombre como de 30 años temblando de frío y con la ropa empapada.

—¡Dios mío!, ¿Joven quién es usted?, ¿Qué lo trae por aquí a estas horas? — mascullo en un tono de preocupación.

—Perdón por molestarla a tales horas señora, me llamo Raúl Álvarez, y me dijeron que aquí podía encontrar a Elizabeth González.

Mientras tanto la azabache estaba despierta hasta altas horas de la noche, mirando el techo, aquellos días para colmo no había dormido bien. Ella estaba tan pérdida en sus pensamientos que no se daba cuenta de nada, hasta que oyó que sonó el timbre de la casa, está no le dio importancia, después de esto escucho a su mamá pararse para abrir la puerta, y posteriormente pasaron varios segundos en los que no escucho nada, hasta que de un momento a otro se le paró el corazón al oír una voz que conocía bastante bien, ella lanzó un frío suspiro, y se paró de golpe, puso su oído sobre la puerta de su habitación, oyó que su mamá le preguntaba el nombre a aquel extraño, ella no dejaba de respirar excesivamente, hasta que es escucho las palabras de aquel hombre, fue ahí cuando rápido abrió la puerta de un tirón.

—¡Raúl! ¡Estoy aquí! — gritó con lágrimas en los ojos y con una voz temblorosa colocando su mano en su pecho.

—¿Hija que haces despierta a estas horas?— pregunto la madre ignorando la situación.

—¡Lizy!—hablo, Auron dirigiendo su vista a ella.

La morena, dio un profundo respiró, y corrió a los brazos de su amado, descalza, y sin darle importancia a la intensa lluvia que estaba cayendo.

—¡Raúl te extrañe tanto!—exclamó la chica abrazando fuertemente a su hombre, mientras de sus ojos brotaban lágrimas de felicidad.

—Yo también te extrañé mucho mi cara medusa— este le correspondío rodeándola con sus brazos dulcemente.

—Muy bonito y todo, pero deberían entrar que van a coger un resfriado con esta lluvia— la madre se dirigió hacia estos dos con los brazos cruzados y frunciendo el ceño.

Después de entrar, la mamá de Eli les dio ropa seca, y dejo que la pareja charlará, los dos no sabían que decirse, y había un silencio bastante incómodo, hasta que la morena decidió romperlo.

—¿Por qué viniste?—ella pregunto fríamente desviando la mirada.

—La verdad te extrañe mucho, creo que nunca he sentido tanto la ausencia de alguien, como la tuya—agachó la mirada.

Lizy al oír esto abrió sus ojos como plato, y su rostro comenzó a tornarse de un tono rojizo.

—También te extrañe mucho, no salía de mi habitación, solo lo hacía para comer— Dijo con un tono de voz seco y áspero.

Ambos se quedaron en silencio, pero de repente, ambos se dijeron al unisonó

—¡Te amó!

Después de estás palabras, ambos comenzaron a reír a carcajadas.

—¿Cómo fue que escapaste de Sara? ¿Eh? Cuéntame— Cuestionó la azabache con una risa juguetona.

—Pues ella está de viaje por Andorra, iba a comprar una casa ahí para los dos para cuando nos casáramos—sonrió plácidamente

Al oír eso Lizy agachó la mirada.

—Pero ¡eh! Tía no te desanimes, no pienso casarme con ella— alegó Raúl con una enorme sonrisa.

—¡Me espantaste tonto! — soltó la chica dándole un pequeño empujoncito.

—Este es mi plan, esperaré un tiempo, y la dejaré, no quiero seguir con esto, si ella se quiere matar que lo haga, sinceramente ya me tiene arto, cuando pase eso vendré por ti, y nos iremos a vivir a Andorra. ¿Te parece? —sugirió el castaño tomando suavemente las manos de la morena.

—¡Me encanta la idea!

Y así fue que Raúl cada mes, visitaba a Elizabeth, lo cual a esta le traía mucha felicidad, no había mes en el que él no se hiciera, presente, llegó hasta en el cumpleaños de la morena el 30 de agosto, y así, paso casi un año en que Raúl no dejaba de visitar a la azabache, hasta un 3 de Septiembre del 2022, ese día era normal para Raúl, soportando como siempre a su novia, era un fin de semana como cualquier otro, el acababa de visitar a la azabache justo esa semana. Pero ese día fue diferente. Él estaba tumbado en su cama cuando Sara hizo acto de presencia en su cuarto.

—Raúl quería hablar contigo— solicito la rubia entrelazando sus dedos.

—¿Ahora de que quieres hablar Sara? — Hablo Auron de mala gana.

—De tus salidas cada mes jejeje— soltó la chica una risita mientras formaba una extraña sonrisa.

—Pues que quieres saber son viajes de youtuber, tengo que ver a mis fans ¿eso también te molesta? — Cuestionó Raúl con un tono frio y golpeado.

—¡Y todos tus fans son de México!, o porque viajas tanto a un solo país ¡¿quiero saber?!—exclamó la rubia con sarcasmo.

—¡No tengo porque hablar de eso contigo! —recalcó Raúl un poco más molesto.

—¡No si yo sé que eres todo un santo! — rio la rubia irónicamente.

—No hablaré de eso contigo Sara— intento evadir a la muchacha volteándose en dirección contraria.

—Dime Raúl te has estado viendo con esa cabrona ¿verdad? — Interrogó Sara con un tono de voz amenazante.

—¡No te permito que la insultes, Sara! — gruño Raúl Parándose de golpe.

—¡No si ya sé que ella es intocable para ti!, Pero no sé supone que tienes un compromiso conmigo, así que dime la verdad Raúl—Reclamo haciendo hincapié en lo dicho.

—¿La viste?, ¿estuviste con ella?, ¡¿Dímelo?!— Cuestionó Sara.

—Y si así fuera ¿qué? — Farfullo Raúl cruzando los brazos.

—¡¿Qué?! ¿Cómo que si así fuera qué?, Tú no tienes ningún motivo para verla, ¡yo soy tu prometida!, y estoy emocionalmente mal, ¡y te recuerdo que es por tu culpa! — chantajeó Sara para después señalarlo.

—¡Tienes que estar conmigo!, ¡tienes que cuidarme!, ¡pero estás aprovechando que estoy ocupada con los preparativos de la boda, para poder ir a verla! — reprochó Sara con una cara de coraje.

—Solo quería saber si estaba bien, la corrieron de su trabajo y dejo este país, aparte ya te he dicho un millón de veces ¡no puedes evitar que Lizy sea mi amiga! — alzo la voz aún más furioso.

—¡¡¿Acaso me quieres controlar?!!— grito Raúl estallando en rabia.

—¡Raúl yo no quiero perderte!— sollozo Sara estallando en llanto.

—¡Perderme!, ¡¿cómo?!— Cuestionó muy furioso.

—¡No quiero que estés con esa estúpida de Elizabeth! — tapo su rostro mientras estallaba en llanto.

—¡Ella ni siquiera está aquí ya!, ¡y tu chantajeándome con que te vas a matar! Si no estoy contigo, ¡ya me tienes arto! ¡Y sabes que has lo que quieras!, ¡mátate si es lo que deseas pero yo me voy!—exclamó Raúl para después darse la media vuelta y empezar a caminar.

—¡No espera! — soltó la rubia abrazando a Raúl por la espalda— ¡por favor perdóname!, ¡yo estoy muy mal!, ¡no sé qué hacer!, ¡estoy tan confundida!, Te juro que ya no quiero ser así ¡quiero cambiar! — suplico la rubia aferrándose a él.

—¡Aja! Muy tarde para disculparte Sara me has hecho mucho daño… ¡Yo realmente solo quiero terminar con esto! — expreso Raúl soltándose de su agarré.

—¡Perdóname! Por favor voy a cambiar, ya no seré este tipo de persona, te haré feliz, ¡por favor no me dejes sola! — imploro Sara una vez más estallando en llanto— ¡no volveré a hacer esas cosas tan horribles!

En ese momento Raúl, se sintió tan mal por Sara y empezó recordar todo lo que vivió con ella a lo largo de esos años, el sintiendo un nudo en su garganta le dijo.

—¿De verdad vas a cambiar? — hablo Raúl volviéndose a ella.

—¡Si te lo prometo, por favor no echemos estos años como novios a la basura, han Sido tantos años juntos! —repitió Sara y posteriormente agachó la cabeza y suspiro— te prometo que voy a cambiar.

—Está bien Sara si vas a cambiar voy a reconsiderar las cosas— declaró con un hilo en la garganta y con una voz temblorosa.

—Por favor es todo lo que te pido, yo voy a cambiar, pero te pido algo yo a ti— dijo Sara apretando los nudillos.

—¿El que? — replicó Raúl.

—¡Te pido que ya no veas a esa mujer!, Yo sé que tú vas a verla, pero si quieres que las cosas mejoren en esta casa. Y que yo cambié, ¡te pido que ya no la veas! — Demandó Sara resaltando con fuerza lo último.

Raúl al oír esto con un nudo que le impedía hablar dijo: está bien trataré de hacerlo, ya no la veré, y tienes razón no podemos echar, tantos años a la basura— soltó con gran frialdad.

—¡De verdad te juro que seré una mejor persona!, Pero por favor déjale muy en claro a Lizy eso, te permito ir a verla por última vez, pero déjaselo bien en claro por favor.

Fue entonces que Raúl se preparó física y mentalmente para olvidar al amor de su vida, el lloro un poco, pero pensaba que hacía lo correcto no quería desperdiciar cuatro años de su vida amorosa, pero no era por eso realmente era porque muy dentro el sentía culpa Raúl tenía culpa de que Sara estuviera mal emocionalmente por eso no la podía dejar. El muy decidido reservó su viajé a México, y así pasaron los días hasta el miércoles 7 de febrero. El tomo sus maletas y se dirigió rumbo a México. Cuando llegó ahí, vio un paisaje muy gris al bajar del avión, estaba claro que iba a llover, el muy, decidido, salió del aeropuerto. Se encontraba caminando hacia la casa de Lizy, cuando se topa con un hermoso parque, casi igual al lugar donde él y Eli se besaron y vivieron los mejores momentos de su vida, ahí se quedó Parado y de un momento a otro comenzó a llorar.

Mientras tanto La morena se encontraba profundamente dormida, ella tenía un sueño muy raro, en el que veía a Raúl en un parque, que ella conocía muy bien porque ella lo había visitado de pequeña, y más importante, porque era muy parecido al lugar donde paso momentos inolvidables con Raúl. La morena oía la voz de Raúl pidiéndole perdón.

—¡¡¡Perdóname Lizy por favor!

—¡Raúl! ¡¿dónde estás?!— exclamó la morena, corriendo por todos lados, pero simplemente no podía encontrar a nadie.

Fue entonces cuando vio, un pequeño hilo de color rojo amarrado en su meñique derecho, este iba creciendo, tanto que le indicaba un camino. Posteriormente a esto ella empezó a seguirlo, pero mientras más caminaba, el lugar se iba desvaneciendo, dejando solo un color blanco intenso que la deslumbraba. Al final del hilo encontró a Auron de espaldas, con el mismo hilo que lo conectaba Lizy amarrado en su meñique. La azabache intento llamar su atención lo llamo por su nombre tres veces, “¡Raúl!, ¡Raúl!, ¡Raúl!” pero no obtuvo respuesta, hasta que intento tocarlo, y fue ahí cuando vio que el hilo que los conectaba se rompió a la mitad ella empezó a caer, de una altura muy alta hacía el vacío.

—¡Auroooooooooooon!— grito desesperadamente.

Hasta que de tope despertó.

Ella al instante, supo que ese sueño le quería decir algo, y sin pensarlo dos veces salió corriendo de su cuarto, sin ningún tipo de abrigo.

—¡Lizy! ¡¿A dónde vas?! —dijo su madre alzando la voz muy preocupada.

—¡No se preocupen por mí, regreso pronto!— grito la muchacha a los cuatro vientos.

—¡Siquiera ponte un suéter pendeja! — replicó su mamá muy asustada.

—¡Lizy no hagas tonterías! — le gritó su padre, sin dejar de comer unas papitas fritas que tenía en mano.

La morena bajo la lluvia seguía corriendo y corriendo no se detenía por ninguna razón.

—¡Se que Auron está aquí!, ¡él está esperándome! — Menciono la chica con una gran corazonada.

Fue entonces que Lizy corrió y corrió sin importar el frio y lo mojada que estaba. Hasta que por fin llegó a su destino, y ahí justo en la entrada vio a Raúl de espaldas, justo como en su sueño.

—¡Raúl! — Exclamó la azabache, lanzándose hacía el.

Él se volteo recibiendo el gran abrazo de la morena.

—¡Ya estoy aquí Raúl! ¡Siempre voy a estar para ti!, sentí como me llamabas, y estoy segura de que no fue un simple sueño, fue una señal, sabía que aquí te encontraría— está escondió su cabeza en el pecho de Auron.

Él castaño al oír estás palabras, abrazo fuertemente a Su querida y comenzó a llorar sin consuelo.

—¡perdóname! ¡Lo siento! — dijo soltándose de los brazos de Lizy

—¿Qué es lo que pasa?— pregunto la azabache confundida.

—Necesito hablar contigo y es muy urgente— recalcó.

—¿Qué es lo que pasa? — cuestiono la chica.

—Pues yo tomé una decisión muy fuerte una decisión que va a doler, tanto a ti como a mi— Pronunció con una voz sin vida. Yo ya no puedo verte más Lizy, ya no puedo venir aquí.

—¡Que! ¡¿Ya no nos veremos nunca más?!— soltó la azabache con lágrimas en los ojos.

—Lo siento mucho— dijo limitándose a bajar la mirada.

—¿¿Pero por qué??— Cuestionó la morena llorando sin consuelo.

—Lizy yo…Sara me pidió perdón me dijo que va a cambiar, que va a enmendar sus errores, y lo único que necesita es que yo ponga de mi parte…Y que me aleje de ti. Yo me casare con ella y no puedo seguir viéndote, porque yo me enamoré de ti y no es correcto, te prometo que siempre te llevaré en mi corazón, y te recordaré como la persona más importante en mi vida, y también, perdón por lo que pasó, y perdóname por haberte hecho sentir cosas que no son— hablo fría y secamente.

—¡Como! ¡Cómo puedo dejar de quererte a ti! — grito con los ojos llenos de lágrimas— lo que construimos, ¿no es nada?, ¡Todos los momentos que vivimos no significan nada!

—Perdóname, no quiero hacerte más daño, lo que hago es un acto de amor-amor— menciono tomando el brazo de Lizy.

—¡Suéltame!, ¡No! No es un acto de amor, ¡es un acto de cobardía! —
alzo la voz muy fuertemente la azabache.

—Lizy yo…

—¡No hables más! — grito la chica enfurecida, dio un fuerte suspiro, y después salió corriendo de ahí.

—¡Lo lamento tanto!, ¡soy un cobarde! ¡soy de lo peor!, perdóname cara medusa.

Continuará...
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Ok creo que está vez supere mi record de palabras escritas, dejando en fuera eso perdón por tardar tanto, la pinchi escuela me mantiene ocupada 24/7, pero espero que les guste esté cap, me tarde mucho en hacerlo, y gracias por las 10k lecturas cada vez somos más jejeje.

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Nos leemos en el siguiente capítulo.