𝐄𝐋 𝐀𝐌𝐁𝐈𝐄𝐍𝐓𝐄 𝐄𝐑𝐀 𝐀𝐂𝐎𝐆𝐄𝐃𝐎𝐑. Se sentía extraño; muy suave, pero desconocido.

Mi cuerpo se estaba tratando de estirar y encontrar en la inconsciencia algo de que aferrarse, probablemente. Pero cada vez que intentaba hacerlo, también de manera instantánea me retraía por un miedo inconsciente por alcanzar cosas desconocidas.

No sabía lo que estaba pasando. De pronto, el miedo recorrió todo de mí; no sabía dónde estaba, lo último que hipotéticamente podría recordar se estaba escapando de mi mente. No quería. Tenía miedo, mucho miedo.

"No me dejes sola". Pensaba, a nadie en particular. "Te lo ruego. Llévame a casa".

Sentía que había perdido muchas cosas, pero cuánto más intentaba recordar que eran, más se escapaba las razones para lamentar.

"No quiero olvidar. No quiero estar sola. No otra vez, por favor. Te lo ruego, no me dejes sola otra vez."

Pero cada vez más que rogaba, menos recordaba de porque suplicaba.

Hasta que empecé a llorar. No lo soportaba. Quería a alguien que me consolara, no quiero esto. Ayuda. No quiero perder más.

⸺ ¡Oh, mira, es tan linda!

Una voz por primera vez resonó ante mi audición. Se escucha cerca. No podía ver de quién venía por las lágrimas que se escapaban. Tampoco distinguirla bien.
Pero sentía como algo, o, alguien, me levantaba sosteniendo mi cabeza y mi espalda con cuidado. ¿Era tan pequeña para que solo dos manos me recorrieran y cargarán tan fácilmente? Hubiera disfrutado el toque si no fuera porque tenía más miedo. Después, sentí mi mejilla derecha descansar en un calor corporal arrullador.

⸺ ¡Querido, pásamela!, ¡Quiero conocer a mí pequeña!

Está vez pude distinguir que la voz era femenina. De alguna forma siento que la conozco. Aún así, mis brazos y piernas se agitaban, estaba inquieta. No sabía quién o quiénes me sostenían, no pueden culparme por desconfiar.

Sentí el intercambio de manos. Tuve más miedo por un segundo. ¿Y sí me dejaban caer?

Nuevamente, sentí está vez mí otra mejilla el casi mismo calor, solo que está vez sentí más suave. Los latidos de su corazón podría oír, probablemente su pecho. Y apesar de tener miedo, me relajo de alguna manera maternal.

⸺ ¡Obanai, mira! Se tranquilizó cuando la abrace.

"¿Obanai?, Creo que he oído ese nombre antes..."

Los dedos de una mano recorrieron mí carita, limpiando mis lágrimas; aún sollozaba, pero maldita sea mi inconsciencia o instinto, porque agarré uno de esos dedos antes de que se alejara, y me aferre a el. Estaba desesperada con abrazar algo que me calmara.

⸺ Ella es tan hermosa como tú.

Escuché otra voz. Bien, por ahora se que son dos. Espero que no sean más porque sino, me pondré más ansiosa.

⸺ ¡Está agarrando mi dedo!, ¡Oh, su manita es tan pequeña!

⸺ Mh, lo es

Basta. El miedo puede detenerme pero la curiosidad me empuja. Trato de abrir mis ojos nuevamente aunque las lágrimas de mi llanto sigan ahí, y que la vista de un bebé -Asumí que lo era por todas las pistas cuando desperté-, no era la mejor, de hecho es demaciado corta; trate de esforzarme por saber que había alrededor.

⸺ ¡Oh, nos está mirando!, ¡Iguro, nuestra pequeña nos está conociendo!

No podía ver detalles por mí aparente temporal ceguera, pero puedo decir que era una mujer con fracciones finas, su cabello probablemente tenía un flequillo y era de un color deslumbrante, ¿Rosa, o verde?. También esos reflejos verdes que podría asumir como sus ojos.

⸺ Hola, cariño. Es un placer conocerte por fin, ¡Yo soy tu mami!

Su corazón latía con entusiasmo, podía sentir que se contenía de temblar de emoción.

⸺ ¡Oh, oh!, ¡Y este es tú papi!, ¡Dile hola!

Sentí que me alzaba un poco más. Mire hacía el frente por inercia, y ví una sombra desenfocada de lo que creo que es un hombre, pelo negro por la sombra arriba de su cabeza, una mascarilla blanca por contraste de color de su piel, y por un color impar en lo que creo que son sus ojos. Tenia al lado de la cara algo, era blanca y delgada; se movía un poco.

⸺ Hola, hija. Bienvenida al mundo. ⸺ Un pequeño "shh" acompañó por último en la frase. No era de la voz.

Ese tiempo de apreciación familiar duro solo unos diez minutos más antes de que volviera a explotar en llanto.

No sé cuántos días he estado llorando sin parar, pero se que cuando dejó de hacerlo es por dos cosas: estoy siendo alimentada o me quedé dormida.

No es porque también quisiera llorar. Más bien mis ojos ya me están ardiendo de tanto apretarlos y que agua lagrimal saliera de estos, mi garganta también duele de tanto sollozar y gemir; solamente no puedo parar, es como si cada emoción que retení por tanto tiempo estaba siendo expulsado ahora mismo.

En este momento acaba de despertar de una aparente siesta, así que empecé a llorar a todo pulmón nuevamente.

Escucho el sonido de una puerta abriéndose, la puerta de mi cuarto.

⸺ ¡Bu-Buenos días, cariño!, Es bueno ver qué tienes unos pulmones muy fuertes...

Oh, está pobre mujer. No ha sido nada más que amable y paciente conmigo, lamento molestarla con todo mi escándalo casi todo el tiempo. Ella merece descansar en paz, hasta con mí visión borrosa puedo ver sus ojeras.

Fuí sostenida delicadamente entre sus brazos, mientras me sacaba de mi aparente cuna para colocarme de igual manera de delicado en una mesita afelpada. Empezó a desabrochar mi pañal de tela con cuidado.

Que vergonzoso.

Después de cambiarme, intento hacerme reír haciéndome cosquillas en el estomaguito; por unos segundos me reí y relaje, pero cuando ella estaría apunto de celebrar, volví a empezar a llorar.

Lo siento mucho, en serio, hasta yo ya me harté de llorar.

Ella me cargo y me recargo en el hueco de sus brazos, tratando de arrullarme.

⸺ Oh cielo, por favor, deja de llorar. Tú papi y yo estamos preocupados de que te logres deshidratar, ¡¿Que tal que si te quedas como una pasa?!.

Grito al aire, a lo que solo conteste con mis llantos.

⸺ Serías la pasa más dulce del mundo, pero, ¡No quiero que mi pequeña sea una pasa! ⸺ Ella empezó a sollozar ⸺ ¡De solo pensarlo me rompe el corazón!

Y de pronto, no solo había una persona llorando, ahora eran dos.

Nuevamente, el sonido de la puerta abriéndose inundó la habitación. Está vez, supongo que era el hombre.

⸺ Hasta aquí. ⸺ Hablo con voz algo autoritaria, pero también tranquila; probablemente para no alterarnos más. ⸺ Vamos al médico. Ahora.

Fue contestado con el sonido del llanto.

El frío metal del instrumento médico tocó mí pequeño pecho. Más de una vez me hizo saltar por la sorpresa de la temperatura contraria a mí cuerpo.

Había dejado de llorar tan fuerte, pero seguía sollozando. Lo único que se escuchaba de ese aparente casi del extinguido silencio.

⸺ No encuentro nada malo. ⸺ Dijo quien creo que era el médico. ⸺ Su hija está perfectamente sana, al menos físicamente.

Pero le contesté con mi llanto gritón.

⸺ ... Con unos fuertes pulmones. ⸺ Agregó.

⸺ ¿En serio no hay nada malo?, No ha dejado de llorar desde el día en que nació ⸺ el hombre con quién había convivido hasta ahora hablo con una voz amenazante.

El doctor se estremeció, pero retomó su postura.

⸺ No, no hay nada malo. Los exámenes dicen que está perfecta. Algunos bebés son así; ustedes son padres primerizos, solamente tuvieron mala suerte en que su primogénita fuera así.

El sonido de un jadeo sorprendido, el golpe a una mesa y el "shhh" enojado de una serpiente fue lo que le respondió.

⸺ Repitalo ⸺ Desafío el hombre.

Entonces el caos se desató en el consultorio.

⸺ Debí haber hecho que se pusiera de rodillas y no solo que se inclinará.

⸺ Oh, por favor cariño cálmate, de solo verte tan enojado se me estruja el corazón.

Seguía sollozando, más que nada por la gran discusión de mí padre contra el médico... O mejor dicho, la paliza verbal que le hizo mi aparente padre al médico. Pobre. Pero se lo merece.

⸺ Vamos a visitar otro hospital, definitivamente voy a... ⸺ Deje de querer escuchar en ese punto.

Estábamos pasando entre los pasillos del área de pediatría cuando escucho una conversación ajena.

⸺ No te preocupes hijo, tú peculiaridad se parece a la mía, así que puedo ayudarte a controlarla.

De pronto, mis sollozos pararon. Mis padres lo notaron, así que pararon igual.
Volteaba a ver a dónde había oído esa conversación, y, maldita sea mi vista corta.

Pero estoy segura que ví a un niño y su padre con antenas de Mantis, el niño abrió la boca, y saco una neblina rara de color verde

"Acabo de escuchar... ¿Peculiaridad?"

Había dejado de llorar desde el momento que presté atención a ese niño y su padre, más específico, al niño mostrando su peculiaridad sin querer.

Estaba en mi aciento para bebés en coches al lado de la ventanilla, muy atentamente veía hacia el exterior. Sí estaba donde creía debía verificarlo al máximo. Apesar que tenía vista corta, por el hecho de dejar de llorar lograba ver mejor a una distancia un poco más extensa.

Por el rabillo del ojo veía a la mujer que aparentemente es mí madre moverse intranquila, me volteaba a ver de vez en cuando, viendo como cada vez que lo hacía por la razón de que ya no lloraba. Y, comparando los días sin parar que lo hacía, que de un momento a otro parara, si era de notar. También mi padre me volteaba a ver por el retrovisor.

Tuve el suficiente tiempo para asimilar que era una bebé, que estos eran mis "nuevos" padres y que mi memoria estaba en un tipo bloqueo, estaba ahí, solo no podía acceder a ella. Por alguna razón.

Pero creo que la palabra clave fue "peculiaridad", ya que de alguna manera reaccioné a ella y, viendo todo a mi alrededor, era como una revelación totalmente inesperada.

Había personas mutadas, algunas no tenían para nada a un aspecto humano, otras solo unas cosas distintas; ví a un niño con alas de querubín, otros con formas en su cuerpo no acordes a la biología humana original... ¿Eso era una cabeza de pez?

Entonces, lo supe. Fue una epifanía que no pude reaccionar por varios minutos. No lloré, como tal vez esperaba, no grite. Solo me quedé ahí, contemplando la respuesta sin palabras...

"¡Estoy en Boku No Hero Academia!"