Más tarde en el hospital...

—YeJi ahora que por fin nos dejaron en paz; necesitamos hablar—dijo Dami jalando a su amiga a un lugar más privado.

—¿Qué fue?—preguntó YeJi.

—Ya me enteré que no estás comiendo nada últimamente—respondió Dami—YeJi espero que tengas una buena explicación para esto por que el "no gastar"—hizo comillas—La plata de DoYoung no es una.

—Es lo justo YuBin—respondió apenada YeJi—DoYoung nos necesita.

YuBin le dio un zape para callarla.

—Que Young esté enfermo no significa que descuides tu salud—dijo tomándola por los hombros—Él los necesita fuertes y sanos, así que vas a comer lo que trajimos y vas a convencer a tu madre si no quieres que te reviente el culo a patadas.

YeJi pasó saliva nerviosa y asintió.

—En fin, eso era todo, vamos con Young y los demás—sonrió alejándose dejando a YeJi con la palabra en la boca.

Una enfermera había entrado a la habitación en donde se encontraban todos conviviendo con DoYoung quién mantenía su sonrisa al ver a los amigos de su hermana allí, a aquellas personas que tanto cariño le tenían.

El pequeño no podía hacer nada más que estar agradecido con ellas y reírse de las bromas de las mayores; pero él estaba preocupado por YeJi y su madre, ambas llevaban días sin comer por una excusa estúpida.

—Con permiso—habló dulcemente la enfermera al ver a todos allí.

—Adelante—respondió sonriente YuBin—¿Ya acabó el tiempo de visitas?—preguntó.

—No, no, de hecho—respondió nerviosa—Quería agradecerles a todos ustedes por lo de hoy—sonrió mirando a YuBin—Los niños siempre están decaidos, por lo que verlos a ustedes animandolos nos mejoró el día—explicó.

—Bueno la verdad es que solo veníamos así para alegrar a uno—respondió RyuJin—Pero nos alegra saber que alegramos a más niños en el proceso—sonrió.

—Las familias están muy agradecidas—volvió a hablar la enfermera—Los niños no pueden estar más felices; de verdad muchas gracias—sonrió haciendo una reverencia hacia las chicas.

—No tienen que agradecer; como dijo mi amiga, para nosotros es suficiente saber que alegramos a más niños—sonrió YuBin.

La enfermera sonrió nuevamente—Gracias de verdad—volvió a hacer una reverencia—Los dejo, solo venia para eso.

El grupo se despidió de la enfermera y giraron a ver a DoYoung.

—¿Ves las cosas que causas enano?—bromeó YuBin haciéndolos reír.