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LXXX

𝐋𝐨𝐧𝐝𝐫𝐞𝐬, 1880 —𝐈𝐧𝐠𝐥𝐚𝐭𝐞𝐫𝐫𝐚, 𝐑𝐞𝐢𝐧𝐨 𝐔𝐧𝐢𝐝𝐨

Había un momento donde entrelazaban sus brazos, para poder dar vueltas con algunos saltos. Lauren no sabía por qué, pero ese paso se convirtió en su favorito. Era divertido.

La música era notoriamente con influencia Irlandesa. Por algo era tan alegre. Dentro de los músicos se podía reconocer a dos, dos mayordomos que Lauren había visto antes. Los demás habían de ser jardineros o demás sirvientes.

Frizzy se notaba emocionada con el muchacho que estaba bailando. Finlay, como había dicho el príncipe. Posiblemente se habían gustado. De todas formas, la ilusión en Frizzy se notaba a kilómetros.

El joven Dylan, bailaba con Karoma, pero entre tanto cuando la melodía se lo permitía cambiaba de pareja de baile, bailando con varias sirvientes e incluso un par de mayordomos, haciendo reír a la gente presente.

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Por otra parte, Thomas se esforzaba por hacer que Lauren se sienta lo más cómoda posible. Y funcionaba, la muchacha estaba bien, se estaba divirtiendo, se estaba permitiendo a sí misma hacerlo. Canción tras canción y pieza tras pieza.

En forma de broma, ánimo y chiste. En uno de los giros que el príncipe hacía dar a la muchacha, la hizo dar más a propósito. Producto de eso Lauren sentía varios mechones de su cabello desordenarse y caer hacia su rostro, y honestamente nada de eso le molestaba en lo absoluto.

Al girar más de lo habitual, claro que terminó mareándose un poco. Haciendo que el príncipe se ría y que por eso se termine ganando un golpe amistoso en el hombro, bastante suave, haciendo que le provoque más risa al joven.

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La música terminó después de eso coincidentemente. Los muchachos tocando violines y acordeones se notaban emocionados y cansados, por lo que al terminar aquella canción se les ofreció un vaso de agua y claro minutos de descanso.

El príncipe le agradeció a Lauren por la pieza con una reverencia que fue correspondida por la muchacha.

Con todo aquello más calmado, y Lauren aprovechó esos momentos donde no había música y nadie bailaba para poder peinarse de nuevo después de la agitación.

Por la puerta estrecha que habían entrado, llegó un par de personas más, ninguna que fuera de alarma, porque no eran más que la misma Octavia que había vuelto a salir y a entrar, y también la princesa Ava que había llegado por fin. Volviendo a hacerse el moño en la parte baja de su cabeza.

Estaba con un vestido relativamente sencillo comparado con los que usaba a diario. Se notaba nerviosa, pero emocionada. Todos los presentes se agacharon para saludarla, pero tímidamente ella aclaraba que no era necesario. No era como que esa sea una situación donde tengan que hacerlo.

Las personas en el sótano se dispersaron, la zona que se convirtió en la pista de baile dejó de serlo por unos minutos.

Durante esos segundos que la gente se dispersaba la princesa iba avanzando. Buscando a su hermano posiblemente, pero llegando a ver a Lauren primero. A quien se apresuró a alcanzar.

Al estar Lauren y el príncipe cerca del otro también encontró a su hermano. Pero decidió ignorar al mismos y apresurarse a saludar a la sirvienta. A quien no pudo controlar dándole un abrazo, tomándola desprevenida.

Debido a la sorpresa Lauren solo pudo atinar a pegar los brazos a su cuerpo, y quedarse completamente quieta. Afortunadamente su cuerpo no estaba erizado ni tenso, más bien solamente quieto.

El abrazo de la princesa fue cálido, fuerte y amable. Pero a pesar de que Lauren se esforzó por intentarlo no le pudo corresponder. Su cuerpo simplemente estaba quieto.

Después de un par de segundos la princesa se dio cuenta.—Perdóname, perdóname—dijo separándose rápidamente—Estoy emocionada y lo olvidé.—se justificó mientras su voz se notaba un poco temblorosa por la misma.

Se suponía todavía que todo el asunto de su amistad cercana con la princesa seguía siendo un secreto, pero en la situación en la que estaban a esas alturas y en ese lugar, que la gente lo sepa o no, ya no importaba mucho. Lo único importante era que la Reina, su consejera y la consejera de la princesa no lo sepan, y claro ellas no estaban en ese sótano, no tenían idea de lo que pasaba ahí, de la amistad de ambos hermanos con los sirvientes ni nada más, así que en eso tampoco había peligro.

La sirvienta negó quitándole importancia a lo sucedido con la princesa, llegando a agradecerle más bien por su gesto y disculpándose por ser así y no poder demostrar el afecto de vuelta.

La princesa negó esa vez— No te disculpes por eso, te entiendo—hizo una pausa suspirando—Pero es que estoy tan contenta—dijo de repente dando pequeños saltitos.—Discúlpame te tengo que abrazar de nuevo—dijo emocionada volviéndose a acercar, esta vez a pesar de estar más preparada Lauren también se quedó quieta con los brazos pegados al cuerpo—Felicitaciones, felicitaciones, felicitaciones— dijo la princesa sobando cariñosamente la espalda de la sirvienta. Gesto que si la hizo tensarse y encogese un poco. Pero se aguantó. Eventualmente la princesa se separó con otro suspiro.

Lauren le agradeció por los buenos deseos y las felicitaciones, mientras su cuerpo terminaba de desbloquearse en ese par de segundos.

Después Ava interactuó con su hermano, que había permanecido en silencio y esperando pacientemente. Thomas le preguntó si en el camino no había tenido algún inconveniente, y la princesa dijo que felizmente no. Pero que tenía una historia para contar respecto al tema.

—Osea comparando con los demás si tuve que salir más tarde—empezó la joven de cabello claro—porque en un momento de la nada la dama de mamá estaba caminando por ahí, y justo Octavia y yo estábamos saliendo. Nos asustamos, pero en la oscuridad notamos que no pasaba nada, porque la señora Monroe—dijo mencionando el nombre de la dama de la reina—es sonámbula. Así que solo sin hacer ruido pasábamos desapercibidas.

El príncipe asintió tranquilo. —Que susto, una vez que salí también a medio de la noche para respirar afuera la vi caminando, y casi la saludaba pero me di cuenta que estaba dormida y no hice nada. Karoma siempre me decía de niño que era peligroso despertar a los sonámbulos cuando están así, y se me quedó.

La princesa sacudió la cabeza.— Pero ya. Que nos salimos del tema—dijo—Tienes que festejar mucho Lauren—soltó con animo—bailar o no sé, cuando vuelva la música porque ahora los chicos están descansando—mencionó.

—Sí bailé un poco—contestó la princesa—su hermano me invitó y no me pude negar.

La princesa levantó ambas cejas en sorpresa, y con gracia miró a su hermano. Algo entre ambos sin necesidad de intercambiar palabra surgió como chiste interno. En el que la princesa parecía burlarse de su hermano.

—oh ¿Entonces la sacaste a bailar?—dijo la hija del Rey animándose a molestar a su hermano— Recuerdo que alguna vez dijiste que era probable que te mueras de nervios antes de que se te pueda ocurrir intentar hacer algo así con—dijo viéndose interrumpida por su hermano.

—Si bueno ¿tienen hambre?—cambió de tema abruptamente, mientras tenía un claro sonrojo en el rostro. Haciendo reír a su hermana con ganas y hacer que Lauren también lo mire algo detenidamente.

—Esta bien, pretenderé que no entendí lo que dijo su hermana.—dijo Lauren al final. Entendiendo la vergüenza del príncipe y lo que más o menos había querido transmitir con su repentina interrupción, aprovechando también y por qué no para burlarse un poco de paso.— Yo no escuché nada.

La princesa se rio más. Y el príncipe entrecerró sus ojos captando la burla hacia el, con una expresión de falsa indignación en su rostro. Hasta que después de un respiro decidió defenderse en la misma comicidad de la situación.

— Es que es súper molestosa a veces, no le creas en todo, solo le gusta molestar — se empezó a quejar el príncipe con Lauren de su hermana.

—Oye para tu carruaje ahí amigo—le contestó la princesa.—Que tu tampoco te quedas atrás si en ser molestoso se trata.

Thomas le sacó la lengua mientras se cruzaba de brazos

—¿Seguro que tiene 24?—acotó Lauren ante el gesto del príncipe. Haciendo que una vez más la princesa estalle en risas.

[•••]

Eventualmente, las tres personas se movieron para poder hablar sin tanto tumulto de gente que aún permanecían en la improvisada pista de baile.

La princesa habló más con Lauren y su hermano a cerca de detalles del juicio, en los que Lauren respondió como pudo a todas las preguntas de la hija menor del Rey. A la que el hecho de que las Dhollen al final como castigo solo hayan recibido el tener que pagar dinero, se le hizo injusto. Pero después de todas las consideraciones que le explicó su hermano y también la sirvienta, lo fue aceptando de cierta manera.

[•••]

—Pero una cosa—dijo Ava—cuando te vayas Lauren, y tal vez sea algo egoísta pero espero que sea en un buen tiempo—bromeó—ojalá puedas visitarnos. No sé si te lo permitan porque ya no trabajarás aquí, pero si se puede hazlo. Creo que en tan poco tiempo muchos te hemos tomado bastante cariño.

Lauren asintió bastante conmovida.—Jamás olvidaría mi trabajo aquí, la gente que conocí y la gente con la que también me encariñe. Si Dios y el destino me lo permite, claro que regresaré. Aunque ahora es muy apresurado anticipar esta despedida, me quedaré todavía mucho tiempo más.

—Tienes razón, es que me pongo sensible perdón—dijo la hija del Rey.

Entonces a modo de cambiar el tema de nuevo, el príncipe por curiosidad preguntó cómo así había surgido la amistad entre ambas. Osea tenía claro que ambas si eran algo cercanas, más que la amistad con otros sirvientes que podía tener su hermana, pero no sabía como había surgido

Así, Lauren y Ava le contaron todo desde el principio. Desde el día que empezó la historia, cuando la Reina golpeó a su hija, como la misma bajó desconsolada a la cocina, el pequeño problema que también tuvieron allí, como Lauren la acompañó y también como esa fue la causa precisa del inicio de su amistad. Asimismo, la historia para que Frizzy se una, cuando hablaron ese día que la profesora de música de la princesa no llegó.

El príncipe sabía lo importante que era algo así en la vida de su hermana, y que por más de que tenga una especie de amistad con otras personas era posible que hasta antes de que Frizzy y Lauren sean amigas suyas, no haya tenido una genuina.

El secreto de la amistad de la princesa con ambas sirvientas ya no lo era tanto así, esta vez no había tanto afán por ocultarlo con todos, porque cuando se caían las barreras sociales que los separaban, ya no importaba. Por lo que todo pasaba a solamente ocultarlo de la Reina, las otras damas y tal vez el Rey solo por seguridad, a pesar de que el mismo no tenga problemas con ello.

[•••]

Los músicos se recuperaron y todo empezó de nuevo, la música y el festejo, había algo de comida claro, como pan y algo de cerveza que varios mayordomos trajeron en secreto de los barriles del almacén de la cocina. De todas formas fue poco, porque nadie podía correr el riesgo de embriagarse.

A diferencia de lo sucedido anteriormente, el príncipe y la princesa se quedaron hablando con Lauren, que como siendo la persona que era, siempre disfrutaba más escuchando que hablando en si.

Ya que el tema de la amistad con los sirvientes estaba presente, los dos herederos del Rey decidieron hablar al respecto, y se terminó hablando de algo, o más bien de alguien a quien hasta el momento no se le había tomado tanta importancia. De Karoma

Todos conocían y querían a la dulce Octavia, pero nadie parecía considerar que fuera de todo la estricta y dura personalidad de Karoma también contenía un gran grado de dulzura.

—Karoma me recuerda mucho a ti, Lauren—dijo el príncipe—Es muy disciplinada, seria, amargada, estricta. Como lo eres tú en muchos aspectos. Pero con solo conocerla, es una de las mejores personas que ha pisado esta tierra. —dijo—Técnicamente la conozco desde el vientre de mi madre. Y Ava también

—Incluso ayudo con el parto, nos vio nacer—acotó la princesa con un suspiro —Honestamente no recuerdo un momento de mi vida donde no esté. Ella y Octavia son técnicamente quienes nos han criado a mi y a Thomas. Tengo más recuerdos de Karoma calmándome una pesadilla que mi madre haciéndolo.—hizo una pausa—entiendo por que algunos piensan que es mala pero no lo es. Solo hay que conocerla un poquito. Como a tí—rio.

—Creo que jamás hemos considerado ni a Octavia ni ha Karoma como amigas nuestras—reflexionó el príncipe— porque siempre les hemos tenido otra especie de respeto que no podía ser definido como amistad. Es simplemente otra cosa. Como si fueran familia nuestra, y claro que podemos considerarlo así.

—A Karoma le ha pasado de todo, incluso antes de que nosotros seamos si quiera planeados. Jamás se casó, o eso dice ella, pero por lo que nos contó Octavia, Karoma en sus años jóvenes estuvo con un muchacho al que amo con toda su alma, pero el estaba casado, querían huir, pero no se pudo. Pero lo más triste es que si se embarazó, pero perdió a su hijo. Dicen que desde ese tiempo, se volvió tan así como ahora la vemos, pero claro que aún en ella ahora con más de 50 años, todavía vive esa chica que alguna vez tuvo la edad que nosotros tenemos, que a pesar de todo no dejo de ser tan buena y dulce.

A lo lejos la princesa vio a Karoma hablando con Octavia y su expresión fue bastante nostálgica. Se notaba que la querían mucho—Ah perdónanos Lauren, te estamos atormentando con nuestros vacíos existenciales—dijo Ava sacudiendo la cabeza, su hermano estuvo de acuerdo y también se disculpó.

—No me molesta ni atormenta.—dijo Lauren suavemente—Me gusta escuchar. También sé que Karoma es una gran persona, la entiendo. Sé cómo se debe sentir en varios aspectos, supongo que sí nos parecemos, y por eso la entiendo. Me alegra que a pesar de la lejanía o problemas dentro de este castillo, Karoma haya podido ser un signo de esperanza.

—Nuestros problemas no son nada Lauren, solo somos un par de niños ricos—se lamentó el príncipe algo avergonzado.

—Los problemas y tristezas de una persona no tienen por qué valer menos dependiendo a la cantidad de dinero que se tiene—aclaró Lauren—Todos sufrimos, todos lloramos, y todos merecemos validez en eso. Somos personas todos, al fin y al cabo.

La princesa sonrió, ya había escuchado a Lauren hablar así. Y aún la seguía conmoviendo.

El príncipe se sintió bastante conmovido, estaba acostumbrado a rebajar sus tristezas con la excusa de que alguien como él no podía saber que es sufrir. Más aún conociendo a Lauren, a Karoma, cuyas vidas en muchos aspectos parecían un calvario, comparada con su vida llena de privilegios. Pero escuchar a la sirvienta lo hizo pensar en que precisamente esa comparación le daba esa idea equivocada.

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