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capítulo diez.

Aquella cita prosiguió con normalidad, hablando de temas variados, haciendo reír a Freddy en ocasiones, sonriendo por lo lindo de su risa y saber que era el único que podía hacerlo reír de esa forma tan genuina. Freddy por primera vez podía decir que una cita le estaba gustando, sus anteriores citas con otros chicos eran un desastre, siempre se metían en temas que no les interesaba e incluso llegaban a preguntar por otros miembros de su familia o directamente decirle que quieren tener sexo con él. No sabía que era peor, que quieran meterse en su vida familiar o de plano acosarlo, hacerlo sentir tan incómodo como para agarrar sus cosas e irse sin más. No soportaba que crean que tienen el derecho de decirle comentarios asquerosos o donde sacaban que era buena idea que le iba a gustar que le dijeran "te quiero coger" Freddy agradece que Chip no fuera de esos, de hecho estaba siendo muy gracioso y lindo.

—No he vuelto a ver a mi madre desde hace varios años. Solo hablo con ella por teléfono, pero la extraño desde siempre. —sonrió al estar explicándole a Freddy su situación familiar. —mi madre me dijo que no me preocupara por ella, que me venga acá a Estados Unidos para estudiar porque me lo merecía. Ella quiere que tenga un mejor futuro aquí que en México... En Sinaloa.

—¿Es tan malo vivir ahí? —preguntó preocupado.

—Depende de las zonas o municipios en donde vivas. Yo vivía en la capital, en Culiacán en una zona algo peligrosa. Me acostumbre desde pequeño a la violencia que vivía fuera, aprendí a defenderme sobre todo. —comentó con una sonrisa pequeña. —mi mamá siempre me decía que las cosas iban a cambiar, pero con el paso del tiempo solo empeoró. Salirme de mi estado y de mi país debió de ser una de las mejores cosas que hice.

—¿Planeas quedarte a vivir aquí? —preguntó.

—Depende de cómo termine la universidad, mi amor. Si consigo un trabajo estable me puedo quedar, si no me tengo que regresar para ayudar a mi mamá. —respondió algo desanimado. —no te preocupes por eso, encontraré un trabajo también para ayudarla y quedarme.

Freddy suspiró con eso. —Chip... Si lo nuestro funciona, no quisiera que te alejes de tu familia, mucho menos de tu madre. Por favor, no quiero que te sientas forzado a quedarte solo por mí, ¿Está bien? —le preguntó, apretando suavemente la mano. Chip asintió con eso, entendiendo lo que quería decir. Freddy miró la hora en su teléfono, dándose cuenta de que ya era algo tarde y debía de volver a casa. —Oh, lo siento, me tengo que ir. —avisó, agarrando su teléfono al ver que tenía algunos mensajes de su madre preguntando por él.

—¿Quieres que te acompañe? —preguntó.

— ... ¿Podrías hacer eso? —cuestionó de vuelta. Le sorprendió que le haya preguntado ya que no era algo normal. Todas sus citas las cuales terminaban "bien" lo dejaban a su suerte incluso en la noche. Freddy esperaba por lo menos un "te acompaño a tu auto" pero no, solo se iban y lo dejaban solo.

—Obvio. No voy a dejar que te vayas solito. —respondió, levantándose junto con él para poder salir del lugar. En el camino de vuelta al auto de Freddy hablaban sobre otros temas. Freddy por primera vez podía disfrutar de caminar al lado de otro chico, rodear el brazo con el suyo para así caminar cómodamente. Chip también cargaba las pertenencias de Freddy.

—¿No quieres que te lleve a tu departamento?— Freddy preguntó cuando estaban frente al auto. —no tengo problema con eso, de paso puedo... Conocer dónde vives. —aquello lo dijo con un cierto tono más bajito.

—¿Dónde vivo o donde duermo, corazón?— le preguntó con una sonrisa.

Freddy le dió un golpecito en su pecho.
—No, Chip. Me gustaría tomarme mi tiempo con ese tema. A-además... Sería mi primera vez siendo el de abajo, y me da algo de miedo. —explicó de repente en voz baja. Le daba pena tener que decirlo de esa forma pero era mejor aclararlo en ese momento.

—¿Por qué supones que serás el de abajo? —Chip se burló. Freddy se quedó callado, pensando en la pregunta hasta que todo su cuerpo comenzó a arder de la vergüenza. Se quería morir ahí mismo. —Digo, si prefieres ser el de abajo con todo gusto. No tengo ningún problema si tú quieres que yo-

—¡N-no! Está bien así. —le dió golpecitos en el pecho para asegurarle, mirando hacia abajo. No había pensado mucho en eso. Tampoco era importante para la relación. El sexo no lo era todo en un noviazgo.

Le estaba sacando más reacciones a Freddy y eso le gustaba. Chica le había dicho que su mejor amigo era muy serio con todo a su alrededor, incluso en las citas que tenía. En esas horas lo había escuchado reírse, lo había visto sonreír, apenarse e incluso molestarse. Claro, Freddy no era un robot pero, era muy extraño sacarlo de su cotidianidad; ir a la universidad y estudiar.

Ya en el camino al departamento de Chip lograban hablar un poco más de lo que pasaba en la vida de ambos. Cómo Chip conoció a su mejor amiga; Hayley. Lo curioso dentro de la plática era que Freddy le contaba a Chip sobre su familia, cosa que era extraño en él, dándole a entender a Chip que confiaba plenamente en él los datos de su familia.

—Creo que te he contado todo lo que recuerdo. —Freddy confesó al final con una sonrisa una vez que llegaron al departamento de Chip. —Oh, ¿Aquí vives? —preguntó al ver el edificio. Chip asintió, saliendo del auto con Freddy para poder entrar. En el departamento ya se encontraban algunos amigos de Chip quienes por primera vez habían llegado temprano, y justo en ese día.

Entre una pequeña plática en camino a su residencia, Freddy intentaba agarrar la mano de Chip, logrando sujetar sus dedos para caminar a su lado en su mismo ritmo. La diferencia de altura era un factor que les impedía caminar al mismo tiempo que el otro. Chip al notarlo, agarró la mano de Freddy como quería, siguiendo con el camino hasta llegar. Tal vez Chip se veía muy normal por fuera pero, por dentro estaba gritando y casi muriendo por la acción de tomarse las manos aunque sea por ese pequeño tiempo.

Abriendo la puerta de la residencia, todos los que se encontraban en la pequeña sala de estar voltearon hacia la puerta, clavando sus miradas en Chip, y después en Freddy. El Fazbear miró hacia abajo por la incomodidad que le causó todos esos ojos sobre él, intentando esconderse detrás de Chip quien solo se confundió.

—¿Es neta? El día que no quiero que estén aquí temprano lo están. —habló, sosteniendo a Freddy para poder entrar. Mirando hacia atrás para ver si todo estaba bien. —Ya, dejen de verlo, lo están asustando. —avisó molesto con sus amigos quienes no podían dejar de ver a Freddy. Les sorprendía tener al mismísimo Freddy Fazbear en su humilde vivienda, sabiendo que el Fazbear jamás pisaría un lugar así no importaba si lo apuntaban con un arma.

Era una exageración, sí, pero nada fuera de la realidad.

—¡Hola! —Hayley saludó con una gran sonrisa al salir de la cocina, yendo corriendo para saludar a su mejor amigo y después a Freddy de la misma forma. Se quedó a hablar con ambos con una sonrisa, feliz de verlos juntos por fin. En la mente de Hayley solo eran amigos, Chip todavía no le decía que ya eran pareja.

Desde los sillones se encontraba Marcelo mirando de reojo a la nueva pareja. Era obvio que eran novios, por la forma en la que se tomaban de las manos. Suspirando, cruzó sus brazos para dejar de pensar en la relación nueva. Frunciendo el ceño poco a poco, mirando una vez más. Freddy Fazbear. Chip con Freddy. Algo dentro de él se desmoronó, dolía en su pecho y su cabeza también, su garganta se cerró de repente, por lo que decidió agarrar sus cosas e irse a su habitación.

Ahora lo confirmaba; Chip había dejado de amarlo.

—¡¿Novios?! —Hayley exclamó feliz, abrazando a los dos por la linda y agradable noticia. Ella lo sabía, lo sospechaba más que nada al ver que se iban juntos. Chica no sabía nada todavía, solo tenía en mente de que Freddy salió con Chip. —Que bonita noticia, ¿No pensaban decirlo, verdad? —cuestionó, cruzando sus brazos.

Freddy negó. —Solo le iba a decir a Chica, no puedo decirle a nadie más por mi madre. —explicó.

—¿Ah? ¿Tu mamá? —Hayley cuestionó.

—Mmh. Mi madre no aceptaría tan fácil que Chip sea mi novio. Tengo algo de miedo que quiera separarnos, más que nada porque Chip es mayor que yo.

—Son dos años, ¿Qué hay de malo en eso? —Hayley volvió a preguntar.

—No es malo pero, mi madre no permite que mis parejas sean mayores que yo por imagen familiar.

No sé quería imaginar a su madre cuando le diga que está saliendo con alguien. Aceptaría que lo esté, sin embargo; que acepte a Chip como su novio, era complicado. Su madre tenía puntos específicos cuando veía a las parejas de sus hijos. Aceptaba que a sus hijos tengan preferencia en los hombres pero, había de hombre a hombre según ella.

El ex novio de Freddy era el ejemplo perfecto del hombre que no quiere para su hijo. Desconfío de aquel joven cuando el pequeño Freddy de ese tiempo se lo presentó. Había algo que no le agradaba y terminó por estar en lo correcto, de mala forma pero, por lo menos tuvo la razón.

—Espera —Chip habló, sacando su teléfono al sentir la vibración. Era su madre que lo llamaba como todas las tardes —Es mi mamá, no tardo nada. Quédate con Hayley, mi amor. —le acarició el cabello a Freddy, yendo a su habitación para poder hablar de manera privada con su mamá.

Hayley le sonrió a Freddy para transmitirle tranquilidad. Se le veía nervioso y lo entendía, el lugar donde estaban parados no era uno donde comúnmente estaba Freddy, no estaba para nada acostumbrado por lo que no podía evitar sentir incomodidad en ciertos momentos. Para su fortuna ahí estaba Hayley para hacerlo sentir en casa.
—No tengas miedo, aquí todos somos amigos. Ven, te puedo contar cosas de Chip si quieres, se muchas cosas de él que podrían interesarte. —sonrió, agarrando a Freddy de la mano para llevarlo con ella.

—¿Eres la mejor amiga de Chip?

—¿Se nota? —rió. —he sido su mejor amiga desde que llegó aquí. Nos conocimos mucho antes de la universidad cuando me fui a estudiar a México por un tiempo.

—Oh, entonces, ¿Sabes cómo era Chip cuando era pequeño? —cuestionó algo emocionado. Quería saber de Chip en sus años de adolescencia si es que era posible. Eso le haría conectar un poco más con él.

—Mmh. Teníamos quince en el momento, y dejé de verlo al cumplir dieciocho al regresarme. —explicó, tomando asiento en una de las sillas de la cocina donde podrían platicar más cómodos. La sala de estar parecía ocupada por los otros y no quería una situación incómoda. —Chip a los quince era muy diferente a lo que es ahora. Es obvio, era un adolescente pero, se metía en muchos problemas.

—¿Problemas? —se sentó a su lado.

—Lo suspendían de la escuela en varias ocasiones o reprobaba materias. Se recuperaba siempre pero, no dejaba de ser un rebelde. —explicó. —Era el típico adolescente problemático que se escapaba de la escuela y entraba cuando él quería.

—Oh, ¿Y aún así eras su amiga más cercana?

Asintió. —No te mentiré, Freddy, yo también me escapaba con él de vez en cuando porque era divertido. No fueron tantas las veces que lo hicimos pero, era agradable estar con él. —explicaba con una sonrisa. —incluso... —iba a proseguir, pensando bien en lo que iba a decir. Tal vez no era adecuado ahora que Freddy era el novio de su mejor amigo.

—¿Te gustaba Chip? —cuestionó de la nada.

Hayley abrió sus ojos en grande de la sorpresa que le dió. Riendo nerviosa, negó varias veces aunque era evidente de que solía estarlo. Eran adolescentes y en ese momento Hayley pensó que llegaría a tener su deseado amor adolescente con Chip. Cada que lo recordaba su expresión cambiaba a una de vergüenza, no logrando entender como le había dicho hasta a unas amigas de ese momento que iba a decirle a Chip lo que sentía.
Intentó hacerlo un catorce de febrero; San Valentín, no pudo de la pena que le dió y además porque había visto a Chip con un compañero de clase, después se enteró que aquel otro joven era novio oficial de Chip.

—N-no quiero que pienses que sigo enamorada de él. No lo estoy, lo prometo. —rió nerviosa, alzando sus manos hacia su pecho mientras negaba con la cabeza. —Deje de estarlo cuando ví que tenía novio.

—No te preocupes. —sonrió. Confiaba en lo que Hayley le prometía. No tenía problema con saber que la mejor amiga de su novio tenía un crush pasado con él. Se le hacía tierno incluso. —Aún así entendería si todavía te gusta Chip. Es muy lindo y amable. —explicó, jugando con sus manos nervioso. Hayley rió con el comentario, asintiendo.

—No te lo puedo negar. Chip siempre ha sido muy amable con todos. Fue muy lindo de su parte que te haya escrito una canción, por cierto.

—Oh, la canción —recordó, sintiendo un leve ardor en su rostro —Fue tierno, nunca me han dedicado una canción. Me gustó eso de él, fue diferente a lo que estoy acostumbrado. —admitió. Todas las veces en las que una persona se le había declarado era tan seco y sin sentimiento.

La mayoría de las veces detenían a Freddy o interrumpían lo que estuviera haciendo en ese momento para pedir hablar con él. Freddy no iba a ser grosero, aceptaba y dejaba que se tomen asiento en caso de que estuviera en la biblioteca o fuera en una de las bancas leyendo. Siguiendo a decirle una historia para terminar con el típico "me gustas". Freddy tenía un gran problema con esas declaraciones.

La primera; no los conocía para nada. No eran amigos, ni conocidos, ni siquiera compañeros de la misma facultad. No estudiaban lo mismo. Jamás en su vida los había visto caminar por la universidad y esperaban que Freddy les dijera que sí de la nada.

Las chicas que iban a declararse a Freddy no lo conocían tanto como decían, porque si fuera así no estuvieran frente a él en ese momento. Freddy con toda la pena del mundo y de la manera más amable les decía que no estaba interesado.

« Lo siento. Me gustan los hombres. »

Freddy era homosexual. Aquellas chicas se quedaban en silencio por unos segundos, viendo fijamente al Fazbear hasta morir de vergüenza frente a él y disculparse mil veces por el inconveniente. Sentían pena ajena en todo el cuerpo a pesar de que Freddy les decía que no se preocuparan.

Los hombres tomaban aquello como una gran oportunidad de que Freddy les diga que sí. Era una enorme equivocación pensar que Freddy aceptaría una cita o una relación por el simple hecho de que eran hombres. Si, le gustaban pero eso no significaba que iba a decirle que si a cualquier espécimen de hombre que tuviera en frente.

Prefería mil veces a las mujeres que se equivocaban que a los hombres. Por alguna razón se ponían algo violentos cuando los rechazaba, comenzando a decirle mil cosas que desearía nunca haber escuchado en su vida. Incluso le desearon la muerte y lo peor en la vida por el simple hecho de un "no, gracias". Freddy al principio se asustó por lo agresivo de sus respuestas a su rechazo, después solo se lo esperaba.

Los rumores que algunos esparcían de Freddy en toda la universidad eran estúpidos. Eran incontables las veces en donde un hombre que rechazó esparció la mentira de que tuvieron sexo. La respuesta de Freddy a los rumores era que no era cierto.

« Yo nunca tendría sexo con un animal. Solo le dije que no quería ser su novio, porque no lo conozco. Yo no salgo con niños inmaduros que no saben aceptar un no como respuesta. »

La otra respuesta era una denuncia pública de parte de la familia Fazbear. Su madre al saber de los hechos ocurridos, acudía con un abogado a la escuela o universidad para poner una denuncia de difamación. Las posibilidades de ganar un juicio contra un Fazbear eran mínimas, para no decir inexistentes.

—Tuve algunos novios en la escuela, no fue nada serio. Terminaba decepcionado cuando no me daban ni lo mínimo. Esperaban que yo pagara en todas las citas incluso cuando ellos me invitaban. Me usaban por el dinero que tenía, no es una sorpresa. —Freddy explicaba a Hayley quien prestaba mucha atención, tomando del café que había preparado para ambos.

—¿En serio? —preguntó sorprendida, frunciendo el ceño entre más escuchaba a Freddy decirle lo que había pasado en la universidad hace dos años. —Mmh. Escuché los rumores y no creí en nada de esas estupideces. Sabía cómo eran la mayoría de los hombres de ahí y no se tomaban a bien que les dijeras que no.

—¿Tuviste una mala experiencia también?

—Con varios. Tenía un novio hace unos años que creía que aceptaría un trío con él por el simple hecho de que soy pansexual. —habló asqueada. —otro que pensaba que estábamos en una relación abierta, cuando no estoy de acuerdo en esas cosas. Lo descubrí con otra chica y no fue nada lindo.

—Lo siento.

—No te preocupes. Ya ha pasado un tiempo desde eso, decidí dejar de buscar una relación por lo mismo. —habló, sonriendo después.

Chip regresó rápido, viendo cómo ambos hablaban con una sonrisa. Al parecer se estaban entendiendo y eso era agradable. —Freddy, ¿Quisieras..? —preguntó, captando la atención del Fazbear quien volteó. Levantándose de la silla, se despidió de Hayley, agradeciendo el tiempo que hablaron y yendo con Chip.

Entrando a la habitación de Chip, vio alrededor al principio. Caminó por ahí con cuidado, viendo las fotos que tenía en su espejo, parecía ser de sus amigos y familia. Sonriendo al notar una foto pequeña de lo que parecía ser Chip de bebé. Se veía muy tierno con aquellas mejillas regordetas y usando un overol.

—¿Eres tú de bebé? —decidió preguntar, apuntando a la foto. Chip se acercó para verla también. —te veías muy tierno. Eras un bebé lindo. —halagó con una sonrisa.

—¿Neta? ¿Y no sigo viéndome tierno ahora? —preguntó.

Freddy lo miró, riendo suave. —Eres muy atractivo. Me gustan los chicos altos y castaños, ¿Te lo había dicho? —preguntó, acercándose más a él, agarrándole de las mejillas con cautela.

—¿Ah, si? ¿De qué color son los ojos, mi amor?

—Verdes... —susurró.

—¿Qué tan altos?

Freddy rió, dándole un golpecito en el pecho por sus preguntas. —¿Cuánto mides? —preguntó curioso.

—Un metro noventa y ocho. Es perfecto, wey, te puedo dar besos en la frente con facilidad. —habló sonriente, dándole un beso en la misma para demostrarlo. —¿Ves? Ahí te va otro. —le dió uno más.

—Mido un metro setenta y ocho. Es lindo. —admitió, alejándose de él para seguir su investigación en la habitación. El armario le llamaba la atención, así que lo abrió, ladeando la cabeza al ver lo que había dentro. Era un armario diminuto a comparación de lo que él tenía. —¿Qué tienes por aquí?

—Puedes agarrar lo que quieras, no hay problema. —habló mientras movía algunas cosas de ahí.

Freddy lo miró. —¿Eres ese tipo de novio? —cuestionó entre risas.

—¿De los que dejan que te robes sus camisas? Si. —sonrió.

—Bien. —comenzó a buscar entre las camisas de Chip sin que él se diera cuenta de que lo iba a hacer. Pasando una por una sin importarle si revolvía por ahí las cosas. Se tomó su tiempo en inspeccionar cada una de las prendas superiores para escoger la mejor de todas. No un diseño complicado o colores llamativos.

Chip miró de repente a Freddy. Sus ojos se abrieron en sorpresa al ver que había un desastre alrededor de su querido novio. Si, había sacado cada una de las camisas, las que no le convenía las dejaba en el suelo. En la mente de Freddy había alguien que hiciera el aseo de la casa y se haría cargo de lo que había ahí.

—¿Era necesario sacar toda mi ropa, corazón? —preguntó.

—Mmh. No creo que lo limpies tú, ¿O si? —cuestionó sin verlo y siguiendo en su búsqueda.

—Eeh... De hecho sí. —susurró lo último con dolor.

Freddy volteó a verlo de inmediato. —Oh, no tienes a alguien que te ayude a limpiar, ¿Verdad? —preguntó.

Si, su novio era multimillonario.

—¿Pues si? Eso es lo que la gente hace, Freddy.

—... Pensé que era mentira. —susurró.

Chip rió en alto. —¿Por qué pensarías que es mentira, Freddy? La gente no tiene otra gente que haga la limpieza, mi amor. Personas como yo limpiamos por nuestra cuenta.

—¿Todo?

—Todo.

Freddy no se veía haciendo nada de eso. Ignorando por completo lo que le había dicho siguió con su trabajo hasta que por fin encontró lo que le gustaba. Chip agarró la ropa que había dejado, comenzando a doblar cada una de las camisas como había hecho ayer. Porque sí, apenas ayer había ordenado su ropa. Freddy se acercó para ver cómo lo hacía, siguiendo sus pasos al subirse a la cama para ayudarlo.

—¿Así? —le mostró a Chip lo que había hecho. Por lo menos lo había intentado que era lo bueno. Chip rió al verlo. Era preocupante de alguna forma que Freddy no tenga conocimiento de que la gente no vive como él; en una mansión con gente que hace las cosas por él.

Freddy ayudó como pudo. Chip le dió unas pequeñas clases de como se hacía y aprendió a doblar camisas. El Fazbear parecía feliz de haber aprendido algo que jamás en su vida hizo. Siempre habían hecho las cosas por él, así que no estaba nada acostumbrado a realizar los quehaceres de casa.

—Chale, ¿Quieres que te lleve a casa, bonito? —preguntó Chip al ver la hora que era. Freddy agarró su teléfono, asustándose al ver el tiempo. Era muy tarde y debía de estar ya en casa. Ocho de la noche, su madre estaría furiosa con él cuando llegué.

—No te preocupes. Puedo regresar solo. —sonrió, saliendo de la cama para irse a casa. Chip lo acompañó a la entrada del departamento primero. Ya abajo, había una no muy agradable sorpresa; el ex novio de Chip. Marcelo parecía molesto por la presencia de Freddy, y Chip lo notaba.

Freddy le dió una mirada rápida a Marcelo, sintiendo una vibra algo extraña en el ambiente. No lo reconocía, pero de seguro tenía algo que ver con Chip. En la entrada del departamento, Freddy le sonrió a su novio, agarrándole de las mejillas y otorgándo un beso suave en sus labios. El beso lo vio Marcelo, quien suspiró molesto, cruzando sus brazos.

—¿Podrías acompañarme a mi auto, por favor? —pidió Freddy con una sonrisa, agarrando la mano de Chip, intentando así que salga con él. Al lograrlo, caminaron fuera hasta el auto de Freddy, quien agradeció que estuviera ahí con él. No le gustaba estar solo por la noche en las calles. —Gracias, Chip.

—Todo para que te sientas seguro, corazón. —sonrió, abriendo la puerta del auto para que entrara. Freddy le dió un último beso en los labios, uno más duradero para que así Chip tenga un bonito recuerdo antes de irse a dormir.

Despidiéndose de Chip al cortar el beso, entrando al vehículo y cerrando la puerta. Chip seguía gritando en el interior por lo que estaba pasando. Su mente no lograba procesar el día. Incluso al por fin estar en su cama acostado, miraba el techo con una sonrisa. De verdad era novio de Freddy Fazbear.

Freddy Fazbear y él.

Novios.

Se sentía como un sueño.

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