—— CURSED BLOOD ——

—No me gusta saber que vas a ayudarme, pero hay que hacer algo.— Comentó Scott al ver aparecer a Moira.

—Entiendo que no quieras que te ayude, pero haré lo que sea por ella. Me da igual lo que opinéis, no voy a abandonarla. Nunca lo haré aunque tengáis miedo de que pueda hacer lo mismo que hizo él. Pero no soy como Jordan, por culpa de él perdí a toda mi familia, Serena es lo único que me queda y ahora que se que no tiene la inmortalidad... Quiero aprovechar el tiempo con la única familia que me queda y la única que, tal vez, llegue a tener.— Alegó la mujer serpiente entendiendo la desconfianza de todos, al mismo tiempo que el coche de los Argent se detenía delante de la casa de los McCall.

—¿Cómo la habéis atrapado?— Preguntó Scott mientras Edward sacaba del coche a Amaru, la cual estaba esposada e inconsciente.

—No ha sido muy fácil que digamos, tres cazadores han muerto en el intento, es peligrosa.— Respondió Chris mientras los dos cazadores entraban en la casa de los McCall y dejaban a Amaru sentada en uno de los sofás.

—El collar. Hay que quitárselo eso permitira que vuelva a tener su verdadera apariencia y será más fácil todo.— Intervino Deaton mientras la inyectaba el veneno de Moira, haciendo que Scott le quitara el collar para a continuación Moira destruirlo, pisando la piedra.

—¿Cómo de peligroso va a ser?— Preguntó Scott mientras Moira se sentaba al lado de Amaru, apartándose el pelo del cuello, para poder permitir a Scott clavar sus garras en su cuello.

—Entrar en la mente de alguien es complejo, pero no debéis de forzarlo, ella os dejará que veáis algo. Tenéis que ser conscientes de que no podéis intervenir, no existía como tal por que es algo ya vivido.— Explicó Deaton sabiendo que debían de tener muchísimo cuidado con lo que pasaría, porque sí cometían un error sería catastrófico para Serena.

—¿Y como vamos a saber en donde se esconde?— Preguntó está vez Moira sabiendo que necesitaban saber a lo que se enfrentaban.

—Porque estará allí, en una especie de trance reviviendo el recuerdo en el que se haya escondido para protegerse de Amaru.— Explicó Deaton mientras Scott mostraba sus garras y se las clavaba a las dos sobrenaturales, provocando que quedarán los tres en una especie de trance.

Scott y Moira aparecieron en un pasillo de color blanco, integrado únicamente por puertas del mismo color, donde no había ninguna señalizada, la única pista que tuvieron fue cuando una puerta se abrió, haciendo que ambos intercambiarán una mirada, sabiendo que debían de entrar en ella, porque era Serena quienes, seguramente, les estuviera guiando hacia ella pero también intentando protegerles para que Amaru no se diera cuenta de que había intrusos.

Serena estaba sentada en su cama, sus ojos estaban llenos de lágrimas y una tarrina de helado vacío descansaba en el suelo, mientras varios pañuelos estaba en su cama, y una manta la tapaba por completo.

—Edward le dijo a Lydia quería y que solo estaba conmigo por aburrimiento.— Les explico Serena a Melissa la cual estaba sentada a su lado.

—Escucha, te vas a enamorar tantas veces antes de encontrar con quien vas a estar para siempre.— Aseguró Melissa esperando poder consolar así a Serena, pero ningún padre estaba preparado para afrontar algo así con un hijo. —Piénsalo de esta manera, estás solo un corazón roto más cerca de ser feliz para siempre.— Añadió la mujer, haciendo que la chica la mirará con una expresión de que aquello era absurdo.

—Mamá, eso es solo un cuento de hadas.— Alegó Serena mientras sus ojos volvían a llenarse de lágrimas.

—Lo se, pero mi guía para padres no tiene un capítulo sobre que hacer cuando a tu hija la rompen el corazón porque su novio la engaña con su mejor amiga.— Comentó la enfermera sin saber como ayudar a su hija, porque nunca la había visto así y tampoco era conveniente para su salud estar así, pero al parecer había quienes no comprendían que un gesto podía acabar con una persona.

—A veces los abrazos funcionan.— Sugirió Serena haciendo que Melissa la abrazara. —Y otras no.— Añadió mientras volvía a ponerse a llorar.

Scott y Moira volvieron a aparecer en el pasillo, ambos en completo silencio. Scott recordaba aquellas primeras semanas, jamás había visto a su hermana así y eso le enfurecia, le hacía entender porque reacciono así cuando supo lo de él y lo de Allison, lo único que quería era protegerlo de lo que había sufrido ella, su hermana siempre le había intentando proteger y él no lo había hecho, y ahora solo le quedaba salvarla, porque perderla no era una opción, ni para él ni para nadie.

—Allá se ha abierto una puerta.— Señaló Moira rompiendo el silencio y señalando la puerta.

—No todos hemos hecho daño a Serena, se que algo así confirma porque quieres que se vaya de Beacon Hills.— Comentó Scott sabiendo que debían de hablar sobre lo que habían visto.

—Puede que no, pero estar aquí la perjudica. Nos está enseñando recuerdos en los que se ha escondido, lo más seguro, y no creo que ese sea de su agrado.— Alegó Moira sabiendo que nada de lo que viera la haría ver que Serena debía de estar allí, de que no la veían como la hija de Jordan o como una asesina. Puede que no lo dijeran, pero lo pensaban, tenían miedo de ella y por muy bien que engañaran a Serena, a ella no la engañaban.

—Lo que la sucedió con Edward la hizo muchísimo daño, mejor que nadie lo se porque la ayude todo lo que puede, pero también la ayudo a coger confianza en sí misma. La Serena anterior que conocía hubiera aborrecido el mundo sobrenatural aunque la encantan una serie con esta temática. Y cuando entramos... la dio la vida. Literalmente. Es como si se hubiera abierto un mundo ante ella que necesitaba.— Explicó Scott intentando hacer comprender a Moira que lo que pasó entre ambos fue doloroso para la mestiza pero también ese empujón para ser la Serena que era en la actualidad.

—Los hechos me dan la razón, y dudo que me hagan cambiar de opinión.— Sentenció Moira defendiendo su postura al mismo tiempo que entraban en el segundo recuerdo.

Serena y Scott estaban sentados a los pies de un árbol de Navidad, junto a Stiles, al cual habían invitado a abrir los regalos y a pasar aquella noche, porque el Sheriff, por desgracia, trabajaba.

—¿Me has comprado algo, Scotty?— Preguntó Serena al ver que su hermano le estaba dando un regalo.

—No es mucho, pero el otro día le vi y me acorde de ti.— Explicó su hermano mientras Serena sonreía y empezaba a rasgar la envoltura del regalo, para mostrar una caja, de la que Serena extrajo una pequeña réplica del Chevy Impala del 67.

—¿Enserio?— Preguntó incrédula. —Muchas gracias, ahora me da pena haberte regalado la sudadera.— Comentó señalando con la mirada la prenda de ropa.

—La usaré, no te preocupes.— Sonrió su hermano mientras Serena le abrazaba.

—Bueno creo que te toca abrir mi regalo, S.— Sugirió Stiles, mientras mostraba una pequeño regalo de forma rectangular. Serena le miró confundida para a continuación abrirle y ver que se trataba de una foto de ellos tres cuando eran pequeños.

—¿Dónde has encontrado esta foto?— Preguntó Scott confundido.

—En el ordenador de mi padre, creo que ese día era mi fiesta de cumpleaños a la que solo fuisteis vosotros.— Comentó el pecoso mirando a ambos.

—Gracias.— Sonrió la chica para después abrazar a Stiles.

Scott y Moira regresaron, por segunda vez al pasillo, está vez algo confundidos pues de un recuerdo triste habían pasado a uno feliz.

—¿Qué importancia tiene este recuerdo?— Preguntó Moira a Scott.

—Fueron las últimas navidades que ambos pasamos como humanos, días después yo fui mordido. Supongo que para Serena es el último recuerdo de felicidad antes de todo esto.— Explicó el hombre lobo un poco confundido.

—Curioso que uno de sus recuerdos sea justamente antes de lo sobrenatural.— Comentó Moira viendo que había otro motivo más por el que debía de irse la mestiza, aquel mundo no la gustaba, ella no era parte de ese mundo por muy convencidos que estuvieran todos.

—Muestra que una parte de ella nunca quiso formar parte de él.— Reconoció Scott mientras agachaba la cabeza, sabiendo que con cada recuerdo Moira se convencía más de que ella tenía que irse.

—Se han abierto dos puertas, Deaton no dijo que eso fuera a ser posible.— Comentó Moira observando que ambas puertas desprendían la misma clase de luz que todas las demás, pero lo que les confundía era que hubiera dos abiertas al mismo tiempo.

—Tal vez es para que no perdamos tiempo, tal vez mi hermana esté en alguna de ellas.— Sugirió Scott sabiendo que cada segundo que pasaba el tiempo en la realidad transcurría con mayor velocidad.

—Buena suerte, Scott.— Dijo Moira mientras se ponía delante de una de las puertas para a continuación atravesarla.

Serena estaba sentada frente a la pantalla de su ordenador, observando los carteles de desaparecidos que habían empezado a comunicar. Había más de veinte desaparecidos y ella sabía que se trataban de todas las personas que había matado.

—No deberías de estar mirando eso.— Comentó Derek sabiendo que cuanto mas mirase Serena aquello más daño se haría a sí misma.

—Por mi culpa están muertos.— Comentó mientras seguía mirando los nombres, las descripciones físicas y las edades.

—No fuiste responsable de lo que esa criatura te obligó a hacer cuando te estaba controlando. Así que deja de culparte por algo que no has hecho. No eres una asesina, menos aún un monstruo.— Insistió Derek mientras cerraba el ordenador, haciendo que ella entendiera que iba a dejar de mirarlo de una forma o de otra, y la otra significaba que terminaría quedándose sin ordenador.

—Se supone que no debo de tener remordimientos, pero les tengo.— Dijo sin entender por qué eso era posible, ella era la única de toda su especie que no les tenía, pero no por qué fuera una psicópata sino porque su propia naturaleza se lo impedía.

—Pero porque eres medio humana, sino los tuvieras entonces sí serias un monstruo. Pero les tienes, porque no eres como Jordan, nunca serás como él por mucho que él y otras criaturas quieran que seas.— Aseguró el hombre lobo sabiendo que estaban otra vez volviendo a la etapa en la que Serena volvía a tenerse miedo a sí misma, y eso es algo que no podían dejar que pasara, por qué entonces volvería a perder el control de sus actos.

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—¿Qué está pasando?— Preguntó Willa al ver como Serena empezaba a sangrar de la nariz.

—No estoy del todo seguro, pero creo que es Amaru que lucha por volver a tener el control.— Explicó Deaton sin saber a ciencia cierta que estaba ocurriendo, porque para él era la primera vez que veía a alguien poseído por una de las criaturas más peligrosas que habían llegado a existir.

—¿Le tiene ahora Serena?— Preguntó está vez Derek, el cual estaba con los brazos cruzados.

—Tiene el control del lugar donde Scott y Moira están.— Explicó Deaton sabiendo que eso era así por el tiempo que los dos sobrenaturales llevaban allí, pero la pregunta era ¿cuánto tiempo les quedaba para dar con Serena?

—Les está protegiendo.— Asumió Willa sabiendo que solo Serena, incluso poseída por un demonio serpiente, era capaz de proteger a Scott y a Moira de algo.

—Sí, pero puede terminar muy mal para los tres sino deja de hacerlo.— Afirmó Deaton sabiendo lo peligroso que era para los tres.

—¿Cómo de mal?— Preguntó Derek preocupado por lo que podría terminar pasando.

—Scott y Moira podrían perderse o ser encontrándos por Amaru y matarlos, están en una realidad diferente a esta.— Explicó Deaton preocupado por lo que les podría pasar a Scott y a Amaru si Moira daba con ellos.

—¿Y con Serena?— Preguntó Willa sabiendo que si algo así les sucedía a Scott y a Moira algo peor podría sucederla a Serena.

—Que olvide todo en el mejor de los casos o que Amaru la encuentre y la mate. Pero no creo que pueda hacerlo, al estar controlando su cuerpo, de alguna forma ambas constituyen a un mismo ser.— Explicó Deaton mientras los dos Hale intercambiaban una mirada en la que claramente sabían que Scott y Moira debían de darse prisa por su propio bien y por el de Serena.

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—¿Estas bien?— Moira se acercó a Scott y le ayudó a levantarse.

—Sí, estoy bien. Pero tenemos un problema.— Comentó Scott señalando hacia el final del pasillo, donde la luz blanca empezaba a apagarse.

—Debe de ser Amaru. Debemos de encontrar el recuerdo en el que está escondida.— Afirmó Moira mientras ambos miraban a todas partes esperando que una puerta se abriera.

—¿Pero en cual?— Preguntó Scott desconcertado.

—Mira esa puerta, es diferente...— Comentó Moira señalando una puerta que no era de color blanco, sino de color rojo como la sangre.

—Vamos, corre.— Dijo Scott agarrando a Moira de la mano para a continuación ambos salir corriendo para que aquella oscuridad no les alcanzara, justamente cuando llegaban, la puerta de color rojo abrirse. —¿Por qué no hay nada?— Preguntó mientras caminaban por el piso.

—Aquí es donde Jordan mató a Emily...— Murmuró Moira viendo que en una de las esquinas de la habitación estaba Serena la cual tenía los ojos cerrados.

—¡Serena!— Scott corrió hacia su hermana, intentando hacerla despertar. —¿Por qué revive el momento en el que su madre murió?— Preguntó el hombre lobo sin entender por qué su hermana estaba haciendo eso.

—Por que considera a Emily como su primera víctima.— Explicó Moira sabiendo que aunque su hermana nunca lo había dicho lo pensaba.

—¿Scott? ¿Moira?— Serena abrió los ojos y miró a sus hermanos confundida. —¿Qué hacéis aquí? Tenéis que iros o ella os encontrará y os matará.— Dijo empezando a alterarse al saber que ellos se estaban poniendo en peligro.

—Hemos venido a buscarte, a ayudarte a recuperar el control.— Explicó Scott intentando tranquilizar a su hermana.

—Amaru no tiene el collar, esta débil al no tener un cuerpo propio. Puedes vencerla, pero es necesario que luches.— Añadió Moira esperando que entre los dos pudieran convencerla.

—Es demasiado fuerte.— Alegó Serena mostrando que no podía luchar contra ella.

—Y tú también, S. Eres más fuerte que cualquiera de nosotros, por eso ella eligió controlarte a ti, porque sabía de lo que eras capaz de hacer.— Afirmó Scott esperando que su melliza comprendiera que si ella se volvía el nuevo enemigo ninguno de ellos podría hacer nada para detenerla.

—Scott tiene razón, nosotros sólo estamos aquí para encontrarte y hacer que luches, el resto del trabajo te toca a ti.— Aclaró Moira apoyando a Scott.

—¿Desde cuando vosotros dos estáis de acuerdo con algo?— Preguntó Serena confundida y sorprendida.

—Desde que ambos sabemos que debemos de ayudarte.— Alegó Scott mientras él y Moira se miraban sorprendidos de que estuvieran de acuerdo con algo.

—Iros, por favor. No me puede matar o perderá el control del cuerpo, intentaré luchar contra ella.— Les pidió Serena mientras se ponía de pies.

—Intentar no. Debes de luchar.— Sentenció Moira con firmeza.

—Te estaremos esperando a fuera.— Añadió Scott justamente antes de que Serena abrazara a los dos, feliz de que hubieran tenido el valor suficiente como para meterse en su cabeza, sabiendo que Amaru estaba allí, para poder salvarla.

★★★

Creo que está claro que me encanta hacer flashbacks.

Y como os dije había un guiño a The Originals, aunque en este caso he hecho mi cambio. De verdad no sabía cómo representarlo pero creo que está era la mejor forma.

Voy a aclarar que la escena de Serena y Melissa está inspirada en una escena de los Magos de Warvely Place. Llevaba mucho tiempo queriendo usarla.

La elección de flashbacks..., bueno no estaba muy segura. Tenía claro que quería que estuviera escondida en el recuerdo de la muerte de Emily, así como quería que apareciera en los flashbacks Scott, Melissa y Stiles, las personas más cercanas de su vida. El hecho de introducir a Derek supuse que sería el primero en darse cuenta de que Serena estaba culpandose por la matanza.

Ya para terminar, el dúo de Scott y Moira, no sé cómo ni porque me gusta. Y creo que la elección de que fueran los dos fue más que perfecta. Además el gif es perfecto, y me declaro su autora. Ya sabéis que en Tumblr podéis encontrarlos.

Y para aclararlo, en el próximo capítulo haremos un salto temporal en el que damos inicio a la temporada 4 y estoy deseando llegar a ella.

¿Que os ha parecido el capítulo?

Os leo ❤️