01
Al día siguiente la pelinegra despertó, se quedo observando el techo blanco por unos minutos, eso antes de que la puerta de su habitación fuera abierta y su mirada fuera dirigida a la figura de Yeong-su.
—Cambiate y luego baja a desayunar - sin decir más cerro la puerta y se fue.
Solte un suspiro retenido, con pasos perezosos camine hacia él pequeño mueble que había y saque lo primero que encontré. Solo bastaron 10 minutos para que ambos hermanos Min estuviera sentados en el pequeño comedor que tenían.
—No te vi llegar anoche -despegó su mirada de la comida para voltear a verme. —¿Dónde estuviste?
Dude un momento en decirle lo que había sucedido con el tipo extraño que parecía tener mano de acero.
—Perdí el último metro, tuve que caminar -continúe comiendo dando por finalizada la conversación.
—Bien -continuamos comiendo en un silencio cómodo.
...
Sentí un dolor punzante en el ojo debido al golpe que me acababan de proporcionar.
—Te di más de un mes de tolerancia perra, más te vale mañana mismo darme todo el dinero que me debes o ya sabes quien recibirá las consecuencias -jaloneo mi cabello mientras me aventaba al suelo.
—No tengo el dinero -apenas pude articular bien las palabras debido a los anteriores golpes que habían sido proporcionados a cara y cuerpo.
—Pues no se de donde carajos lo vas a sacar -se puso de cunclillas hacia mi mientras acercaba una navaja a mi rostro. —No me interesa cómo o donde lo consigas, prostituyete si es necesario pero mañana mismo quiero mi maldito dinero.
Tuve que contener un grito al sentir la navaja perforando gran parte de mi mejilla, sentía la sangre bajar por mi cuello.
—La próxima vez no será solo un corte -dio una última mirada mientras se iba alejando.
...
Llegue a casa antes de lo normal, Yeong-su al verme rápidamente se dirigió hacia mi, tomando mi rostro entre sus manos, su rostro de preocupación era evidente.
—¿Que carajos te paso! - dijo viendo mi cara, la cuál poseía un gran moretón en mi ojo izquierdo, una cortada en mi pomulo derecho y una abertura en el labio.
—Park -mencioné mientras me apartaba para agarrar algo del poco hielo que quedaba en el refrigerador.
De reojo mire como al mencionar el apellido del hombre Yeong-su se tensa a visiblemente.
—Quiere el dinero para mañana
Un suspiro salió de la boca de Yeong-su —Ha-na apenas nos alcanza para comer, no hay manera de conseguir 235 millones de wones en una sola noche.
Recordé la tarjeta —Tal vez si la haya
...
Me encontraba recargada en un poste ¿Habría sido buena idea venir? Suspire, capaz estaba siendo estafada y yo cómo idiota esperando a alguien que posiblemente no llegaría.
Iba a marcarme cuando las luces de un auto se acercaban a mí, la camioneta se estacionó delante de mi.
—¿Min Ha-na? -pregunto aquel hombre de máscara cuadrada.
—Si soy yo
—Sube
Las puertas de la camioneta se abrieron, a pasos lentos subí viendo que había más personas dentro dormidas, Ha-na se fue hasta la orilla y cerro sus ojos quedándose dormida al instante incluso sin haber notado el gas que rociaron.
...
Cuando Ha-na abrió los ojos, todo a su alrededor era blanco, desde el techo y las paredes hasta inclusive las camas metálicas que estaban organizadas en filas perfectas. Había por lo menos más de dos centenares de personas en la enorme habitación, algunos sentados, otros caminando de un lado a otro, con expresiones que variaban entre el pánico y la resignación.
La pelinegra se levantó lentamente de la litera que le habían asignado, sintiéndose desorientada. Recordaba haber subido al vehículo, pero de ahí no recordaba nada más. Lo único que tenía claro era que este lugar era extraño, demasiado ordenado, demasiado irreal.
Mientras intentaba ubicarse, una voz mecánica resonó en la habitación. Bienvenidos, participantes. Por favor, permanezcan en esta sala hasta nuevas instrucciones.
Ha-na miró alrededor, observando las reacciones de los demás participantes.
Unos parecían indiferentes, mientras que otros murmuraban entre ellos, tratando de entender lo que estaba pasando.
No quería quedarse sola mientras veía a los demás empezar a interactuar entre sí. Se dirigió hacia un hombre mayor que estaba sentado en una litera baja, mirando el suelo.
—Hola. Dijo la pelinegra, con una sonrisa. —¿Señor, usted sabe qué hacemos aquí?
—¿Usted también está perdida, jovencita?_le preguntó él hombre de cabello canoso y rostro amable.
—Supongo que sí. ¿Y usted?
El hombre solto una pequeña risa. —Oh, no. Yo no estoy perdido. Estoy exactamente donde quiero estar. - número en su uniforme decia 001.
La pelinegra asintió algo confundida con la respuesta del mayor, pero decidió no tomarle demasiada importancia.
—No te preocupes, creo que nadie sabe lo que está sucediendo.
Ha-na giro su cabeza y observó al número 456, un hombre que claramente era mayor que ella.
—¿Y tú eres...? -Pregunte al hombre.
—Seong Gi-hun, un gusto conocerte -extendió su mano hacia mi con una sonrisa amable.La pelinegra tomo su mano.
—Min Ha-na, puede decirme Ha-na no tengo problema - Sonreí un poco, el hombre me transmitía confianza.
Después de la presentación el hombre mayor de los tres igualmente se presentó con ellos. La pelinegra le prestaba demasiada atención al anciano, realmente se le hacia muy tierno.
—¿Es esto algún tipo de experimento social?-dijo al aire Gi-hun.
—Sea lo que sea, no parece bueno. - Ha-na bajó la voz, intentando no alarmar al hombre mayor que los miraba con curiosidad.
...
La pelinegra se recostó sobre su litera, se dejó caer en ella con demasiada fuerza. Fue casi cómo un clavadista profesional lanzándose a la piscina, pero no cálculo muy bien y terminó golpeándose la frente y cayendo al piso.
Un hombre rápidamente la ayudó a recomponerse, tomándola por la cintura para poder sentarla a su lado.
—Ten más cuidado la próxima vez. - dijo casi en un susurro un hombre de cabello pelinegro, el cuál usaba anteojos.
—Muchas gracias....
—Sang-Woo, Cho Sang-Woo
—Muchas gracias señor Cho - incline ligeramente mi cabeza en señal de agradecimiento.
-Solo dime Sang-Woo, me haces sentir muy viejo. - una sonrisa ladina apareció en el rostro del hombre.
Ambos comenzaron a charlar, en el proceso se dieron cuenta que ambos tenían varias cosas en común. A Sang-Woo extrañamente le había agradado la chica que minutos antes había ayudado a levantarse.
...
Una fuerte alarma resonó en la habitación, haciendo que todos se quedaran quietos. Las puertas metálicas al fondo de la sala se abrieron, y varias figuras vestidas con trajes rojos y máscaras negras entraron en formación. El silencio era abrumador.
-Participantes, bienvenidos. Pronto comenzará el primer juego. Sigan nuestras instrucciones.
Ha-na sintió un escalofrío en la espalda. Miró a Sang-Woo , quien apretó los labios en una línea tensa.
Mientras todos se alineaban para marchar hacia el lugar del primer juego, Ha-na se quedó cerca del hombre que la había ayudado a levantarse. La energía en el ambiente era caótica, pero ella hizo un esfuerzo por mantenerse animada.
-Bueno, parece que nos vamos a divertir... o algo por el estilo.
Sang-Woo la miro parecía pensativo en lo que iba a decir. —Cuando salgamos de aquí, te invitaré a una cena. ¿Qué te parece?
Ha-na rió suavemente. —Me parece bien.
Sin saberlo, ellos dos acababan de formar un lazo que sería fundamental en los días por venir.
El Sang-Woo no pierde el tiempo JAJAJAJ
BASTA EL VIEJITO SIEMPRE DOLERÁ 😭
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Noches porque bueno esta Sang-Woo 💋
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