
Capitulo 13
La alarma comenzó a sonar repentinamente, rompiendo la calma en la prisión y sumiendo a todos en un caos controlado. Los caminantes comenzaron a infiltrarse por las rejas debilitadas y los corredores oscuros, forzando al grupo a dispersarse para protegerse y enfrentarlos. En medio del ruido y las tensiones, Daryl estaba ayudando a proteger a Hershel, quien había logrado dar sus primeros pasos tras la amputación. Sin embargo, cuando todo se calmó, algo no cuadraba.
Lou no estaba entre ellos.
Daryl sintió un nudo en el estómago mientras escaneaba frenéticamente el patio, buscando su figura entre los demás. La idea de que algo le hubiera pasado lo llenaba de una preocupación que no podía disimular, aunque intentara ocultarla tras su semblante endurecido.
— ¿Alguien vio a Lou? — preguntó, su tono tenso, casi cortante.
Nadie respondió de inmediato, lo que aumentó su ansiedad. Finalmente, Maggie habló.
— Tal vez quedó atrapado adentro cuando todo comenzó.
La confusión y el miedo le nublaban la mente, sin saber dónde había quedado Lou después del ataque.
El recuerdo de lo sucedido, la forma en que Lou había estado tan cercano a él, había hecho que Daryl se preocupara más de lo que debía. No podía dejar de pensar que tal vez Lou había quedado atrapado o mordido, sin nadie que lo hubiera encontrado.
Mientras tanto, en la prisión, el grupo estaba tratando de reorganizarse y asegurarse de que los caminantes fueran eliminados lo más rápido posible. Rick, Carl, y los demás estaban lidiando con las consecuencias de la muerte de Lori, y la situación no hacía más que empeorar.
— Daryl, no podemos perder más tiempo. Tenemos que ir por Judith y asegurar la prisión antes de que se nos vayan más recursos. — dijo Maggie mirando a Daryl de forma apresurada.
La tensión estaba en su punto más alto cuando Daryl y Maggie finalmente regresaron al campamento con suministros para Judith. El peso de la situación recaía sobre Daryl, pero él no podía dejar de pensar en Lou, preguntándose si todo había sido demasiado tarde.
La oscuridad y el eco de sus pasos hicieron que el ambiente fuera aún más opresivo. Caminantes deambulaban por los pasillos, pero Daryl los eliminaba con rapidez y precisión. A cada esquina que doblaba, a cada puerta que abría, su pánico aumentaba.
Finalmente, llegó a un bloque de celdas que parecía estar despejado. El corazón le latía con fuerza mientras inspeccionaba las celdas una por una, hasta que, finalmente, lo vio.
Lou estaba tumbado en una de las literas, profundamente dormido.
Daryl bajó la ballesta, incrédulo y, al mismo tiempo, aliviado.
— ¿En serio? — murmuró para sí mismo antes de entrar en la celda.
Lou estaba acostado en su celda, aparentemente ajeno a todo lo que había sucedido fuera. Su respiración era tranquila, como si el caos de la prisión nunca lo hubiera tocado. Daryl lo miró por un momento largo, sintiendo una mezcla de alivio y confusión. No había estado muerto, ni herido, solo dormido, ajeno al caos que había sacudido a todos.
— Maldita sea, ¿dónde diablos estuviste...? — susurró Daryl para si mismo.
Con un suspiro profundo, Daryl se acercó lentamente, verificando que Lou estaba realmente bien. Había estado preocupado, sin saber que Lou se había refugiado en su celda, buscando probablemente un lugar de tranquilidad mientras el mundo exterior se desmoronaba.
— ¿Daryl...? ¿Qué pasa? — preguntó Lou con voz adormilada.
— No sabías que la prisión estaba llena de caminantes, ¿verdad? Te creímos muerto... — indicó Daryl con una ligera sonrisa, pero visiblemente aliviado.
Lou parpadeó varias veces, atónito al darse cuenta de lo que había sucedido en el tiempo que había estado durmiendo.
— ¿Muerto?
— Sí... pensé que te habías ido como T-Dog o Carol... — respondió Daryl mirando alrededor.
Lou no dijo nada por un momento, observando el rostro preocupado de Daryl. Finalmente, se levantó de la cama y se estiró.
— Bueno, parece que me tocó quedarme dormido cuando más lo necesitaba. — dijo Lou sonriendo de forma tranquila.
Daryl dejó escapar una risa baja, aliviado de que Lou estuviera bien. Los dos se miraron por un instante, un entendimiento tácito entre ellos.
El caos afuera aún persistía, pero al menos, por un breve momento, Daryl sabía que Lou estaba a salvo.
Lou se encontraba solo en una esquina de la celda, absorto en sus pensamientos mientras escuchaba el bullicio del grupo afuera. A pesar del caos que se había desatado en la prisión, su mente estaba centrada en una sola cosa: Daryl.
La conversación, el roce de sus manos, la forma en que lo había mirado últimamente. Lou no podía dejar de pensar en eso, pero el miedo al rechazo y las consecuencias de lo que sentía lo atormentaban. Sabía que lo que sentía por Daryl podría ser un problema, especialmente con las personas que apreciaba y que lo habían acogido como uno de los suyos.
¿Qué pasa si esto me aleja de todos?
Se preguntaba cómo reaccionaría Hershel si llegaba a saber que Lou estaba desarrollando sentimientos por Daryl. Hershel, un hombre de convicciones firmes y profundamente religioso, había sido una figura paternal para él, alguien que lo había guiado en los momentos difíciles. Lou no podía imaginar cómo podría enfrentar la desaprobación de un hombre como Hershel si llegaba a enterarse de sus sentimientos.
Hershel nunca lo aceptaría. Su fe es todo lo que tiene. ¿Qué pasaría si lo descubriera?
Luego, estaba Maggie. Aunque su relación con ella había terminado hace tiempo, Lou aún sentía un profundo cariño por ella. Recordaba los días en que compartían risas, los paseos por el campo, los momentos que parecían tan sencillos y felices antes del apocalipsis. Maggie había sido su exnovia desde la secundaria, pero cuando ella lo dejó por Glenn, Lou aceptó la situación, sabiendo que ella había encontrado algo especial con él. Sin embargo, a pesar de todo, nunca dejó de quererla de alguna forma.
¿Y qué pasará con Maggie? Lo que siento por Daryl, ¿cómo afectaría eso? ¿Cómo lo vería ella?
Lou sabía que las tensiones en el grupo ya eran lo suficientemente altas como para que una revelación de sus sentimientos por Daryl fuera la chispa que podría prender una guerra. Maggie, a pesar de ser su amiga, podría sentirse incómoda, o incluso herida, si se enteraba. Pero había algo en Lou que no podía ignorar: la conexión que sentía por Daryl. Esa atracción que no se podía negar, aunque tuviera miedo de las consecuencias.
No puedo seguir ignorando esto... Pero no quiero perder lo que tengo. No quiero perderlos.
Lo que más le preocupaba era el efecto que esto tendría en el grupo. Rick, Glenn, Beth, todos ellos eran como una familia para él. La confianza que compartían era lo único que los mantenía unidos en medio de la oscuridad del apocalipsis. Si Lou permitía que sus sentimientos por Daryl se hicieran públicos, ¿pondría en peligro esa unidad? ¿Sería capaz de seguir adelante con lo que sentía, sabiendo que podría perder todo lo que había construido con ellos?
¿Es eso lo que quiero? ¿Arriesgarlo todo por esto?
De repente, el sonido de los pasos acercándose le hizo salir de sus pensamientos. Sabía que debía enfrentarse a la realidad. Pero por un momento, solo quería quedarse allí, pensando en lo que significaba este nuevo giro en su vida.
En la tranquilidad del refugio de la prisión, Lou había estado buscando el momento adecuado para hablar con Hershel. La tensión que sentía en su pecho no lo dejaba en paz, y su mente seguía en conflicto con lo que estaba experimentando, especialmente después de lo sucedido con Daryl. A pesar de que Hershel había sido como una figura paternal para él, Lou no podía dejar de preguntarse cómo reaccionaría ante sus sentimientos.
Finalmente, encontró un momento en el que Hershel estaba solo, limpiando una de sus herramientas en el patio. Lou se acercó con paso firme, pero con la mente llena de incertidumbre. No quería que la conversación fuera obvia, pero necesitaba alguna respuesta, alguna señal de que Hershel lo entendiera, aunque fuera en silencio.
— ¿Sabes, Hershel? A veces me pregunto... cómo los hombres pueden llegar a sentir algo tan... fuerte por otro. — dijo Lou tratando de sonar casual.
Hershel levantó la vista, observando a Lou con cierta curiosidad. Su tono había sido lo suficientemente vago como para que no pareciera una confesión directa, pero también lo suficientemente abierto como para que algo en Lou quedara claro. Hershel parecía estar midiendo sus palabras, como si sintiera que esta conversación no era un simple comentario casual.
— Creo que el corazón es algo difícil de entender. A veces uno lo sigue y no sabe a dónde lo llevará. — dijo Hershel sin apartar la mirada.
Lou no esperaba una respuesta tan filosófica, pero sabía que Hershel había vivido mucho. No solo por los años que llevaba en el mundo antes del apocalipsis, sino por todas las pérdidas que había enfrentado desde que comenzó todo esto.
— Sí... a veces uno se sorprende de lo que puede sentir. Pensé que, tal vez, esas cosas eran más claras, pero parece que no lo son tanto. — dijo Lou sonriendo levemente.
Hershel dejó la herramienta y lo miró con una ligera expresión de entendimiento. Era un hombre prudente, que prefería no intervenir demasiado en las vidas de los demás, pero su instinto paternal no podía evitar aflorar.
— A veces, Lou... lo que uno siente no siempre tiene un sentido lógico. Y lo que importa es cómo se maneja ese sentimiento, si no está lastimando a nadie y si sabes lo que realmente quieres. — respondió Hershel levemente.
Lou se quedó en silencio por un momento, sintiendo el peso de las palabras de Hershel. A pesar de que el hombre no había mencionado directamente a Daryl, Lou comprendió lo que estaba diciendo. Hershel estaba dando su aprobación tácita, dejando en claro que las emociones no eran algo de lo que avergonzarse, siempre y cuando uno estuviera en paz con ellas.
— Gracias, Hershel. No esperaba que fuera fácil, pero... tenía que preguntarlo. — respondió Lou desviando la mirada y respirando hondo.
Hershel le dio una palmada en el hombro, dándole a entender que, sin importar lo que Lou sentía, él no lo juzgaría. Aunque las palabras no fueron explícitas, Lou entendió que el hombre lo había captado, y en cierto modo, lo aceptaba.
— A veces, el corazón es el único mapa que tenemos para guiarnos. — dijo Hershel con una ligera sonrisa.
Lou asintió, aliviado, aunque todavía sin saber a dónde lo llevaría todo esto. Pero al menos ahora sentía que no estaba solo en sus pensamientos, que alguien más entendía su confusión.
Lou se quedó pensando por un momento mientras caminaba por la prisión, la idea de hablar con todos los demás sobre lo que sentía por Daryl había estado rondando en su mente. Había hablado con Hershel, había coqueteado con Daryl, pero cuando se trataba de enfrentar sus sentimientos directamente con él, algo lo detenía. ¿Por qué no podía hablar con Daryl sobre lo que estaba pasando en su interior? ¿Por qué parecía que podía compartirlo con cualquier otra persona, pero no con él?
Se dio cuenta de algo que lo había estado evitando: quizás, solo quizás, le tenía miedo a la respuesta de Daryl. A lo largo de todo lo que había pasado, desde el primer beso hasta esa extraña tensión que compartían, había algo que lo hacía dudar de cómo reaccionaría Daryl si realmente supiera lo que estaba pasando en su mente. El hecho de que se sentía atraído por él lo desconcertaba, y aunque Daryl nunca había rechazado sus coqueteos, nunca había dado señales claras de querer algo más allá de eso.
¿Qué pasaría si se aleja? ¿Y si esto cambia todo entre nosotros?, pensaba Lou mientras caminaba hacia su celda, el peso de la confusión cargando sobre sus hombros. Podía hablar con Maggie, con Rick, con Glenn, incluso con Hershel, pero lo que realmente necesitaba era entender qué significaba todo esto para Daryl.
Pero no podía evitar sentirse vulnerable, inseguro. Había tantas cosas complicadas en este mundo, y las emociones eran la parte más difícil de todas. Había aprendido a sobrevivir, pero las cosas del corazón... eso era otro nivel.
De repente, al llegar a su celda, lo vio. Daryl, pasando por el pasillo, con una mirada cansada pero decidida. Lou lo observó un momento antes de que sus pensamientos fueran interrumpidos por un suspiro resignado. No podía seguir evitando lo inevitable.
En ese momento, Lou se dio cuenta de que, aunque podía hablar con todos los demás, la única persona con la que realmente necesitaba hablar era Daryl. Solo a él le importaba saber la respuesta, pero el miedo al rechazo, al cambio, lo mantenía en silencio.
Con una mezcla de incertidumbre y valentía, Lou se levantó y comenzó a caminar hacia él. Este era el primer paso para aclarar lo que sentía, y tal vez, finalmente, entender lo que Daryl sentía también.
Lou respiró hondo y, con pasos más firmes, se acercó a Daryl. Este no lo vio acercarse hasta que estuvo cerca de él, concentrado en sus pensamientos mientras limpiaba su cuchillo, como si todo el peso de la prisión estuviera sobre sus hombros. La tensión que siempre había existido entre ellos parecía más palpable en esos momentos, como si estuviera esperando que Lou diera el primer paso, pero Lou aún no sabía si tenía la valentía suficiente para hacerlo.
— ¿Daryl? — dijo Lou, su voz un tanto vacilante pero con determinación. Daryl levantó la vista, sus ojos encontrando los de Lou con una mirada cansada, pero también con una chispa de curiosidad.
— ¿Qué pasa? — respondió Daryl con su tono habitual, grave y directo.
Lou dio un paso más cerca, mirando al suelo por un momento antes de alzar la vista hacia él.
— Necesito hablar contigo. Hay algo que... que he estado pensando y creo que es hora de decirlo.
Daryl frunció el ceño, bajando lentamente el cuchillo. Sabía que Lou rara vez iniciaba una conversación que no fuera importante, y por un momento, Lou pudo ver la preocupación en sus ojos, aunque él mismo intentaba ocultarlo.
— ¿Qué pasa? — repitió, su tono un poco más suave, como si quisiera que Lou se sintiera cómodo. Lou se quedó en silencio por un instante, sintiendo el peso de sus palabras. Este era el momento que había estado evitando, pero la verdad era que no podía seguir cargando con esta duda solo.
— Creo que... creo que me estoy confundiendo con lo que siento, con lo que está pasando entre nosotros, — dijo Lou finalmente, sus palabras saliendo más rápido de lo que había anticipado. — Siento que algo está cambiando, y no sé qué hacer con ello. Todo esto entre tú y yo... no sé si soy yo, si es esto, o si es solo que... que me estoy empezando a dar cuenta de que algo está sucediendo.
Su voz vaciló hacia el final, sin saber si Daryl lo entendería o si solo lo miraría como si fuera un loco.
Daryl lo miró fijamente, sus ojos se suavizaron, pero no hubo sorpresa en su rostro. Era como si, en el fondo, ya lo supiera, como si ya hubiese intuido lo que Lou sentía. Pero Lou necesitaba escucharlo. Necesitaba escuchar a Daryl decir algo, algo que no fuera simplemente su silencio habitual.
— Y... ¿qué quieres que haga con eso? — Daryl finalmente preguntó, su tono tranquilo, pero también con un matiz de incomodidad. Lou sintió que la pregunta no era cruel, sino más bien un intento de comprender lo que él mismo no sabía cómo procesar.
Lou tragó saliva, sintiendo su garganta seca.
— No sé, — dijo en un susurro. — Solo quiero saber si tú sientes lo mismo. Si lo que estoy sintiendo es una locura o si esto es real.
Daryl se quedó en silencio por un momento, sus ojos vagando por el espacio, como si buscara una respuesta que no podía encontrar fácilmente. Finalmente, cuando habló, lo hizo de una manera tan suave que Lou casi no lo escuchó.
— No sé si entiendo todo lo que estás diciendo, Lou... pero sí sé que, cuando estoy cerca de ti, no es lo mismo que cuando estoy cerca de los demás. No me haces sentir como si estuviera solo.
Lou sintió un nudo en el estómago, y aunque sus palabras no eran exactamente lo que esperaba, había algo en ellas que le decía que no estaba loco, que no estaba solo en sus pensamientos. Sin embargo, también había algo en los ojos de Daryl que le decía que él aún no tenía las respuestas completas.
— Entonces, ¿qué hacemos ahora? — preguntó Lou, un poco más tranquilo, pero aún inseguro de cómo seguir adelante.
Daryl guardó el cuchillo en su cinturón y se dio vuelta para mirar hacia la puerta, como si necesitara algo más para calmarse.
— No lo sé, Lou. Pero quizás... tal vez deberíamos averiguarlo juntos.
Lou no pudo evitar sonreír levemente ante sus palabras. Aunque no había respuestas definitivas, había un atisbo de esperanza en el aire. Por primera vez, Lou sintió que quizás no estaba tan perdido como pensaba. Y tal vez, solo tal vez, todo lo que necesitaba era tiempo para comprender qué significaba todo esto para ambos.
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