
Capitulo 25
A medida que la luz del amanecer comenzaba a filtrarse entre las sombras, Daryl y Rick se encontraron en silencio, la tensión de la noche anterior aún flotando en el aire. El grupo de Joe había sido aniquilado en una brutal confrontación, y aunque Rick, Carl y Michonne estaban a salvo, el precio de esa victoria aún pesaba sobre los hombros de Daryl. Las muertes de esa noche lo habían dejado con un sentimiento de vacío, algo más allá de la adrenalina de la lucha, algo que no podía simplemente apagar.
Daryl se apoyó contra la puerta de un viejo auto, mirando hacia el horizonte donde el sol comenzaba a subir lentamente. Sabía que su mente no podía descansar aún, que algo seguía doliendo, algo que lo mantenía alerta.
Rick se acercó a él, sintiendo la incomodidad que emanaba de Daryl. Durante la pelea, Daryl había estado más distante, más callado de lo habitual, y Rick no pudo evitar percatarse de que algo no estaba bien.
— ¿Todo bien, Daryl? — preguntó Rick con tono grave, mientras miraba a su amigo.
Daryl suspiró profundamente antes de responder.
— No lo sé, Rick... No lo sé, — dijo con un brillo de incertidumbre en sus ojos, su mirada fija en el suelo, como si buscara respuestas en las grietas de la tierra.
Rick se mantuvo en silencio, esperando que Daryl hablara cuando estuviera listo. Finalmente, Daryl levantó la cabeza y lo miró, su voz más baja de lo habitual.
— Lou... No puedo dejar de pensar en él, — confesó Daryl, sus palabras cargadas de preocupación. — Lo he perdido, Rick... y no tengo idea de qué ha pasado con él desde que nos separamos. Me está matando.
Rick asintió lentamente, entendiendo la carga emocional que Daryl llevaba sobre sus hombros. Sabía cuánto significaba Lou para él, cómo la relación entre ellos había crecido desde aquellos primeros momentos en la prisión, y cómo ahora, sin Lou, Daryl se sentía perdido.
— Sé que te preocupa, — dijo Rick, su tono firme pero comprensivo. — Y lo siento, hermano. Sé lo que significa tener a alguien así a tu lado, y entiendo cómo te sientes. Pero no podemos quedarnos en este lugar. Si Lou sigue vivo, debemos continuar buscando.
Daryl se pasó una mano por el rostro, sintiendo la fatiga, tanto física como emocional.
— Lo sé. Pero siento que he fallado, Rick. Como si no hubiera hecho lo suficiente para protegerlo. ¿Y si no lo encuentro? ¿Y si ya es demasiado tarde?
Rick lo miró fijamente, reconociendo la vulnerabilidad de Daryl, algo que no solía mostrar. Sin embargo, también sabía que Daryl nunca dejaría de buscar a Lou, sin importar lo difícil que fuera.
— Lo que importa es que estás aquí, Daryl. Sigues luchando, y lo harás hasta el final, porque ese es el tipo de hombre que eres. No podemos cambiar lo que ya pasó, pero siempre podemos seguir adelante, buscar lo que hemos perdido, y hacer lo mejor que podamos con el tiempo que tenemos.
Daryl asintió, aunque el nudo en su pecho no desapareció.
— Solo... no sé cómo seguir sin saber si está bien. Si está vivo.
— Lo encontraremos, — dijo Rick con determinación, con una fe que solo alguien que había sobrevivido tanto tiempo podía tener. — No importa lo que cueste, lo encontraremos. Y si Lou está por ahí, lo traeremos de vuelta.
Daryl guardó silencio por un momento, las palabras de Rick asentándose en su mente. No era la primera vez que enfrentaba la posibilidad de perder a alguien importante para él, pero esta vez, el miedo de no ver a Lou nuevamente lo consumía de una manera que no podía explicar.
Finalmente, Daryl miró a Rick con una resolución renovada, aunque su rostro seguía marcado por la preocupación.
— Gracias, Rick. No sé qué haría sin ustedes. Pero necesito seguir buscando, necesito encontrarlo. No puedo quedarme atrás.
Rick le dio una palmada en el hombro, reconociendo la fuerza de su amigo.
— Lo sé. Y no te dejaremos hacerlo. Vamos a encontrar a Lou, Daryl. Te lo prometo.
Mientras la luz del amanecer iluminaba su camino, Daryl respiró profundamente, dispuesto a seguir adelante con la esperanza de que, algún día, lograría encontrar a Lou. Sin importar el costo.
Daryl caminaba junto a Rick, el silencio que los envolvía era pesado, una mezcla de incertidumbre y el constante temor que no lo dejaba descansar. El sol comenzaba a ocultarse en el horizonte, tiñendo el cielo de tonos cálidos, pero para Daryl, ese brillo no hacía más que resaltar la oscuridad que sentía dentro de sí. Habían hablado sobre Terminus, ese supuesto refugio al que muchos habían dirigido su esperanza. Rick había sugerido que Lou podría haber ido allí, junto con los demás, en busca de seguridad y una oportunidad de reconstruir lo que se había perdido.
Daryl, aunque agradecía las palabras de su amigo, no podía quitarse el mal presentimiento que lo había estado acosando desde que se separaron. Algo en su estómago le decía que Lou no estaba en Terminus. No que no lo quisiese creer, pero algo le decía que el destino de Lou no iba por el mismo camino que el de los demás.
— Es posible, ¿verdad? — le dijo Rick, interrumpiendo sus pensamientos. — Los demás están buscando refugio en Terminus, Lou podría estar allí también.
Daryl asintió sin mucha convicción, mirando al suelo mientras sus pies golpeaban la tierra con cada paso. A pesar de la lógica, el sentimiento que le quemaba por dentro lo estaba consumiendo. No quería esperar más, no quería aferrarse a la idea de que Lou estaba allí sin saberlo con certeza. La idea de que estuviera en un lugar tan distante, sin ninguna pista sobre su paradero, lo desgarraba por dentro.
— No sé, Rick, — respondió Daryl, su voz baja y cargada de incertidumbre. — Tengo la sensación de que no está allí. Algo me dice que no lo vamos a encontrar ahí.
Rick lo miró, sabiendo que la intuición de Daryl rara vez fallaba. La forma en que hablaba, la inseguridad que se reflejaba en sus ojos, era difícil de ignorar. No estaba seguro de por qué Daryl se sentía así, pero podía entender el miedo que lo impulsaba a dudar de la esperanza.
— Lo entiendo, — dijo Rick, su tono sincero. — Pero si hay una posibilidad, debemos ir. Terminus es un lugar al que muchos han llegado. Quizás lo encontremos allí. Si no... seguimos buscando en cualquier otro lugar.
Daryl se detuvo un momento, mirando al frente, antes de dejar escapar un suspiro pesado.
— Lo sé. Y lo haré... Pero algo me dice que no está tan lejos de aquí. No sé cómo explicarlo, Rick. Solo siento que no está en Terminus.
Rick lo miró, asintiendo con una comprensión silenciosa. Sabía lo que era tener una corazonada, una sensación tan fuerte que te hacía cuestionar todo lo demás. Y si había algo que Rick había aprendido, era a confiar en la intuición de Daryl.
— Lo que importa ahora es que no vamos a dejar de buscarlo, — dijo Rick, con una firmeza que reflejaba su propia determinación. — Si Terminus no es el lugar, encontraremos otro. Lo encontraremos, Daryl.
Daryl no respondió de inmediato, pero las palabras de Rick, su fuerza y confianza, lo hicieron sentir un poco más tranquilo. A pesar de la oscuridad que sentía, la luz de su amigo lo mantenía en marcha, incluso cuando la esperanza parecía desvanecerse en el aire.
Finalmente, Daryl asintió lentamente.
— Lo encontraremos, — repitió, como si las palabras fueran un recordatorio para sí mismo, un compromiso que no podía romper. — Lo prometo.
Con ese acuerdo silencioso entre ambos, continuaron su marcha hacia lo desconocido, sin saber si Terminus sería su respuesta, pero con la convicción de que no pararían hasta encontrar a Lou.
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