Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

LXXV

𝐋𝐨𝐧𝐝𝐫𝐞𝐬, 1880— 𝐈𝐧𝐠𝐥𝐚𝐭𝐞𝐫𝐫𝐚, 𝐑𝐞𝐢𝐧𝐨 𝐔𝐧𝐢𝐝𝐨

Los encargados de seguridad se tuvieron que llevar a las Dhollen, a las tres. Hasta la sala de espera donde inicialmente se encontraban antes del juicio, y que se queden ahí. Las mismas se opusieron durante unos minutos, pero al ver que no tenían de otra si no querían empeorar las cosas, cooperaron como se debía.

Gracias a eso por fin todo volvió a calmarse.

Así las dos primeras partes del juicio habían terminado. Después de todo.

[•••]

El juez anunció que lo que tocaba a continuación era la deliberación y discusión sobre el mismo. Para lo cual todos habían de retirarse de la sala, el público de los estrados debía ya retirarse.

Pero las partes implicadas habían de regresar a sus salas de espera obligatoriamente, y quedarse ahí hasta que el juez los vuelva a llamar, para avisar como fallaba el tribunal o si en fin iban a pasar a una segunda instancia, es decir un segundo juicio.

Anunciaron también que los testigos también podían retirarse, pero que en el caso de los mismos si de su voluntad era podían ir a la sala de espera junto a las personas que eran de su parte. Y quedarse con ellos.

Terminando de dar esas aclaraciones, el juez otorgó permiso para que el público se vaya primero. Y así lo hicieron.

Después de esperar el tiempo prudente hasta que se fueron todos. Dio permiso para que los testigos que también desearan irse de una vez lo hagan. Ninguno de los testigos de ambas partes decidió irse.

Entonces, con la compañía de la seguridad y otras personas del personal, se llevaron a ambas partes a sus salas de espera.

Las Dhollen ya estaban en la suya desde hace un tiempo, por lo que ya se había mencionado al inicio. Así que quienes fueron con ellas fueron solamente su abogado y aquellos dos testigos que tenían. El semblante del abogado estaba tan fastidiado, y preocupado que honestamente se notaba como el mismo sabía que sus mismas patrocinadas habían echado a perder el caso.

En el caso de Lauren, primero la escoltaron a ella y al consejero. Y segundos más tarde, tan solo detrás de ambos jóvenes también escoltaban a los testigos.

[•••]

El camino se sintió más corto de que lo que en realidad era, debido al silencio que había entre todos no había más sonido que las pisadas descronizadas de todas las personas presentes.

Volvieron a la sala, donde habían estado Lauren y el consejero a un gran inicio antes de entrar al juicio. Solo que ahora debido a la estructura que adoptaba el juicio podían ser acompañados de los testigos también.

Los dejaron dentro, y cerraron la puerta parcialmente por si tal vez uno de ellos decidía retirarse al final.

El espacioso lugar recibió a las ahora 7 personas con una especie de calidez que antes no tenía.

Aitana ayudó a Louis a sentarse en una de las elegantes sillas que habían en el lugar, al mismo tiempo que ella también lo hacía para acompañarlo un rato. Ya que claro, con la paliza que le habían dado, le dolía todo el cuerpo.

El joven Dylan permaneció con Lauren,  de pie, mientras se le acercaban tanto Gerard, Frizy y Rose.

[•••]

—Viste, todo salió bien— llegó Frizzy dirigiéndose a Lauren con una sonrisa.

Lauren intentó asentir, pero estaba totalmente callada.

—Señorita Lauren, usted ha sido muy muy valiente.—acotó Gerard también, unido a la especie de circulo que habían formado con el consejero, la enfermera, y las dos sirvientas.— Estamos muy orgullosos de usted y esperamos que lo esté de si misma también.

El joven Dylan asintió amablemente de acuerdo con las palabras del nuevo dueño de la Biblioteca Nacional. Y sin darse cuenta colocó su mano en la espalda de la muchacha de manera suave y como forma de apoyo.

Lauren agradeció con una reverencia aún sin las fuerzas suficientes o voluntad requerida como para hablar. Y evitando también reaccionar de mala manera ante el contacto del Consejero que solo tenía buenas intenciones al hacerlo.

No tenía ganas de hablar, estaba preocupada, y sentía que había enmudecido de cierta manera.

Sentía, en un intento por describirlo de cierta manera, como si hubiera dejado su alma en la sala del juicio y se hubiera olvidado de recogerla.

O como si simplemente se quedó sin voz después de todo lo que había confesado y estuviera pensando al mismo tiempo en como iría a parar todo eso.

Después de salir de la sala, todo se le hizo algo irreal. Como si no pudiese creer que en realidad todo eso había pasado.

Que después de todo el miedo, de tanto huir de su pasado, de su vida, y de siempre estar escapando, por fin habia logrado hacer lo contrario, y en vez de seguir corriendo, se hizo frente. A su mayor miedo.

[•••]

Aitana se levantó del asiento donde estaba acompañando a Louis, y se unió también a aquel círculo de personas.

—Ya tranquila—dijo Aitana— Ahora solo hay que esperar, ya depende de lo que nos dirán si pasamos a un segundo juicio o no. No estés tan preocupada, paciencia—se dirigió a Lauren amablemente.

La sirvienta asintió respirando profundo. Pero aún sin tener las suficientes fuerzas internas como para decir algo.

Seguía aún adaptándose a todo lo que había pasado. Y no quería que nadie siga preocupándose por ella. Las semanas antes del día se había preparado mentalmente para todo lo que iba a pasar, y claro que no era suficiente, para algo como eso no lo sería nunca.

Pero no podía detenerse a sumergirse en su mente, era algo que al fin al cabo le acababa haciendo más mal que bien. Pero si tanto lo necesitaba hacer, ya sería después. Ese no era el momento. 

[•••]

—Estas cosas legales siempre son muy largas, ya son las cuatro de la tarde y aún falta esperar toda la deliberación. Es posible quedarnos aquí durante un muy buen tiempo, y tal vez para que nos digan que extenderán el juicio a otro día o que pasaremos a otro.—comentó de nuevo la vendedora de pescado con algo de humor para aliviar las cosas

—Es bastante posible lo de la segunda instancia.— añadió Gerard—pero al mismo tiempo, desde lo limitado que mi conocimiento puede ser en casos legales, creo que no sucederá. No hay forma viable para que esas mujeres si quiera intenten apelar ante la corte. Puede que debido a las investigaciones o las pruebas el tiempo se alargue y esperemos mucho tiempo más del esperado obviamente, pero dudo que pasemos a un segundo juicio. Sería injusto, por todos los argumentos irrefutables que hemos tenido.

—Tienes razón Gerard—dijo el consejero—Pero el abogado de las Dhollen no es ningún tonto. Muy bien ha sabido como usar sus palabras y argumentos a su favor también y sobretodo ha usado la justificación de un tema que verdaderamente es muy cuestionable, que es la participación del príncipe en todo este tema.

—Pero el príncipe apoya esto porque obviamente es un caso grave, no solo porque haquerido— interrumpió sin querer Frizzy.

—Pues claro—volvió a responder el consejero— Eso es obvio, pero desde otro punto de vista es decir, del que planteo el abogado de las Dhollen con sus insinuaciones, indirectamente aludió a un favoritismo. A por qué debería meterse su majestad en asuntos de un sirviente, en su vida. Sus insinuaciones indirectamente dejaron a pensar que la señorita Lauren había de haber hecho algo para que el príncipe "le haga caso".—dijo con bastante sarcasmo en las últimas palabras— Cuando la verdad es, que ha sido el quien ha insistido, y por decirlo de una manera vulgar, la obligó a hablar.

—Pero bueno es que Lauren también pudo aclarar eso con sus propios argumentos.—dijo Aitana más tranquila.

Frizzy asintió.

Lauren de repente se ánimo a hablar.

—Honestamente, no me sorprendería que más de una persona piense de la manera que se dieron las insinuaciones del abogado.—dijo entonces pensando e aquello con un ceño levemente fruncido. De hecho, las palabras  del consejero tenían mucho sentido. Aquel abogado era increíblemente astuto. Y a pesar de lo que había pasado al final, él tampoco había salido perdiendo del todo.

El joven Dylan le dio la razón a la muchacha. —Por eso también, puede ser bastante cuestionable. A pesar de que el sentido común diga que no es así. Siempre hay gente que piensa diferente. Miles de posibilidades.

—Ay joven Dylan, señorita Lauren, no digan esas cosas—se quejó Rose de repente— Sabemos que tienen razón en muchos sentidos, pero ya, no pensemos en esas cosas porque al final nos traen malos pensamientos y eso es lo que menos necesitamos ahora—explicó. Teniendo de repente entre sus manos una canasta con una tela encima cubriendo una especie de contenido. Canasta, que en ningún momento Lauren se había dado cuenta que tenía, por lo que sorprendió un poco al darse cuenta tan tarde. Más aún porque estaba segura que a un inicio e incluso en el carruaje, Rose no la llevaba—Esta es una canasta con rosquillas dulces, las trajeron Louis y su abuelo para nosotros—dijo señalando levemente con las cejas al muchacho que estaba sentado—y preguntando con seguridad si nos permitieron traerlas con nosotros.

Los ojos de Gerard se iluminaron con solo escuchar "rosquillas" y la ternura que causó ese gesto tan simple, disipó mucha de la angustia que invadía el corazón de Lauren sin querer salir.

La tela de encima de la canasta, estaba para mantenerlas tibias. Rose la retiró e invitó a todos a tomar una o cuantas deseen porque habían varias. Gerard feliz por ver y poder comer una de sus comidas favoritas, no dudó un segundo. Causando leves risas en Frizzy, el joven Dylan y Rose cuyos ánimos también se levantaron.

Lauren que obviamente por no ser descortés tomó una también, a pesar de como ya se sabía, no era mucho de cosas dulces en general.

Después vio como todos pasaban a sentarse también en las sillas que estaban repartidas. Todos decidieron sentarse relativamente separados del otro. Aunque, El consejero y Gerard se sentaron al lado del otro y Rose, Aitana y Frizzy hicieron lo mismo, llamando a Lauren para que se siente con ellas a comer las rosquillas.

Lauren a punto de atender a sentarse con ellas, vio que Louis seguía solo. Es decir no tenía nadie a su lado. Y se lo pensó.

Con la rosquilla en la mano, hizo un gesto a sus dos compañeras y a la vendedora del puerto, indicando que se iría a sentar con Louis. A la distancia, las otras sirvientas asintieron con normalidad.

[•••]

Lentamente fue, y se sentó en la silla que estaba al lado del panadero. Sorprendiendolo un poco ya que el joven parecía haberse quedado en su mundo durante todo aquel tiempo.

Decidió hablarle porque no le gustaba que este solo, y sentía que de algún modo debía hacerlo para agradecerle también por el gesto de su abuelo. Y claro, por haber venido.

—Gracias a tu abuelo por el pan. Honestamente con todo lo que vamos a esperar posiblemente moriríamos de hambre si fuera así.—habló Lauren—¿no vas a desear una? Rose tiene la canasta.

Louis se quedó asimilando durante unos segundos la situación. Luego de repente negó tímidamente.

—No te preocupes, tal vez más tarde ¿A ti no te gustan mucho no?—pregunto en su suave tono de voz.

Lauren negó, causando un poco de risa en Louis— Pero no significa que no me la vaya a comer, vamos, también tengo hambre—le dijo dándole por fin una mordida al postre aquel.

El joven de los ojos azules volvió a reír con timidez.

Viendo a Louis más de cerca, se podía notar que a pesar de que estaba bien, la paliza que le habían dado obviamente era preocupante. Tenia algunos cortes en la cara a parte de aquel notorio ojo inflamado y morado. La venda que sostenía su brazo encogido olía a medicina, a ese ungüento que se usaba para los dolores fuertes.

Y claro que se sintió mal. Louis había sido muy valiente en hacer y decir todo lo que dijo. Más aún por todo lo que le habían hecho, y por todo el dolor que seguro estaba aguantando para estar ahí, todavía quedándose hasta el final.

[•••]

—¿Te duele mucho?—preguntó Lauren después de un rato.

Louis asintió con una mueca de dolor, incapaz de mentir.

—Lo lamento.—volvió a decir Lauren apenada.

—Claro que no, no es tu culpa.—dijo Louis— Voy a estar bien. Soy fuerte—dijo con una sonrisa tierna en su rostro.—El médico dice que lo de mi brazo felizmente no llegó a ninguna fractura. Me recuperaré pronto. Mi ojo también estará bien. No te preocupes por mi.

Era algo en la voz y personalidad de Louis, que simplemente era tan dulce y tan amable, que hacia imposible pensar que en serio alguien le había hecho daño.

[•••]

—Gracias por venir Louis—le dijo Lauren, con toda la sinceridad de su alma. Necesitando decirle aquello desde un inicio, y por fin haciéndolo.

El joven se avergonzó al instante.

—No me agradezcas por eso. Lo tenía que hacer, y claro que iba a hacerlo. Ninguno de nosotros podía dejar de apoyarte—respondió el nieto del panadero.

Lauren le agradeció con una pequeña reverencia en la cabeza, que el joven correspondió.

[•••]

Hubo silencio varios segundos entre ambos. Louis jugaba con los dedos de su mano sana como si estuviese preparando algo que quisiese decir.

Lauren por su parte se encargó de terminar la rosquilla que estaba comiendo al inicio. Que a pesar de no gustarle mucho, el hambre había cambiado las cosas un poco.

—Lauren—llamó de repente el joven.

La muchacha le prestó atención terminado de masticar el último bocado del postre.

—Eres una muy buena persona—le dijo Louis, tomándola con la guardia baja por sus repentinas palabras, que se notaban llenas de sentimiento—Se que a veces no piensas eso de ti, y que muchas veces no nos vemos buenos a nosotros mismos. Y que por eso es bueno que otras personas nos lo digan.—continuó—Por eso te lo digo—argumentó—Eres inteligente, fuerte, madura, valiente, muy amable y muy dulce. Mereces estar bien, y lo vas a estar. Siempre de pequeño me preguntaba por qué a las personas más buenas les pasaban las cosas más feas, y la verdad nunca lo entendí.—suspiró—no me malinterpretes por lo que te voy a decir a continuación—aclaró bastante nervioso—Pero es como si fueras una flor, que no pudo florecer por mucho, que no la dejaron, pero que en fin es tan buena y linda como todas las flores que existen en el mundo, porque es una.—hizo silencio para ordenar sus ideas— Y siempre hubo algo que mi abuelo decía, un dicho que pues no puedo evitar pensar ahora con todo este caso. Me recuerda a lo que te pasó, y también me da la esperanza de saber que pronto estarás bien y serás muy feliz, y quiero que lo sepas también.—suspiró antes de volver a hablar.

"Las flores florecen en diferentes estaciones, tarde o temprano, siempre lo hacen"

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro